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Un chico de cabello anaranjado brillante, se encontraba en su cómoda camada mientras se masturbaba con una película porno desde su televisor. Agitado y mordiéndose los labios, me encontraba yo. Park Jimin, novio y ex mejor amigo de Min Yoongi.
Desde que habíamos empezado la relación, todo eran besos, caricias y palabras bonitas. ¡¿DÓNDE ESTA MI TOQUE TOQUE?! No me quiere, apuesto.
¡TRES MESES! De relacion y no me deja hacerle un maldito oral, porque cree que es pasivo. Aunque... Sí, bueno. Sí lo es.
Pero, eso no es todo. El señor Min Yoongi, me dijo que hoy íbamos a ver una película y adivinen quién la está viendo solo.
Y sí, mentes sanas. Nos íbamos a masturbar juntos.
La cosa es que, lo he llamado 10 veces y sale su engreída voz de tono "Hola bro, si no te contesto es porque ando con una puta." Y no quiere cambiar el tono, porque supuestamente tiene que esperar un año. MENTIRA, yo lo cambié en dos días.
Subí la velocidad sobre mi erecto miembro y miré una vez más hacia las finas nalgas del protagonista a quien lo estaba azotando. No, no me provocó ni una pizca ser el pasivo. Mucho menos con Yoongi. Tiene más cara de pasivo que yo. Aunque..., con Hoseok si lo hice. ¡Pero fue un error!
Justo cuando sentí lo mejor del orgasmo, el teléfono sonó a mi lado, dejando a la vista la llamada entrante de Yoongi. Bufé algo mareado y estiré mi mano para coger el teléfono y contestarle la llamada.
—Espero y tenga una buena excusa... —dije y moví el dedo en la pantalla para contestar sin soltar mi miembro con la otra mano. —¿Dónde estás?
—Hola bebé.... Tengo una buena excusa....
—Habla, Min.
—Es que... ¿Te gustan las hamburguesas?
Lo notaba nervioso y algo riendo. Entonces, escuché dos risas y un "Deja el teléfono Min, te enseñaremos a ser pasivo" más que nada, Namjoon y Taehyung. En mi ser que ya no era "perro" me decía que eso no eran cosas buenas.
—¿En serio preferiste irte con ellos que venir a hacernos la masturbación juntos?
Yoongi rompió en risas.
—Minnie, no es lo que tu crees.
Se podía escuchar como trataba de ocultar sus malditas risas. Estaba ebrio el desgraciado.
Dejé de masturbarme y colgué su llamada.
—Hijo de.... —suspiré. —Tu mamá.
Metí mi miembro en el pantalón estando triste por no tener la atención deseada. Me senté en la cama y me puse las sandalias para salir de mi habitación. Cogí las llaves de mi apartamento y salí de mi habitación. Caminé por el pasillo, hasta llegar a la puerta para salir atravesando la sala y la cocina. Abrí la puerta y la cerré detrás de mí para empezar a caminar por el oscuro y silencioso pasillo del edificio.
Llegué al ascensor y lo pedí, pero para mi sorpresa este le faltan dos pisos para llegar al mío, lo peor de la noche, es que al abrirse las puerta del ascensor, Hoseok me sorprendió con un nuevo color de cabello. Ahora era rojizo, su cuerpo se veía un poco más grande y hacía resaltar sus hombros. Al parecer, estaba yendo al gimnasio.
—Hola... Hoseok... —saludé algo nervioso.
—Ah, Hola Park. —si si, sé que te dolió que te usara. Ya pedí perdón. —¿Cómo te trata la vida?
—Pues genial, se supone que Yoongi y yo nos íbamos hacer el auto delicioso y me dejo mal por ir con las malas influencias de sus amigos. ¿Puedes creerlo? —solo lo pensé, a lo que si dije. —Bien, ¿A ti?
—Que bien. Buenas noches. —me dijo saliendo del ascensor y pasando por mi lado, dejándome con un millón de preguntas.
Me mordí el labio inferior y entré al ascensor. Presioné el último botón y las puertas se cerraron automáticamente. ¿Por qué salí? Bueno, cuando el idiota de Yoongi dijo que si quería hamburguesa, sí. Me dio hambre y aquí voy por una.
Llegué al último piso y salí de mi edificio. Vestía denim buzo gris y jogger negro con sandalias abierta. Hacia frío a las 10 de la noche, pero me gusta toturuarme. ¿Debería ser el pasivo? Nah, si se crean. Dios me dio las nalgas para dar, no para que me den. ¿Era así? ¿Cierto?
Duré unos minutos caminando hasta ver en una esquina un carro de hamburguesas. Mi estómago rugió y mi cerebro ordenó a mis pies a caminar más rápido y así, llegue ahí.
—Hola, una hamburguesa con triple queso y una coca. Para llevar. —dije yo al chico que atendía.
Mientras buscaba en mis bolsillos, me di cuenta que se me había quedado la billetera. Me pegué una bofetada mental y traté de soñar desesperado. Mi hambre no me dejaba pensar tranquilo sobre el robo que iba a hacer. Tomaba la bolsa y salía corriendo.
—¿No traes dinero? —una voz desconocida me exaltó.
Me giré y me encontré mirando unos cálidos ojos verdes. Asentí.
—No, yo lo dejé en casa. —dije yo. ¿Por qué temblaba? Quizá era porque el chico era muy simpático. Sí, quizá.
¡JIMIN TIENES NOVIO!
Y es un imbecil.
—Yo puedo ayudarte. Soy nuevo en la ciudad y quiero hacer una buena caridad. Quizá podamos ser amigos. —sonrio. ¡Qué bella sonrisa!
¿Qué carajos me pasa?
Mis latidos aumentaron un poco más de lo normal y pasé saliva.
—Señor, su pedido está listo. —escuché que el chico que me atendió me llamaba a mis espaldas. Pero, no sé porque no me moví. Me quedé estático viéndolo a él.
—Muchas gracias. —respondió el chico, pasando una mano por encima de cabeza recibiendo la bolsa blanca con una sonrisa. Le extendió el dinero al chico y luego dirigió sus hermosos ojos a mí.
¿Dije hermosos?
JIMIN REACCIONA HIJO DE TU MADRE.
—Ten. Disfrútala. —me extendió la bolsa el chico.
—Yo, de verdad... —mi lengua se trabó y estaba sudando.
—No agradezca. —cogió mi mano y puso la bolsa encima de ella.
—Si me acompañas a mi edificio, te lo pagaré. —dije yo.
—No hace falta. Tómalo como un favor. dijo pasándose una mano por el cabello negro. —Quizás nos encontraremos un día de estos y me dabas este favor. —sonrió. —Nos vemos luego, amigo. Disfruta la hamburguesa.
Dijo y se fue dejándome con palabras en la boca. En una especie de shock, me encontraba yo. Park Jimin, el sensible chico que le han conquistado el corazón.
—¡PARK JIMIN! —escuché un grito conocido.
—Que extraño, suena a Yoongi. —reí, pensando en el chico que había conocido.
¡Esperen un momento!
Me giré y pude ver a Yoongi quien caminaba con rapidez hacia mí con las manos hecha puño. Hice mi mejor sonrisa y traté de no ponerme nervioso.
—No finjas que ya te vi lo que hacías, sucio. —dijo él cuando llegó a mí.
¡¿Cómo pudo saber que le hice el amor al chico en mi mente 20 veces?! ¿A caso lee la mente?
—Yo, puedo explicarlo... —respira Jimin, respira.
—Yo te traía una hamburguesa de reconciliación. hizo un puchero.
De pronto sentí como un alivio.
—Ah, eso. —reí nervioso. —Mira el lado bueno, ahora podemos comer los dos, mientras discutimos quien será el pasivo. ¿De acuerdo?
—Sabemos que lo serás tú. —me dijo Yoongi y reí.
—Sí y las Kardashian son planas.
Los dos reímos y caminamos de regreso a mi edificio.
—Smap.
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