Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

²

Entre risas y besos desenfrenados. Yoongi y yo nos quedamos profundamente dormido. Sí, no tuvimos sexo. PORQUE NO QUISO PONERSE EL MALDITO ARNÉS.

Respira, Jimin...

Entonces, un día llegó. Los ronquidos de mi fiel amado se escuchaban por toda la habitación. La alarma para ir a la preparatoria habla sonado y, ahí me encontraba yo. Sentado en la cama de brazos cruzados pensando en un maldito truco en despertarlo sin que me pegue en el rostro. Sí, Yoongi tenía la costumbre de estirarse y golpearme. Idiota.

Así, que lo hice. Me acerqué lentamente a su rostro y dejé pequeños besitos mientras, tocaba su abdomen con delicadeza y dibujas corazones con mi dedo índice. Lo vi sonreír y bostezar. Fue ahí, donde me alejé, pero su mano me sorprendió poniéndola encima de mi entrepierna. Sonrojado y acalorado, pasé saliva. Él movió su mano con total lentitud, haciendo que mi dormido miembro se moviera poco a poco por cada toque.

Mi respiración se agitó y mis sentidos solo pensaban en "Dale duro a Yoongi y partirle el culo"

Ay, pero que cosas digo. Jesucristo, purficame.

Siguió moviendo su mano con un poco más de habilidad y consiguió despertarlo por completo. Con mis pensamientos puestos en su trasero, solo me dejé llevar. Todo iba, de verdad. Todo estaba tan perfecto. Se sentía tan delicioso, pero el hijo de su madre la tenía que cagar diciendo.

—Que bonita ardillita tienes, Minnie... —¡Estaba apunto de explotar!

ESTABA SOÑANDO QUE ACARICIABA UNA ARDILLITA, DONDE ESTABA MANOSEANDO MI ARDILLOTA. TENGO EL EGO HASTA EL SUELO AHORA MISMO.

Quité su mano con brusquedad de mi pantalón, haciendo que se despertara algo exaltado. Me levanté de la cama, aún co mi erección doliente y caminé hacia el cuarto de baño. Donde cerré la puerta con seguro y me metí a la ducha tan rápido como me quité la ropa.

Minutos más tarde, escuché los suaves toques de Yoongi llamando a la puerta. Con mis ojos cerrados aún por el champú, corrí la cortina de baño y caminé hacia la puerta, quitándole el seguro y abriéndola —aún con los ojos cerrado— me llevé las manos a la cadera.

—Me estoy bañando. ¿Qué necesitas? —dije yo.

Unos segundos de silencio cuando pude sentir su respiración cerca de la mía y luego sus labios encima de los míos, besandome con desesperación. Me pegó a su cuerpo, deslizó sus manos por mis espalda hasta mi trasero. Muy gay de tu parte, Min.

Seguimos con tanto amor y provocación, que abrí los ojos para mirarlo, ya que me sentía tan bien sentir su gran erección chocar con la mía. Pero, noté cabellos negros. Yoongi, era castaño. Quizá era por lo borroso que veía. Además, se sentía un poco alto. Hormonas, relajense.

Entonces, mis ojos ardieron por completo. ¡No me había sacado el champú del cabello!

Lo empujé con brusquedad, haciendo que se golpeara la cabeza con la puerta y corrí hacia la ducha —la cual aún tenía la regadera abierta. (Sí, el recibo lo pago yo —y metí toda mi cabeza bajo la regadera para que se quitara todo el exceso de champú en mis ojos.

—Oh, Jesucrito. Esto arde más que nalgadas con latigazos... —expresé. —Maldito champú.

Jimin, Yoongi sigue ahí.

Ah sí, sí. Cierto.

Me froté los ojos con rapidez y los abrí, sintiendo un poco de dolor. Traté de buscar a Yoongi con la mirada, pero este ya no estaba.

—¿Yoongi? —lo llamé y no respondió.

Minutos más tarde, me di cuenta de que se había ido sin decir nada. ¿Lo habré lastimado cuando lo empujé? Sip, quizá fue eso.

Una hora más tarde, me acomodé el bolso en mi hombro y caminé hacia mi casillero. Era el último año, por lo tanto tenía que hacer el examen de ingreso a la universidad. Asustado estaba, pero también estaba tranquila. Ah, miren ahí viene Yoongi. Cerré mi casillero con fuerza y sonreí acercandome hacia él.

—Yoonnie, lo siento por lo de esta maña... —solo siguió caminando, ignorando mi existencia.

Arrugue el ceño y me giré para mirar su espalda alejándose de mí. Pasé saliva y me lamí el labio inferior. Fue ahí, cuando dos manos se supieron en mis hombros espantandome y unos labios se acercaron a mi oreja para susurrarme algo que me dejó casi muerto.

—Bonito trasero, Park. Ese beso me dejó con ganas de más, pero ese golpe... —río. —Me dejó adolorido.

Abrí los ojos completamente y asustado me giré para mirarlo y sí, ahí estaba. Se encontraba Jeon Jungkook mirándome con una sonrisa pícara.

—Tú..., ¿Cómo es que entraste a mi casa? ¡ESTABA CON YOONGI! Y ME BESASTE... —le grité empujándolo.

—Ay, Park. Ya déjalo. Todos sabemos que eres el pasivo ahora. Muy bien lo demostraste. Pero, hey. Gozate tu último año conmigo, lindo. —sonrió, acercándose un poco más a mí.

Pero, antes de yo pudiera decir algo. Percibí que un puño se estrellaba en la cara de Jungkook, haciéndolo tambalear hacia atrás.

—¡NO TE ACERQUES A JIMIN, NIÑATO! —lo escuché decir.

Lo miré, su pálida cara estaba roja de la rabia y apretaba muy fuerte los nudillos. Con su otra mano libre, me agarró de la muñeca y tiró de ella para alejarme de Jungkook y así arrastrarme lejos de él y por el pasillo de la preparatoria haciendo un escándalo.

—Te guste o no, Jimin. No soy tu maldito juguete para que estés besando a quien se te plazca y mucho menos desnudo. —me dijo, regañadientes.

—Yoongi, eso no fue así, yo...

—¡Cállate! No hables. No quiero oírte. —pero, tampoco me soltó. Me siguió arrastrando hasta los vestidores de hombres.

Ahí dentro, me empujó contra los casilleros y empezó a besarme tan brusco que me hacía sentir incomodo. Me tocó por todas partes, haciéndome sentir sucio. Este, no era mi Yoongi. No era del que me había enamorado.

—Yoongi...., No. Basta. —murmuré.

—Eres mío, Jimin. ¡Soy tu novio! —exclamó. —DEBES SERME FIEL Y RESPETARME. —me empujó un poco más fuerte hacia los casilleros.

—Yoongi, déjame explicarte. Las cosas no son como tu crees...

—¡Te vi! Le seguiste el maldito beso, Jimin.

—¡PENSÉ QUE ERA TÚ! TENÍA CHAMPÚ EN LOS OJOS. SE SUPONE QUE ESTABAS EN MI HABITACIÓN... —exploté. —No sé cómo mierda entró. No lo sé...

Vi a Yoongi suspirar fuerte y llevarse las manos a la cadera. Caminar de lado a lado en busca de alguna respuesta o pregunta. Me estaba preocupado mucho su actitud.

—Yoongi, por favor. Hablemos... —pedí.

—¿Fue un accidente? —preguntó y yo asentí.

Un minuto de silencio reinó entre los dos, para luego ver como Yoongi se me acercaba con sigilo y me arrinconaba contra el casillero. Pegó nuestras frentes y se mordió el labio inferior.

—Quiero hacerte mío, Minnie... —susurró, haciendo que mi piel se erizara.

A ver, cuerpo. ¡Tu das, no te dan!

—Tengamos sexo.... —me dijo.

¡POR FIN JESUCRISTO!

—Necesito darte.

Ay no, Jesucristo. Yo soy el que da.

¡Ayuda!









































































Smap.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro