Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Minutos más tarde, aún seguíamos en el auto. Jimin, conversaba augustamente con Seokjin. Mientras que yo me encontraba mirando por la venta. Estaba un poco ansioso y algo asustado. ¿Cómo debería saludar a mis suegros?

Yo diría que: Hola, suegritos. Que rico le quedó su hijo.

No, no luego dirán que soy un depravado sexual.

Hola, mis amados señores. Gracias por traer a la lucecita más linda al mundo.

Iug, muy romántico.

¡¿Qué tal?! Oiga, suegrito. Su hijo hace buena comida y unas grandes mamadas.

¡Contrólate! Me pueden estar sacando de la fiesta.

—Oye...—la voz en susurro de Soobin me hizo mirarlo. —Tú me dijiste que me darías lo que yo quisiera si yo no los molestaba. —cuanto me arrepiento de haberle dicho eso.

—¿Ajá y?

—Quiero leche con plátano. —sonrió.

Miré a Seokjin, quien carraspeó y miró a otro lado esquivando mi mirada. ¿Cómo se hace para que un niño olvide lo que había dicho? Como primera opción tengo un golpe.

—Cuando lleguemos puedo conseguirte una. —le dije.

—Bien. Tiene que ser la que me gusta, porque no la tomaré.

—¿Y cómo mierda sabré cuál es la que te gusta? —levanté una ceja. —¿Al menos conoces el nombre de la marca? O ¿Cómo se llama?

—No sé. —se encogió de hombros. —Mamá sabe cuál me gusta.

—¿Ves a tu madre aquí?

—Veo muchos débiles. —sonrió.

¿En serio me llamó débil? Por favor, está hablando con Min Yoongi. Nada atleta, pero sí con una conciencia y ego que quema más que mil soles.

Me da asco admitir esto como tu conciencia, pero es cierto.

Luego de estar discutiendo con Soobin sobre una maldita leche con plátano. Escuché a Jimin maldecir y automáticamente mi mirada de fijó por la ventana fuera del auto. Ya habíamos llegado.

Él me miró y yo tragué duro. De pronto, mi cerebro dejó de funcionar y me había quedado perdido. Sumergido en el miedo y el nerviosismo. Ya había llegado el momento.

—¡Yoongi! —la voz de Jimin resonó en mi cabeza.

Moví la cabeza y me di cuenta que el auto ya estaba estacionado. Que Seokjin y Soobin estaban afuera del auto, y Jimin se encontraba esperándome afuera con la puerta del auto abierta.

—¿Qué te pasa? Baja. —me dijo.

Yo, pasé saliva y bajé del auto. Jimin, cerró la puerta detrás de mí y me puso una mano en el hombro. Me regaló una sonrisa tímida y luego me dio una palmada en el trasero haciéndome saltar.

—Es hora de entrar. —me dijo.

Ustedes lo ven ahí, sonriente y coqueto. Por dentro está cagado del miedo y quiere llorar en mis brazos.

Idiota, ese eres tú.

Vi a Taehyung acercarse a nosotros junto con Namjoon y Jungkook. Miraron a Jimin y este soltó un suspiro. Ya la noche nos acompañaba y apenas la luna empezaba a brillar. La brisa fría sacudió nuestros cabellos y volví a entrar en pánico. De pronto, sentí el estómago revuelto y eso que no había comido bien. Tenía un nudo en la garganta, me temblaban las manos, sentía que si caminaba me podía ir de cara. ¡¿Qué mierda me estaba pasando?!

Se le llama amor. Estás tan enamorado de Jimin que quieres darle una buen impresión a sus padres. Es eso o porque sabes que tienes una gran mentira sobre Soobin.

Gracias por tus buenos consejos.

—Bueno, entremos. —dijo Jimin, avanzando hacia el gran lugar.

Era una gran casa, un tanto elegante y antigua. Se escuchaba la fuerte música resonar por todos lados. Jimin, peinó su cabello rojo hacia atrás y soltó un suspiro. Llamó al timbre y esperamos a que abrieran la puerta.

—Oigan... ¿Nadie trajo dinero? —preguntó Jungkook. —Es una fiesta de bodas, literalmente. Debimos al menos traer un regalo.

Jimin, lo miró por encima del hombro.

—Yo soy el regalo. —le guiñó el ojo.

La puerta fue abierta y un chico de cabello castaño nos sonreía a todos.

—¡Vaya! ¡Vaya! El hijo prodigo regresó a casa. —se burló de Jimin y caminó hacia el marco de la puerta, apoyando su espalda en eso. —¿Qué es de tu vida?

—Quítate, Jinyoung. —dijo Jimin y empujó al castaño. —Entren, por favor. Ignoren al bastardo, gracias. —lo hizo a un lado y Taehyung fue el primero en entrar, seguido de Namjoon, Seokjin con Soobin, entré yo y Jungkook de ultimo.

Ya dentro, noté que todo estaba decorado de un blanco perla con bastantes flores cálidas. Amarillas, rojas y algunas rosadas. Había muchas personas, hablando y otras riendo. Unas que estaban llegando y siempre había una pareja antisocial.

—Papá quiere verte. —el castaño con nombre Jinyoung se acercó a Jimin y le puso una mano en el hombro.

¿Había dicho papá? ¿Es hermano de Jimin? ¿Desde cuándo? Me había dicho que era hijo único. Bueno, todo sabíamos eso.

Me acerqué a Jimin por detrás y llevé mis manos a su cadera, haciendo que él me mirara. Le sonreí de una manera falsa, porque enserio tenía cara de asustado y no era porque la estaba fingiendo, era porque estaba muy cagado y nervioso. Puedo estar gritando como niñita, pero aún no me sale.

—¿Puedo hablar contigo un minuto? —le dije.

Jimin, asintió y le dio una mirada asesina al tal Jinyoung. Este levantó las manos en tono de defensa y se alejó. Sonrió hacia los chicos que estaban con nosotros y les invitó a pasar al patio para ver los padres de Jimin y disfrutar de la comida. Seokjin, pasó por mi lado y me puso una mano en el hombro, me guiñó el ojo y luego se fue dejándome completamente a solas con Jimin.

—¿Qué pasa?

—¿Ese tipo es tu hermano, Park? —aunque no crean, estaba molesto. Era mi mejor amigo desde siempre, ¿Por qué me ocultó su hermano? Espero y tenga una buena excusa.

Así como tú ocultaste tu pasividad con Jimin.

Nunca fui pasivo.

Ajá, pero Jimin te la metió.

Eso fue para...

¡Nada! Te la metieron y desmetida no hay.

Me lamí los labios y él se llevó las manos a la cadera.

—No es mi hermano. —me dijo.

—Pero, dijo papá...

—Ajá... Es sobrino de mi madre. Mi tía murió cuando dio a luz a Jinyoung, así que se lo encargó a ella y luego nací yo.

—Prácticamente son familia, Jimin...

—Te tengo que frenar ahí. —levantó una mano y luego me señaló con su dedo índice a la cara. —Ese mosquito no es familia mía.

Y sí mis amadas señoras y señores, de tanto andar conmigo a mi querido Jimin se le había pegado el egocentrismo. Los bellos, deben andar con bellos.

—Vamos, te presentaré a mis padres. —me agarró la mano. —Estás muy tenso desde que te dije sobre esto. —me sonrió y tiró de mi mano. Quedamos un poco juntos, de hecho, hacía falta un movimiento para rozar nuestros labios. Lo vi morderse el labio inferior y oh mierda, que hermoso es cuando hace eso. —Te lo compensaré muy bien esta noche. —levanté una ceja y mi otro yo pequeño dio una sacudida en mi pantalón.

¿Cómo puedes pensar en sexo en este momento? ¡Te presentará a tus suegros!

Cagas el momento, conciencia.

—No sueltes mi mano, Jimin. —pedí un poco agitado por el nerviosismo.

Jimin, me sonrió asintiendo y apretó más mi mano. Ladeó un poco la cabeza y acercó sus labios a los míos dándome un casto beso.

—Debes estar nervioso por conocer a mis padres.

—Para nada... —me reí drásticamente y me separé de él haciendo que él arrugara el ceño por mi reacción exagerada. —¿Les caeré bien? —él rio.

—Puede ser. Solo no vengas con tu egocentrismo, por favor.

—Me pides mucho, Jimin. Yo solo tengo para darte tus noches de pasión y comida. —me reí junto a él. —Bien, vamos. —tiró de nuevo de mi mano llevándome hacia unas grandes ventanales corredizos que daban paso al gran jardín en donde estaba la fiesta.

De pronto como que me siento algo mal por mentirle a Jimin sobre Soobin, siento que debería decirle. Pero, creo que podré aguantar.

Este estúpido no sabe que es remordimiento de conciencia. Me pondré en acción.

El jardín estaba decorado con un gran arco de flores y globos del mismo color de la temática. Había una gran foto de los padres de Jimin en la entrada, varias mesas alrededor y bastantes invitados. Busqué con la mirada a los chicos y estos ya se encontraban sentados en una mesa un tanto cerca a la de los padres de Jimin, quienes disfrutaban de un ambiente de atención y una sesión fotográfica. Jimin, apretó mi mano y yo lo miré. Sus ojos estaban un tanto cristalizados. Entré en pánico.

¡SE SUPONE QUE YO SOY EL CAGADO AQUÍ! NO TÚ.

Yo le devolví el apretón y caminamos tomados de la mano hacia las mesas, quienes familiares de Jimin e invitados nos quedaron mirando. Por un momento me sentí intimidado, pero iba con Jimin. Toda inseguridad se había retirado. Hicimos contacto visual con sus padres, quien solo su madre me regaló una sonrisa y se levantó de la silla para saludarnos.

Los dos, ahí. Frente a sus padres, soltamos nuestras manos. Pasé saliva y lo vi a él acercarse más a la mesa de sus padres para saludar a su madre quien tenía una sonrisa muy alegre. Tenía un vestido blanco hasta debajo de la rodilla, su cabello rubio estaba totalmente recogido con un lazo blanco. Lucía muy bien.

—¡Jimin! ¡Hijo! —dijo ella bajo la música y abrazó a su hijo. —¿Qué es ese escandaloso cabello rojo? —rio, acariciando su cabello. —Estás muy grande. ¿Qué edad cumples ya?

Paren todo. ¿En serio se hacía llamar su madre? No sabe ni su edad. Es obvio que va a cumplir 21 años.

—Estoy por cumplir 20, mamá. —sonrió.

¿Desde cuándo este va a cumplir los 20? ¿No éramos de la misma edad o qué mierda?

—Felicidades a los dos. —reprimió una sonrisa, pero no miró a su padre. Su padre me estaba interrogando con la mirada.

Me quedé rígido, esquivando la mirada penetrante del padre de Jimin quien aún seguía sentado en la mesa. Fijé la mirada en Jimin y su madre, buscando una excusa para sonreír estúpidamente.

—Oh, debes ser Yoongi. —saludó ella y rodeó la mesa para llegar a mí. Me dio un abrazo y yo sentí como mis piernas estaban a segundos de debilitarse. —Hace tiempo que Jimin me hablaba de ti. Bueno... eso fue hace unos 10 años. —rio. —Siempre supe que eran unidos y ahora... —miró a su hijo sonriente. —Son pareja.

Como esta señora reaccionó, espero que mi madre reaccione de la misma manera y no me pegue con el sartén.

—¡Querido! Ven a saludar a tu hijo y su novio.

Maldita sea, llegó mi muerte. Saludos desde el cajón, hijos míos.

Vi al hombre mayor levantarse de la silla en la que estaba, desabrocharse el saco negro y caminar hacia su esposa, quien estaba al lado de Jimin. Mi querido y hermoso novio me guiñó el ojo dándome "seguridad".

—Yoongi, te presento a mi querido esposo. —señaló al hombre. —Hyunbin, él es Yoongi. Novio de nuestro Jimin.

Suegra, ¿Cómo le digo que si me sigue diciendo novio su esposo puede estar matándome?

—Hola. —saludó este y me extendió la mano, la cual yo apreté para saludar.

El padre de Jimin, estrechó mi mano fuertemente. Sí, casi me parte la mano. Aprieta muy fuerte. —Hola para ti también, Jimin.

—Hola. —saludó cortante Jimin y se metió las manos en los bolsillos.

—Hijo, ¿Cómo es eso que tienes hijo? Digo, ¿Cuándo pudieron adoptar? Y... ¿Tan rápido?

Mierda y más mierda. ¿Qué historia debo inventarme? Más bien. ¿Qué historia se inventará Jimin?

—Eh... —rio y se rascó la nuca. —Que Yoongi te cuente, mamá. Iré por Soobin.

Es un maldito. Un desgraciado.

Las miradas de sus padres se fijaron en mí y yo sonreía nerviosamente. ¿Qué mierda les digo?

Para eso ves películas, idiota. Acuérdate de una.

—Bueno, Soobin no es adoptado... —sonreí. —De hecho, es mi hijo. —qué asco suena eso. —Jimin aceptó en ser padre conmigo, después de todo estaba solo ya que su madre no quería hacerse cargo. —no era del todo mentira. La madre de Soobin lo dejaba siempre con Seokjin, es irresponsable.

Y la cagaste.

Gracias, ya lo sé.

La mujer sonrió, pero el padre de Jimin sostenía esa mirada fría que me daba escalofríos.

—Papá. —el castaño que era y no era a la vez hermano de Jimin llegó con nosotros.

El hombre sonrió al verlo.

Uhmmm, me huele a favoritismo.

Concuerdo contigo, conciencia.

—Es hora de dar las gracias y hacer apertura a la comida. —dijo.

—¡Oh! Cierto. —habló la mujer. —Yoongi, por favor dile a Jimin que prepare un discurso corto para todos, por favor.





































Vengo inspirada. Por favor, traigan pañuelos.

1/?

[Smap]

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro