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24. Compromiso

Lynx

Termino de cepillar mi cabello y me miro en el espejo nuevamente, tengo un vestido de terciopelo color negro que me llega por debajo de la rodilla con unos botines de tacón negro, mi cabello se encuentra perfectamente peinado por la mitad, como siempre suelo tenerlo y pinto mis labios de un color rojo.

—Lynx, el plan es hacer que no le gustes, no enamorarlo —me gire para ver a Draco, él tiene una tunica de gala color gris con un pantalón negro, sus ojos resaltan con esa camisa.

—¿Es mucho? Mamá me dio el vestido, era de ella —murmuré acariciándolo—. En realidad, me gusta mucho —admití.

—Te ves hermosa —halagó sonriendo—. Linda pulsera, son las fases de la luna, ¿dónde la compraste? —preguntó curioso.

—Oh... por ahí, en una tienda del callejón diagon.

—Bueno, hay que bajar, Snape no lleva ni quince minutos y ya quiere envenenar a Brantley.

—Pagaría por ver eso —aseguré sonriendo.

Mi hermano y yo bajamos juntos y caminamos a la sala, donde se encuentran todos reunidos. Brantley al verme se paró, pero decidí ignorarlo y tomé asiento junto con mi hermanito y Snape.

—Justo a tiempo Lynx —dijo el señor Rowle—. Estábamos hablando de lo buena que eres en pociones —alardeo el señor.

—La mejor —dije orgullosa.

—¿Enserio? —preguntó Brantley sonriendo.

—Me consta —hablo con odio Snape—. Lynx es la mejor en toda su generación, los Malfoy en realidad tienen un don con las pociones —dijo para después beber de su trago.

Venga que yo necesito uno para sobrevivir esta noche.

...

Por fin la hora de la cena llegó, ahora estoy en medio de mamá y Draco, frente a mi esta Brantley y a su lado Snape, quien dijo que si él llegaba a hablar de más le pondría un poco de veneno en su bebida.

En realidad, no sé por qué aún no lo envenena.

Draco y yo no hemos hablado en toda la noche, ellos simplemente hablan del Señor Tenebroso y de su regreso. Mi madre solo dice una o dos palabras para corregir a papá, Snape se ha mantenido muy pensativo, pero los Rowle se encuentran fascinados con el tema.

—Es bueno saber que tu familia está de este lado —mire a Brantley un poco molesta—. Es lo mejor, ¿no lo creen niños? —Draco asintió, él me miró esperando una respuesta.

—No soy un niño —fue lo único que dije, mamá me miró sonriendo un poco mientras mastica de su comida con delicadeza.

—Claro, lo siento es solo que...

—Ignorala Brantley —pidió mi padre que me miro un poco molesto.

—No Lucius, fue mi error, Lynx es una mujer —rodé los ojos y Snape también.

—¿Ya lo has hablado con Lynx, Lucius? —preguntó Thorfinn, mire a mi padre quien se encuentra relajado, él bebió de su copa de vino.

—Aún no, Thorfinn —respondió para después seguir comiendo.

—¿Por qué hablan como si no estuviera aquí? —ambos me miraron.

—Son cosas de adultos —explico mi padre.

Estoy a punto de aventarle el plato en la cara—. Bueno, soy una adulta —Draco tuvo que contener la risa y le di una patada debajo de la mesa, me acomode y los mire—. Adelante caballeros, ¿algo que decirme? —me crucé de brazos, Snape siguió comiendo en silencio y mi mamá se ve angustiada.

—Déjame a mí, Lucius —pidió Thorfinn, el limpio su boca con la servilleta—. Lynx, como sabrás los Malfoy son una de las familias Sangre Pura más influyentes en la comunidad mágica —mi padre inflo el pecho con orgullo—. Y eres la primera mujer que ha nacido desde hace cinco generaciones —continuó —. Tu tataratataraabuela se casó con un Rowle hace más de 100 años —alce una ceja y miré a mi madre, quien me pidió que siguiera escuchando—. Que mejor que volver a unir el apellido Rowle y Malfoy una vez más.

No lo digas Lynx, no lo digas.

Pero lo dije—. ¿Draco se casará con Brantley? —mi hermano me miró asustado, Snape por primera sonrío en toda la noche y mamá quiso darse un golpe en la frente.

Bueno, juntarme con George ha tenido sus efectos—. Lynx esto es serio —me regaño mi padre, bebí de mi whisky y los miré—. En cuanto te gradúes de Hogwarts desposaras a Brantley —mire a Brantley, él parece ser el más feliz en todo eso.

Baje mi mirada a mi comida y sentí mi pierna comenzar a temblar, me paré de la mesa y mi madre me miro preocupada—. Si me disculpan, iré a mi habitación a crear una poción para ahogarme con mis propia saliva, permiso —tire de la servilleta muy molesta y acelere solo un poco el paso.

Al llegar a las escaleras las subí rápidamente sintiendo como mi sangre se ponía caliente y cerré con fuerza la puerta de mi habitación, me dejé caer en la cama y cubrí mi rostro con la almohada para después gritar más fuerte que nunca.



George.

Las vacaciones de navidad se pasaron volando, con papá enfermo procuramos no causar muchos dolores de cabeza, mamá no podría soportarlo. Pero por fin hemos regresado a Hogwarts, donde no importa que tan molestos seamos, ni Dolores Umbridge nos detendrá. Quisiera decir que me topé con Lynx a la llegada de Hogwarts, pero en realidad no tuve la suerte de verla. En la cena la vi solo por unos momentos antes de que ella y sus amigos salieran del gran comedor. 

Espero hoy poder encontrarme con ella.

Terminamos de vender artículos a unos niños de primero y guardamos nuestras cosas viendo por ambos lados para que Umbridge no nos encuentre, pero no era Umbridge quien venía para acá, Lynx juntó con la Brigada Inquisitorial.

—Pero que tenemos acá —hablo mi adorable cuñado con sonrisa burlona, Lynx hizo sonar su garganta.

—Si me permites, Draco, yo me encargaré de ellos —dijo cruzándose de brazos—. Ustedes dos, vengan conmigo ahora, a Umbridge le encantará confiscar sus juguetes.

—No son juguetes —replique procurando ocultar mi diversión.

—No te pregunté —respondió Lynx, ella nos tomó de la túnica para comenzar a caminar, dimos vuelta por un pasillo perdiendo a la Brigada Inquisitorial—. Ya me estoy casando de salvarles el pellejo —murmuró soltándonos.

—A nosotros nos agrada que nos salves el pellejo —dijo Fred sonriente—. Enserio cuñada, eres la mejor, gracias —las mejillas de Lynx se pusieron rositas y soltó una risita.

—Enserio gemelos, tengan cuidado —pidió, giramos por un pasillo donde nos encontramos a Maisie y Angelina, ambas divirtiéndose con unos Puffskeins pigmeos que aún no hemos vendido en Hogwarts, les hemos dado los primeros a Angelina, Katie y Maisie para que opinaran sobre ellos.

—Hey —dijo Maisie caminando hacia nosotros y viendo mal a Lynx—. ¿A dónde van? —preguntó.

—Eso no es de tu asunto Winter, si me permites tengo que llevarme a los gemelos conmigo —Fred hizo un movimiento de mano para que no se preocuparan y continuamos siguiendo a Lynx.

En realidad, no tenemos ni idea de a dónde nos lleve, hasta que entramos a un aula vacía cerca de la torre de astronomía, ella movió su varita poniendo algunos hechizos y después nos miró un poco sonrojada.

—Primero que nada, hola —sonrío y ambos reímos.

—Hola —dijimos ambos al mismo tiempo.

—Bueno, yo... ¿cómo sigue su papá? —murmuró.

—Bien, ya está mejor, recuperándose, pero estará como nuevo dentro de poco —respondió Fred.

—Qué bueno —susurró sonriendo un poco.

—¿Qué ocurre? —pregunte al verla tan tímida, como si fuésemos desconocidos.

—Necesito de su ayuda —dijo después de unos segundos de silencio mi hermano y yo nos miramos sin entender muy bien.

Ella sacó una pequeña cajita de su túnica y la extendió hacia nosotros. Yo la tome y mire a Lynx quien se ve desesperada, abrí la caja y me encontré con una sortija de compromiso.

—¿Qué es eso? —murmuró Fred.

—Un anillo de compromiso —dijo como si fuera obvio Lynx, ella suspiro—. Mi anillo de compromiso —deje de mirar la sortija para ver a Lynx quien tiene sus ojos cristalizados—. Me han comprometido con Brantley Rowle y nos casaremos el 1ro de agosto —explicó.

El aula quedó en silencio por unos minutos.

—¿Y ese imbécil quien es? —preguntó Fred un tanto celoso—. Dime quien es para encontrarlo y aventarlo de la torre más alta del castillo, tu por eso no te preocupes eh, que aquí si alguien se va a casar van a ser ustedes dos —Fred se cruzó de brazos, Lynx lo miró con una pequeña sonrisa y tallo sus ojos.

Aún no he dicho nada.

¿Qué se supone que tienes que decir cuando tu novia te ha dicho que la han comprometido con un mortífago?

—Georgie —susurró.

Lleve una mano a mi cabello despeinándolo un poco y suspire—. Eso no pasará —negué—. No voy a permitir que eso pase, ¿entiendes? —ella asintió lentamente.

—Y bien, ¿qué quieres que hagamos? —Fred miro a Lynx y ella chasqueo con su lengua.

—Bueno... la boda se llevará a cabo el 1ro de agosto en los terrenos fuera de la mansión Malfoy —explicó—. Será algo pequeño, pero... habrá muchos mortífagos reunidos —ella jugueteo con su túnica—. Y un buen momento para que la orden atacará —susurró.

—¿Cómo sabes de la orden? —preguntamos Fred y yo sorprendidos, ella hizo una mueca.

—Todos los mortífagos lo saben —dijo, ambos nos miramos—. En el ministerio hay infiltrados —continuó—, pero... saben que, olvídenlo, fue una pésima idea —comentó negando rápidamente—. Eso solo los pondría en riesgo y es estúpido...

—No, en realidad no —murmuró Fred—. Si atacamos el día de tu boda, ellos tendrán que empezar a preocuparse de que también sabemos cosas que suceden a su alrededor.

—Fred, no —interrumpí—. No, esa es una mala idea —aclaré, pero Lynx negó lentamente.

—En realidad, creo que eso haría que se empezaran a preocupar más —confesó—. Están muy relajados —Fred y yo nos miramos.

—Mandémosle una carta a Ojoloco —propuso Fred—. Hay que explicarle lo que sabemos y que ellos decidían si intervienen o no —ambos me miraron.

—¿Por qué me miran así? —pregunté cruzándome de brazos.

—Porque tu pareces ser el menos alterado —dijo como si fuera obvio Fred.

—¿El menos alterado? Fred, mi corazón está a punto de salir de mi pecho, estoy jodidamente alterado. ¡Quieren que mi novia se case con un maldito mortífago! ¿Crees que no estoy alterado? ¡Por Merlín podría matar a ese hijo de banshee si es que lo llegó a ver! —Fred me miró asustado y retrocedió.

—Okey, okey, perdón hermano —me senté en la mesa del pupitre y Lynx llego a mi lado, ella tomó mi mano y depositó un beso en mi hombro.

—George, créeme que tampoco quiero comprometerme, no con él —susurró.

La tome de las manos y apoye mi cabeza con la suya—. Lo sé, amor —Fred nos miró a ambos con ternura.

—Dios, son una hermosa pareja, podría llorar en cualquier momento —admitió llevando las manos a su pecho.

—Hagámoslo —dije a Fred—. Mandémosle la carta a Ojoloco, si no obtenemos respuesta... me encargaré de arruinar la boda —murmuré.

—Nos, nos encargaremos de arruinar la boda —me corrigió Fred con un dedo alzado—. ¿Creíste que te dejaría solo? Amo arruinar cosas y uno de mis sueños es arruinar una boda.

—Gracias —musitó Lynx, Fred camino hacia nosotros y puso una mano en su hombro.

—Hey, no llores —pidió mi hermano—. Espérate a que arruinemos tu boda, entonces ahí llora de alegría, ¿sí? —ella asintió limpiando sus lágrimas con una pequeña sonrisa—. Los dejaré solos, te veo en la sala común, hermano —asentí y sin más Fred salió del aula.

Me gire un poco para ver a Lynx y limpie sus lágrimas, ella sonrío un poco.

—Te extrañé —susurró, acaricie su mejilla y sonreí.

—También yo —ella tomo mi mejilla.

—George, no me quiero casar con Rowle —susurró—. Solo hay una persona con la que quiero casarme y esa eres tú —mi corazón latió con rapidez, tomé su mano y asentí.

Somos jóvenes, un poco testarudos, muy apresurados pero... nos amamos y mierda, imaginar a Lynx con un vestido de novia puso mi piel de hipogrifo, cómo muero por que eso suceda.

—También yo me quiero casar contigo —me acerque para darle un beso y dejamos nuestras frentes juntas.

—Te amo —murmuró—. Gracias por ayudarme —negué lentamente.

—No tienes que agradecer, amor, gracias a ti por pedirnos ayuda —la bese nuevamente y acaricie su cabello—. No permitiré que ese compromiso se lleve a cabo, te lo prometo.

Sin más, volvimos a juntar nuestros labios para besarnos nuevamente.










A veces escribo muchas cursilerías pero no me importaaaaaaaaaaaaaaa

Man, a mi me encantan las bodas pero no quiero casarme, seguro si me caso es por la pachanga, el vestido y la tremenda peda eh

Ahre que dijeron.

Bueno, besos.

Les ama

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