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C U A T R O







—¿Jimin? —lo llamó Minji, quien se encontraba a su lado sentando en el auto. —¿Cuándo es tu cumpleaños?

—Octubre. —respondió este.

—¿Te harán fiesta de cumpleaños? —Jimin, negó.

—¿Por qué? —hizo un puchero.

Se encontraba vestido de un pantalón negro elegante y una camisa manga larga blanca. Estaba sentado al lado de Minji en los asientos traseros, mientras que Yoongi estaba dentro del banco; ellos esperaban.

—Estoy grande. —dijo Jimin y miró por la ventana, encontrándose con la espalda de Yoongi. Soltó un suspiro y miró a Minji de nuevo.

—¿Y? Yo también estoy grande y tendré una fiesta de cumpleaños. —Jimin, forzó una sonrisa y volvió a mirar por la ventana encontrándose con los ojos cafés de Yoongi.

Le dedicó una sonrisa y saludó con la muñeca. Jimin, arrugó el ceño y fue justo ahí cuando la sonrisa de Yoongi se transformó en cínica. El rubio bajó la mirada.

—Sí, pero no estás tan grande como yo, Minji... —empezó a sudar.

Sus heridas ardieron y apartó la espalda del espaldar del asiento del auto. Se acomodó en el asiento y miró a Minji, incomodo.

—¿A qué horas vendrá Yoongi? —preguntó Minji.

—Supongo que ya terminará. —dijo este y fue ahí cuando sintió unos ojos quemarle la nuca. Se giró y se encontró a Yoongi de pie afuera.

—Hola, pequeño... —saludó desde afuera, haciendo que el corazón de Jimin latiera rápido.

El castaño, llegó a la puerta delantera y la abrió para subiré, encontrándose de nuevo con Thomas.

—Yoongi. —llamó Minji, haciendo que este mirara hacia atrás. —¿Por qué no le haces una fiesta de cumpleaños a Jimin? —preguntó Minji.

Yoongi, miró a Jimin y sonrió, haciendo que el rubio se colocara algo tímido.

—¿Quieres una fiesta, Jimin? —trató de esconder su sonrisa burlona.

—No. —respondió Jimin, mirando hacia la ventana.

—¿Nos vamos, señor? —interrumpió Thomas. Yoongi, asintió y este encendió el auto negro en el que estaban.

—Déjanos primero en el centro comercial, Minji necesita regalos.

Minji, abrió los ojos y le tocó el hombro a Jimin.

—¿Escuchaste eso? —le susurró a Jimin. —¡Tendré regalos!

Jimin, reprimió una sonrisa y asintió.

Minutos más tarde, se encontraban caminando los cuatro por el centro comercial. Minji, agarró la mano de Jimin y tiró de ella hacia una tienda de peluches. Con ternura, Jimin le acarició la cabeza y observó los peluches, entre esos había un conejito. Se acordó de su hijo, soltó un suspiro y se quedó mirando el peluche con rencor. Minji, se soltó del agarre del mayor y entró a la tienda. Una mano se posó en su hombro y luego otra mano se deslizó por su espalda en un tacto sensible para el rubio. Este soltó un jadeo al sentir el ardor de sus heridas y miró por encima del hombre a Yoongi.

—¿Deberíamos dejar a Minji con Thomas e ir a los baños? —y un par de besos en el cuello hicieron que la piel de Jimin se erizara. —Me haces esperar, pequeño... —el castaño jadeó en el oído del menor, haciendo que este se apartara un poco.

Yoongi, lo miró con el ceño arrugado. El rubio se comportaba indiferente con él.

—¿Pasa algo? —preguntó este. —¿Aún duelen?

¿Era imbécil o qué?

—Yoongi, es la pregunta más idiota que escuchado de ti. —dijo Jimin, haciendo que Yoongi levantara las cejas sorprendido por su manera de hablar. —¡Pues claro que me duelen! Hiciste eso hace unas horas, idiota. —el castaño le sonrió lujurioso.

—¿Y? Nunca te habías quejado de las marcas que te hago, Jimin. —le dijo.

Jimin, dejó escapar una risita y se cruzó de brazos. Se lamió los labios y negó con la cabeza.

—¿Qué es tan gracioso, pequeño? ¿El que te quiera coger en la plaza o querer hacerte más daño? —preguntó este.

El rubio bajó la mirada y luego vio a Minji salir de la tienda con una sonrisa en sus labios.

—Mira, Yoongi. ¿Me lo compras? —el castaño vio el peluche de un oso y luego miró a Minji. —Es amarillo, como el cabello de Jimin. —señaló a este.

Yoongi, rio mirando a Jimin y asintió entrando a la tienda para pagar el peluche que Minji. El rubio soltó un suspiro mirando desde afuera a Yoongi pagar el peluche y se alejó de la tienda, encontrándose con Thomas. Jimin, se acercó a él sonriendo.

—Tanto tiempo, ¿Cómo has estado? —preguntó este.

—Joven Park, ¿Qué se siente ser padre? —preguntó Thomas, haciendo que Jimin se queda perplejo.

—No lo sé, ¿Por qué preguntas? —dijo el rubio mirándolo.

Vio a Thomas suspirar mirando la escena de Yoongi, saliendo con Minji de la tienda.

—¿Sabes? Minji es como un hijo para mí. Aunque no creas, Yoongi ha querido intentar lo que es ser "padre" —dijo Thomas. No había nada que le sorprendía de Yoongi, pero esta vez sí que le sorprendió.

—¿Padre? ¿Yoongi? ¿Es un chiste? —se lamió los labios riendo.

Thomas, negó y vieron como Yoongi se acercaba con Minji, teniendo su nuevo peluche.

—Al parecer alguien no soltará un nuevo peluche. —dijo Thomas, sonriendo.

Entonces, Jimin se dio cuenta. Thomas, quería tanto a Minji como si fuera su hijo. Lo que eso, era un problema para Yoongi. Algo no iba bien, Thomas sería un posible obstáculo para él.

—¿Nos vamos? Creo que deberíamos comer algo primero y luego regresar a casa. —dijo Yoongi sonriente. —¿Cuidaste bien de casa, Thomas? —el mencionado asintió con la cabeza. —¿Recuerdas cuando estabas ahí, mi pequeño? —se mordió el labio inferior recordando aquel lugar en donde había visto por primera vez cuerpos ensangrentados. Cuando lo violó y tomó su cuerpo. Lindos recuerdos.

—Cómo olvidarlo. —fingió una sonrisa.

Thomas, le extendió la mano a Minji para que este la tomara y se fueran. El pequeño agarró la mano y se adelantó a caminar con Thomas. Yoongi, miró a Jimin y se acercó a él. Tocó su brazo y deslizó su mano por su antebrazo llegando a su mano entrelazándola. El rubio lo miró con el ceño arrugado y se mordió el labio inferior.

—No hagas eso.... —susurró. —Me haces querer darte, Jimin... —el rubio, se sonrojó y bajó la mirada.

Yoongi, tiró de la mano de Jimin para caminar y salir de aquella plaza.

—¿Quieres comer algo? Uhm, no sé. Pizza, pollo, hamburguesa. Tú decides. —preguntó Yoongi, Jimin lo miró con los ojos entrecerrados y arrugó la nariz.

—¿Qué tramas? No quiero coger contigo esta noche. Estoy adolorido. —dijo este.

El castaño hizo puchero.

—No mientas, pequeño. Sea como sea, terminas cogiendo conmigo. —sonrió. —Prometo no tocar tu espalda. Solo tus caderas y algunos azotes. ¿Si?

—No todo en la vida es sexo, Min. Pareces un puberto.

—Mira quien habla. Él que me saca de todo problema sin pedirlo y quiere que le parta el culo a cada rato. Deja la ironía, Jimin. —se burló Yoongi.

Llegaron al auto en el que Thomas ya se encontraba dentro con Minji. Jimin, caminó hacia la puerta de los asientas traseros y soltó un suspiro, entró sintiendo la piel de espalda arder por el roce de la silla. El rubio, lloriqueó y cerró la puerta con fuerza, se rodó un poco hacia adelante sin tocar los asientos y miró a Minji, quien jugaba con su nuevo juguete. Yoongi, entró segundos después y le dijo a Thomas que se fuera ahí. Mirando por la ventana, el castaño sonrió al recordar cómo fue la primera impresión de Jimin cuando lo vio.

—"Señor" —dijo Yoongi, imitando la voz de Jimin cuando llamaba así. Este rio haciendo que Jimin, arrugara la nariz.

—No le veo lo gracioso.

—Para mí es gracioso, pequeño. ¿Sabes? Me ponía cuando me decías así. —Thomas carraspeó y Yoongi lo miró riendo. —Vamos, Thomas. Ríete un poco. Estás serio siempre. —el castaño le tocó el hombro. —¿Cuándo conseguirás novia?

—Cuando sea tiempo de irme, señor. —respondió Thomas, concentrado en el camino.

—¿Nunca te has enamorado? —habló Jimin.

Yoongi, se burló ante tal pregunta.

—Uhm, siempre he estado para el señor Min. No he tenido tiempo para eso.

—No me entiendes, cuando hablo de amor es porque sea algo... Tan.... —miró a Yoongi. —Tómalo como un amor familia, quizás. Alguien que quieras que esté en tu vida.

Y si lo había. Minji, se había vuelto algo más que el sobrino de Yoongi. Para él, pasar tiempo con Minji era más sagrado que cagar los cuerpos sin vida que dejaba Min, luego limpiar todo y esperar hasta que el castaño enloqueciera y volviera a hacer lo mismo. Ironías de la vida.

—No tengo tiempo para eso, joven Jimin. —dijo cortante. Jimin, asintió y miró a Minji quien se encontraba dormido. Sonrió y le acarició la cabeza, sin darse cuenta que Yoongi lo miraba desde el retrovisor con una macabra sonrisa.

Horas más tarde, el sol se empezaba a esconder dándole al cielo azul varias tonalidades oscuras y rosadas. Jimin, se bajó del auto mirando la gran casa que tenía enfrente. Después de tantos años, era primera vez que la veía. Cuando llegó a ella por primera vez, estaba drogado o con una maldita venda en los ojos. Era algo lujosa, pero se veía que estaba algo descuidada. Yoongi, llegó a su lado y le colocó una mano en la cadera, mientras que Thomas bajaba a Minji dormido en sus brazos para entrarlo a la casa, dejando atrás al rubio y al castaño.

—¿Recuerdos lindo, pequeño? —preguntó Yoongi.

—Sí, verdad que maltratar siempre ha sido un recuerdo lindo tuyo. —fingió una sonrisa.

Yoongi, deslizó su mano por la espalda de Jimin haciéndolo jadear.

—Entremos rápido, tengo algo que te refrescará. —se alejó se él y se metió las manos en los bolsillos. —Pero, tendrás que desnudarte. —dijo con una sonrisa en sus labios, haciendo que Jimin negara con la cabeza y lo siguiera para entrar a la casa.

Ya adentro, Jimin se dio cuenta que todo estaba limpio. Percibió el olor a pollo asado haciendo que su estómago rugiera. Se lamió los labios y encontró el camino hacia la cocina, pero escuchó carraspear a Yoongi. Miró hacia a las escaleras y le señaló que subiera. El rubio, se desvió y subió las escaleras para acompañarlo. Se agarró de la baranda y llegó al segundo piso, encontrándose con el castaño sin camisa. El rubio, se rascó la nuca.

—Entra a esa habitación... —señaló. —Debes recordarla. —le dijo. —Te gustaba todas las cosas que te hacía ahí dentro. —el castaño se desabrochó el pantalón y caminó hacia la otra puerta abriéndola. —Espérame ahí dentro, desnudo. Será más rápido llegar al grano con esas grandes heridas, pequeño... —y entró en esa habitación, cerrando la puerta.

Jimin, se mordió el labio inferior y se abrió la camisa blanca poco a poco, caminó hacia la habitación y entró. Cerró la puerta con el pie y se desabrochó el pantalón. Su memoria se llenó de recuerdos al ver la cama en dónde primera vez le metió un consolador y lo hizo gemir. Donde lo azotó y golpeó su cabeza contra la pared. Lindos recuerdos. Se quitó todo y caminó hacia la cama de sabanas verdes y se acostó boca abajo en ellas. Estiró los brazos y cerró los ojos luego de suspirar.

Escuchó la puerta abrirse y cerrarse, luego presenció los pasos dentro de la habitación y como una persona se le sentaba al lado. Sintió los dedos fríos recorrer su espalda haciéndolo jadear. El dedo pasó por su espalda bajando hasta su trasero y finalmente deslizándose por su cadera. Entonces, fue ahí cuando agarraron sus manos, Jimin abrió los ojos poco a poco, dándose cuenta de que no eran las manos de Yoongi. Sintió una respiración en su cuello.

—¿Cómo has estado, hermanito? —la voz gruesa se Taehyung lo espantó.

Jimin, se levantó de la cama apartando las manos de Taehyung de la suyas y cogió una almohada para tapar su entrepierna. Se sentó en la cama y miró a Taehyung, quien se encontraba de pie frente a él con las manos en la cadera. Ahora era pelinegro, vestía de pantalón beige y camisa morada. Ladeó la cabeza con una sonrisa y se lamió los labios para hablar, pero la puerta se volvió abrir dejando ver a Yoongi en la entrada.

—¿Qué haces en mi casa? —le preguntó Yoongi.

—Al parecer estás libre. —rio Taehyung y se giró para mirarlo. —¿Qué tal el manicomio? ¿Por qué no estás muerto?

Yoongi, entró a la habitación riendo sarcásticamente y se pasó una mano por el cabello. Dejó en la cama una tarro al lado de Jimin y miró a Taehyung.

—¿Cómo Jungkook? —pestañeó. —No, yo soy más inteligente. No caigo en mentiras que me dicen. —miró a Jimin y después regresó la mirada a Taehyung, quien ahora lo miraba muy serio que podía hasta dar miedo. —¿Qué? ¿Has venido a matarme? —Yoongi, se llevó las manos a la cadera.

Aún se encontraba sin camisa, pero llevaba puesto el pantalón.

—Porque, tienes 10 segundos. —dijo Yoongi. —Estoy algo ocupado.

El pelinegro miró a Jimin y rio.

—¿Aun sigues follando con él? ¿Dónde quedó tu dignidad, Park?

—Mira quien habla. Él que se folló también a Jimin y a Jungkook. Te faltó Hoseok. —se burló Yoongi. —Estamos empatados, Kim. ¿Qué necesitas?

Taehyung, soltó un suspiro.

—Vine a ver a Minji.

Yoongi, levantó una ceja al escuchar tal mentira.

—Ajá.... y ¿Desde cuándo te importa? —preguntó Yoongi.

—Desde que sé la verdad. —la voz de Hoseok entró por la puerta.

El pelinegro bajó la mirada a sus pies y empujó la lengua dentro de su mejilla, dio unos cuantos pasos hacia atrás dándole el escenario a Hoseok, quien entró a la habitación con las manos metidas en los bolsillos.

—Uhm, Yoongi. Hermanito. —una sonrisa irónica se asomó en los labios de Hoseok y avanzó hacia Yoongi, quedado frente a él. —¿Tienes algo que decirme?

Yoongi, ladeó la cabeza.

—No. —sonrió cínicamente. —¿Qué? ¿Ahora se unen los dos contra mí? —soltó una carcajada. —Ya veo que pudieron arreglar tu maldito rostro, hermanito. Sigue dándome asco. —le guiñó el ojo.

Jimin, se encontraba atónito sentando en la cama observando la escena de Hoseok con Yoongi hablando, cuando Taehyung le lanzó la ropa y se le acercó.

—Más te vale que salgas de aquí si no quieres ser el pretexto para que Yoongi se desquite. —le dijo, mientras Jimin se colocaba la ropa.

—¿Cómo mierda sabes que va a pasar?

—Uhm, ya vi la discusión y Yoongi ganará. —dijo Taehyung. —Pero, tú.... —arrugó la nariz negando con la cabeza. —Así que vístete y ven a ver el show conmigo para luego te vayas cuando empiecen los juegos artificiales.

—Entonces, Min Yoongi. ¡Te hice una pregunta! —Hoseok, lo empujó. —¿Tienes algo que decirme, imbécil?

Yoongi, rio y se lamió los labios.

—Vuelves a tocarme, Hoseok y te juro por tu puta madre que te parto la cara. —amenazó.

Hoseok, sonrió de lado riendo y volvió a empujarlo.

—¡¿Tienes algo que decirme respecto a mi hijo, Min Yoongi?!



































































AJAJA, adoro los finales felices. jpg

Despues del capitulo cinco, viene la actualidad. 





















































































































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