07 | "𝗚𝗿𝗮𝗻 𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼"
𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐬𝐢𝐞𝐭𝐞.
“𝐆𝐫𝐚𝐧 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨”
Me desperté por la luz del día. Carajo, me quedé dormida.
—Buenos días. ¿Alguien sabe qué hora es?— pregunté.
—La hora de dejar de dormir. Son la una de la tarde.— Apareció de la nada Glenn con un tono irónico.
Rodeé los ojos y empecé a tender la ropa que habían dejado ayer a la tarde.
El grupo empezó a emprender búsqueda para encontrar a Sophia.
Maggie se acerca a mí y empezamos a conversar.
—Buenos días dormilona.— saludó con una sonrisa.
—Uhm, hola Maggs. ¿Necesitas ayuda en algo?— le pregunté a la bonita mujer.
—No, tranquila. Oí que tú eras la hermana de Glenn. ¿Es cierto?—
—¿Yo? ¿La hermana de Glenn?— reí. —Para nada. ¿Acaso ves mis ojos chinos?— dije divertida. —No soy su hermana pero si nos cuidamos como hermanos.— sonreí.
—Claro, que tonta. Es que siempre los veo juntos y tienen tanta conexión que parecen hermanos.— sonrió.
—Umm, puede ser. Disculpa que cambie de tema Maggs. ¿Sabes si tienen novedades de Sophia?— pregunté.
—No, que yo sepa. Sé qué varios de tu grupo fueron a buscarla a este bosque de aquí.—
—Sí, eso me han contado.—
—¡Bu!— me asustó Glenn por atrás.
—¡Carajo! Coreano de mierda.
—¿Acaso me insultaste muchachita?— desafió Glenn. —Obviamente te la tenía que devolver… Y que sea la última vez que digas insultos. A no ser que quieras quedar cabeza abajo.— rió.
Los tres reímos. Maggie se fue adentro de la casa y Glenn y yo fuimos a las carpas.
En eso vimos a Lori pasar con un balde cerca de nosotros. Glenn no se pudo quedar callado entonces habló.
—Estás embarazada.— afirmó.
Levanté muy rápido mis orejas para escuchar la conversación.
—No puedes decirle a nadie, ¿sí?— susurraba la mujer.
Lori se da vuelta y ve a Rick junto a T-Dog.
—¿Aún no le dijiste?— se sorprendió el chico.
La mujer simplemente dejó de hablar y siguió con lo que estaba haciendo anteriormente.
—¡Hey, Glenn!— susurré mientras le hacía una seña para que venga donde yo estaba.
—¿Qué quieres?— se agachó mientras me seguía la corriente susurrando.
—¿Entonces está embarazada?— pregunté.
—Pues… me dió a entender que sí por como no me respondió. Pero, no lo sé. Está loca.— dijo.
—No Glenn. No está loca. Está asustada.— la defendí. —Imagínate tú tener un bebé en medio del fin del mundo. Sin médicos, sin nada.—
—No sé, soy hombre.— dijo irónicamente.
—Pues no parece por como gritas.— bromeé.
—Cállate Made.— respondió avergonzado.
Fui junto a Carl que seguía en reposo. Me senté en la misma silla de siempre y empezamos a conversar.
—Y, entonces… ¿tus cómics favoritos son…?— pregunté
—Todos los de Marvel. Perdí algunos cuando todo sucedió.—
—Ujum. ¡Tengo una propuesta!— se me vino una idea a la mente. —Cuando te recuperes buscaremos muchos cómics, ¡y luego leeremos todos!— me emocioné.
—¡Me parece una muy buena idea Made!— exclamó. —¿Y a ti que te gusta?— cuestionó.
—Lo mismo, también las flores, hacer manualidades…— dije.
—Oh, si quieres también buscaremos flores y hacemos un súper jardín.— sonrió.
—Me encantan nuestras ideas.— reí.
—¡Caminantes, caminantes!— Escuchaba gritar a Andrea a través de la ventana.
—Espérame. Ya regreso.— avisé a Carl.
Salí de la casa y acompañé a Rick y a los demás ya que era sólo uno.
Corrí hacia el caminante y le apunté con la pistola que había robado de la casa rodante.
—¡¿Acaso tienes un arma Made?!— se preocupó Glenn.
No le respondí ya que me dí cuenta que el supuesto caminante era Daryl.
—Ya es la segunda vez que me apuntan hoy. Maldita sea.— contó.
Al parecer alguien se adelantó a disparar. Andrea le disparó a Daryl ya que tenía la conciencia de que era un caminante.
Todos vinieron hacia nosotros. Por suerte la bala rozó. Se quedó inconsciente debido al aturdimiento de la bala.
Dejaron en cama a Daryl para que se recupere. Gracias a Dios él estaba bien.
—¡Hola Carl! Volví.— avisé.
—¡Hola Made! Mira, Maggie me consiguió cómics.—
—¿En serio? ¡Súper cool!— exclamé —¿Son de ella?— pregunté.
—Algo así. Son de Beth, su hermana.— explicó.
—Genial. Ahora espérame que tengo que hacer algo. Ya vuelvo. No te duermas.— reí.
Salí a la puerta de la casa ya que Andrea estaba ahí.
—Hey Andrea.— hablé a la rubia.
—¿Él está bien?— preguntó preocupada.
—Oh sí, está estable. Sólo fue un aturdimiento.— dije para despreocuparla. —¿Qué hay de tí?— me senté junto a ella.
—Que piensas… yo disparé.— confesó.
—No seas tan dura contigo misma. Todos queríamos dispararle a Daryl. Incluso yo.— la miré con una sonrisa.
—Tienes razón cariño. Gracias.— me sentí aliviada ya que ella me correspondió la sonrisa también.
Entré otra vez para ir nuevamente con Carl para que me termine de contar sobre los cómics que le trajo Maggie.
—Hola, volví.— sonreí.
—Estuve aguantando para no dormirme.— rió.
—Lo siento. Igual no he tardado mucho.—
—Bueno, mira. Aquí tenemos este cómic de Iron Man, el de Hulk y el de Spiderman.— me mostró Carl emocionado.
—Umm… Creo que elegiré el de Iron Man.— dije.
—Ese es mi favorito.— aclaró con un puchero.
—Bueno, entonces este.— Señalé el cómic de Spiderman.
—El de Hulk se lo daremos a Sophia.— sonrió y me miró con sus hermosos ojos azules.
—Bueno.— cambié de tema. —Cuando regrese de cenar volveré y leeremos los cómics.
Después de decir eso me llamaron para comer. Me senté en la mesa de Glenn, Maggie y demás.
Estábamos comiendo. Había un silencio incómodo por cierto.
Mi queridísimo Glenn lo rompió.
—¿Alguien sabe tocar la guitarra? Digo, ya que Dale encontró una muy buena.— lo codeé ya que seguían en silencio, sin embargo él me ignoró.
—¿Alguien sabe?— se quedó esperando respuesta.
—Otis sabía.— aclaró triste Patricia.
Me cubrí mi rostro con las manos, por segunda vez lo codeé para que deje de hablar y termine de comer.
—Siempre arruinas todo Glenncin.— Dije susurrando sarcástica.
—Lob sienfo.— Se disculpó con la comida en la boca, casi que no podía entender lo que decía.
Noté la mirada de Maggie centrada en Glenn. Al parecer el chico se dió cuenta.
Al pestañear, Glenn estaba mirando un extraño papel que decía “¿En dónde nos vemos esta noche?” y un corazón.
Vaya que están cachondos estos dos.
Al enterarme, casi escupo toda la comida. Parecía que me estaba riendo de la situación de la guitarra. Qué vergüenza.
Nos levantamos todos de la mesa, y ayudé a lavar los platos.
Fui donde estaba Carl. En el sofá.
Me senté al lado de él y empezamos a leer el cómic de Iron Man.
—Y el nuevo ayudante de Iron Man, estrelló sobre el edificio. ¡Plaf!. Él, quedó desmayado en un muro que estaba ahí.—
—Vaya, se hizo puré.— reí.
—Esperemos que no. En la próxima página dice si muere o no.— Explicó.
Pasamos la página y…
—Próximamente.— leímos.
—¡Oh, vamos! ¡Maldita sea!— cubrí mi boca con mis manos al soltar el insulto.
—¿Maggie tendrá la parte siguiente? Iré a preguntarle.— dijo.
—Oh no, mejor ni busques a Maggs. Leamos el de Spiderman.— Le propuse. Váyase a saber que hacían Glenn y Maggie. Mejor tomar precauciones.
Pasaron varios minutos, y sin darme cuenta, me quedé dormida en su hombro mientras él leía.
Llega el mediodía, me despierto y veo que Carl no estaba a mi lado.
—Buenos días leedora de cómics.— sonrió Carl.
—Hola Carl. ¿Cómo has dormido?— pregunté al chico.
—Bastante cómodo. No pudimos terminar de leer el cómic. Deberemos de terminarlo hoy.— aclaró.
Luego de terminar la conversación nos pusimos a alimentar a las gallinas mientras Lori tendía la ropa.
—No tienen mamá.— Dijo de la nada Carl.
—Ah. Debe de andar por otro lado.— Esperancé.
—Quizá se la comieron.— bajó las expectativas el niño.
Lo miré seria sin decir nada.
—Todo es comida de alguien más.— Él tenía razón.
Sonreí para no estar de mal humor con mi cara seria.
Miré para otro lado y de casualidad ví a Patricia llevando una carretilla con un saco dentro. Había algo adentro, pero no le dí importancia y seguí con lo mío, porque como decía mi tía “Que no te importen las acciones de los demás, concéntrate en ti misma.”
¿Le hice caso? No. Nunca hice caso a esa dicha frase que me decía. Siempre me importa lo que pasa y más cuando se trata de gente que quiero.
Iba a pasar el rato con Glenn, pero ví que Maggie se acercó primero. Preferí quedarme atrás de un árbol y escuchar su conversación.
Glenn estaba viendo por los binoculares la granja que quedaba a pocos metros de la casa de Hershel y su familia.
—¿Puedes no ser tan obvio?— disimuló Maggie y miró para todos lados. —Ten, provecho.— Le dejó un canasto de frutas.
—¿Vas a decirme por qué tu papá tiene un granero lleno de caminantes? Da miedo.— susurraba el chico de gorra.
¿¡Esa granja está llena de caminantes?! ¿¡Qué mierda?!
—Shh.— chistaba Maggie.
—¿Lo sabes n…—
—Shh.— Maggie no lo dejó terminar. —Solo confía en mí. ¿Sí?—
—Pero no sé mentir, ni siquiera puedo jugar al poker, es lo más parecido a mentir.— decía Glenn.
Al escuchar lo que decía, solté una carcajada y para mí suerte también pisé una rama e hice mucho ruido.
Los dos se dieron vuelta y miraron al otro árbol que tenía a mi lado. Con suerte no me vieron.
—Escucha, solo tienes que guardar el secreto. Sólo tienes que hacerlo.— Apoyaba Maggie.
La mujer le dió una última mirada al chico y se fue. Yo salí de mi escondite sin que Glenn me viera y le toqué la espalda.
—¡Oh por dios!— Se dió un susto Glenn.
—¿Acaso te asustas por todo? Sólo te toqué la espalda.— Reí.
—Sí, bueno. ¿Qué te pasó Maidy?— Aww, un nuevo apodo. Me gusta.
—No, nada. Luces preocupado. ¿Acaso…?
—¿Maggie? No… no… ¡Ella es un ángel!— gritó.
—Sep, algo pasó.— supuse. Bueno, aunque ya sabía.
Necesitaba que Glenn me contara. Se supone que si él confía en mí me diría la verdad. Me diría el 𝗚𝗥𝗔𝗡 𝗦𝗘𝗖𝗥𝗘𝗧𝗢 que Maggie le había dicho.
—Luego te cuento, ¿sí?— dijo, y se fue preocupado.
Sonreí y me fui a la casa rodante, donde estaba Carl también.
—Lindo sombrero Carl.— halagué.
—Gracias.— sonrió. —Oye, quiero aprender a disparar.— dijo de la nada.
—Oh, vamos. Sabes que soy la persona menos adecuada en enseñar esas cosas. Apenas sé apuntar.— aclaré.
Viene Shane a hablar con Carl. Al parecer cuando dejaron de conversar Carl se mueve y algo hace ruido debajo de su pantalón.
—Oye Mad…—
—¡Hey! Muéstrame que tienes debajo de tu remera.— ordenó al chico.
Carl levanta su camisa y debajo había un arma. Me sorprendí al verla.
Shane avisó a sus padres.
—¿Cómo rayos pasó esto?— cuestionó Lori.
—Bueno, es mi culpa. Lo dejé entrar a la casa rodante.— aclaró Dale—Dijo que quería un transmisor que tú le habías pedido.— explicó.
—Así que además de todo… Mintió.— Carl agachó su cabeza.
Shane justificó y expresó que Carl quería aprender a disparar.
Rick estaba de acuerdo pero Lori no. Luego de un tiempo la mujer aceptó.
Algunos fueron a buscar provisiones, otros fueron a disparar un poco más lejos de la granja y otros me dijeron que iban a hacer pero no lo recuerdo.
—¿Vienes?— preguntó el calvo a Glenn.
—No Shane, me quedaré cuidando a Made y ayudaré a Dale a limpiar las bujías.—
Saludamos y arqueé una ceja al igual que Dale.
—¿Bujías?— dijimos al mismo tiempo con el mayor.
—¿Puedes decirnos lo que sucede?— comenté.
—Eres viejo, y tú niña. Bueno, mejor dicho, saben cosas. Y, qué pasaría si alguien te contara algo y que otro debería saber…— tartamudeaba.
—¡Ya deja el drama Glenncinn! ¡Lárgalo!— exclamé
—Hay caminantes en el granero y Lori está embarazada.— habló rápido.
Bueno, lo de Lori lo sabía. Lo del granero también.
Disculpen por hacer los capítulos un poco cortos. Estoy con exámenes finales y necesito estudiar para no llevarme la materia.
Dentro de poco se viene lo bueno y también con un nuevo personaje. Estoy súper feliz.
Gracias por darle apoyo a este fanfic, de verdad estoy muy agradecida. 💗
'Mar
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