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03 | "𝗘𝗹 𝗖𝗗𝗖"

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐭𝐫𝐞𝐬.
"𝐄𝐥 𝐂𝐃𝐂"

Se abrió la puerta. Salía una luz blanca muy brillante que casi me deja ciega, literalmente.

—¿Hola?— digo. —¿Hay alguien aquí?—

—Shh. Silencio niña. Pueden entrar caminantes.— se percató el coreano.

—Vigilen las puertas. Por si hay alguien.— murmuró Dale.

—¡¿Hola?! ¿Hay algún infectado?— respondió un hombre con vestimenta un poco vieja, de cabello corto y rubio, con una escopeta en su mano.

Todos sacaron sus armas y le apuntaron al hombre.

—¿Qué quieren y por qué están aquí?— dijo.

—Vinimos aquí a por una oportunidad.— respondió Rick.

—Eso es mucho pedir en estos días.— musitó el hombre.

—Sí, lo sé. Lo sabemos.—

Todos se quedaron en silencio. Miré a Glenn y me hizo una mueca graciosa, casi rompo el silencio al reír.

El hombre dio unos pasos hacia nosotros y nos pidió que nos hiciéramos análisis de sangre. ¿En serio todavía había de esas agujas que te pinchan las venas? Casi se me baja la presión.

El hombre por fin baja el arma y me dejé de sentir presionada. Nos dijo que bajemos las cosas que teníamos en la caravana y en los autos y que entremos rápido.

Nos subimos a un ascensor. Daryl y Jenner, así se llamaba, comenzaron a hablar.

—¿Todos los médicos están armados como tú?— preguntó serio.

—Había varias armas tiradas por ahí, me acostumbré a ellas.— lo miró. —Pero ustedes parecen medios inofensivos. Menos ustedes— señalandonos a Carl, a Sophia y a mí con una sonrisa. —Los vigilaré de cerca.— dice. Le correspondí la sonrisa.

Empezamos a caminar yendo a la zona 5, o algo así. No recuerdo cómo nos había dicho Jenner.

—¿Dónde están los otros médicos? ¿el personal y los demás?— cuestionó Rick con un poco de preocupación.

—Soy yo. No hay nadie más.— Levanté las cejas al escuchar lo que acababa de decir.

¿Cómo qué era sólo él?

—¿Y la persona con la que hablabas?— pregunté.

—¿Vi?— No me iba a quedar callada, probablemente este loco nos quería matar.

—Vi, saluda a los invitados. Diles "bienvenidos".— ¿Estaba hablándole al aire?

-—Hola invitados, bienvenidos.— Dice una voz robótica.

¿Todo este tiempo este loquito estuvo hablando con una máquina y no con una persona de carne y hueso? Se nota que a algunos les afectó el apocalipsis.

—Soy todo lo que queda, niñita.— Me responde. Lo miré con mala cara.

Esperamos sentados para que Jenner nos saque sangre.

Me toca a mí.

Casi me desmayo por la enorme aguja que tenía en sus manos y también por no comer nada hace días.

Según el reloj de Dale ya era de noche. Nos sentamos a comer.

De tomar solo había vino tinto. No había ni agua, tampoco jugo. Sólo vino.

—En Italia, a los niños les dan un poco de vino en la cena y también en Francia- sonríe el anciano.

—Bueno, cuando Carl y Made vayan a Francia o a Italia podrán tomar vino.— responde Lori.

—No les hará daño, vamos. ¡Vamos!— sonríe Rick a la pelicastaña.

Todos ríen al ver como Lori se lo queda viendo a Rick.

Es el turno de Carl

—Bien, aquí tienes, jovencito.—

Carl prueba un sorbo de vino. Todos se le quedan viendo.

—¡Diu!— se queja Carl. Me río al ver la cara que hizo. Todos rieron.

—Muy bien, ese es mi chico.— su madre le acaricia la espalda.

—¡Ahora es el turno de Made!— exclama Glenn feliz.

Me dan la copa y empiezo a tomar un poquito. La verdad no me gustó. Tenía un sabor metálico, probablemente estaba podrido.

Todos reían, hablaban. Miro a Jenner y estaba cansado y triste. Que raro.

Rick empieza a agradecerle a Jenner por darnos un espacio en su "guarida"

—¡Salud Doc!— grita Daryl. Estaba borracho seguramente.

—¡Salud!— dicen todos en delay. Y chocan sus copas.

Shane empieza a empeorar las cosas. Jenner nos empieza a contar qué sucedió con el CDC. Que aguafiestas que es Shane. Lo detesto.

Jenner nos empieza a mostrar todo el lugar, las habitaciones, baños.

Cuando escuché la palabra "baño" no dudé en ir corriendo allí. Hace años que no me daba uno.

Entré a la ducha y estaba bendecida por sentir agua en mi cuerpo. Hace mucho que no sentía eso.

Salí del baño y vi que Daryl tenía la misma ropa y el cabello seco. Seguro no le gusta bañarse.

Al salir, escuché que alguien vomitaba y tosía.

—¿Andrea?— cuestioné. Definitivamente era ella.

Tiré mi toalla que tenía en la mano y la ayudo a sostenerse el pelo.

—Vamos, eso es. Sácalo.— le digo.

Empieza a romper en llanto tirada en el piso.

—Oh dios, no queda nada.— me dice. —Se terminó todo Made, no queda nada. ¿Te das cuenta?—

—Yo veo una oportunidad de comenzar de nuevo Andre.— Intenté calmarla un poco.

—Jaja, vamos Made. ¿No viste la cara que tenía Jenner? Escucha lo que digo. No queda más, nada— me responde.

—Oh sí que queda Andrea. Por favor, hazlo por mí, por Amy— cuando dije su nombre se me empezó a entrecortar la voz. —Por Dale, por todos los que están aquí. Tendremos muchísimas oportunidades para salir adelante.— Me miró y me abrazó. La levanté y la llevé a lavarse la cara.

Se hizo la hora de ir a las habitaciones. Me fui con Sophi, Carl y Carol. Empezamos a jugar a un juego de mesa muy divertido.

—¡Estoy ganando! ¡Me falta poco para llegar a la meta!— digo feliz.

—¡Seguro estás haciendo trampa Made!— se enoja Carl mientras retrocedía un casillero.

—Oh, yo voy por el primer casillero.— Empieza a reír Sophia.

Entra Lori con su copa de vino y su bata.

—¿Tenemos buenos juegos?— cuestionó.

—Ujum, tenemos varias cosas para varios años— le responde Carol.

—Bien, vamos chicos a dormir.— Sonreí y le saqué la lengua a Carl ya que le había ganado. Él se pone serio y me saca la lengua también.

—Es la primera noche en la que podremos dormir bien.— habla Carol.

Me voy a lavar los dientes.

Carl y Sophia van con Carol rumbo a las camas.

Termino de lavarme y empiezo a escuchar a Lori y a Shane discutir. Me asomé por una puertita que había ahí y veo que Shane le estaba agarrando el cuello a Lori.

—¡Quítame las manos de encima!— grita Lori.

Al ver como Shane atacaba a la mujer trato de interferir.

—No te acerques a ella. ¡¿Entendiste!?— exclamé mientras lo señalaba.

Da unos pasos atrás y se va de la habitación.

Abracé a Lori. Estaba muy angustiada. Rompió en llanto e intenté hacer algo para tranquilizarla.

—Tranquila Lo, estarás bien. Ya pasó, ahora estás conmigo. Te protegeré siempre.— dije con voz entrecortada.

—No puedo creer que lo haya hecho él. Es el mejor amigo de mi esposo.— me respondió.

Ella tenía razón.

Nos fuimos a dormir, ella se fue a su cuarto y yo al mío. Donde estaban Sophia, Carl y Carol. Ella se quedaba por las noches ya que a Sophia le daba miedo la oscuridad.

Me desperté plácidamente. Nunca había dormido tan cómoda después de que el mundo se fuera al carajo.

Me voy a la cocina para desayunar.

—¡Hola Glenncin!, ¿cómo dormiste?— cuestioné al coreano.

—Uhmm— se quejaba.

—¿Eh? No te entiendo.— Parecía borracho. Bueno sí, ayer tomó.

—Auhmm— seguía con el mismo ruido.

—Bueno, supongo que bien.— le respondí con una sonrisa.

—Amigos, no dejen que nunca, nunca, vuelva a tomar.— Habló el coreano con un tono agotado.

Entra Shane. T-dog le pregunta qué le había pasado en el cuello. Lori agachó la cabeza. Miré a Shane con mala cara.

Una vez que terminamos de comer y fuimos al centro de CDC.

—Reproduce el TS-19.— le dice Jenner a la máquina Vi.

Se enciende una pantalla enorme y veo una cara, un cráneo y demás.

—Pocas personas tienen la oportunidad de ver esto. Muy pocas.-— dice.

—¿Eso es un cerebro?-— habla Carl.

—Es uno extraordinario.— Le dice el Doc mientras sonríe.

Todos nos quedamos observando la super pantalla mientras nos mostraba lo que había dentro.

—¿Qué son esas luces?— pregunté.

—Es la vida de una persona.— Me responde. —Experiencias, recuerdos. Todo está ahí. En algún lugar de todo ese cable orgánico esas ondas de luz. Está uno. Lo que hace que uno sea único y humano.—

—No entiendo del todo.— Habla Daryl.

—Son sinapsis. Impulsos eléctricos del cerebro que transportan todos los mensajes, definen todo lo que una persona dice, hace y piensa desde el nacimiento, hasta el día de su muerte.—

—¿La muerte?- dije. —¿Ósea que esto es un velatorio?—

—Sí. O mejor dicho, la reproducción de un velatorio.— musitó.

—¿Esta persona murió?— preguntó Andrea. —¿Quién es?—

—Sujeto de prueba diecinueve. Hubo alguien que lo mordió, se infectó, y se prestó para que registremos el proceso.—

La pantalla enorme muestra una cabeza.

—¿Qué es eso?— preguntó Glenn.

—Invade el cerebro como la meningitis. Las glándulas suprarrenales, sufren una hemorragia, se apaga el cerebro o los órganos principales. Luego la muerte. Todo lo que fuiste o ibas a ser no está más.—

—El tiempo de resurrección varía ampliamente. Hay registros de algunos que ocurrieron en tres minutos. El tiempo máximo que registramos fue de ocho horas. En el caso de este paciente fueron dos horas, un minuto, siete segundos.— continúa el rubio.

—¿Se reinicia el cerebro?— habla Lori.

—No, sólo el tronco del cerebro. Básicamente hace que estén de pie y se muevan.—

—Pero no están vivos.— dije.

—Dímelo tú.— me responde Jenner.

—Bueno, no está como antes.— Me sigue Rick. —Casi todo el cerebro está oscuro—

—Exacto. Sólo queda el "cascarón" que hace que te movilices. Lo que te hace único y demás no está.— digo.

—Vaya, pensé que eras más burra, Maidy.— confesó el coreano

Después vimos como una raya atravesó la cabeza.

—¡Dios! ¿Qué fue eso?—  agregó Carol

—Le dispararon a la cabeza a su paciente. ¿No es así?—Respondió Andrea. 

—Bueno, todo lo que vimos puede ser parasitario, y esas cosas, ¿no?— pregunté.

—Es todo lo que sé.— musitó el rubio.

—Alguien tiene que saber algo. Algo, en algún lugar.— Manifestó Andrea.

—¿Hay otro lugar? ¿Otros lugares?— consultó Jacqui.

—Tal vez haya, no lo sé.— indagó Jenner.

—En serio no sabes qué pasó realmente?— musitó el sheriff alterado.

—No lo sé bien. Todo colapsó. Los centros de comunicación, todo. Estuve buscando curas todo un mes.—

—Osea, que no es sólo aquí. No queda nada en ninguna parte, nada. ¿Eso es lo que quiere decir verdad?— amenazó Andrea.

Jenner se queda en silencio. Todos bufaron.

—Disculpe, Señor Jenner. Ese reloj va en retroceso. ¿Qué pasará al llegar a cero?— interrogó Dale.

—Los generadores se quedarán sin combustible.— dice.

—¿Y qué pasa si se queda sin combustible?— pregunté.

El doctor Edwin se hace a un lado y no responde. Entonces decidí preguntarle a Vi.

—Vi, ¿qué pasa si los generadores se quedan sin combustible?—

Cuando los generadores se queden sin energía se iniciará la descontaminación del lugar.— habla la máquina.

Decidí ir como a un sótano abajo con los hombres. Empezamos a revisar.

De repente todo se queda oscuro. Lo único que encontré fueron generadores y combustibles vacíos. Según yo todo iba a explotar. Pero me quedé callada para no preocupar a nadie.

Fuimos corriendo con los demás y Rick le empieza a hacer preguntas a Jenner.

—Todos recojan sus cosas ¡Nos vamos ahora!— exclama Rick.

Fui corriendo a la habitación. De repente, Jenner cerró las puertas. Me quedé sola del otro lado.

—¡Mierda! ¡Oigan!— Empecé a golpear desesperadamente la puerta.

—¡Oigan! ¡Nos encerró! ¡Made quedó del otro lado!— grita Glenn.

Escuchaba a Glenn y a Carl gritar por mí. Había un matafuego. Era muy pesado pero lo saqué y empecé a golpear la puerta muchas veces con las pocas fuerzas que tenía. No le hice ni un rasguño.

Me quedé sentada. Sin esperanzas. Pensando que iba a morir encerrada sin haberme despedido de mi grupo.

—¡Abre la maldita puerta hijo de puta!— grité con todas mis fuerzas.

Del otro lado escuchaba gritos de los demás. Estaba enojada, llena de angustia.

Vi comenzó a hablar. Decía que el lugar iba a explotar. Diablos, siempre lo supe.

Empezaron a golpear la puerta para poder escapar y salir. Con el matafuego ayudaba a golpear. Pasaron minutos, no sabía cuánto faltaba para que el reloj marcara cero y el lugar explotara.

Empecé a escuchar disparos. Me rendí. No quería golpear más esa estúpida puerta que no se rompía con nada.

—¡Tranquila Made! ¡Te sacaré de aquí!— escuché a Daryl mientras golpeaba la puerta con algo.

Finalmente la puerta se abre. Abracé a Carl y a Daryl.

—¡Vámonos de aquí!— grita Glenn. —¡Nos quedan cuatro minutos!—

T-Dog le agarra el brazo a Jacqui para que venga con nosotros, pero ella no quería. No quería terminar como Amy y Jim.

—También me quedo— dice Andrea.

—¡No, Andrea! exclamé.— Amy no hubiera querido esto para tí. Y yo tampoco.

—Está muerta. Y tú debes irte.—

—No, por favor. No me hagas esto.— le decía mientras lloraba.

—El tiempo se acaba Made. Debes irte.— musitó.

—Está bien. Tú ganas.— Sequé mis lágrimas y me senté en una silla que estaba ahí.

—¿Qué haces?— pregunta.

—Si te quedas yo me quedo. Y tienes razón, no puedo enfrentarlo sola.—

—Made, vete ahora. ¡No te quiero aquí!— empezó a lagrimear.

—Qué lástima. Me quedaré contigo hasta el final— Y bueno, qué más podía hacer?

Los chicos ya se estaban yendo. No había más remedio que quedarme con Andre.

Finalmente la convencí de salir del CDC. Ambas teníamos una vida que seguir.

—Espera, espera, espera. Ahí vienen.— avisó Lori.

Rick empieza a tocar la bocina diciendo que nos agachemos. El CDC iba a explotar.

Le agarré la mano a Andrea y me cubrí los oídos. Estábamos a muy pocos centímetros del fuego.

Empezamos a correr hacia la caravana y abrazo a Sophia.

La tragedia había terminado. El CDC había explotado. Y por fin nos fuimos a buscar otro refugio.

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