10 | "𝗔𝗱𝗶𝗼𝘀, 𝗦𝗼𝗽𝗵𝗶𝗮"
𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐢𝐞𝐳.
“𝐀𝐝𝐢𝐨𝐬, 𝐒𝐨𝐩𝐡𝐢𝐚”
Estaba recostada en el árbol de siempre escuchando mis canciones favoritas. Habían pasado unas horas del forcejeo de la puerta de la granja.
—I got a feeling, uhh. That tonight's gonna be a good night, that tonight's gonna be a good night, that tonight's gonna be a good, good night.— Cantaba mientras movía mi cabeza.
El mismo niño de siempre, mi mejor amigo Carl interrumpió la mejor parte de la canción.
—¿Qué canción escuchas Made?— preguntó con curiosidad.
—Amm... Estoy escuchando “I Gotta Feeling”, la canción favorita de mi mamá.— Dije mientras me sacaba mis auriculares.
—Suena cool.— Sonrió de lado. —¿Puedo oír contigo?—
Asentí con mi cabeza e hice un gesto con mi mano para que se sentara a mi lado. Posó su cabeza en mi hombro y empezó a sonar "Sparks" de Coldplay.
—My heart is yours…— Empezó.
—I'ts you that i hold on... to.— Le seguí.
Carl fijó su mirada en mí mientras yo mantenía los ojos cerrados y cantaba. Al darme cuenta, abrí mis ojos y rápidamente dejó de mirarme.
Me sentí un poco avergonzada y mis mejillas se pusieron algo rositas.
Estuvimos un largo tiempo así hasta que oí a Lori llamándonos para hacer la tarea.
Hasta en un apocalipsis tenía que estudiar.
Nos sentamos y empezamos.
—Bueno niños, ahora les escribiré unos problemas matemáticos y los resolverán. ¿Entendieron?— Le dimos un sí con la cabeza.
Así estuvimos durante toda una hora.
Hicimos un pequeño descanso y en eso estábamos dibujando todo tipo de cosas.
—¿Shane piensa que Sophia murió?— La pregunta de Carl hacia su madre hizo que clave la mirada en él.
—Shane solo está asustado…— Afirmó.
—¿Por los caminantes en el granero?—pregunté y la mujer asintió.
—Mamá… No me iré hasta que encontremos a Sophia.— El niño miró mi mano e hizo que deje de dibujar para entrelazar nuestros dedos.
—Y… tampoco quiero irme después de eso.—
—Está bien cariño, no nos iremos.— Formó una sonrisa en sus labios. —Terminen con esos problemas.— Señaló y Carl separó su mano de mí.
—Creo que… le va a gustar esto. El lugar. Lo sentimos como nuestro hogar.— Dije.
Lori nos abrazó y nos dió un pequeño beso en la frente.
—¡Terminé!— Exclamé feliz al haber cumplido con mi deber.
—Y yo…— Carl se apuraba al hacer la última cuenta. —¡también!— Se levantó de la banqueta, me hizo una palmada en mi espalda y se fue dentro de la casa.
Mientras yo ayudaba a Lori a levantar los lápices y los cuadernos que habíamos utilizado para estudiar, Glenn me llamó.
—Andrea te está buscando Maidy.—
—Gracias, Glenn.— Sonreí.
—¿Por casualidad no tienes otra gorra?— Preguntó. No me había dado cuenta que estaba manchado con ¿huevo?
—¡Pero por Dios!— Luego me di cuenta, alcé una ceja y me crucé de brazos. —Fue Maggie.—
—Adivinaste. ¿Pero tienes una gorra?—
—Nop.— Negué con la cabeza y entré a la casa rodante.
Ví que Andrea cargaba más de tres armas y me sorprendí.
—Me iré con Rick a buscar a tu amiga Sophia.— Dijo mientras cargaba una de las cuantas armas.
—Pensé que estaba hablando con Hershel.—
—Así es. Mientras tanto iré al granero.— Me miró de costado. —Shane quiere que… haga guardia allí.—
—¿Rick quiere?— Cuestioné mientras dudaba.
—¿Y por qué no?— Me desafió.
—¿Solo llevas la tuya?—
—No sé qué tipo de estupidez estés tramando con él.—
—¿Él?—
—Sí, Shane.— Respondí.
—Made…— Arqueó una ceja.
—Lo sé Andre. No es asunto mío, pero lo que me importa es que tú… Puede que no lo conozcas bien.— Formé una línea con mis labios.
—Made.. No tenemos porqué hacer esto. Nosotras finalmente..— No la dejé terminar.
—Es importante…—
—Lo entiendo, no te agrada.— Dijo con obviedad.
—No, no es eso..—
—¿Entonces qué?— dijo la rubia mientras hacía un largo suspiro.
—¿Así es como te gustaría ser? ¿Cómo él?— Fruncí mis cejas.
—No es una víctima.— Levantó sus cejas e hizo una cara burlona.
—No lo conoces…—
—Made… Debes detenerte.—
—¡Detenerme de qué Andrea! ¡Siempre quiero conversar contigo y nunca estás para mí! ¡Te estoy advirtiendo de este mal hombre y no le das importancia!— Exploté mientras contenía mis lágrimas.
Me fuí de la furgoneta sin palabras.
—¿Estás bien?— preguntó Glenn desde arriba de la casa rodante.
—¡Sí, no es nada!— Fingí mi sonrisa mientras me dirigía a escuchar por milésima vez música.
Me adentré en la casa y me fui a recostar al sofá y me quedé profundamente dormida.
—¡Made! ¡Tenemos que irnos de aquí! ¡Corre!— Decía una voz indistinta que no lograba reconocer.
—¡Made, no!— Cientos de caminantes se abalanzaron en un niño. Al parecer yo lo conocía, pero no veía su rostro.
Desperté en un grito ahogado, con aún la música sonando.
El reflejo de un coreano estaba invadiendo mi espacio personal sacudiendo mi brazo para despertarme.
—¡Made! ¡Made! ¡Oye!— Hizo la última "e" más larga.
—Uhm… Qué pasa…— Mis ojos estaban borrosos ya que acababa de despertar.
—¡Maggie me besó!— Me levanté como un rayo de mi cama.
—¡QUÉ!— grité como una desaforada.
—¡Sí, sí, sí!— Me tomó de las manos y empezamos a dar pequeños saltitos.
—¡Iré a buscar a Magg…— Me tomó del brazo fuertemente.
—No le dirás nada a mi querida novia.—
—¡¿NOVIA?! ¿¡Cómo que novia!?— Mis gritos fueron tan fuertes que hizo que Maggie saliera de la casa.
—Wow, wow, wow. No te emociones coreanito…— Rió Maggie.
—Oh… no son novios...— Formé un puchero y bajé la cabeza.
—Pareces un anciano con esta gorra.— Le confesé a Glenn.
Maggie rió. —Vé por tu gorro, la lavaré.— Le sonrió.
Glenn fue en busca de su gorro y yo hice preguntas a Maggie.
—¿Y? ¿Cómo fue?— Hice una enorme sonrisa.
—Estaba enojada… Me dijo palabras bonitas y… Lo besé.— Formó una gran sonrisa.
La abracé fuertemente mientras le hacía caricias en su espalda.
¡Oigan, oigan! ¿Qué sucede? ¡Deberíamos haber salido hace horas!— Exclamó Daryl.
—¿Alguien sabe qué pasó con Rick? Se fue hace horas con Hershel y no volvió.— Dijo T-Dog.
—Ahí viene este estúpido.— Dije refiriéndome a Shane.
Empezó a repartir armas a todos, incluyéndome.
De pronto vemos cómo Rick aparece con caminantes agarrados a una soga.
—¡Esto debe ser una broma!— Shane empezó a correr como una liebre veloz.
Luego empezó a discutir junto a Rick, quién traía a los caminantes.
—¡Suficiente de arriesgar nuestras vidas por una niña que ya no está!— Me dirigí junto a Lori y Carl, quienes estaban asustados como yo.
—¡Suficiente de vivir junto a un granero lleno de cosas que nos quieren matar!— Exclamaba. —Rick esto ya no es como antes. ¡Ahora sí todos quieren vivir, si quieren sobrevivir tenemos que pelear! ¡Y estoy hablando de pelear aquí, justo ahora!—
Shane se dirigió velozmente hacia la granja y empezó a dar golpes al candado que mantenía cerrada la puerta.
Tomé fuertemente de la mano de Carl y nos aferramos a Lori.
De pronto empezaron a salir los caminantes, los cuáles iban siendo asesinados por Shane, Andrea, y demás.
Ya muertos todos, oímos unos ruidos provenientes de adentro. Tenía unos tenis amarillentos, pantalones por la rodilla y una remera azul con un arcoíris ambos desgastados.
Era… Sophia.
—¡Sophia! ¡Sophia!— Su madre intentó correr hacia ella pero Daryl la sostuvo.
—No… No…— dije desilusionada, aún teniendo esperanzas en encontrar a nuestra amiga viva.
Sophia cada vez se acercaba más. Sólo escuchaba a Carol y a Carl llorar. Ya casi sin poder ver por las lágrimas, Rick se acercó y le disparó en la cabeza.
Adiós, Sophia.
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