CAPITULO 1

Si algo había aprendido Kuro era que ninguno de los hermanos Kozume se levantaba temprano.

Kotaro parecía tener un sueño profundo por lo que no importa que hicieras nunca lograrías despertarlo, no de una buena forma. En cambio Kenma, se levantaba ante el mínimo ruido, pero si algo lo levantaba ya empezaría mal la semana.

Ambos eran tan iguales y a la vez tan distintos.

Y si como siempre Kuro debía encargarse de ambos hermanos, por suerte ahora irían al mismo colegio por lo que no tendría que estar esperando a que Kotaro entrara al suyo, ante la insistencia de Kenma por no dejar solo a su hermano.

Kuro lo entendía, Kenma había quedado traumado, Incluso si no lo decía, después de lo sucedido hace un año.

El joven suspiró, acercándose a aquella casa y poniendo sus llaves para abrir la puerta.

Kuro tenía las llaves de Kenma, era normal considerando que conocía aquella casa como la suya y que para rematar vivía al lado.

Se adentro dejando sus zapatos en la puerta y poniéndose las pantuflas, dejo su mochila en la mesa y empezó a subir las escaleras.

Primero debía levantar al bello durmiente, así no tendría que cargar con el mal humor que tendría kenma si el o cualquier otra persona que no sea su hermano, llegaba a levantarlo.

Se adentro en la habitación, observando como el joven parecía estar en un quinto sueño, después de años siendo el mejor amigo de ambos jóvenes, aprendió como levantarlos, por lo que tomó uno de los mangas en la repisa de su amigo y comentó.

—Kotaro despierta—al no recibir ningúna queja o confirmación volvió a insistir—Kotaro si no te despiertes romperé uno por uno todos tus tomos de One Piece.

Esa era la mejor forma de levantar a ese dormilón.

—¿Qué vas a hacer, qué?—exclamó todavía adormilado, pero con el ceño fruncido, incluso si sabía que Kuro siempre usaba la misma técnica, uno de sus mangas ya había sufrido, nunca desconfiaría de las amenazas del mayor.

El joven sonrió mientras volvía a poner aquel manga en la repisa—arriba dormilón.

El chico asintió dejando su cómoda cama, para pararse enfrente de su amigo.

Y eso solo le había hecho sentir más enano de lo que era.

—Ve a levantar a Kenma, yo iré a hacer el desayuno.

—Okey—susurró, tomando camino a la habitación de su hermano mayor.

Abrió la puerta sin una pizca de delicadeza y salto hacia la cama del mayor.

—¡Kotaro!—exclamó al sentir el peso de su hermano encima.

—Buenos días—susurró dándole una sonrisa y parándose esperando que su hermano hiciera lo mismo—Kuro está haciendo el desayuno—informó estirando sus músculos.

—Va a quemar la casa—suspiró levantándose en contra de su voluntad.

—Por eso debemos ayudarlo, sin nosotros ya hubiese quemado nuestra casa hace años—concluyó dando una leve sonrisa y avanzando hacia la puerta para dirigirse a la cocina.

—Mamá se enojará si quema todo.

Kotaro negó con la cabeza—ni siquiera lo notaría.

Y tenía razón, la madre de ambos jóvenes se había vuelto una adicta al trabajo después de la muerte de su padre y nunca estaba en casa.

Esa había sido su forma de sobrellevar las cosas.

—bajaré en un instante.

—Te esperamos—comentó Kotaro bajando las escaleras a toda velocidad.

Siempre es lindo despertarse rodeado de gente que amas.

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—¡Kotaro apúrate!—gritó Kuro desde las escaleras.

—¡Ya voy mamá!—bromeo el joven, mientras dejaba de mirar su reflejo para agarrar sus cosas.

Kotaro sabía que tenía una buena apariencia, incluso si muchas personas solían repetirle que tenía una apariencia femenina, el-por mucho que actuará enojado-sabía que la mayoría de las veces lo decían de envidia y otras como halago.

No importa en este mundo que tipo de belleza tienes, porque si eres atractivo lo eres.

Solo tienes que ser atractivo para tener privilegios y eso Kotaro lo tenía muy en claro.

—¿Por qué tardaste tanto?—preguntó Kuro cuando el joven llegó a su lado.

—Lo siento mamá Kuro—bromeó dando una leve sonrisa antes de responderle la pregunta—me quedé mirando el espejo, me está pegando fuerte el complejo narcisista.

—Me di cuenta—susurró haciendo reír al contrario.

El joven sonrió y se lanzó a los brazos de su hermano mayor—deberias darnos importancia cuando estás con nosotros—murmuro con un puchero, claramente se estaba victamizando.

—Okey—susurro soltando el video juego y mirando a su hermano.

—Gracias—comentó el menor encantado con la actitud de su hermano—¿cómo creen que sean los nuevos?

Kuro levantó una ceja inquisitivamente y dió una leve sonrisa—Tu también eres nuevo tonto.

—Pero yo conozco a los integrantes actuales, no es lo mismo—refutó.

—Mientras no sean tan como tú—comentó Kenma mirando a Kotaro y después a Kuro—o tú, estoy bien.

—Eres muy malo Kenma—dramatizo el mayor siendo acompañado por el menor.

—No nos quieres—exclamó.

Ambos jóvenes miraron al chico con ojos de perrito abandonado, pero solo fueron ignorados por el joven que rápidamente desvió su mirada al camino y siguió caminando.

Kotaro negó con la cabeza y corrió hacia al mayor saltando a abrazarlo—di que nos quieres—demando con un tono triste, obviamente solo quería que el contrario lo admitiera.

—Si...—susurró en respuesta, girando a mirar a ambos jóvenes—si los quiero...

Kuro.exe dejo de funcionar.

Kotaro.exe dejo de funcionar.

—Digan algo idiotas—exclamó frunciendo el ceño y volvió a sacar su video juego, ya no se dejaría manipular por los dos jóvenes.

—Nosotros también—gritaron ambos jóvenes al salir del trance.

Eran un trío complicado, pero se complementaban demasiado bien.

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•Primer capitulo, me tomé mucho tiempo en hacerlo, (pido perdón por eso), en este capítulo buscaba mostrar una mañana normal de este trio, además de la actitud de Kota, espero que les haya gustado y nos vemos en el siguiente capítulo.