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—Anda, ve a decirle. —Jimin me empujó hacia la muerte.
Mi madre me sonrió al verme acercar y le lanzó su bolso.
—Traje compras, ayúdame. —dijo. —¡Jimin! —llamó, haciendo que este se asomara en el umbral. —Cariño, necesito que ayudes igual.
Jimin, asintió mirándome y fue el primero en caminar hacia la puerta y salir. Yo carraspeé y me rasqué la nuca.
—¿Qué esperas? Ve a ayudar a Jimin. —me dijo, llevándose las manos a la cadera.
Yo dejé su bolso en el suelo y pasé saliva.
—¿Dónde estás? —la voz de Soobin llegó a mis oídos y apreté los puños.
Mi madre arrugó el ceño y miró al niño para luego mirarme a mí.
—Oye, Yoongi. Tengo hambre. —caminó hacia a mí y jaló el borde de mi camisa.
—¿Quién es? —preguntó ella.
—Ah..., sí, tenemos que hablar. —ella levantó la ceja, mirando al niño quien le sonreía.
—¿Yoongi? ¿Qué tienes que decirme? —interrogó ella.
Pasé saliva. Estaba acorralado y mi mente estaba en blanco. ¿Qué le podía decir? ¿Cómo le puedo decir que tengo un "hijo"?
—Yoongi... Explícate.
—Mamá... —sentía un nudo en la garganta. —Yo... Em... —miré a Soobin, quien no entendía nada. —¡Jimin tiene un hijo!
Escuché una bolsa caerse al suelo y miré a la puerta, encontrándome con el ceño enojado de Jimin.
—¡¿Jimin?! —dijo mi madre asombrada y un poco contenta. —¿Es tu niño?
Jimin, se quedó mudo mirándome con la rabia quien sabe dónde.
—Es un niño tan lindo. —dijo ella, saludando con la mano a Soobin, quien le sonrió también. —Yo soy Shinhye. Mamá de Yoongi.
Soobin me miró y luego a mi madre.
—Su hijo es feo. —dijo y yo arrugué el ceño.
Vi a Jimin entrar a la casa, estaba sudando y nervioso y no sabia como dirigirle la palabra a mi madre. Punto en las cagadas, Yoongi 1, Jimin 0.
—Jimin, hijo. ¿Cuándo ibas a decirme? ¿Estás en contacto con su madre? —preguntó ella. —¿Y cuántos años tiene?
—Señora Shinhye, puedo explicarlo. —tragó duro y me miró de reojo. —Verá... Hace cuatro años, estaban en locuras extremas con una chica. La verdad no sabía que esto causaría la respuesta de un niño. Dejó de ir a estudiar y dejó de hablar conmigo luego que terminamos. —se rascó la nuca y carraspeó. —Al parecer, se quedará con nosotros. ¡Claro! Si usted lo permite.
Ella miró al niño y sonrió con felicidad.
—¡Claro que sí! Aunque no creas tu siempre has sido más responsable que Yoongi. —y los insultos de mi madre son los mejores. —¿Por qué no me dieron un hijo como tú? —soltó un suspiro y se acercó a Soobin. —¿Tienes hambre? —él asintió. —Entonces, vamos a prepararte algo, pequeño.
Vi a mi madre extenderle la mano, la cual Soobin tomó y con ella caminaron hacia la cocina desapareciendo de mi vista. Sentí la mirada penetrante y matadora de Jimin sobre mí.
Lo miré y sonreí de manera inocente, mientras me encogía de hombros. Él se acercó a mí y me puso una mano en el hombro.
—Estás muerto, Min Yoongi. —acercó su boca a mi oreja para susurrarme algo. —Al igual que tu culo...—dicho eso, se alejó de mi y empezó a recoger la bolsa que había dejado caer.
No me gusta quedarme mudo ante esta situación, así que me acerqué a él. Le quité la bolsa de la mano. Cerré la puerta con el pie y dejé la bolsa en el sofá. Lo cogí de la muñeca y lo arrastré escaleras arriba, haciendo que él tratara de quitarse de mi agarre.
Estando arriba, llegué con él a mi habitación y lo entré. Cerré la puerta y lo estampé contra ella. De mis labios se formó una sonrisa lasciva, mientras Jimin mantenía una expresión de asombro. Pegué mi cuerpo contra el de él y besé su cuello lentamente, mientras deslizaba mis manos dentro de la camisa de este.
Subí los besos lentamente a su oreja y escuché un lindo jadeo escapar de su boca. Me pegué a un más, haciendo rozar mi entre piernas con la de él. Mi erección fue creciendo poco a poco entre mis pantalones al sentir las respiraciones agitadas de Jimin.
—Ya es hora de cambiar el plan... —susurré. —Tú eras el que quería un hijo. Ya lo traje. Creo que me merezco un gracias de tal manera que sea tu culo.
Me alejé de él un poco para mirarlo y sonreí.
—Yoongi, yo... Tengo algo que confesarte.
—Menos habla, más acción. —y mis labios se posaron encima de los de él, haciéndolo jadear de nuevo. —Tengo en mente una linda oferta para ti. —dije yo, mientras caminaba torpemente hacia atrás. Caí en mi cama y agarré la mano de Jimin, tirando de ella haciendo que este cayera encima de mí.
Este mirándome confundido y nervioso, pasó saliva. Mis manos se posaron en sus mejillas y le sonreí seguro.
—Lo siento. —dije. —Pero la culpa es tuya.
Sí, Yoongi. Linda manera de empezar a coger con alguien.
Ay, hola, conciencia. Estás aquí. ¿Y ahora qué hago? ¿Cómo le digo que ya se ponga en 4 para partirle el hoyito?
Definitivamente que eres el hombre más terco e idiota para una conciencia inteligente como yo.
Uy no, perdón.
Debes excitarlo. Tú puedes.
¿Le digo cosas sucias? A ver quiero que entiendas que Jimin me para el pirulí 24/7 y él cuando me lo ve también se le levanta la ardillita. Ahora, ¿Cómo le hago? Es primera vez que seré el activo.
Te estás demorando mucho, Min... ¡TÓCALO!
Y mis manos se deslizaron por su pantalón, desabrochándolo con rapidez. Introduje mi mano dentro de este y cambié de posición, dejándolo acostado en la cama. Me posé a su lado, mientras alcanzaba su miembro ya casi erecto. Lo vi morderse los labios y cerrar un poco los ojos. ¡Bella imagen que me da este!
—¡JIMIN! ¡Soobin no quiere galletas! —y como siempre, el diablo interrumpiendo el momento de gloria.
Miré a Jimin y le rogué con la mirada de que no fuera.
—Debemos bajar por el maldito lío que creaste. ¿Tanto te cuesta decirle que es hijo tuyo?
—También es tuyo.
Él soltó un fuerte suspiro, aun acostado en la cama y me miró.
—Yoongi... —¿Por qué el momento se tensó? —Tengo algo que decirte.
Uhhh, te va a decir que eres un calienta huevo y que no sabes coger.
Conciencia, ahora no.
Espero y les haya gustado <3
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