Ha llegado el día que tanto esperaba, hoy es miércoles y tengo una cita con el productor de Walls. Gracias a Dios tiene un estudio aquí en Madrid en el que me citó hoy. Javi se pasa a recogerme en coche, dice que quiere estar conmigo en un día así de importante.

Me subo al coche bajo la atenta mirada de él, cierro la puerta tras de mí y dejo un beso en su mejilla.

-¿Cómo estás?- me pregunta sonriendo.

-Bastante nerviosa, no te voy a mentir- suspiro mirándolo.

-Lo vas a hacer genial enana- dice, a lo que yo le sonrió tímidamente.

Llegamos en menos de diez minutos, me bajo aún más nerviosa, todavía no me he mentalizado sobre este tema. Esto de producir mis propias canciones me gusta pero no sé si seré capaz.

Entramos en un local bastante amplio, en la puerta tiene el logo de "Infinity Studios". Voy hasta el mostrador seguida de Javi y pregunto por mí cita, la chica detrás de este me dice que ya me está esperando y me guía hasta una sala al fondo del largo pasillo.

-Buenos días, tú debes de ser Andrea- un chico alto, de pelo negro y ojos azules aparece nada más entrar a la sala.

Asiento sonriendo y extiendo mi mano, él la estrecha.

-Yo soy Marcos, si después de esta reunión te animas, seré tu productor- dijo dice guiñándome el ojo.

Marcos mira detrás mía donde está Javi cómo preguntándose quien es.

-Él es Javier, mí novio- se lo presento muy convencida, suena tan bien decir eso...

-Encantado, bueno, vamos dentro que os voy a enseñar todo- nos guía por la gran sala.

La principal es donde se graba, hay un piano, guitarras, bajos, una batería... Según Marcos ahí es donde los clientes cantan y tocan sus canciones. Luego pasamos a una sala más pequeña al fondo de esta, esa es la sala de controles. Desde ahí controlaban el sonido, la calidad y todo lo relacionado con efectos de sonido etc.

Yo a estas alturas veo todo maravillada, detrás de una canción hay un trabajo muy duro.

-¿Qué te parece?- pregunta el chico sentándose en el sillón que hay a unos metros de la gran mesa de control.

-Es fascinante todo lo que se mueve para crear una canción- digo maravillada.

-Ahora vamos a negociar, si no te gusta la idea me lo dices y lo dejamos- explica sacando unos papeles de su maletín.

-Perfecto- añado dándole paso para que hable.

Me explica como es adentrarme en el mundillo de la música, lo que conlleva crear mis propias canciones, componer las y cantarlas. También me habla sobre las retribuciones, lo que él cobra, cuanto ganaría yo si la cosa iba bien y los beneficios de darme a conocer, cuanta más gente me escuche más rentable me sale.

-¿Entonces te animarías a probar?- pregunta cuando ha terminado de explicarme todo.

-Quien no arriesga no gana, así que adelante- estoy muy convencida tras aquella charla con él.

Marcos sonríe ampliamente, me tiende los papeles que debo de firmar, las cláusulas y todo ese rollo de derechos de autor, etc. No quiero dedicarme a la música profesionalmente, mi idea es seguir en sanidad, solo que esto de la música me abrirá otras puertas.

-Genial, ya no hay más papeles, ahora solo quiero hacerte una prueba- dice dejándome confundida -Ve ahí fuera y canta al micro la canción que quieras-

Asiento, me levanto y me dirijo fuera de la pequeña salita. Me siento en un taburete alto y acomodp el micrófono para que esté a mí altura. Javi me sonríe detrás del cristal de la sala pequeña y Marcos me hace una señal para que empiece.

Comienzo a cantar "En guerra" de Sebastián Yatra, la música comienza a fluir por todo mi cuerpo, Marcos pone la base mientras yo suelto las notas con fluidez.

(Esta chica tiene una hermosa voz porfavor)

Cuando termino Marcos y Javi me miran maravillados, comienzan a aplaudir me y noto mis mejillas arder. Todo está listo, con eso Marcos ya tiene todo preparado.

-Andrea gracias por confiar en mí- me dice este abrazándome -Ya puedes ir escribiendo una canción y cuando creas que está lista traela-

-Gracias Marcos, así lo haré- digo regalándole una gran sonrisa.

Nos despedimos de él y salimos del estudio no sin antes decir adiós a la chica del mostrador. Cuando entramos en el coche me pongo a gritar como una loca.

-Aún no me lo creo- susurro mirando a Javi.

-Enhorabuena, pronto serás famosilla- él me revuelve el pelo y me saca la lengua, río ante ese gesto.

-Ser famosa es lo de menos, yo solo siento que necesito expresarme mediante canciones- explico mirando por la ventana.

-Estoy completamente seguro de que te irá genial- Javi me agarra la mano fuerte, dándome a entender que está ahí para apoyarme.

Me lleva hasta casa y se despide de mi, bajo del coche dándole las gracias mil veces por acompañarme y cuando se va me meto en casa.

-MAMÁ- grito enérgicamente buscando una respuesta.

-ESTOY EN LA COCINA- dice ella de vuelta.

Me dirijo hacía allí y cuando entro la veo haciendo la comida, me pongo un delantal y comienzo a ayudarla.

-¿Qué tal ha ido?- me pregunta mirándome con curiosidad.

-Muy bien, he aceptado, ya tengo el contrato firmado y me ha hecho una prueba. El productor es un chico joven muy simpático- explico sonriendo, la verdad es que estoy muy contenta.

-Eso es genial cariño, además de enfermera, cantante, estás que te sales mi niña- me da un abrazo muy fuerte y nos echamos a reír.

Comemos los macarrones gratinados que hemos preparado, mientras habíamos de los viejos tiempos y de cómo echamos de menos a papá. Aún duele no tenerlo aquí, no poder verlo ni poder decirle cuanto lo quiero, pero ya lo tenemos más asumido que las primeras semanas.

Mi móvil comienza a sonar, miro la pantalla y me quedo estática.

Julio Abogado.
-¿Sí?- contesto saliendo al patio.

-Buenas tardes Andrea, perdona que te moleste- dice mi abogado al otro lado.

-No te preocupes Julio, ¿Qué necesitas?- pregunto algo tensa, cuando él llama no es para nada bueno.

-Me han llamado de la fiscalía, la condena de tu ex-novio ha sido rebajada por buen comportamiento, saldrá de la cárcel en una semana. La orden de alejamiento sigue en pie, así que no tienes porqué preocuparte- sus palabras me dejan helada.

-Pero eso no puede ser, ¿Cómo le han rebajado tanto la condena? Le quedaba casi un año por cumplir- digo algo asustada.

-Son políticas que tienen los encarcelamientos, cuando hay buen comportamiento suelen rebajar la condena bastante, yo tampoco lo veo bien, no después de lo que pasó, pero tampoco puedo hacer nada- explica con tristeza.

-Entiendo...- susurro.

-He hecho lo que he podido Andrea, lo siento mucho. Cuídate aunque la orden de alejamiento esté puesta, te lo digo como amigo- añade Julio haciendo que me estremezca.

-Gracias por avisar Julio- digo despidiéndome de él.

-No tienes que darlas, cuídate mucho- sentencia este colgando.

Me quedo mirando a la pantalla del móvil, miedo es lo único que puedo sentir ahora mismo, después de todo lo que ese ser despreciable me hizo lo van a soltar antes de tiempo. Una mezcla de rabia, frustración y terror se apodera de mí, comienzo a sollozar, no puedo creer que después de todo lo que luché, un buen comportamiento lo deje libre.

Entro a casa y miro a mi madre que está de espaldas a mí.

-Mamá- susurro haciendo que ella me mire, su rostro muestra preocupación al instante.

-Mi vida ¿Qué ha pasado?- pregunta llegando hasta mí y abrazándome.

-Lo van a soltar- suelto haciendo que ella se separe de mí y me mire con expresión de terror.

-No puede ser- dice ella ahora llorando -Después de mover cielo y tierra para que lo encerraran mucho tiempo, van y lo sueltan antes. ¿Porqué?-

-Por buen comportamiento, Julio dice que aún sigue en vigor la orden de alejamiento- le explico sentándome en el sillón.

-¿Buen comportamiento? Pues será ahí dentro, porque aquí solo consiguió hundirte la vida- escupe con odio.

-Tengo miedo mamá, no quiero verlo, no quiero tener que huir o esconderme de nuevo- comienzo a llorar más fuerte, me duele demasiado tener que volver a pasar por esto.

-No se te va a acercar, porque te juro que lo mato con mis propias manos- mí madre me abraza y me siento protegida al instante.

Está un rato más consolando me, dice que esto no va a quedar así, que ella misma va a hablar con Julio para ver si se puede hacer otra cosa.

Es ya tarde cuando quiero subir a mí habitación, sé perfectamente que no voy a pegar ojo, pero necesito estar solas. Tengo un montón de mensajes de los chicos, respondo rápido sin darle más importancia y apago el móvil, no quiero hablar con nadie y tampoco quiero preocuparlos.

Paso toda la noche en pie, si no lloro, me reprocho a mí misma que he hecho mal. Esta mañana estaba feliz porque las cosas cada vez iban mejor y ahora mírame aquí llorando por un imbécil que me quiso arruinar la vida, por un imbecil a quien una vez quise.