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04 | "𝗕𝘂𝘀𝗾𝘂𝗲𝗱𝗮"

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨.
"𝐁𝐮𝐬𝐪𝐮𝐞𝐝𝐚"

Finalmente la pesadilla se terminó. Volvimos a Atlanta para emprender camino hacia Fort Benning.

Cargamos combustible a todos los autos y emprendimos viaje.

Estábamos en el auto Rick, Lori, Sophia, Carl, Carol y yo.

—Pensaba en nuestro viaje al Gran Cañón con Carl— habló Lori.

—Yo no lo recuerdo— dice Carl.

—¿Cómo lo recordarías si eras solo un bebé?- Rió la pelicastaña. —Además solo llegamos hasta Fort Worth— decía mientras mira a Rick conduciendo.

—No, te enfermaste. Nunca creí que un bebé pudiera vomitar tanto.— Me tapé la boca al reír ya que iba a soltar una carcajada.

—El doctor de Texas dijo que estarías bien. Dimos media vuelta y volvimos a casa.— Agregó

—¿Osea que nunca llegaron al Gran Cañón porque Carl se enfermó?— Reí.

—Exacto.— Me respondió Lori haciendo un gesto con su mano.

—¿Podemos ir a verlo? ¿Al Gran Cañón?— Los esposos se miran al escuchar la propuesta del niño. —Me gustaría.—

—A nosotras también— Dije haciendo referencia a Sophia y a mí.

—¿Podemos ir?— preguntó Sophia.

—¡Por supuesto!— dijo la adulta.

Me dormí unos minutos en el hombro de Sophia mientras ella se apoyaba en el de su madre.

Sentía escalofríos por todo mi cuerpo.

Oh, hola niña. ¿Qué haces sola por el bosque?— Se escuchaba una voz de un hombre, no podía ver bien su rostro ni tampoco en el lugar que estaba parada.

Mi instinto quería gritar pero en silencio, como si estuviera bajo el agua. Por detrás había una horda de caminantes.

De repente estoy en otra escena y me encuentro arrodillada rodeada de gente que no conocía, pero esta vez sus caras estaban borrosas.

De repente se acerca un hombre sin rostro que al parecer tenía un bate en sus manos.

¡Sin excepciones!— El bate se dirigió a la parte de mi cabeza.

Desperté muy sobresaltada. No había nadie en el auto. Parece que todos habían bajado y me dejaron durmiendo.

—¿Glenn qué sucedió?— le pregunté adormilada mientras me refregaba los ojos.

—Tranquila Made, solo se soltó un tipo de tuerca dentro del capó de la caravana. Revisa el lugar con los demás.— Me tranquilizó.

Voy junto con Lori y los niños. Pasamos por un auto.

Carol asoma la cabeza por la ventana del auto.

—No miren niños.— Lo primero que hice fue mirar hacia la ventana.

Carajo, un caminante muerto. No era una buena señal.

Estábamos viendo que había en los autos. Estaban repletos de cosas.

Veo un vestido de color rojo muy bonito y me lo pruebo por encima.

—Te queda muy bonito— Apareció Carl de la nada.

—Mierda Carl, casi me da un paro cardíaco. Por cierto, gracias.— Le agradecí con un sonrisa.

—Lo siento, no era mi intención.— Se disculpó. —Vayamos con Sophia a revisar autos. ¿Quieres?— Cuestionó.

—Bueno, pero primero pregúntale.— Sonreí. No le podía negar nada a ese niño.

—Niños, manténganse cerca.— Tomé de la mano a Sophia para no separarnos.

Vimos muchos autos, agarramos muchísimas cosas, juguetes, ropa, provisiones. Había de todo.

Fuimos juntos las adultas. En un momento vi a Rick corriendo dirigiéndose hacia nosotros.

—Lori, abajo de los autos.— Carl, Sophia, Made. Abajo, ahora.— Murmuró.

Me metí rápidamente a un auto con Carl. Sophia quedó sola en el de al lado. Estábamos muy asustados.

Los caminantes pasaban, del miedo le agarré la mano a Carl. Cerré mis ojos para que todo pasará más rápido.

Todo mi cuerpo estaba inmóvil. No quería hacer ningún ruido. Si lo hacía, era pollo muerto. Literalmente.

Los minutos pasaban, todo fue eterno.

De repente vimos que los ruidos de los pasos no se oían más. Por las dudas dejé que los demás salieran para asegurarme de que realmente se había terminado esa mini horda.

La suerte no estuvo del lado de Sophia. Resulta que ella salió antes y pasó un caminante.

Ella se asustó tanto que empezó a gritar. Eran los dos únicos que quedaban. Si tan solo hubiera esperado más...

Salió de la carretera para el lado del bosque. Empezó a correr desesperadamente mientras los caminantes la seguían.

Rick fue a rescatarla. Me quedé con Carol y los demás esperando a que Rick regrese con Sophia.

Tenía mucho miedo de no volver a verla nunca más. Los escalofríos recorrían mi cuerpo. Estaba desesperada.

Rick regresó. Sin Sophia. Empecé a angustiarme. Le dijo a los demás que lo acompañarán en donde Rick había dejado a Sophia. Me quedé junto a Carol consolándola.

Fui con Carl, él se estaba dirigiendo a un auto para buscar provisiones.

—Hey Made, mira por la ventana. Ese muerto tiene un arma. Ayúdame a sacarla.— Me propuso.
—No Carl, es peligroso. No me atrevo.— Le contesté.

—Como quieras.— respondió irónico.

Carl empezó a tironear el arma que tenía el caminante, se veía desde aquí que estaba enganchada a algo.

Como no podía se subió a un escalón que tenía el auto. Se acercó un poco más y tironeó aún más fuerte. Así provocando una caída.

Finalmente obtuvo lo que quería. No era una simple arma pequeña como todas. Era un arsenal.

—¡Mira Shane, mira esto! ¡Es un arsenal!— mientras agarra un hacha. —¡Y mira, un hacha! Es muy filosa. ¡Wow!—

—Cuidado con eso, es peligroso.— Le dijo su madre.

—¿Puedo quedarmela?—

—¿Estás loco?— dice Lori mientras le sacaba el hacha.

—Claro que no. Shane, dile que me deje tenerla.—

—Amigo, ve a dárselas a Dale. ¡Vamos, ahora!— Exclamó alterado.

Carl agarra el arsenal, y se va. Yo voy detrás de él.

—A veces él es muy duro, ¿no crees?— Me preguntó.

—No sé Carl, no lo conozco del todo bien como para saber su personalidad.— Lo único que sabía es que era un loco. Pero no le iba a decir a Carl lo que Shane intentó hacerle a su madre.

Fuimos con Dale a dejarle el arsenal. Él nos agradeció y nos fuimos a sentar por ahí.

—Oye Made, ¿tú crees que Sophia esté viva?— Noté como me miraba de costado.

—Sí Carl. Sophia es una niña muy fuerte. Sé que está por aquí.— Tenía esperanzas, bueno no muchas. Pero no quería asustarlo.

—Me hace bien hablar contigo.— soltó

Sonreí avergonzada. A mí también me gustaba hablar con Carl.

Antes de que pase toda esa horda de caminantes y demás, había encontrado libros interesantes. Empecé a leer para distraerme un poco.

Página 1
"Por supuesto que una noche fría y lluviosa noche de otoño no representaba ninguna clase de impedimento para Derek Usger

Leí más de cien páginas en toda una noche. No pude dormir por pensar en Sophia.

Otra vez emprendieron 𝗕𝗨𝗦𝗤𝗨𝗘𝗗𝗔 para buscar a Soph. Fui con Carl, pero siempre cerca de los adultos por si nos pasaba algo. Antes de irme con el ojiazul vi a Dale y a Andrea discutir.

Opté por dar media vuelta e irme con Carl. No quería hacerme más problema del que ya tenía.

Fuimos por el bosque, era muy bonito pero a la vez aterrador.

Vimos una tienda de campaña.

Lo primero que pensamos era que Sophia estaba ahí pero, mala suerte. No estaba. Sólo había un muerto. Había muchísimo olor putrefacto.

Empezamos a escuchar campanas, teníamos esperanza de que fuera ella pidiendo ayuda.

Fuimos a investigar. Al parecer era un cementerio con una iglesia a su lado.

Abrimos la puerta y había gente. O, mejor dicho gente muerta ya convertida.

—Hey Jesús. ¿Tomas pedidos?— Agregó Daryl con tono egocéntrico.

—Hey Rick, no es la iglesia, no tiene torre, no tien...— Lo interrumpió a Shane la misma campana.

Salimos corriendo porque se oía muy cerca.

Al final solo era un maldito parlante que tenía como sonido a una campana.

—Es un reloj, es un maldito temporizador.— Les dije a todos.

—Iré adentro un momento.— Avisó Carol.

Quise entrar a la iglesia y empezar a rezar. Luego de todas las cosas que me pasaron, no creía mucho en eso pero lo sentía necesario.

—Por favor, Señor. Encuentra a Sophia sana y salva para que pueda regresar con su madre. Amén.—

Me sentía idiota, pero lo hice por mi amiga.

—Regresaremos al arroyo, ¿sí? Daryl, estás a cargo. Rick y yo nos quedaremos aquí rastreando el área una hora más para ser minuciosos.— Nos dijo Shane.

—Nos dividiremos... ¿Seguro?— Preguntó Daryl.

—Sí, nos cuidaremos la espalda.— Contestó.

—Nosotros también queremos quedarnos.— Aseguró Carl refiriéndose a él y a mí.

—Sí. Al fin y al cabo es nuestra amiga.— Le seguí.

Se miraron y asintieron.

Los demás fueron por otro lado.

Caminamos en silencio por varios minutos hasta que ese silencio se rompió al escuchar un ruido.

Nos quedamos quietos y fuimos para la dirección que Rick nos había dicho.

No había nada para preocuparse. Era solo una simple liebre indefensa.

Shane ya la iba a cazar. Que aguafiestas.

Los tres vimos a Carl como se acercaba a la liebre para observar de cerca. Estaba muy feliz.

La felicidad terminó cuando Carl recibió un disparo en su pecho.

Me quedé inmune. Mirándolo tirado en el suelo.

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