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—A ver, Yoongi. Ya lo hemos hablado, cariño. —dije yo. Rápidamente, su expresión se tornó diferente.
—No seré el pasivo contigo, Jimin. Estoy cansado de que muchos te vean al maldito culo, mi culo, y yo no tenga derecho de manosearlo.
Agg, ese es mi Yoongi. Posesivo, como me gusta.
¡No! ¿Quién dijo eso?
—Pero, yo no quiero ser pasivo contigo... —bajé la mirada. —O sea, mírate. Quiero castigarte...
Me sonrojé con lo último dicho.
—¿En serio? ¿Tú? —soltó una carcajada. ¿Qué le parecía gracioso? —¿Con tus tiernas manitos? Nah, me moriría de ternura.
Entre cerré los ojos y le saqué el dedo de en medio.
—Te cogeré, Min Yoongi.
—¿Ah sí? —se cruzó de brazos y puso una sonrisa pícara. —¿Nos cogemos mutuamente?
¿Por qué eso me sonó una buena idea?
¿Jimin, qué carajos?
¡Ese no fui yo!
—Entonces... —Yoongi, se acercó a mí a tono manipulador. Se lamió los delgados labios y volvió a arrinconarme. ¿Por qué estoy amando cuando se pone así? —¿Lo hacemos?
Pasé saliva. ¿Por qué me sentía tan nervioso? ¡Jimin! Domina, mierda. ¡Domina!
—Yo... ¿Ahora? —pregunté, tratando de sonar lo más razonable posible porque me estaba meando de los nervios.
—Sí... ¿No quieres? —sus manos se posaron en mis mejillas y giró mi cabeza, se acercó un poco. Tanto que faltaba un roce para besarnos. Maldito. —Tenemos las duchas libres... —sonrió.
No, no que la sonrisa me mata.
Mierda.
¡AMIGO POR FAVOR!
Y sí. Mi grandote amigo estaba despierto. Yoongi, lo notó y sonrió una vez más, pero esta vez le brillaban los ojos.
—Alguien necesita ayudita... —y en un abrir y cerrar de ojos, Yoongi se arrodilló frente a mí, abriendo mi pantalón, bajando mi ropa interior y dejando a la vista mi gran problema. —Tenme paciencia si muerdo.
Y la cagó.
—¿Qué? ¿Nunca has chupado una? —la pregunta más idiota que salió de mi boca fue esa.
Yoongi, levantó una ceja.
—Te recuerdo que haces unos meses salí del armario. —me guiñó el ojo y agarró con su mano derecha el tronco de mi miembro erecto, provocándome algunos espasmos. —Al menos se masturbas mi pene. La práctica hace al maestro.
Bombeó mi miembro de arriba abajo, mientras acercaba su boca lentamente a la punta de mi glande. ¡Lo hizo! Sacó su lengua y lamió la punta que yacía húmeda. Maldita sea, necesito que la trague.
¡Controla las hormonas!
El Jimin activo que llevo dentro se apoderó de mí.
—Tu lengua me lo dijo todo... —me mordí el labio inferior, cuando empezó a jugar con ella. Chupó la punta, succionándola. Para ser su primera vez, no lo hacía nada mal. ¿Por qué no dejaba que se la metiera? Solo lo abriré, es normal. Así es la naturaleza. —Lindo, bebé...
Yoongi, me regaló una mirada coqueta y se lo metió por completo a la boca, provocando que yo jadeara y moviera mis caderas hacia adelante.
—No lo haces tan mal, Yoonie, bonito... —remojé mis labios con saliva y dejé escapar un agudo gemido, cuando esté metió todo mi miembro en su boca. Me quedé boquiabierto y sorprendido.
Yoongi, lo sacó de su boca y bombeó de nuevo. Volvió a lamer el glande y a succionar llevándome al décimo cielo de los santos. Era increíble con esa maldita boca.
—Yoonie... —gemí, a gusto a sus increíbles mamadas.
Llegue al orgasmo. Mi cuerpo me traicionó por primera vez. Él se detuvo, dejándome desconcertado.
—Yoongi, ponte de espaldas. Ahora... —dije agitado y excitado.
Mi novio, me regaló una sonrisa y negó con la cabeza.
—Ponte tú... —dijo él.
Apreté la mandíbula y acerqué mi mano a mi miembro doliente. Pedía atención. ¡Necesitaba un culo!
—Vamos, Yoonie... —me mordí el labio y masturbé mi miembro. —Será rápido. Prometo hacerlo lento... Por favor... —estaba que lloriqueaba de la excitación que sostenía.
Yoongi, lo pensó. Maldito.
Lo pensó y lo segundo que vi, fue él despojándose de su pantalón y colocándose de espalda contra al casillero. ¿Qué día era hoy? ¿Mi cumpleaños? ¡Tremendo regalo!
Dejó a la vista sus hermosas, divinas, deliciosas, preciosas, jugosas nalgas. Haciendo que mi miembro se pusiera más contento de lo que estaba. Me acerqué a él emocionado.
—En mi pantalón hay un condón. Agáchate y búscalo. —pidió.
—¿Es en serio, Yoongi? No te lastimaré. —dije.
—¡El condón está en mi pantalón! —levantó la voz.
Rodé los ojos y dejé mi miembro para agacharme, tomar su pantalón y buscar el condón en los bolsillos. Busqué por todos lados, pero lo extraño que escuché a mi espalda. Fue el sonido de una envoltura siendo rasgada, un silencio incomodo, una mirada que me quemaba la espalda y lo siguiente a suceder. Las manos de Yoongi en mi trasero, separando un poco mis nalgas para dejar a la vista mi entrada. ¡ME LA HIZO!
—Te engañé, pequeño... —soltó una risita coqueta. —Ahora si diré yo que no te dolerá.
Maldije en mis adentros y traté de levantarme. Pero, ya era tarde. Yoongi, había tomado su miembro y lo llevaba directo a mi entrada.
Mierda y más mierda.
Se supone que soy el activo, ¿No? ¿Por qué mierda no me muevo?
—Gran trasero, joven Park. —lo escuché decir, para luego sentir la punta de su miembro tocar mi entrada. —Lindo chico... —no podía ver lo que sucedía. Pero, lo que pasó fue que, apoyé las manos en una banca y solté un suspiro.
Yoongi, entró poco a poco, soltando algunos jadeos y haciendo que jadeara yo también. Pero, para cagar el rico momento y odioso igual porque soy el activo. Entró Seokijn acompañado de Taehyung a los vestidores con gran escándalo haciendo que Yoongi saliera de mí.
—¡¿Qué mierda?! —exclamó Seokjin. —Maldita sea, aquí no. —dijo Seokjin, tapándose los ojos.
Taehyung, hizo una mueca de asco y apoyó su frente en un casillero.
—¡VISTANSE AL MENOS! —dijo Seokjin, repugnado. —Es una maldita escuela, respeten.
Me enderecé, les di la espalda y me subí la ropa interior y pantalones. Mis mejillas querían explotar de la vergüenza. No era la primera vez que había cogido ahí. ¡¿Por qué tengo tanta sal en mi vida?! DOS VECES ME HAN CACHADO.
Vi a Yoongi quien trataba de esconder su cara por todos lados, pero no podía. Era extraño. Estaba avergonzado.
—Yoongi, ¿Qué mierda pasó contigo? —se burló Taehyung, al verlo acomodarse la ropa. —¿No eras el pasivo?
Lo miré discretamente.
—No... —fue lo que respondió con sequedad.
Cogió su bolso, se peinó sin decir una palabra y pasó en medio de Seokjin, Taehyung y yo. Solo escuché el portazo de la puerta al cerrarse.
—Uh... ¿Debimos irnos? —dijo Taehyung.
Solté un suspiro.
—Jimin, ¿No se dejó? —preguntó Seokjin y yo negué. —Ummm, tiéndele una trampa.
—¿En serio no quieres ser el que le den? —preguntó curioso Taehyung, metiéndose las manos en los bolsillos.
—La verdad no. Quiero ser quien le parta el culo a Min Yoongi. Necesito que todos sepan eso. —Taehyung y Seokjin se miraron y reprimieron una sonrisa.
—¿Qué?
—Que los dos dicen lo mismo. —Seokijn, se sentó y se cruzó de brazos riendo. —Esto será divertido.
Taehyung, se pasó una mano por el cabello y sonrió.
—Deberías hacer lo que hice con Jungkook. —la piel se me heló. —Verdad o reto, o piedra, papel o tijeras. Los juegos se hacen ebrios. —dijo él.
—Eso es aprovecharse, Taehyung. —comentó Seokjin.
—Nah, a él le gustaba.
—¿Y al día siguiente se acordaba? —pregunté.
Taehyung, arrugó el ceño y se encogió de hombros.
—Ni yo me acordaba. —los tres reímos. —Inténtalo con Yoongi.
El timbre sonó, anunciando la próxima clase. Geometría, con Jungkook y Yoongi. Gracias suerte.
—Por cierto, ¿Qué pasó con el imbecíl de Jungkook? —preguntó Seokjin, haciendo que Taehyung arrugara el ceño.
—Am, me robó un beso... Estando desnudo... —comentó. —Y estando con Yoongi.
Taehyung y Seokjin, se quedaron boquiabiertos.
—¡Vaya! Nuestro Jungkook creció y al parecer... —miró a Taehyung. —Te superó.
El mencionado rio y negó.
—Lo hace para llamar mi atención. Desde que le dije que no quería una relación sería, se ha puesto a la defensiva conmigo. —dijo Taehyung.
Cogí el bolso del piso y me lo guindé en el hombro.
—Bien, iré a clase. Los veré en el almuerzo. —dije, despidiéndome y caminando hacia la puerta.
Taehyung y Seokjin asintieron.
—¿Ustedes no tienen clases? —pregunté.
Los dos se miraron incomodos y negaron. Entre cerré los ojos pensando y luego sonreí.
—Cuídense... —dije y salí de ahí.
Me ajusté la camisa del uniforme y pasé saliva, mientras caminaba a paso rápido hacia el salón de Geometría. Para que este día fuera interesante, la puerta estaba cerrada. Tenía que inventar una excusa nueva.
Di que te estabas cogiendo a Min y por te retrasaste.
Calla, eso no.
Sí, ándale. Será divertido ver como se sonroja.
¡No!
Toqué la puerta.
Tienes 10 segundos, Park.
Calla, conciencia.
Tomé un respiro y esperé al profesor decir "adelante" lo dijo y abrí la puerta. Las miradas cayeron sobre mí. Vi hacia los asientos traseros y Yoongi no estaba. Me puse pálido.
—Señor Park, 10 minutos de retraso. —dijo el profesor mirando su reloj de mano.
—Disculpe, estaba atendiendo una necesidad en el baño. —mentí.
CON YOONGI. TENÍAS QUE DECIR CON YOONGI.
—Que no se vuelva a repetir. Toma asiento. —asentí y cerré la puerta detrás de mí.
Busqué mi asiento, delante de Yoongi y al lado de Jungkook, lastimosamente este si estaba ahí y me miraba como si fuera la última coca cola del desierto.
—¿Qué tan importante era ese asunto en el baño, Park? —susurró Jungkook.
Traté de ignorarlo.
—Por cierto, escuché lo de los vestuarios. —rio él. —Yoongi está muy enojado contigo...
Lo miré y apreté los puños.
—Él no es pasivo. Nunca lo será. Es Min Yoongi. —solté un suspiro y me acomodé en mi asiento relajando las piernas.
Cambié la mirada a la pizarra y una sonrisa vengativa se formó en mis labios.
—Yo cambiaré eso... —le dije.
—Smap.
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