
ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 𝟶𝟶𝟸
✩.・*:。 𝟭𝟵 𝗱𝗲 𝗝𝘂𝗹𝗶𝗼__ 𝟭𝟬:𝟰𝟮 𝗮.𝗺. •*:。✩
ʏᴏsᴇʟʏɴ
Estaba realmente sorprendida, la conversación que había hecho, si es que así se le podía llamar, se había desviado del tema.
Hace más de una hora que estoy aquí en el cuarto con el sujeto, la mano derecha de Ignacio, dice ser.
Comenzando así con una charla, pero nada amena, y esto incluye una explicación del como fue que me encontró — que no fue difícil encontrarme, según el. También el porqué necesitaba hablar con urgencia con Ignacio. La verdad, es que no quería hacerlo. Y claro que debí de respetar aquel sabio pensamiento mío, pues luego del relato, o de aquella reseña, me di cuenta del como fue, el porqué, y del cual fue o es su objetivo para que llegará al punto de acercarse a mí.
¡Precisamente a mí, mierda!.
Y es que caí en cuenta que... Soy su hija, joder.
Ni siquiera mis amigos sabía mi dirección, y no se como es que estos tipos si. Acaso baje tanto la guardia, como para que lograran rastrearme; aunque no me llega a sorprender para nada, llevaba un tiempo sin saber nada del señor, y la verdad.. No esperaba menos. Ignacio es y siempre será así, tan impredecible, exactamente como lo soy yo.
Justo ahora estoy comiendo el desayuno, el cual trajo consigo es sujeto... Mauricio, dice llamarce, y desde entonces, éste permaneció sentado sobre el sillón, frente a la cama, hablando y hablando, muy cómodamente de todo lo que dije anteriormente.
Hasta que hace apenas algunos... O máximo, dos minutos, término, o eso deseo porqué me quiero ir.
──Ya puedo irme. ── deje el plato vacío de lado y lo observe. Atenta me encontraba a su respuesta, en cambio, el solo guardo silencio ──Yo en verdad quiero irme, señor.
──No puedes irte. ──Finalmente hablo y se levanto del pequeño sofá individual color café. ──Necesito que me acompañe, señorita. El señor Ignacio quiere verla ahora.
──Pero yo no. ──Deje en claro y me levante de la cama tras dejar la charola de comidas en el buro.
──Solo será un momento, se lo aseguró. ──Me observó atento y yo de igual forma lo observe en busca de más argumentos. ──Un inversionista extranjero vendrá hoy con su hijo a negociar sobre futuro contrato, una vez lleguen yo mismo le ayudaré a escapar. ──Prometió tan decidido que no me pude negarme más y acepte con un asentimiento leve de cabeza.
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Comenzó a caminar y yo le seguí.
Recorrimos el pasillo, y durante todo este tiempo nadie se atrevía a comenzar una conversación. La verdad es que tampoco era como si yo deseara hablar.
Cuando finalmente llegamos al despacho, éste solamente entró y me dejo sola, aunque no duro ni un minuto pues ya lo tenía frente a mi, observando desde la altura, directo hasta donde yo estaba en el piso reposando.
Estoy sentada aquí solo para acabar con su paciencia.
──Señorita.. ¡No se siente ahí! ──Él estiró su brazo, ayudandome así a levantarme del piso de madera.
──¿Y por que no? Usted sé tardó mucho. ──Digo al sacudir el polvo inexistente de mi tracero.
──Yo.... Solo entré señorita. ──Me dio el pase, rindiéndose conmigo. ──Su padre la espera.
──Que caballeroso.──La burla no faltó, y claro que lo noto, pero no dijo nada y solo asintió. ──Y por cierto "señor" Mauricio, ese hombre no es mi padre, que eso le quedé claro. El mío murió hace siete años y se llamaba Min Jung-Seok.
No se atrevió a contestar, y yo no me hiba a quedar a esperarlo, así que di pasos hacia el frente y por fin entre al despacho de Ignacio.
──Yoselin. ──Lo vi sonreír, pero más que una sonrisa me pareció una mueca.
Ni siquiera disimulo.
Vaya, todavía no aprende a como expresar sus emociones frente a sus familiares; o siquiera a como sonreír adecuadamente.
Veo que aún no lo maneja bien.
Sigue siendo el mismo.
Solté una risita nasal, y sonreír levemente por lo descubierto.
──Ey, mi despiadada destroyer. Siéntate, tenemos que hablar. ──Su voz, aquella que hace tiempo le deje de temer, me removió un sin fin de recuerdos que desbloquee en el momento que dijo mi apodo, el cual tuve cuando fui aprendiz.
Me tense en mi lugar, pero de igual forma al instante me compuse. Me acerque y tome asiento frente a él.
Ignacio me observo. Su mirada era y sigue siendo tan pesada, que por más que quiero manter la mía al mismo nivel que él, no puedo, se me hace imposible.
Solo lo mire con indiferencia unos segundos y después baje la mirada a los papeles que tenía regados por su escritorio, para así disimular un poco que me sentí intimidada.
──Veo que tiene trabajo... ──Tomé algunos papeles entre mis dedos, y así mismo los solté. ──Y aun así me recibe. Pero que halagada me siento, creo que lloraré por la emoción.
Levante la mirada, y extendí una gran y falsa sonrisa en mis labios.
──Tan encantadora.... ──Sonrió.── Igual que tu madre, mi pequeña...
La sonrisa se me borro y mi paciencia llegó a su límite.
En verdad que es un cínico.
──Al punto, no tengo su tiempo.
──Bueno, seré directo. ──Su voz y expresión facial cambio. Ahora si que hubo un cambio drástico y se mantuvo serio y recto en la silla. ──Quiero que te cases con mi próximo socio. Es una orden.
ʚ ɴᴏ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴠᴏᴛᴀʀ, ᴘᴏʀ ᴇsᴛᴇ ʏ ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ. ɞ
ɢʀᴀᴄɪᴀs ッ
ᴱᵈᶦᵗᵃᵈᵒ ᵉˡ ²¹ ᵈᵉ ᵐᵃʳᶻᵒ ᵈᵉˡ ²⁰²⁴
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