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Luego de unos largos y eternos minutos. Me encontraba yo sentando en la mesa al lado de Seokjin, habían servido la comida y los demás comían mientras yo simplemente no dejaba de pensar en Jimin. En donde podía estar o qué podía estar solo. No me gustaba cuando pasaba tanto tiempo a solas y más si acabábamos de discutir.
—Yoongi, come un poco. —dijo Seokjin.
—No tengo hambre. Quiero ver a Jimin.
Él soltó un suspiro y miró su reloj de mano.
—Creo que puedes ir a buscarlo. —dijo este.
Solté un suspiro y me levanté de la silla. Le di una mirada asesina a Soobin quien disfrutaba de la leche con plátano que Seokjin le compró. En parte, debería agradecerle. Pude irme cuando Jimin estuviera dando el discurso y hubiese sido peor el problema.
Caminé de regreso dentro de la casa y me encontré al castaño discutiendo con el padre de Jimin. Los dos me miraron y yo me metí las manos en los bolsillos. Quería decirle que era un maldito mal padre. Teniendo encima favoritismo y dejar en la nada a Jimin. Él no era un objeto, no se conforma con cosas materiales como ellos solían darle. Jimin, es más que eso. Jimin es una hermosa persona.
—Tú. —me señaló el padre de Jimin. —Tenemos que hablar.
—¿Hablar? —dije yo. —Pero..., ¿Usted no tiene favoritismo con su hijo? —me metí las manos en los bolsillos del pantalón delanteros.
—No tengo ningún favoritismo con nadie. —contestó serio él. —Jimin siempre lo malinterpretó con Jinyoung. Siempre tuvo cosas diferentes que Jinyoung no tenía. Simplemente no lo tratamos con a él.
—Ummm, ¿Y a qué le suena el no tratar igual? Jinyoung no es su hijo, señor. —contestó Yoongi. —Creo que debió prestarle más atención a su verdadero hijo que mandarle todos los días dinero, comprarle cosas cara y darle un apartamento. ¿Dónde dejó la calidad de lo que es una familia?
Como no respondió lo que dije. Simplemente él bajó la mirada. Me dispuse a caminar hacia la puerta para salir y buscar a Jimin, pero alguien me agarró el brazo. Me giré y me solté del agarre cuando vi a Jinyoung.
—Si lo buscas, puede estar a una cuadra de aquí. El parque. —me dijo. —Siempre va ahí cuando esta triste. Espero y te sirva.
Si él esperaba un gracias de mi parte. Estaba muy equivocado. Abrí la puerta y salí de la gran casa. Saqué mi teléfono y empecé a llamar a Jimin una y otra vez sin parar mientras caminaba una cuadra como me lo había indicado Jinyoung. A unos kilómetros pude ver el parque que él me había mencionado. Solté un suspiro y colgué la última llamada que estaba por irse a buzón. Caminé hacia el parque a paso rápido sintiendo una gran adrenalina apoderarse mi cuerpo. En serio quería disculparme con Jimin.
Llegué ahí cruzando la calle y observé lugar buscando a un pelirrojo escandaloso vestido se traje, pero no veía nada, excepto padres con sus hijos paseando, parejas besándose, abuelitos sentados en las bancas y uno que otro vagabundo. Pero, ¿Y Jimin?
Mi teléfono vibró en mi mano y un mensaje de Jimin apareció en pantalla. Mi corazón se detuvo unos segundos. Entré al chat y leí.
Ojitos
Dentro de la tobogán.
¿Estás en el tobogán?
Ojitos
Sí. Te estoy viendo desde aquí.
Jimin, me resultaba muchas veces tierno. Otro aspecto que me había enamorado de él. Ahora, se escondía dentro de un tobogán de niños para que nadie lo mirara llorar. Es un ser tan hermoso.
Caminé hacia los juegos y observé las pequeñas escaleras para subir al tobogán. Todo sea por Jimin y su perdón. Me quejé al subir y escuché mi espalda crujir. Definitivamente tenía mente joven, cuerpo de anciano. Solté un quejido al subir y gateé hacia dentro del tobogán en donde me encontré a mi lindo pelirrojo con las piernas abrazadas al pecho.
Gateé dentro del tobogán hacia él y me senté a su lado de la misma forma. Me sorprende que pueda entrar en una cosa como esta sin tener que lastimar mi cabeza o mi cuello. Culpemos a la estatura que Jimin y yo tenemos.
Solté un suspiro a estar a su lado y me lamí los labios para empezar a hablar y disculparme. Tragué duro y deslicé mi mano para tomarla la de él, pero él la apartó. Sí, me dolió tanto.
—Jimin, yo lo siento... —dije. —De verdad no pensé en tus sentimientos por lo egoísta que soy. Tampoco te llegué a preguntar o me senté a preguntar sobre cómo era la relación con tus padres. Siempre pensé que te habías llevado muy bien con ellos por todas las cosas que tenías. —me lamí los labios. —Desde que te conocí aquel día en primaria, siempre sentí una conexión contigo. Muy emocional. Pero, también sentía que éramos diferentes. Tenía miedo desde entonces que nunca te llegase a gustar como amigo. —él no me miraba. Se mantenía con la mirada al frente, observando el color azul del tobogán. —Luego de recibir las cartas y no saber que eras tú, obviamente entré en pánico. Nunca había dudado de mi sexualidad hasta que pude confiarla contigo. Pasaron muchas cosas contigo, Jimin, que de verdad me siento como una basura. A pesar de que seamos novios, también somos amigos, los mejores. Sabes todo de mí, pero yo muy poco de ti. —me mordí el labio inferior. —Me disculpo por lo imbécil, idiota, patán...
—Egocéntrico de mierda. —dijo él y yo me reí.
—Por ser un egocéntrico de mierda. Por no saber tus sentimientos.
—Por no querer ser el pasivo conmigo. —seguía sin mirarme.
—También por eso y por muchas cosas más, pero ahora lo que importa no es eso. Desde que noté hace una hora como máximo el cambio de tus emociones de una tristeza a una calentura, en serio me sorprendiste tanto como ocultar tu tristeza en falsas características. —lo miré. —Conmigo no seas así. Siéntete libre de expresarte conmigo. Si te sientes incómodo conmigo, solo dímelo. Si hice algo mal, por favor refutamelo, pero no dejes que la cague más y te hiera a ti, por favor.
—No es porque la cagues, Yoongi. Hay un poco de culpa mía aquí porque tampoco quise hablar de mis padres y como era mi relación con ellos. Es difícil contarlo. Sé que somos novios, pero simplemente quería olvidarme de que ellos no existían para mí. —se absorbió la nariz. —Cuando te conocí, siempre me gustaste. Sabía lo que me gusta y que me atraía, pero decidí ser tú amigo. —se limpió las lágrimas. —No era que no quería acostarme contigo. Lamento si pensaste que en algún momento no quería, donde sí. Simplemente que no estaba seguro si nuestra relación iba a funcionar del todo bien. Miramos aquí, ya vamos para casi un año juntos desde que nos confesamos el amor. Pronto nos guardaremos y iremos a la universidad. —esta vez me miró. —No te quiero perder, Yoongi. —¿Saben? Hizo que algo en mi pecho volcara. —Sentí que eras mi refugio fuera de la pesadilla en la que vivía. Pasaba en tu casa y molestandote porque quería más de tu atención, que me notaras y yo pudiera comentarte por lo que pasaba. —me acerqué a él y me le di un beso en los labios.
—Tampoco te quiero perder, Jimin. —juntamos nuestras frentes. Solté un suspiro al sentirlo tan cerca. —De verdad eres lo que está bien en este mundo. No dejes que tu nadie, ni yo. Te haga sentir lo contrario.
Nos alejamos unos segundos y nuestras miradas se cruzaron unos segundos. La tensión llegó entre nosotros y nuestros labios volvieron a juntarse en un apasionado beso. Él introdujo su lengua en mi boca para entrelazarla con la mía, mientras yo empujaba su nuca para profundizar el beso. Le mordí el labio inferior y sentí su mano colarse en mi entrepierna.
—Te dije que... —tomó aire por lo agitado que estaba. —Me iba a portar mal... y que me cogieras como a uno. —susurró en mis labios.
Ah, caray. Este Jimin como que si me agrada.
Créeme y a mi también.
—¿Estás hablando en serio? —pregunté.
—¿Crees que bromeo? —sonrió. —Uhm, escuché a mi madre decir que tenía habitaciones para todos. De suerte pude conseguir que tú y yo durmieramos juntos.
—¡Tus padres! Debemos regresar. —le dije.
—¿Debería disculparme por lo que dije hoy?
—¿Y no darle chisme a las personas? Muy básico de tu parte, Jimin. —me reí y también él. —Ellos son los que deberían disculparse contigo, cariño.
Salimos del tobogán para niños y caminos para salir del parque. Tomados de la mano regresamos a la gran casa manteniendo las miradas de los invitados y familiares. Namjoon quien hablaba con Jungkook se acercaron a nosotros dándonos una buena sonrisa.
—¿Y? ¿Todo bien? —preguntó Jungkook. —¿El imbécil dejó de ser imbécil?
—Tengo una queja. —dije yo, mirando a Jimin. —¿Puedo saber por qué Jeon niño Jungkook sabía tantas cosas tuyas conmigo?
Jimin se sonrojó.
—Se le llama hermandad. —dijo Jungkook. —Por lo menos, tu sabes disculparte. —soltó un suspiro.
Jimin a mi lado hizo una mueca y se mordió el labio.
—Pues..., ustedes comparten cuarto esta noche. —Jungkook se sorprendió. —Si no se arreglan así, supongo que no lo harán nunca.
—Todos aquí tienen una vida sexual muy activa. Me siento idiota. —dijo Namjoon.
—Jimin. —la voz del padre de Jimin hizo que todo lo miraramos. —Uhm, ¿Podemos hablar un minuto? En privado si es posible. —le agarré fuerte la mano a Jimin y él me sonrió.
—Sí. —dijo él y caminó hacia su padre, soltándome la mano.
Solté un suspiro y miré a estos dos.
—¿Creen que debería disculparme con TaeHyung?
—Yo estoy en desacuerdo. —habló Jeon. —Se merecía un buen puñetazo.
Los tres reímos y caminos hacia el jardín. Me sentaría a esperar a Jimin luego de su charla con su padre. Después de todo, quería ser alguien que lo apoyara en todo. No quería dejarlo. Quería que solo estuviéramos él y yo juntos. Quería que Jimin y yo tuviéramos más que un solo noviazgo.
¿Qué carajos estás diciendo, Min?
No lo sé, creo que podría ser una loca idea. ¿Tú qué dices conciencia?
Se supone que yo te hago razón. Me asustas con esos pensamientos.
¿Debería comprarle un anillo?
Y te perdí, Min.
Creo que yo también no soy el mismo después de todo. Jimin, me ha hecho entrar en razón en muchas cosas.
¿Desde cuándo tan romántico?
Desde que supe que estaba tan enamorado de Jimin.
Dices eso y ni sabías cuántos años iba a cumplir.
Cállate, eso no va al caso.
—¡Yoongi! —la voz de Soobin llegó a mis oídos. —Oye... ¿Esta Jimin bien? Seokjin me contó que estaba llorando. ¿Qué le hiciste, idiota?
Este mocoso me saca de quicio.
—Jimin está bien, mocoso. Ya puedes tratarme como quieras. Jimin ya sabe la verdad.
Él hizo una pequeña "o" con su boca asombrado y asintió.
—Entonces... ¿Ya no te puedo tratar bien?
Negué.
—Ya puedes tratarme como quieras, mocoso.
—Marica.
Le di una mirada asesina.
—Tampoco así, mocoso. Ahora, ve a jugar por ahí.
—Yoongi... —me llamó él. —¿Puedes darle a Jimin esto de mi parte?
—¿Qué cosa, mocoso?
Soobin se acercó a mí y me dio un abrazo apoyando su cabeza en mi pecho.
—Un abrazo. Debe necesitarlo. —se alejó de mí y se giró para irse.
Quien diría que el mocoso no es tan lucifer después de todo. Solo le gusta llamar la atención.
Quería estar Jimin, eso era lo que necesitaba ahora mismo. Simplemente, quiero a Jimin.
—Oigan. —dijo Jungkook. —¿Jimin siempre perdió la apuesta?
Agregué el ceño. ¿Apuesta?
—Si se pintó el cabello rojo es por algo... ¿No?
Los miré y me acordé de la apuesta que había hecho con Taehyung. Si Jimin se dejaba coger antes de la graduación tendría que teñirme el cabello rubio. Sabia que podía perder y por eso me teñí antes. Ahora... ¿Cuál fue la apuesta que hizo Jimin para tener ese cabello rojo?
Me enkta eto.
Ya nos quedan 2 capítulos y el especial, lloremos ♡
3/3
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