Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

32. Profesora

Lynx

El gran comedor se encuentra casi vacío de no ser por la mesa de Slytherin que es la única que tiene estudiantes, hay muy pocos estudiantes de Hufflepuff y Ravenclaw, en la mesa de Gryffindor sólo se encuentran los de alumnos de los tres primeros años. Miro a la profesora McGonagall que se ve preocupada y bebo un poco de jugo de calabaza.

—Profesora, ¿podría hablar con usted antes de ir a dormir? —McGonagall asintió.

—Por supuesto, Lynx.

El resto de la cena continuó tranquila, hay mortífagos en las entradas, uno de ellos Brantley, que no ha dejado de mirarme mientras ceno. Para evitarlo, salgo por la sala de profesores y sigo mi camino a la torre donde se encuentran las habitaciones de los maestros. McGonagall me espera impaciente fuera de su habitación.

—Pasa, cariño, no es seguro hablar aquí —susurra mirando a todos lados.

Su habitación es muy amplia y limpia, todo está ordenado y tiene un gran librero frente a una mesa.

—Toma asiento, ¿quieres un té? —negué lentamente—. ¿Qué ocurre?

—Yo... la verdad no sé por qué le he pedido que hablemos, pero, supongo que está consciente del trato a los alumnos de las demás casas que no son Slytherin, ¿cierto? —ella asintió, su rostro afligido se ve iluminado por las velas.

—Sí, lo sé.

—¿Ha intentado hablar con Snape? —ella asintió.

—Snape recibe órdenes de Quien-Tú-Sabes —mire a McGonagall quien tomo su taza preocupada—. Son los hijos de muggles los que más me preocupan —admitió—. Es que, ¿cómo es que no entiende? Que la magia aparece en las personas que llegaron a tener antecedentes magos o brujas, y en otras ocasiones, así es como la vida lo desea —suspiro frustrada y tomé su brazo.

—Descuide, profesora —murmuré—. Mientras esté aquí procuraré encargarme de los castigos que tomen los Carrow, así hemos quedado Snape y yo —ella asintió.

—Es bueno verte aquí, Lynx y saber que estás a salvo —yo sonreí un poco—. Por favor, ayúdame a proteger a mis estudiantes.

—Por supuesto que lo haré, profesora, se lo prometo.

...

Miro el sol brillante que atraviesa los grandes ventanales del castillo, recuerdo a los gemelos haciendo bromas en estos pasillos y sonrió un poco, ¿cómo es posible que este lugar haya cambiado tanto?

Sigo en mi camino a la cocina, digamos que los platillos han cambiado bastante y me quedo con hambre porque me he acostumbrado a comer muy bien, pero al llegar al retrato de frutar, un niño de tercero de Gryffindor hacer un sonido cual pájaro.

—¿Qué está pasando ahí adentro? —al ingresar a la cocina, encuentro a Longbottom, Weasley y Finningan tomando comida, los mire confundida y entre los tres se miraron—. ¿A dónde van con toda esa comida?

Ellos pueden alimentar a todo Hogsmeade con lo que llevan.

—A... a ningún lado —respondió Seamus.

—Sí, se nota —irónica, me crucé de brazos y toda la comida voló a la mesa—. Esto es demasiado, en serio, ¿a dónde lo llevan?

—No te incumbe, Malfoy —bufó molesta Ginny.

Respire profundo y los mire—. Sé que los Gryffindor no han ido a cenar, así que si iban a llevar esta comida a sus compañeros simplemente podían decirlo y ya —los tres se miraron un poco confundidos—. Ya les había dicho, les ayudaré —murmuré.

Cuando entonces, se escuchó un chillido, el pequeño de tercero viendo siendo arrastrado por Brantley.

—Narcisa, ¿qué haces aquí? —lleve una mano a mi frente, frustrada.

—Regañando a estos idiotas que deberían estar en su sala común —brame molesta, Brantley asintió—. ¿Qué haces con el niño? Suéltalo —le di un manotazo haciendo que soltara al niño—. Si me permites, yo soy la profesora, tú un títere, ahora, vete de aquí antes de que le diga a Snape que te cambie de vigilancia —Brantley solo me miro sin decir nada y sin más, salió de la cocina.

Al ver que ya no estaba Brantley por ahí, agite mi varita, toda la comida se guardó por si sola y entregue una bolsa a cada a uno.

—Ahora, los escoltara a su sala común y por favor, finjan estar pasándola muy mal mientras los llevó —ningún hablo, solo movieron su cabeza en afirmación, pero fue muy notoria la mirada que compartieron Ginny y Neville.

Bueno, al menos ya me di cuenta que mi cuñada número seis me odia, o al menos, no le agrado mucho.


George

No puedo creer que los meses estan pasando tan rapido. Siento como si hubiese sido ayer cuando estaba casandome con Lynx y ahora estoy aquí, en la madriguera, con mis padres, a tan solo unos día de que sea Navidad y aunque es una festividad por la cual todos deberíamos estar felices no es así.

Ron no está y no tenemos ni la menor idea de donde se puede encontrar, sin mencionar que tampoco sabemos nada del paradero de Hermione y mucho menos del de Harry.

Miro a mamá quien me está enseñando a preparar estofado, le he pedido que me enseñe a cocinar por que si voy a vivir con Lynx tengo que demostrarle que seré un esposo que puede cocinar sin quemar la casa.

Debo admitir que he mejorado muchísimo.

—Y un sutil movimiento de varita —susurra mamá con sus ojos bien abiertos, muevo mi mano lentamente y ella asiente emocionada cuando ve que los bollos de bath comienzan a tomar un ligero color dorado.

—¡Hola familia! —ambos levantamos nuestras cabezas para ver a Ginny, mi hermanita tiene los brazos abiertos y una pequeña sonrisa.

—¡Mi niña! —exclamó mamá al borde de las lágrimas

Papá entró a la cocina y se recargó en la barra para mirar a Ginny y a mamá, quien está limpiando sus lágrimas con su mandil.

—¡Hermanita! —la abrace seguido de mamá, Fred no tardó en llegar corriendo para también abrazarla.

—¿Cómo has estado changa? —preguntó Fred despeinando el cabello de Ginny.

—Oh, todo ha sido tan horrible —suspiró, mamá hizo un puchero acariciando la espalda de Ginny.

—Ya todo terminara —aseguró mamá—. ¿Tienes hambre?

—Sí, mucha —admitió.

—A la mesa, todos a la mesa —ordenó mamá.

—¿Te han estado matando de hambre? —preguntó Fred. .

—Sí, de no ser por la profesora Lynx creo estaríamos muertos de hambre.

Fred y yo nos miramos—. ¿Profesora Lynx? —hablamos al mismo tiempo, mamá pareció interesada en saber más.

—Ajá, ¿recuerdan a la hermana de Malfoy? Iba con ustedes, ¿no?

—Oh, sí, claro —asintió Fred—. Narcisa —dijo chasqueando.

—Nosotros la conocemos como Narcisa —aclaré, Ginny alzó los hombros y se sirvió puré.

—¿Cómo está Charlie? —preguntó mirando a mamá.

—Bien, le hemos pedido que no viniera —respondió mamá sirviendo una porción exagerada de rosbif en el plato de Ginny, pero a ella no pareció molestarle.

—Entonces, ¿Malfoy los ha alimentado? —preguntó papá interesado.

—Sí, supongo que ni Snape sabe lo que hace, pero, me ha salvado más de una ocasión de los castigos de los Carrow —fue imposible no sonreír—. Y no solo a mí, a todos —aclaro.

—¿Son muy malos castigos? —pregunté, Ginny asintió, pero con la mirada apunto a mamá.

Estoy segura de que cuando vayamos a dormir ella nos dirá todo.

...

Cuando la cena terminó, los tres nos quedamos a ayudarle a mamá para limpiar la casa, aunque con magia no fue nada difícil. Una vez que mamá beso nuestras frentes y papá nos deseó buenas noches, Fred y yo seguimos a Ginny hasta su habitación para sentarnos juntos y que nos actualizara un poco la situación de Hogwarts.

—¿Y bien? —preguntó Fred abrazado de una almohada.

—Es horrible, ya no aguanto más tiempo ahí —ella recargo su cabeza en mi hombro y comencé a acariciarla.

—Ya casi hermanita, si puedes resistir —le apoye.

—No, en serio, George, es horrible —comentó suspirando—. Es que, de no ser por Lynx, yo creo que ya estaría muerta —dramatizo un poco.

Mucho, en realidad.

—¿Qué castigos ponen? —Preguntó Fred, ella se enderezó.

—La maldición cruciatus es su favorita —ambos abrimos los ojos—. No le digan a mamá, no me ha tocado a mí, pero a Neville ya le toco dos veces, no la pasó muy bien —murmuró con una mueca—. Aparte, les gusta que torturemos a niños menores. Caro que no lo he hecho, Lynx siempre aparece en el momento indicado, es como si fuera... es como si fuera un patronus humano, ¿me explico? —preguntó abriendo sus ojos, ambos asentimos entendiendo a lo que se refería.

—Claro, está ahí para protegerte —murmuró Fred quien me miró de reojo.

—Supongo que tendremos que agradecerle a Lynx todo lo que hace por ti —ella asintió con su cabeza y sonriendo un poco.

—Sí —susurró—. Bueno, muero de sueño, hablamos mañana, ¿les parece? —los dos asentimos y bese la frente de Ginny.

—Descansa hermanita, te amo.

—Yo los amos a ustedes.


Lynx

Decidí regresar a la mansión Malfoy solo para pasar las vacaciones por que extraño pasar tiempo con mamá, aunque estoy agradecida de todo lo que ha estado haciendo Snape para protegerme, no quiero ni imaginarme lo que pasaría si el Señor Tenebroso se llega a enterar de que el motivo verdadero por el cual doy clases en Hogwarts es por que no quiero (queremos) que se entere que estoy casada con George Weasley.

Uy, tremendo escándalo.

Por fin me encuentro en mi habitación que está tal y como la deje, y es que claro que la había encantado poniendo un hechizo contra enemigos, por lo que Bellatrix Lestrange no pudo entrar ni fisgonear en donde no debía.

Doy un par de vueltas en mi cama, tratando de conciliar el sueño, pero no puedo simplemente dejar de pensar en George, así como en Rachel, a quien extraño más de lo que creía, en realidad, necesito a mi mejor amiga, me siento más sola que nunca.

Cerré mis ojos con fuerza dispuesta a despejar mi mente, pero la puerta se escuchó.

Me senté lentamente, cuando Draco asomo su cabeza.

Fue inevitable no acordarme de cuando éramos pequeños y Draco se escabullía en mi habitación por que tenía pesadillas. Aparte, justo como en esos tiempo, Draco se ve tan pequeño y frágil, que me fue imposible no sentir el sufrimiento de mi hermanito.

—¿Qué ocurre? —pregunté curiosa.

—No puedo dormir —admitió, viene cargando su almohada y agacho su cabeza apenado, ladeo una sonrisa teniendo un déjà vu—. ¿Puedo dormir contigo? —yo asentí y palmee la cama para que con confianza se acercara.

—Claro —Draco caminó lentamente hasta la cama y se recostó a mi lado, bese su cabeza acurrucándonos.

—Lynx, ya no puedo más —confesó en voz muy baja.

—Vamos Draco, todo terminara pronto —aseguré acariciando su cabello, pero él negó con ojos llorosos.

—No lo soporto, no soporto las miradas de odio por parte de todos, no aguanto el ardor en mi brazo y las pesadillas solo continúan y empeoran cada día —susurró cerrando sus ojos.

Apreté mis labios nerviosa y limpie las lagrimas en sus mejillas.

—Te prometo, Draco, que cuando todo esto termine, descansaremos —aseguré con voz muy firme y sin flaquear, el me miro a los ojos—. A la mierda las personas y la forma en la que te miran, ellos no tienen ni la menor idea por lo que estás pasando, ¿entendido? —él asintió—. No vamos a vivir de lo que ellos crean y pase lo que pase, tienes que saber que eres mi hermanito y voy a protegerte —él sonrió un poco y se escondio en mi pecho.

—Te amo, Cissy —susurró.

Bese su cabeza y pestañee un par de veces—. También te amo, Draqui. Ahora, trata de descansar hermanito, mañana será una navidad muy... interesante.

Sin más, ambos nos cubrimos con las mantas y abrazados quedamos completamente dormidos.







THIS IS TOO MUCH I CAN'T

Jesucristo, se acerca lo peor.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro