ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 𝟶𝟶𝟺
Solía vivir feliz. Mi mente que se encontraba vacia, no tenia ni un sólo recuerdo que me aferrara al pasado, por eso vivía el día a día, absorta de aquello, sin embargo, eso cambio. Nueve años después, cuando cumplí dieciseis años, mi familia se mudó.
Tal cual lo recuerdo.
Mi estabilidad flaqueo cuando mi madre y Yoon-Gi « hermanastro.» se decidieron por mudarse a Seúl por seis meses, pero que día tras día se asemejaba al año, después a un cumpleaños sin abrazos ni pastel, hasta que solo tras cuatro años de felicitaciones por móvil, lo comprendí. Comprendí el que ambos ya no regresarían, pues sabia muy bien que un hogar- No, sino su hogar habían formado.
Pues era su ciudad de Yoongi, él pidió culminar sus estudios ahí. «Jeje es un fanfic, recuerden.» Aún así, fueron mi consuelo hasta el final.
Aunque eso no me quito el dolor por que se marcharan, pues mi madre y Yoon Gi, se despidieron tal cual dos amigas un viernes en la tarde tras salir de la escuela, y es que ambas sabían que despues de esa tarde transcurrida, del dia sábado y la puesta del sol del domingo entrando, nuevamente se verían. O como ellos, que me hicieron pensar que al siguiente dia estarían devuelta otra vez.
Pero eso nunca paso.
No llegaron.
Y desde ese momento, comencé a vivir sola, y, dependiendo de las transferencias mensuales de mi madre. Los primeros días me fue difícil acostumbrarme, cada ves, sin falta, esperaba durante media hora por la llegada de mi madre y mi hermano antes de comenzar a comer, pero la comida se enfriaba y jamás nadie llevaba.
Y así, noche tras noche continúe hasta cumplir el mes.
Hasta que tras el tercer mes llegando, cuando por fin me comenzaba a adaptar a la rutina, los sueños comenzaron.
La primera ves lo vi; lo pude ver, tan borrosamente que comencé a pensar que podría ser alguien de mis k-dramas, sin embargo, al comenzar a oírlo hablarme tan cariñosamente, lo comencé a dudar muy enfermamente.
Y entonces.
Lo comencé a sentir; su aliento, sus suaves caricias en mi mejilla, sus besos, y sus abrazos por la espalda.
Y yo falta de atención, me fue inevitable volverme dependiente a un él de mis fantasioso sueños.
Él comenzó a ser mi consuelo.
‧͙⁺˚*・༓☾ 𝟭𝟵 𝗱𝗲 𝗝𝘂𝗹𝗶𝗼__ 𝟭:𝟭𝟱 𝗽.𝗺. ☽༓・*˚⁺.
ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ;
──...ook... ──Despeje mis oídos los cuales portaban audífonos. ──Siempre eres mi consuelo.
──Si. Lo se. ¿Quien más podría serlo, sino yo? Nadie trabajaría con un jefe que deja sus deberes cada cinco horas.
──JaJaJa... Aah~ mi hijo es tan cruel, deberias ser más relajado, Jungkook.
──Tsh. Como sea.
──Eres muy aburrido~, por eso tu noviazgo va en picada.
──Me importa tan poco. Y es que, espero al amor de mi vida~
Desvíe la mirada, y por lo bajo escuche reír a Jackson.
Ignore eso y observe a traves del vidrio del auto. Muy fácilmente se pudieron ver decoraciones, en demasía, de orquídeas, hermosas orquídeas violetas. y al lado izquierdo, la voz de mi padre hablando amenamente por teléfono.
Algunos metros después, el auto se detuvo. Habíamos aparcado frente a la residencia del señor Nogueda.
Un amigo de mis padres; aunque era más un hermano de papá que amigo de mi madre.
Bajamos del auto y segundos solo bastaron para que la puerta de la mansión fuese abierta por un hombre de aura imponente, alto y exageradamente bello, y joder, como me costaba admitirlo. Su traje color negro y camisa vino quizás le hacían lucir así; aunque bueno, creo que simplemente era jodidamente guapo, y eran sus ojos color azules los que lograban darle esos aires de Dios griego.
Y estoy seguro.
──Señor.. ¿Jeon? ─ Saludo a mi padre con un apretón de manos, y con un coreano apenas básico.
Observe expectante.
──El mismo. Y usted debe de ser nuestro nuevo inversionista ¿no?
Continuó en coreano.
Asintió, mostrando apenas una leve pero impecable sonrisa.
──Veo que el señor Ignacio ya le a mencionado sobre mí persona.
──Claro, Ignacio me contó todo apenas llegue a México. Además, serás su yerno. Esta emocionado. ── Expresó al fin en Inglés tras ver que se le complicaba el hablar del otro.
Comenzamos a andar.
──Así es. Soy Mauricio. Es un placer al fin conocerlo señor Jeon.
──El placer es mío, Mauricio. Y bueno, supongo que Ignacio nos está esperando.
──Supone bien. ──Río levemente.── Por cierto, me disculpó por no saludar a su acompañante. ──Me regresó a ver y yo sentí levemente como mi forma de saludo.
──Oh... El es mi hijo Jungkook, y nos acompañara en el proceso de la negociación.
──Ya veo... Espero podamos cooperar en el futuro, señorito Jeon, y acepte ir a tomar algunos tragos un día de estos y charlar.
──Solo Jungkook.. ──Al fin hable. ──Agradezco su invitación, Señor Mauricio, pero no bebo.
Pero que mentira más grande, es que acaso tú, no amas el alcohol, Jeon... Mi subconsciente me hizo entrar en razón, aunque algo tarde.
──Bueno...
Silencio incómodo.
Detuvimos el paso frente a la sala y al instante Mauricio volteo a vernos.
──Por favor, tomen asiento. En unos segundos baja Ignacio.
Asiendo caso, tome lugar viendo de frente a las escaleras, y por la parte de mi padre, él ya estaba sentado, en la misma postura que yo lo hize.
──Gustan algo de beber. ──Habla de pronto.
──Solo agua, por favor. ──Digo y mi padre solo asiente estando de acuerdo.
──Recién llegue aquí así que iré a buscar una-
──¡NO QUIERO!
──...Empleada.
Gritos comenzaron a escucharse, logrando acaparan cada rincón de la estancia, pero sobre todo, a Mauricio, quien no paraba de ver el segundo piso con preocupación.
──¡Preferiría mil veces nadar en mar abierto que estar viviendo a lado suyo.! ¡La simple idea ya me tiene asfixiada! ¡Yo- ¡Yo no quiero casarme!. ──Jadee sorprendido.
Vaya~
Aun existen ese tipo de personas.
──¡Es por tu bien! ¡Entiendelo! ¡Por nuestro bien como familia!
──No, solo es por el bien suyo....
Un silencio de pronto inundó la mansión, fue en ese momento en que el señor Mauricio intervino e hizo el ambiente menos tenso.
──Discúlpenme un momento, al parecer una charla se a salido de control.. ──Suspiro── Que es lo que paso.... ── dijo, pero no tan bajo para mis oídos. ──Le habrá dicho algo sobre el compromiso.
Compromiso arreglado, eh.
──¿Disculpa?
──No, nada.
Alguien más cayó en la trampa.
──Ahora regresó.
Asentí.
Al final de cuentas, no es de mi incumbencia.
Mi padre hizo lo mismo, y tras suspirar nuevamente solo se dio la vuelta y se fue directo al lugar de donde provenían aquellos gritos.
Me sentía un poco incómodo, no lograba entender la situación del todo, aunque si lo suficiente. Solo mi padre permanecía tranquilo, quizá porqué había presenciado ya momentos de este tamaño.
Solo fueron algunos segundos transcurridos desde la partida de Mauricio cuando nuevamente se dejaron escuchar los gritos.
──¡¡Yo no me casare!!.
Una puerta se cerró y tras eso, las voces de dos personas se escuchó brevemente. Después de eso, los pasos apresurados de alguien bajando las escaleras se escucharon y fue en ese momento que una chica descendió con rapidez y paso de largo hasta el siguiente pasillo.
Seguido de ella, la imponente figura del que parecía ser el señor Ignacio se dejó ver y comenzó a gritar frases en su idioma.
──¡Señor Ignacio! los Jeon's han llegado.
Tras él llegó Mauricio. Y el señor Nogueda, aunque parecía querer ir tras la chica, se detuvo e hizo caso a sus palabras. Ya tranquilo camino hacia nosotros, y se paró frente a mi padre y a mí, al igual que Mauricio lo hizo.
Mi padre lo vio de reojo, con una leve sonrisa, y tras dejar su taza de té sobre la mesa, que por cierto, recién me había dado cuenta que la tenía, se levantó a saludarlo con un fuerte abrazo y unas palmadas en la espalda.
Supongo que así se saludan aquí.
──Ignacio, querido amigo, ¿como has estado?
Ambos tomaron asiento, uno en frente del otro.
──Vanessa te está causando más problemas. ──Expresó tras dar otro sorbo al té.
Interesante.
──O no, para nada. Es Yoselyn.
Vaya, esto sí que es interesante.
──Ah, tu hija perdida. Ya recuerdo, al final si la encontraste. Por lo que pude ver, está si que no se deja doblegar ni siquiera un poco como las otras.
──Así es. Como quisiera que alguien pudieses controlar esa necedad suya. Yo daria todo por qué me aceptara.
Vaya, así que..
Hija ganada = favor del padre.
Y tú que pensabas que no valdría la pena el desgaste, Jeon.
ʚ ɴᴏ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴠᴏᴛᴀʀ, ᴘᴏʀ ᴇsᴛᴇ ʏ ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ. ɞ
ɢʀᴀᴄɪᴀs ッ
ᴱᵈᶦᵗᵃᵈᵒ ᵉˡ ²¹ ᵈᵉ ᵐᵃʳᶻᵒ ᵈᵉˡ ²⁰²⁴
𝟷:𝟷𝟾 𝚙.𝚖
_V_
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