03| El crush de mi crush
18 de marzo 2022
"Me gustas tanto, que incluso me puedes gustar más de lo que yo te gusto a ti"
•Hara•
Ya hacia un par de horas que se había quedado en casa, no tenía ningún tipo de emoción o motivo en específico por el que quisiese salir, de todas formas.
Suspiró por octava vez en una hora, se hubo fundido en la lluvia que brevemente había comenzado a caer. Le parecía algo curioso pues, estaban en épocas primaverales lo que indicaba que no había razón por la cual debiese llover. Pero igual le pareció algo lindo, ya que el día parecía no concordar con aquella lluvia.
Era un día bastante soleado, en realidad mucho. Y aún así llovía, llovía como si al clima no le importase un jodido carajo que estuviese tan caluroso que podría fácilmente utilizar una bolsa de hielos como almohada.
Había tenido unos días bastante ajetreados esa semana, pronto estaría en exámenes y todo su tiempo libre lo había ocupado en estudiar para ello. Mas las actividades extra que ya tenía de los cursos y su mente divagando por otras cosas eran su cuento de nunca acabar.
Jongkook no la había contactado desde hace dos días, justamente, un día después de haberse quedado dormida en la biblioteca donde usualmente recurría para concentrarse en estudiar.
Miro de reojo la bolsa vacía donde hasta hace 3 días atrás contenía una barra de cereal que luego de despertar en aquella biblioteca fue lo primero que observó junto a una botella de agua.
Supuso que los empleados habían dejado eso para ella, por lo que no quiso preguntar más. De todas formas tenía hambre así que se la comió sin dudar. Además de que, sin querer que pasara se había estado saltando comidas gracias a todo el estrés que había estado cargando ese día.
Por una parte, le había tocado ser ponente en la ceremonia anual por el día del médico, hablando sobre las patologías que generalmente suelen aparecer desde edades muy tempranas y los cuidados que estas deben mantener, crear un discurso sobre la salud integral y unos cuantos temas más. Mientras que por otro lado habían otras dos cosas que la mantenían rígida.
No le gustaba que le llamaran noona, ella no era noona de nadie y aquel mocoso no paraba de decirle así. No le molestaba que le llamara sunbaenim, en absoluto, pero nunca había tolerado que le llamaran noona ni siquiera a los estudiantes de grados más bajos que ella. Nadie le decía así. Aunque eso no era lo que realmente la tenía preocupada como tal, le parecía irritante que luego de haberle aclarado ese "pequeño" punto. Él siguiese llamándola de tal manera.
Habían pasado varios días, para ser más precisa, seis. Días en lo que su ansiedad hubo estado a flote por causa de aquella extraña presencia. Aquel extraño quien ahora sabia que la seguía durante la noche. De ahí el motivo por el que había decido no quedarse hasta tarde en la calle. Ese mismo día, justo después de salir de la biblioteca, tuvo la certeza de que era así, cuando a propósito se puso a caminar mucho más lento de lo que suele hacerlo solo para verificar que efectivamente alguien la seguía. No tuvo la valentía para enfrentarlo luego de eso, porque ¿quien carajos en su sano juicio enfrentaría a un desconocido que además es acosador? Quizá luego de que su padre regresara de Daegu el próximo viernes le hablaría de ello, para presentar cargos en su contra y evitar que la situación pasara a mayores.
No deseaba mucho salir ese día, pero Jongkook hacía una semana atrás le había informado de un encuentro entre ellos dos esa tarde en clases a los nuevos ingresados de la universidad. Serían los que impartieran el pequeño curso de introducción a la Anatomía y fisiología humana.
Sin muchas ganas, giro su cabeza para ver su reloj, marcando que eran las exactas 2:00 pm, faltaba media hora aún para que Jongkook pasara por ella.
No tuvo mas remedio que levantarse de su cómoda cama para caminar hasta su baño y darse una ducha rápida.
Imaginaba que Jongkook llegaría muy puntual por ella, siendo él la persona que era, no podía esperar a que fuese lo contrario, así que tendría que apresurarse si quería estar lista a tiempo.
Pasados unos buenos 15 minutos después de salir de la ducha, optó por atarse el cabello en una trenza poco ajustada como era costumbre y ponerse un pijama morado junto a un par de deportivas blancas y su impecable bata blanca.
Nunca le había gustado maquillarse, y realmente no tenía maquillaje, los pocos productos que conservaba en su cuarto los había tomado de la recámara de su madre, un rizador de pestañas, un corrector para las ojeras, blush para las mejillas y un gloss eran sus acompañantes diarios. Y no creía necesario más que eso.
Termino por colocarse el brillo labial, para seguidamente escuchar un claxon ya bastante familiar para ella. Tomó su mochila y se encaminó hasta la salida para llegas hasta donde estaba la felicidad de sus ojos.
Él sonrió y la animo para que se acercara y finalmente se metiera dentro de su auto.
—Hoy luces más linda que de costumbre ¿acaso quieres seducir a los de primero Hari?
Ella se carcajeó y después viró los ojos.
—Quizá lo haga ¿tienes algún problema con eso? —contraatacó levantando una de sus cejas.
—No imagine que tus gustos en hombres fuesen tan peculiares. —subió sus hombros despreocupado—. Pero bueno, no soy quien para juzgarte en realidad. Solo asegúrate de que el chico con el que salgas no sea un idiota.
—¿Así como tú? —sonrió burlona mientras el fruncía su ceño.
—Oye, si tú estuvieras saliendo conmigo serías una privilegiada, soy guapo, alto, educado, con dinero e inteligente. Ninguna chica podría pedir menos que eso. —contestó con arrogancia fingida, y Hara por último fue que tomó su mejilla y la pellizcó.
—No tienes remedio. Estás loco.
—Y aún así no puedes alejarte de mí.
Ella lo miro de reojo, imaginando que él no tenía idea de cuanto le hacía sentir escuchar aquello. Y lo rápido que comenzó a latir su corazón luego de esas palabras.
—Arranca ya, no perdamos más el tiempo.
—Lo que tú me ordenes Hari.
...
No fue mucho el tiempo que tuvieron que esperar para que llegasen los demás estudiantes y poder comenzar con el curso de la primera jornada en Anatomía. Con un total de 58 estudiantes a los que debían de inducir al primer curso de una de las materias más importantes del primer semestre.
Ambos habían estado seguros de sí mismos y con una presentación excepcional y tomando toda la atención de los recién ingresos a la carrera.
Una vez después de una hora y cincuenta y cinco minutos exactos, terminaron un invaluable Gracias. Los menores no tardaron en dar sus aplausos y mientras unos comenzaban a dispersarse e ir en busca de algo para almorzar, otros más se acercaron hasta ellos para resolver sus dudas.
Hara había terminado de explicar a uno de los chicos que se acercaron hasta ella, cuando llegó otro muy sonriente, contagiando su emoción a ella.
—Hola, ¿hay algo en lo que te pueda ayudar? —hablo primero antes de estirar su mano hasta él.
—Oh... en realidad esto es un poco vergonzoso —se rasco la cabeza agachando la misma para ocultar un poco su ya evidente sonrojo—. Soy Park Sunghoon y quería preguntarle si... ¿tiene novio usted Hara sumbae-nim?
Ella sonrió cortésmente y negó.
—No, no tengo novio Sunghoon-ah, pero me gusta alguien. —giro su cabeza brevemente para ver a Jongkook con tres estudiantes rodeándolo y sonrió discretamente.
—Ah, comprendo. —sonrió de igual forma con algo de incomodidad—. Esa persona debe ser muy afortunada, no todos los días una chica maravillosa gusta de cualquiera.
—Muchas gracias por tus palabras, estoy segura de qué hay más de una chica aquí que se sienta atraída por ti, eres muy atractivo también. —asintió sonriendo.
—Bueno, no quiero molestarla. Me iré al recorrido con los compañeros, espero seguir viéndola Hara sumbae-nim, ha sido un gusto para mí.
—El gusto fue mío, y claro que nos seguiremos viendo, cualquier problema o apoyo que necesites búscame en el aula C6, ahí estoy todos los lunes y jueves de 11 a 2 de la tarde.
El más joven la reverenció y se retiró primero. Era un chico bastante lindo, no podía mentir, pero su corazón ya había sido conquistado por su mejor amigo.
Pero no fue hasta hace unos segundos atrás que sentía a su corazón tranquilo con eso, cuando sus ojos volvieron a mirarlo, sus latidos dejaron de sentirse.
Él estaba hablando y sonriendo muy alegre con una chica, con una chica que parecía conocer de hace mucho tiempo o de algún lugar. No pudo evitar sentirse celosa cuando la analizó, tenía una figura muy bonita, y no parecía ser coreana, sino más bien americana, sus ojos azules claros, su piel blanca y un hermoso cabello pelirrojo acompañaban a una cara asimétrica y una sonrisa perfecta.
Ella era perfecta.
Su cuerpo se sentía incómodo viendo aquello y la tensión creció dentro de sí misma cuando la vio acercarse hasta él y abrazarlo unos dolorosos 5 segundos.
Él le había aceptado el abrazo ¿Por qué? ¿Por qué lo había hecho? Y peor aún ¿Por qué diablos se sonrojo?
Eran muchas preguntas y seguramente de ninguna obtendría la respuesta, pero no podía evitar cuestionarse todo.
Fue entonces que forzosamente salió de su trance al verlo acercarse hasta ella.
—Es hora de irnos Hari.
No le contesto y comenzó a caminar de regreso al auto de Jongkook junto a él.
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No hablaron en ningún momento, Ha-ra estaba demasiado metida dentro de sus propios pensamientos como para poder darse a tarea de intervenir para evitar aquello. O quizá en ese momento no quería hacerlo.
—Hari... ¿estás bien? Has estado callada todo el camino. —hablo primero, estacionando el auto fuera de la casa de Ha-ra.
—Estoy bien. No sucede nada.
Asintió, y rápidamente la observó bajándose de su auto, pero antes de que cerrara la puerta del copiloto, abrió la boca para hablar de nuevo.
—Se llama Riley, fue compañera de Jungkook durante la escuela secundaria. Y yo... por un tiempo estuve enamorado de ella.
Enamorado.
Él realmente, acababa de confesarlo, y para su sorpresa o no, ella se quedó muda casi un minuto, dejando salir un suspiro para aliviar la presión en su pecho.
—Es genial, al menos ahora sé que no me seguirás guardando más secretos. —confesó intentando sonreír—. Nos vemos el lunes, Jongkook. Descansa.
Se despidió, y antes de que él pudiese decir algo más, cerró la puerta y se dirigió hasta la entrada de su casa para ingresar y cerrar sin ver atrás.
...
Ya habían pasado unos cuantos minutos desde que Jongkook se había ido, y ella se hubo quedado sentada en el banquillo de su habitación, sobre pensando lo que su mejor amigo le había confesado.
Esa chica le había gustado. Realmente no había más que pensar, pero su cabeza seguía formulando todo, vinculando antiguos recuerdos donde Jongkook se veía más emocionado de lo normal cuando sus padres lo llevaban a los Estados Unidos. Y aunque nunca se lo dijo directamente, durante algún tiempo trató de mantener un límite de contacto físico con ella, por eso cuando eran adolescentes fue que lo hizo.
Y finalmente descifró lo que en segundos le haría doler el corazón.
Ella había sido su primer amor.
Se obligó a si misma a retener las lágrimas que amenazaban en salir pronto, respiro profundo y luego, decidió acostarse sobre su cama.
En aquellos momentos era cuando más necesitaba de sus padres. De su madre, quien ahora debía de estar recostada sobre una cama de hospital siendo atendida por médicos para tratar su enfermedad.
Estaba dispuesta y mañana iría a visitarla. Realmente quería hablar con ella. Y sobre todo, la extrañaba muchísimo.
Pero en aquel momento simplemente se dispuso a cerrar sus ojos, dando el último suspiro de dolor por todo aquello antes de caer en los brazos del morfeo.
Pequeña aclaración: el de la foto de arriba es Jongkook, no quiero que se confundan y si pudieron ver la foto del capítulo anterior Jungkook tiene el cabello más largo y oscuro que Jongkook además de que algunas facciones son un poquito más toscas, y la imagen de Jongkook es más clara, se ve menos rudo y bueno, solo eso:)
Nos vemos en el siguiente capítulo 🤍
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