
Capítulo 03
Hola Kokoros darks 🤘🖤
Las y los invito a leer el capítulo con esta canción de fondo 🎶 Chasing Cars, de Snow Patrol.🎶
Los toques gentiles del alfa sobre aquella cabellera; hicieron que el omega se relajara a tal grado que dejó de pensar en sus dolores y molestias. Sus fosas nasales podían percibir el aroma que provenía de aquel azabache.
JungKook intentaba ocultar su aroma, no quería que el omega se sintiera asfixiado por aquella esencia. Pero era imposible no percibirla. Primero, porque en aquella habitación lo que más resaltaba era aquel aroma a chocolate amargo. Y segundo, su lobo se empeñaba en esparcir pequeñas cantidades de sus feromonas en un intento de transmitirle seguridad al rubio.
Tanto humano como lobo querían cuidarlo, cubrirlo con su calor y aroma, poco a poco ayudarlo a salir de esa oscuridad que le robaba el brillo a su bonito.
Sus movimientos hacia el rubio serian suaves, delicados y sutiles, como una caricia de la brisa en las hojas de los árboles.
TaeHyung con sus ojos cerrados, disfrutaba de aquel aroma que lo cubría como un manto protector. Inhalaba tan profundo como sus pulmones se lo permitían. Aquel aroma lo hacía dibujar una pequeña sonrisa.
Sonrisa que se obligó a eliminar hace tanto tiempo por miedo a ser golpeado.
— ¿Bonito? — Inquirió el alfa al percibir el cabeceo del omega.
— JungKook, me gusta esta sensación. — Expresó en un tono de voz bajo, intentando no caer dormido.
— ¿Cuál sensación?
— Me gusta sentir este calorcito en mi corazoncito, tu presencia es como una muy dulce caricia para mi alma. — Cabeceó de nuevo. — Y tú aroma... JungKook, tu aroma se siente como un bálsamo para mi lobito y mi cuerpo. — Susurró recostándose en la orilla de la cama.
— ¿Te agrada mi aroma? — TaeHyung asintió y el corazón del alfa dio un pequeño brinco acompañado de un aullido de su lobo. — ¿Te vas a dormir? — Se movió en la cama para bajarse de esta y darle espacio al omega. — Ven hacia el centro de la cama. Te me puedes caer.
— ¿Podrías abrazarme un momentito mientras duermo en lo que llega tu amiga? — Inquirió abrazándose a sí mismo. — Por favor, solo dormiré unos minutos. — Pidió ocultando su pucherito. — Un abracito por la espalda... De cucharita, por favor, no quiero sentirme solito.
El alfa pasó saliva, sentía que abrazarlo en esa posición era algo muy íntimo, le robaría demasiado espacio personal al omega.
— No te dejaré solo... Cuidaré de ti desde la orilla de la cama.
— ¿Por qué no me quieres abrazar...? — Inquirió en un sollozo. — ¿Odias tener que abrazar a un omega marcado por el dolor y marchito? — Se hizo bolita, intentando detener los temblores de su cuerpo.
— ¿Qué? No... No digas eso.
— Entonces, ¿Por qué no me abrazas? Solo quiero un abrazo...
— Es que para mí pensar... El abrazarte de esa manera, sería faltarte al respeto.
— ¿Respeto? ¿Respeto a qué? Sí yo lo que menos merezco es respeto. — Expresó recordando las veces en que exigió respeto por parte de MinJoon en el momento en que lo insultaba.
— Mereces respeto hacia tu cuerpo, tu presencia, tu esencia, existencia y todo tu ser. — Expresó sintiendo un tirón en su cuerpo que le exigía calmar los sollozos del omega.
Para TaeHyung la palabra respeto ya no existía en su vida. Había desaparecido con cada golpe propinado en su rostro cuando MinJoon le reprendía por atreverse a negarle un acercamiento sexual.
Existió días en dónde el omega no deseaba tener relaciones y le comunicaba al alfa que respetara su deseo. Con la poca valentía que le quedaba; le decía que su cuerpo no era algo para utilizar a disposición del alfa. MinJoon se enojaba y sin pensarlo dos veces le gritaba en medio de golpes que en esa relación solo se respetaría su opinión como alfa, así que debía cumplir quisiera o no.
Los omegas solo deben quedarse callados y no exigir nada. Aquellas palabras se grabaron muy bien en la mente del rubio.
— El respeto hacia mi cuerpo no existe... — Susurró dolorosamente.
JungKook no soportó verlo de esa manera, temblando, llorando y tratando de convencerse de todo lo que decía con tristeza.
Así que subiéndose de nuevo a la cama, teniendo una vista más cercana de la espalda del omega; acercó su rostro a la mejilla, acostándose de lado sobre el mullido colchón, alargó su mano y le acarició con delicadeza la cabellera.
— Bonito, ¿Podrías mirarme? — El omega giró levemente su rostro. — Por favor repite lo siguiente... — Limpió las gotas cristalinas de las mejillas. — Los bonitos omegas como yo, merecen ser amados, respetados, mimados, y tratados como si fueran una hermosa flor en peligro de extinción.
— No soy una flor. — Puchereó.
— Que hermoso puchero. — Le sonrió al ver los labios abultados. — Para mí lo eres... — Acarició el moretón de la mejilla. — ¿No quieres repetir mis palabras? — TaeHyung negó lentamente con su cabeza. — Ok, entonces lo haré yo. ¿Puedo besarte en las mejillas? — El omega asintió, giró por completo su cuerpo, y JungKook le regaló una cálida sonrisa justo antes de acunar con sus manos el hermoso rostro. — Mi bonito... — Un besito suave fue dejado en una mejilla. — Los omegas tan preciosos, dulces, angelicales y perfectos como tú... — Sus labios dejaron otro beso en aquella acanelada piel. — Merecen ser tratados como una bella y delicada flor. El respeto hacia tu cuerpo y pensamiento debe ser una ley que jamás se debe quebrantar. — Besos suaves eran dejados en aquellas mejillas y el puchero del rubio se hacía más pronunciado. — Ups, creo que le agregué más cosas. — Juntó sus frentes.
— Es muy lindo todo lo que dices. — Cerró los ojos disfrutando del calor que le brindaba las manos del alfa en su rostro.
— Lindo tú, toda tu existencia es lo más precioso del universo. — Con su pulgar acarició los labios abultados. — Perdóname por tocar esos preciosos labios sin tu consentimiento, pero no puedo evitar querer consentir ese hermoso puchero.
— ¿En serio te parece hermoso mi puchero? — Apretó sus labios en un acto forzado por disolver aquel gesto.
— Es precioso... ¿Por qué lo ocultas?
Los labios del rubio iniciaron a temblar. — MinJoon decía que era horrible y que parecía mocoso malcriado haciendo ese gesto. — Bajó su rostro ocultándolo del alfa. — Lastimó tantas veces mis labios cuando me veía fruncirlos al comer, o porque simplemente me era inevitable abultarlos...
JungKook apretó sus puños en un intento de contener sus sentimientos nada pacíficos. ¿Cómo era posible que hasta lo hubiera privado de realizar ese gesto que lo hace ver tan dulce, hermoso, adorable y besable?
— Tus pucheros son los más lindos que he visto. — Expresó con dulzura. — Si por mi fuera llenaría esta habitación con fotografías tuyas abultando tan perfectos labios.
— ¿Hablas en serio?
— Serías el arte más preciado en mi habitación. — Un leve brillo hizo acto de presencia en los orbes del omega. — Tus pucheros me dan vida.
TaeHyung apegó un poquito más su cuerpo hacia el del alfa, y juntó su rostro contra el fornido pecho. — ¿Me abrazarías? — Inquirió susurrando. — Por favor, quiero dormir, pero tengo miedo de que esta paz sea una ilusión en mis sueños.
JungKook se quedó estático, sus manos picaban por abrazarlo, pero el recuerdo de sus quejidos y gestos de dolor lo detenía. Así que simplemente movía sus dedos en leves movimientos que regalaban caricias a los rubios cabellos.
— Te abrazaría toda mi vida. — TaeHyung sonrió chiquito sobre el aquel lugar dónde escuchaba fuerte y claro los latidos del corazón del alfa. — Pero no lo haré como lo pides...
— ¿Entonces como lo harás?
— Mi bonito dormirá su pequeña siesta con su espalda y cabecita sobre mi pecho...
— ¡Esa idea me gusta más!
— Ok, ven a dormir mientras llega esa amiga mía que parece que viniera de rodillas.
TaeHyung soltó una risilla nasal ante lo dicho por el alfa.
JungKook se separó del omega, tomó una de las mantas, recostó su espalda contra el espaldar la cama, abrió sus piernas, y cubrió su entrepierna con un cojín.
— ¿Para qué el cojín?
JungKook lo miró con ternura. — Es para no rozar partes que por respeto a tu cuerpo no debo tocar. — Estiró su mano para que el omega la tomara. — ¿No te parece mi idea?
— Es una buena idea. — Un ligero tono carmesí tintó aquellas mejillas maltratadas. — No me mires de esa manera.
— ¿Cómo te estoy viendo? — Acarició los dedos del omega.
Con cada dulce caricia, intentaba eliminar las marcas en aquellas falanges.
— Es que tus ojos brillan como...
— Mis ojos brillan como si estuviera viendo lo más hermoso del universo.
— Exacto, y la verdad es que solo ves a un despojo de omega...
— No digas esas cosas. — Sus manos acunaron el rostro ajeno. — Escúchame muy bien... Tú, Kim TaeHyung, eres lo más hermoso que han visto mis ojos, eres un lucero titilando en la oscuridad de mi mirada, resaltas por tu luz angelical y belleza única. Cuando sonríes y haces pucheros transformas cualquier panorama gris en un bello paisaje lleno de color y vida.
— Afortunada la persona que llegue a enamorar tu corazón. — Expresó ubicándose en medio de las piernas del alfa y recostando su cansado cuerpo contra el impropio.
— Tú eres esa persona. — Expresó el lobo del azabache.
— ¿Qué te duele? — Inquirió al escuchar el quejido del omega.
— Me duele todo... La existencia, el alma, el corazón, mi cuerpo.
— Yo te ayudaré con cada uno de tus dolores.
— ¿Cómo curaras mi alma y corazón? — Cerró sus ojos, y se dejó cubrir por la manta que el alfa depositaba sobre su cuerpo.
— Por ahora iniciaré con un tratamiento de caricias y besitos en tu cabellera. ¿Tengo tu consentimiento para iniciar con el tratamiento?
— Sí, inicia el tratamiento.
Y con esas últimas palabras, JungKook se dedicó a llevar a cabo su propósito.
Combatir y erradicar cada recuerdo de los toques violentos que habían apagado el brillo en el omega. Sus dedos se enredaban en pequeños mechones, jugando suavemente con cada hebra de cabello. Sus labios depositaban piquitos amorosos en la coronilla de la cabeza que reposaba sobre su pecho.
Pasaron los minutos y TaeHyung se había dormido, sus labios hacían pucheritos cada vez que el alfa dejaba de acariciarlo.
JungKook cerró sus ojos, recordando la época universitaria, ese tiempo en dónde desde las sombras solía admirar la sonrisa cuadrada y radiante de TaeHyung. Sus fosas nasales recordaban el dulce aroma que muy pocas percibió cuando tuvieron leves acercamientos.
Su corazón se estrujó en gran tristeza al abrir sus ojos y ver que aquel omega que le robó hasta el aliento; estaba en su habitación con grandes dolores, marcado en cuerpo y alma. Su mente lo torturaba con las escenas vividas hace unas horas atrás. Y se reprochaba por haber estado tan apartado de su omega que no pudo evitar que sufriera en manos de ese mal hombre.
El cuerpo del alfa se tensionó cuando escuchó al rubio murmurar que le dolía, que se detuviera, y que ya no podía más.
— Shh, tranquilo, solo duerme. — Con delicadeza y sin llegar a despertarlo, limpió cada perla cristalina que escapaba de los ojos ajenos. — Mi bonito... — Susurró. — ¿Cuánto tuviste que aguantar? — Sus manos temblaron al querer entrelazarlas con las del rubio. — Tengo miedo de desplomarme ante ti cuando me entere de todos tus tormentos. — Sus dedos delinearon cada marca violácea en las falanges. — Diosa Luna, debiste haberme puesto en alerta sobre el sufrimiento de mi omega. — Sus ojos se cristalizaron. — Perdóname amor mío por haberte dejado solo. — TaeHyung se removió entre sueños y frunció su ceño. — Haré hasta lo imposible para ayudarte a sanar... — El sonido del citófono de su apartamento lo interrumpió. — Ya vuelvo, quédate aquí quietito.
— No te vayas. — Susurró dormido.
— No tardo. — Se movió con delicadeza, logrando dejar el cuerpo del omega sobre la suave superficie. — Duerme, estaré a unos pasos de ti...
— Cubrámoslo con nuestro abrigo. — Sugirió su lobo. — Míralo, se puso muy inquieto al sentir el vacío en la cama.
JungKook obedeció a su lobo, tomó uno de sus abrigos y acobijó al omega, este último al percibir el aroma; se aferró a la prenda y la abrazó dibujando una pequeña sonrisa entre sueños.
— ¿Cómo fue capaz de lastimar a tan hermoso ángel? — Inquirió saliendo de la habitación. — Ya voy... Que aparato para ruidoso. — Se quejó ante el constante timbre. — Bueno. — Contestó el citófono. — Sí, déjala pasar.
— Yo me voy a desaparecer. — Avisó su lobo.
— ¿Por qué te vas a desaparecer?
— No te diré.
El azabache no insistió en preguntar y simplemente caminó hacia uno de los sillones de la sala. Allí espero a que llegara su visita.
El timbre del apartamento sonó y el alfa se levantó de inmediato a abrir.
— Hola querida IU...
— ¡Chamaco del demonio! — Expresó dándole un zape.
— ¿Por qué me pegas? — Se apartó de la castaña. — No grites que lo vas a asustar.
— ¿Por qué te pego? ¡¿Por qué?! — Inquirió arrugando su nariz. — Jeon JungKook, este apartamento es más feromonas territoriales que lugar para vivir.
— ¡¿Qué?! — Olfateó el ambiente. — Por esto es que mi lobo se desapareció.
— ¡Tú lobo! Échale la culpa a tu lobo...
— No grites, lo vas a despertar y asustar. — La agarró de la mano. — Entra y no hagas escándalo.
— JungKook, ¿Qué es lo que pasa? — Se sentó en uno de los sillones. — Me hiciste venir corriendo por una revisión urgente y resulta que tu aroma llega hasta el ascensor.
— No entiendo lo del aroma...
— Jeon concéntrate. — Un golpe en su hombro fue ejercido.
— Agresiva. — Sonrió rascándose el mentón.
— ¿Quién te lastimó? — Sus manos acariciaron el moretón.
— Manos fuera de mí rosto. — Se apartó.
— ¿Qué te pasa? — Lo observó de arriba abajo. — ¿Estás entrando en celo?
— ¡No! ¿Cuál celo? Cálmate mujer.
— JungKook, perdón por lo del aroma. — Su lobo apareció. — Es que me emocioné cuando nuestro bonito dijo que le gustaba. Y decidí crear una barrera para que nadie se acerque al apartamento. — Escondió su hocico apenado.
— ¿No pensaste en que podría afectar a TaeHyung?
— Por eso lo hice de a poquis... Además eso lo ayudó a dormir. Lo viste, ahora está más calmado, relajado y su carita no se ve tan asustada.
— JungKook, baja del viaje astral. — Las manos de IU se movían frente al rostro del alfa.
— Necesito que revises a alguien. — Detuvo el movimiento de manos de la chica.
— ¡Maldición, chamaco! Si entraste en celo y dejaste a un pobre omega vuelto nada...
— ¡No! Que no estoy en celo. — Se jaló los cabellos.
— Jeon, tus supresores ahora. — Ordenó. — Huele a pastelito agrio y triste, ¿Qué hiciste? — Expresó al percibir levemente el aroma del omega.
— IU, deja eso. — La tomó de los brazos y la miró a los ojos seriamente. — No estoy en celo, mi lobo se alocó un poquito con el aroma porque quiere proteger a nuestro bonito. — Explicó. — Y el aroma a pastelito agrio y triste que percibes es el omega que necesito que revises... — Informó con tristeza. — Por favor solo ve a mi habitación, revísalo con mucho cuidado y cúrale los golpes.
— ¿Tu bonito? — Acunó el rostro de su amigo. — ¿Es el mismo bonito del cual has estado enamorado por tanto tiempo?
— Sí, ese bonito. — Sus ojos dejaron salir las lágrimas que estaba aguantando. — Ayúdalo a no sentir dolor en su cuerpo, por favor...
— Galleto, no llores...
— Me duele, IU. Mi corazón se desborona como castillo de arena al verlo tan lastimado, solo quiero verlo feliz, pero ahora solo se queja y llora. — Sorbió su nariz. — Ayúdame a ayudarlo.
— Vamos con calma. — JungKook asintió abrazando a su amiga. — Cuéntame lo que paso y después vamos a ver a tu bonito.
La castaña guío al alfa a la cocina, se sirvieron dos vasos de agua y se sentaron a platicar en la sala. Allí JungKook le relató todo lo sucedido. Entre gruñidos y sollozos liberó ese dolor que había acumulado desde su encuentro con TaeHyung.
— ¿Está muy golpeado?
— Lo que he visto me hace creer que debajo de la ropa está aún peor. — Bajó su cabeza.
— Galleto, perdón por todo lo que te dije. — Se levantó del asiento. — Y por los golpes, también discúlpame.
— Me dolió el que pensaras que había hecho quien sabe que cosas con un omega. — Sus labios dibujaron una débil sonrisa. — Parece que no me conocieras.
— Lo siento, no pensé lo que decía.
— Ya no importa, solo ayúdame con el pastelito agrio y triste, dices tú.
— Vamos, pero obedece lo que yo te pida en aquella revisión...
— ¡POR FAVOR YA PARA, ME DUELE!
El fuerte grito proveniente de la habitación los puso en alerta.
— Mi bonito...
— ¡MINJOON, YA DEJAME, ME DESGARRAS!
— ¡Espérame!
JungKook salió corriendo sin pensar en nada ni nadie.
— Auchs, me duele. — TaeHyung sobaba su frente. — Ay no, ya manché el piso de sangre. — Se acurrucó contra la mesa de noche. — Ahora si se enojará conmigo. — Se aferró al abrigo del alfa.
— ¡Bonito! — Abrió la puerta.
— Perdóname JungKook, voy a limpiar todo. — Expresó asustado ante el grito y la abrupta intromisión.
— Oye, no, nada de eso. — Se acercó lentamente al omega. — ¿Qué te pasó? — Sus dedos retiraron unos mechones ensangrentados. — ¿Por qué te lastimaste? — Lo sentó en la orilla de la cama, tomó un pañuelo del cajón e inició a limpiar la sangre. — Gracias a la Luna solo es superficial. — Expresó revisando el rostro.
— Es que... Tuve una pesadilla. — Abrazó por la cintura al alfa.
— ¿Qué soñaste? — Le acarició la espalda.
— MinJoon... Soñé con ese alfa tocándome, golpeándome, y desgarrándome...
— Shh, cariño, tranquilo... — Se acuclilló frente al omega. — No recuerdes eso, estás aquí, conmigo, y te voy a cuidar.
— Me siento sucio, quiero ir a bañarme...
— JungKook, no me esperaste. — La castaña los interrumpió y TaeHyung al ver la presencia extraña; retrocedió arrastrando sus nalgas por el colchón hasta llegar al espaldar de la cama. — Ho-hola...
— Tú quédate quieta. — La señaló con el dedo. — Bonito, toma mi mano.
— No. ¿Quién es ella?
— Es mi amiga, la que venía de rodillas...
— ¡JungKook!
— Ya te he dicho que no grites.
— ¿Ella revisara mis heridas? — Sus ojitos miraban con curiosidad a la fémina.
— Hola, mucho gusto, soy Lee Ji-eun. — Caminó despacio hacia el omega.
— Quédate allí, solo te acercaras cuando mi bonito lo permita.
— JungKook, yo no lo voy a lastimar. — Se cruzó de brazos. — TaeHyung, ¿Verdad? — El nombrado asintió. — Puedes decirme IU, soy amiga del galleto rancio que no deja de gruñirme.
— Galleto rancio... — TaeHyung sonrió bonito y miró al alfa. — Eres un galleto rancio. — Se carcajeó.
— No me llames así.
— Aww que bonita sonrisa. — Expresó IU. — Mira tú, galleto rancio, deja que el lindo omega te llame como quiera. — Lo señaló con el dedo índice.
— No soy rancio. — Se quejó frunciendo los labios.
— TaeHyung, ¿Me dejaras revisarte? — Ignoró al alfa.
— Confía en ella, no te va a lastimar.
— Ok, pero el galleto se queda conmigo. — Expresó tímido.
— No creo que eso sea posible. TaeHyung, necesito privacidad medico/paciente.
— Bonito, yo esperaré afuera...
TaeHyung se levantó rápido de la cama y corrió hacia el alfa. — No, por favor... — Se aferró al cuello del alfa. — Dijiste que te quedarías conmigo, ¿Me mentiste?
— IU, se lo prometí...
— JungKook, posiblemente tendré que pedirle que se desnude...
— ¿Desnudar? — Inquirieron alfa y omega.
— Sí, así tendré más visibilidad de sus heridas...
— ¡No me voy a desnudar! — Se ocultó tras el cuerpo del alfa.
— No se va a desnudar. IU, mi bonito no quiere eso. — La miró entrecerrando los ojos.
— ¿Y cómo voy a hacer mi trabajo?
— No sé, pero no me voy a desnudar, y si JungKook no se queda conmigo en la habitación; me niego rotundamente a ser tocado y visto.
La fémina suspiró pesadamente. — Ok, omega lindo, el galleto se queda....
— ¿Qué? No... No puedo... Le veré la piel y...
— Te quedaras como lo desea el omega. — Ordenó la fémina. — Y deja de tartamudear que no le verás nada...
— ¿No? — Inquirió curioso. — ¿Entonces...?
— Yo que sé, piensa tú, porque yo estoy cansada, y me hiciste venir hasta aquí sin darme tiempo de procesar información.
— Oigan, se me olvidaba decirles que si la señorita IU me va a revisar, será en la posición en la que estaba durmiendo con JungKook...
— ¡Chamaco del demonio! — Un zape sacudió la melena azabache. — No me contaste ese detalle de la dormida.
— No me pegues, agresiva.
— ¡No le pegues! — Sus ojos demostraron miedo. — Pégame a mí, es mi culpa....
— Bonito no digas eso. — Lo abrazó con cuidado.
— Lindo, perdóname, es que ese chamaco sale con unas ideas...
— Yo le dije que me abrazara para dormir. — Le explicó a la fémina. — Y él colocó un cojín en medio de nosotros para no rozar ciertas partes.
— Mil disculpas para los dos. — Sonrió apenada. — ¿Podrías mostrarme como estabas durmiendo con el galleto?
TaeHyung asintió, y entrelazando su mano con la del alfa; caminaron hacia la cama, se subieron en ella y le mostraron a la fémina la posición.
— ¿Podrás revisar su estado de esta manera?
— De que puedo, puedo... Pero...
— ¿Pero qué? — Inquirió el alfa acariciando los cabellos del omega.
— Alcanzaras a ver la piel del lindo omega.
TaeHyung reposaba su cabeza en el pecho del alfa, disfrutando de aquellas caricias gentiles.
— Bonito, es mejor que yo les de privacidad...
— No. — Se giró sobre su cuerpo y encaró al alfa. — Piensa en algo, ¿No puedes mantener los ojos cerrados mientras IU me examina?
— Es chismoso y le ganaran las ganas de ver. — Expresó la fémina.
— No soy chismoso, yo le digo curiosidad.
— JungKook, no puedes ver, pero tampoco quiero que te apartes de mí.
El alfa acunó aquellas mejillas e hizo que un pequeño pucherito apareciera. — No voy a ver, pero tenemos que prevenir. — Por un momento sus ojos se perdieron en los del omega. — Déjame pensar un momento. — Con sus ojos escaneaba la habitación. — ¡Ya lo tengo! — Expresó orgulloso de su idea.
— ¿Qué se te ocurrió galleto rancio y curioso? — Lo miró entrecerrando los ojos.
— Ya vuelvo... — Con delicadeza se apartó de TaeHyung y se dirigió a uno de los cajones. — Utilizaré esto. — Mostró una corbata.
— ¡Chamaco fetichista!
— ¿M-me vas a amarrar? — TaeHyung se asustó cuando el alfa se acercó. — Me quedaré quieto, por favor no me amarres, mis manos dolerán de nuevo y las heridas sangraran...
— Jeon, me dices que no lo asuste, y tú con tus ideotas lo haces llorar.
— IU, no digas nada por favor. — Caminó hacia el omega. — Cariño... — Dejó la corbata en la cama. — Mírame. No te voy a lastimar. — Con mucho tacto tomó las manos del omega. — La corbata es para mis ojos...
— ¿Tu-tus ojos? — Con sus vidriosos orbes observó al alfa.
— Sí, voy a cubrir mis ojos para no ver nada de tu linda piel, mientras la loca de mi amiga te hace el chequeo.
— ¡Loco tú!
— No interrumpas. — Sus ojos se entrecerraron cuando la miró. — Bonito, ¿Podrías vendarme los ojos y luego volvemos a nuestra posición? — Pidió dulcemente.
— No entiendo tu manera de ser, eres un alfita muy peculiar. — Expresó en un tono de voz muy bajo.
— Haré cualquier locura para estar contigo, pero también buscaré la manera de que en el proceso siempre respete tu cuerpo y pensamiento.
— Lindo omega, véndale los ojos al galleto, confía en sus ideas locas pero tiernas. — TaeHyung asintió.
El alfa estiró su mano y tomó la corbata, desplazó su cuerpo hasta llegar contra el espaldar de la cama; recostó su cuerpo en la superficie, abrió las piernas en una grande "V", cubrió su pelvis con el cojín, y con una de sus manos ayudó al omega para que se adentrara poco a poco.
Le entregó la corbata y le sonrió mostrando los dientes delanteros.
— Si sientes que no soportas que IU siga tocando tu cuerpo... — Acarició los dedos ajenos. — Solo mueve tus labios y de inmediato paro todo el chequeo.
— Gra-gracias.
— Chamaco, yo no lo obligaré a seguir con algo que no quiere.
— Solo era para aclarar. — Se encogió de hombros.
— No te doy otro zape porque está el lindo omega en el medio.
— No le pegues, pobrecito.
— Perdón.
— Ya IU, dejemos de hablar y comencemos.
— Ya vuelvo, deje mi maletín en la sala.
— Tú ve, y aquí mi bonito me vendara los ojos. — La fémina salió de la habitación, dejando un nervioso TaeHyung con la corbata en la mano. — Solo cubre mis ojos, aquí estaré, cualquier movimiento de tu cuerpo que me indique que sufres o te asustas; será mi señal para abrazarte y alejarte de la loca de mi amiga.
TaeHyung asintió en silencio, dio dos pasos con sus rodillas, acercándose un poco más al alfa. Posó la tela en aquellos ojos que lo miraban con adoración y retuvo su respiración cuando el azabache le habló cerca del rostro.
— Aprieta suficientemente fuerte el nudo, no tengas miedo. — Las manos temblorosas del omega terminaron de amarrar aquel nudo. — Perfecto, no veo nada.
— Este alfa me hace sentir extraño. — Le comunicó a su lobo.
— A mí me gusta cómo nos trata. — Movió su cola eufórico.
El rubio giró su cuerpo y se acomodó en aquel espacio dónde se sentía seguro, protegido.
— Listo, vamos a checar a este lindo omega. — Ingresó IU con una gran sonrisa. — Ay galleto, esa sonrisa tuya irradia amor con solo tener a aquel chico en esta habitación. — Los miró con ternura. — TaeHyung, necesitaré subirte la ropa para ver tu estado.
— Con cuidado. — Advirtió JungKook.
— Solo no me vayas a mirar con lastima. — Subió la camiseta dejando ver su maltratada piel.
— ¿Por qué haría eso...?
Un silencio se instaló en aquella habitación cuando la castaña divisó los hematomas, arañazos, golpes, marcas de dedos y ataduras sobre aquella piel. TaeHyung apretó sus ojos reteniendo las lágrimas.
— ¿Qué pasa? — Inquirió el alfa al sentir como el rubio se removía incómodo.
— No me mires con lastima...
— No es lastima, mi niño...
— No lo hagas llorar. — Sus manos abrazaron al rubio. — Perdóname, no quería tocar. — Apartó sus manos al sentir la piel expuesta. — IU, ¿Qué pasa?
— No le digas, no le des detalles de cómo mi cuerpo está hecho un desastre.
— No llores mi niño, lindo omega, no le diré nada. — Acunó el rostro del omega y limpió cada lágrima. — Lo siento JungKook, pero ya lo escuchaste. — Sus ojos vidriosos observaban con ternura al omega.
— Entiendo, solo no permitas que siga llorando. — Sus delgados labios se posaron en la cabellera rubia. — Bonito, me quedaré en modo estatua para no tocar tu piel. — Alejó aún más sus manos del cuerpo, extendiéndolas hasta casi llegar a los bordes del colchón.
Bueno mi solecita elizara2016, tu me diste los copitos de nieve, aquí está la cachorra.
Perdón la tardanza, pero quería que saliera tal como y estaba en mi mente.
Gracias por leer a mi bebé.
Se les quiere mucho mis Kokoros darks, besitos púrpuras. 💋💜
Nos leemos en las próximas actualizaciones. 🤘🖤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro