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Asentí y me alejé de ellos. Había estado conteniendo el aire. ¿Cómo fue que hablé? No sé. Pero, ahora estoy caminando con las piernas temblorosas hacia la mesa en donde se encontraban los chicos conversando y entre esos, estaba Jimin sentado un poco serio. Me lamí los labios y llegué a la mesa. Me senté al lado de Jimin y me acerqué a él llegando a su oreja para susurrarle.

—¿Crees que fue muy bonito dejarme a solas con tus padres?

Él me miró y sonrió un poco nervioso. El soltó un suspiro y volvió a estar serio. ¿Qué pasa aquí?

—¿Qué tienes? ¿Algo anda mal?

—No, no es nada... Solo que...

—¡Yoongi! —la voz de Jungkook llegó a mis oídos. —¿Cómo te fue con los padres de Jimin? ¿Ya le dijiste sobre tu supuesto hijo?

Abrí los ojos al igual que Seokjin.

—Es su hijo. —contestó Seokjin. Yo le pegué una patada a Jungkook por debajo de la mesa.

—¡¿Quéééé?! —se quejó.

—Deja de ser una persona imprudente, Jeon. —Taehyung lo miró mal.

En los labios de Jungkook apareció una sarcástica sonrisa con las cejas levantadas.

—¿Quién te invitó a la conversación, disculpa?

Taehyung, rio y se estiró en la silla.

—¿Necesito invitación a tu pregunta estúpida? Siempre cagas todo.

Jungkook, lo miró y empujó su lengua dentro de su mejilla sonriendo.

¿Ustedes sienten la tensión sexual? Porque soy yo y estoy que les pego a los dos para que se besen.

Volví la mirada a Jimin, ignorando los estúpidos insultos de Taehyung y Jungkook. Deslicé mi mano por la pierna de este y agarré su mano.

—Tu madre quiere que hagas un discurso ahora para hacer la apertura a la comida.

Jimin, levantó una ceja y me miró.

—¿Quiere que hable?

—Sí. Ella misma me lo dijo.

Lo vi bajar la mirada y morderse el labio inferior temblante.

—Yoongi... —me miró y pasó su mano por debajo de la mesa hacia mi entrepierna tocándola. Abrí los ojos sorprendido. Él se acercó a mi cuello y deposito un casto beso para luego subir a mi oreja. —Hoy seré el malo de la historia... —me dijo. —Y quiero que me cojas como un malcriado.

¡Ah, caray! ¿Y a este que bicho le picó?

Calla y disfruta del momento. ¿No querías ser activo? ¡Ahí lo tienes! En bandeja de oro, cariño.

Me lamí los labios y sentí mi respiración agitarse cuando él empezó a mover su mano encima de mi bulto.

—Jimin, estamos en público... —susurré. Él no se retiró de mi oreja y soltó una risita seguido de un gemido.

¡A LA MIERDA! ¿POR QUÉ ESTÁ HACIENDOME ESTO? ¿QUÉ LE HICE?

Toda mi piel se erizó al escucharlo y mi querido amigo se despertó. Él se alejó de mí con una sonrisa pícara y se cruzó de brazos dejándome con todas las hormonas disparadas.

Mi mirada cayó en Namjoon quien me miraba con repugnancia. Sentía las mejillas rojas, tenía vergüenza. ¿Por qué hizo eso? Digo, ¿Cómo puede cambiar su estado de tristeza a un animal sexual? ¿Qué mierda le pasa? Ya me alteró el pirulí.

—¡Hola a todos! —la voz de la madre de Jimin resonó por unos altavoces. Yo acomodé mi silla para pegarla más a la de Jimin y levantar la mirada hacia donde la madre de este iba a hablar.

Ella se encontraba en una pequeña tarima. Con ella estaban su esposo y Jinyoung. Los músicos estaban detrás de ellos, quienes habían dejado de tocar para que ellos hablaran. Volví a mirar a Jimin. Ahora tenía una sonrisa lasciva en sus labios. Ya en serio, ¿Cómo puede cambiar de humor tan rápido?

—Agradezco que hayan podido venir el día de hoy ya que es un día especial para mi esposo y para mí. Es la segunda vez que hacemos esto y créame que no pierdo la costumbre de emocionarme. —risas estallaron en el lugar. —Bueno, quería dar un pequeño discurso para todos ustedes, de demostrarles y agradecerles mucho que estén acompañándonos a mi esposo y a mí en este bello día. —ella le agarró la mano y el padre de Jimin se acercó a ella con una pequeña sonrisa. —La verdad, desde que conocí a Hyunbin hace 30 años, todo había sido color de rosa para nosotros, pero a medida que nos fuimos conociendo, encontré otros colores que él solo me pudo enseñar. —se miraron.

¿Qué se sentirá casarse?... Digo, ¿Debe ser lindo?

Miré a Jimin, quien se mantenía serio, mientras escuchaba el discurso de su madre feliz tomada de la mano con su padre. Me mordí el labio inferior y me imaginé a un Jimin así se contento por casarse conmigo, después de todo..., soy un partidazo. ¿Quién no quisiera casarse conmigo?

De verdad, Yoongi. Compórtate. Estoy que dejo de ser tu conciencia por el maldito ego que tienes.

Sentí que alguien jalaba de mi saco y me giré para encontrarme con los ojos brillantes de Soobin. Este se empinó y llegó a mi oreja para susurrarme algo.

—Mi leche con plátano... —me dijo.

Arrugué el ceño y lo miré.

—Espera a que Jimin hable.

—¡No! La leche. ¡Dijiste que me darías lo que yo quisiera! —miré a todos lados y luego a Soobin con una sonrisa enseñando los dientes.

—Sí, sí te la daré. Pero, esperemos a que Jimin hable para luego yo ir por tu leche, mocoso. —le dijo.

—¡QUE QUIERO MI LECHE CON PLÁTANO! —y el mocoso gritó, atrayendo las miradas a la mesa.

Sonreí a todos con nerviosismo y le agarré el brazo a Soobin.

—Mira mocoso de mierda. Deja de hacer un maldito escándalo. Ya te dije que una maldita vez que te daría tu leche, solo aguántate. ¿De acuerdo? —él hizo un puchero. Ah, que maldito manipulador. —¿Crees que me convencerás con eso? —me reí. Sus ojos se cristalizaron.

Cerré los ojos con fuerza y apreté los puños. Tragué duro y solté un suspiro.

—¿Hay una tienda cerca? —le pregunté a Jimin. Él arrugó el ceño y se encogió de brazos.

—Creo que vi una a una cuadra de aquí. ¿Por qué?

—Le prometí leche con plátano a Soobin. —le dije.

—¡Jimin! Hijo... —miré hacia el escenario donde su madre lo llamaba.

Vi a Jimin sonreí de nuevo y levantarse de la silla. Le agarré la mano. Estaba muy extraño.

—¿Qué te pasa, Jimin? —pregunté preocupado.

Él me sonrió cerrando los ojos y negó.

—Deséame suerte, cariño. —se soltó de mi agarre. Se ajustó el saco y caminó hacia el escenario.

Tenía un mal presentimiento. Esos cambios drásticos de Jimin no me gustaban para nada y mucho menos aquellas extrañas sonrisas que daba. No entendía nada.

Me levanté de la silla y vi como Soobin volvía a la suya. Le di una mirada asesina y él me volvió a hacer la mala seña. Seokjin le pegó en la mano haciendo que este se quejara.

—Si que es el maldito lucifer. —dije yo y levanté la mirada hacia el escenario, donde Jimin sostenía el micrófono para empezar a hablar.

—Buenas noches a todos. —saludó y yo sonreí.

—Yoongi, la leche. —pidió Soobin.

Este hijo de su madre pide más mierda que inscripción de universidad.

—Gracias a todos por venir esta noche. Seguramente mis padres no les habrán contado de mí. Bueno, yo les contaré sobre mí. —mi sonrisa se esfumó. ¿Qué estaba por decir? —Yo soy aquel hijo bastardo al cual no le tienen preferencia. Ese hijo que por tener una orientación sexual diferente, es insultado por su padre. Ese hijo que prefieren sus padres regalarle dinero, un apartamento y que te vayas a la mierda con tus emociones. —una risa sarcástica salió de sus labios.

Me había quedado sin palabras. ¿Por qué él estaba diciendo eso?

—Yoongi, creo que deberías ir. —dijo Namjoon.

—Está a punto de llorar. —dijo Taehyung.

Jimin, soltó un suspiro y miró a sus padres con una hipócrita sonrisa.

—Sé que soy el aguafiestas de esta noche. —hizo un puchero. —Pero... ¿En serio insistieron en que viniera? Digo... Tienen a un hijo perfecto. —señaló a Jinyoung, quien también está serio.

—Park Jimin, suelta el micrófono ahora. —habló su padre.

El lugar estaba en un silencio incómodo, asombrados por el discurso que estaba dando Jimin.

—Oh, papá ya te refieres a mí por mi nombre. —se burló y dio unos pasos hacia atrás. —Creo que la única persona que puedo decir que me comprende y me apoya es mi novio, pero... ya ni sé a quién veo ahí. —abrí los ojos. —No solo mi familia me miente, también mi novio. —su voz se quebró. —¿Qué más puedo pedirle a mi miserable vida? —se burló. —Mamá y papá, esto es una farsa. —dijo. —No tengo una buena maldita vida y los culpo por no estar en ella. —hizo una reverencia. —Por favor, disfruten de esta hermosa velada. —dijo al público. —Felicidades, mamá y papá. —le entregó el micrófono a Jinyoung y bajó del escenario.

Asustado corrí hacia él, mientras él se alejaba de mí a paso rápido.

—¡Jimin! —lo llamé. —¡Jimin! Escuchame, por favor.

Llegamos a dentro y él dejó de caminar. Se giró para mirarme y lo que más odiaba de Jimin era verlo llorar y lo odiaba porque era mi culpa.

—Puedo explicártelo...

—¿El qué? —se absorbió la nariz y fingió una sonrisa. —Que Soobin es hijo de la hermana de Seokjin y que lo utilizaste para cogerme. ¿Eso?

—Jimin, no entiendes.

—¿Tanto querías ser el activo, Min? ¿Qué mierda te pasa?

—Pero... tú quería un hijo...

—Eso era lo que quería confesarte. Esa noche que te dije que quería un maldito niño era para joderte la vida y que me dejarás en paz con lo de cogerme. Pero, no. Te ilusionaste tanto con el maldito tema de que en serio quería un hijo. No fue solo eso. Transformaste la petición a tu favor y... ¿Sabes que me da más dolor, imbécil? —se acercó a mí y me empujó. —Que lo hice contigo porque sentía que lo merecías. Pero... ¿Llamar a Hyuna para preguntarle algunas cosas se Soobin? Y que ella me dijera que nunca tuvo un hijo contigo y que ustedes no hablan hace mucho. —apreté los puños de la ira.

—Jimin, yo....

—Jimin, creo que yo te debo esa explicación. —la voz de Seokjin llegó a nosotros.

—Cállate, Kim. —dije yo. —Jimin, por favor. Vamos a otro lado a hablar.

—Yoongi... —él me puso una mano en el hombro. —Mírame bien. —sus lágrimas bajaron rápidamente por su mejilla. —Soy miserable..., pero... ¿Sabes que era lo único bueno que tenía?

Tragué duro, tratando de controlar las ganas de llorar.

—Lo único bueno que tenía eras tú... —dio unos pasos hacia atrás, sonriendo con dolor. —Pero... ¿Era ese el Yoongi que conocí de niño? —me señaló. —Yo creo que no. —me dio la espalda. —No me sigas. Quiero estar solo. —dicho eso, caminó hacia la puerta. Yo quise alcanzarlo pero Taehyung y Namjoon me detuvieron.

—Debo ir con él. —dije enojado por bloquearme el paso.

—¿No lo escuchaste? NO quiere hablar. Déjalo solo unos minutos. —dijo Taehyung. Lo empujé.

—¿Quién eres tú para decirme que hacer, Taehyung? Quítate de mi maldito camino. —lo señalé. —No soy tú para jugar con los sentimiento de alguien y luego dejarlo en el aire.

—¿Qué mierda dijiste, Min? —se acercó a mí de forma amenazante. —¿Qué te hace pensar que soy una cabeza hueca como tú? Yo no fui el que le mintió a mi novio con un maldito niño para solo cogérmelo. Estás por el piso, Min. Me das asco. —mi puño aterrizó en su mejilla haciendo que este diera un paso hacia atrás.

—¡YOONGI! —gritó Namjoon empujándome hacia atrás.

—¡¿Qué mierda es la que te pasa, idiota?! —Taehyung se acercó a mi envuelto en ira y me devolvió el golpe haciéndome tambalear hacia atrás.

Me lancé para devolverle el golpe, pero Seokjin me detuvo. Namjoon agarró a Taehyung y lo alejó de mí.

—Min, cálmate. Hacer que Taehyung te parta la cara no es la idea para solucionar tu maldito problema con Jimin. Debes darle tiempo para mejor decirle todo la verdad y como empezó todo esto. —me lamí los labios.

—Todo es tu culpa Seokjin, si no hubiese sido por ti de ofrecerme cuidar al maldito hijo de tu hermana, esta mierda no hubiese pasado y todo en un maldito día. —le dije.

—Mira Min, culpándome a mí por tus errores no solucionará nada. Ya te dije, no estás arreglando nada con Jimin. Debes asumir la maldita responsabilidad y decirle lo que hiciste.

—Es que... Él me dijo que quería un niño.

—¡No lo decía en serio! —la voz de Jungkook llegó a mis oídos. —Jimin te lo dijo para que dejaras de insistir en lo de cogerte. ¿Por qué no hiciste caso omiso cuando te dijo que no quería ser el pasivo contigo? ¡Te cogió, Min! —se metió las manos en los bolsillos. —¿Crees que fue buena la idea que le diste cuando llevaste a Soobin a casa? ¡Por favor! ¿Eres tan idiota? —arrugó el ceño. —¿Sabes? Jimin tiene más problemas que vida. Siempre estuvo enamorado de ti, siempre pedía que lleváramos las cartas a tu casillero. Hablaba de ti casi todos los días, pero lo catalogaste como mejor amigo desde siempre. Nunca te contó de su vida, porque la tuya estaba bien. Al menos tienes una madre que se preocupa por ti, puede que no sepa tu orientación sexual, pero se preocupa por ti. ¿Jimin qué? Es el bastardo. Dicho por su propio padre. ¿Crees que es saludable crecer en un maldito ambiente en todo todos te señalan y te juzgan por lo que eres? ¡Vamos, inútil! Jimin, nunca te contó nada porque temía que tú también lo señalarás y justo...., maldita sea, justo cuando empezaron las cartas, entraste en pánico y ¿Al final qué? —caminó hacia mí. —Te gusta Jimin. Él nunca te mintió, te ocultó muchas cosas que es diferente. —se lamió los labios. —Ahora, ponte el mismo lugar de él y piensa. ¿Qué hubiese pasado si hubiese sido Jimin quien te hubiese mentido con un niño solo para coger? ¿Cómo te sentirías?

Totalmente atónito y perdido me encontraba luego de todo lo que me había dicho Jungkook. Tenía razón. La había cagado, siempre lo estuve haciendo y nunca pude detenerme.

—Personas como tú no aceptan un maldito no como respuesta. —miró de reojo a Taehyung. —Personas egoístas solo piensan en ellos y no en los demás. No ponen en la mesa los sentimientos de los demás y lo degradan. —tragué saliva y solté un suspiro.

—Tengo que hablar con Jimin. —sentía que la voz se me iba a quebrar en cualquier momento. Me mordí el labio inferior temblante y caminé hacia la puerta, pero Seokjin volvió a detenerme. —Por favor, necesito hablar con él... —tragué duro y las lágrimas salieron. Era un maldito imbécil. —Por favor... —rompí en llanto.

Sentí ese mal presentimiento en que podría perderlo todo esta noche, y ese todo, era Jimin.

































No quiero llorar, pero voy a llorar. 

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