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06 | "𝗧𝗶𝗿𝗼 𝗮𝗹 𝗯𝗹𝗮𝗻𝗰𝗼"

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐬𝐞𝐢𝐬
"𝐓𝐢𝐫𝐨 𝐚𝐥 𝐁𝐥𝐚𝐧𝐜𝐨"

Luego de que Shane terminara su discurso fui con Dale a buscar a Glenn para contarle lo que nosotros pensábamos.

—Dale, espero que pienses lo mismo que yo.— le dije al hombre mientras caminaba con sus binoculares.

—Estoy seguro de que pensamos lo mismo niña.—

Encontramos al coreano recostado en un árbol, adormecido.

—¡Bu!— asusté a Glenn por detrás.

—¡Mierda!— saltó aterrado y se pegó con una rama del árbol. —Carajo Made, no vuelvas a hacer eso.— mientras se acomodaba la gorra.

—¡Hubieras visto tu cara!— burlaba al chico. Dale no paraba de reírse.

—Bueno, a ponerse serios. Escucha. Dale y yo sospechamos que Shane mató a Otis.— le conté.

—¿Y ustedes por qué piensan eso? ¿Acaso saben algo?— preguntaba el chico susurrando.

—No, amigo. No sabemos mucho. Pero ví los gestos que hacía al decirle a Patricia como murió. Además, cuando estábamos en Atlanta casi asesina a Rick.— confesó Dale.

—¿Qué? ¿Cómo que casi mata a Rick?— abrió los ojos como dos pelotas redondas.

—Shhh, no grites Glenncin. Pero sí, casi lo mata. Dale y yo lo vimos en vivo y en directo.— dije.

—Ok... ¿Y cuál es tu plan?— preguntó el coreano.

Dale y yo nos miramos.

—Bueno, amm. No tenemos ningún plan.— hablé aceleradamente.

—¿Y entonces para qué viniste además de asustarme?— puso cara burlona.

—Solo te estamos advirtiendo Glenn. Para que tengas precaución. Si no, tendrás que sacar tus habilidades ninja.— le dijo Dale mientras hacía un movimiento karateca con sus manos.

Fuimos con los demás a armar nuestras tiendas de campaña afuera. Yo ayudaba a Glenn y a Lori.

—Glenny, ¿sabes a quién tienes detrás?— burlé.

—¿Puedes hacer silencio una vez en tu vida cuando estamos cerca de ella?— amenazó.

—Imagínate, viene Maggie y te dice "Hola bomboncito, ¿quieres venir conmigo a darte besitos en el bosque?"— intenté imitar la voz de Maggie.

Lori reía. Glenn vino hacia mí y me agarró de una pierna haciendo que quede boca abajo al suelo.

—¡Bájame que me muero!— reí.

—¿Cómo se dice?— respondió Glenn levantando sus cejas.

—¡Por favor! ¡Bájame por favor!— Glenn entendió y me bajó.

-Si que eres resentido eh.- hablé mientras limpiaba el polvo de mis pantalones.

Al parecer Dios trajo a Maggie con nosotros. Se acercó a Glenn.

—Dicen que eres rápido y que sabes cómo entrar y salir.— habló la mujer.

Abrí los ojos como canicas.

Glenn frunció las cejas intentando comprender lo que decía su caramelito de miel.

—Debo ir a la farmacia, ¿vienes?— preguntó.

—Ah.. ah...— a Glenn no le salían las palabras de su boca. De mientras, yo lo alentaba por atrás.

—Señorita, ¿qué tal estamos de agua?— Interrumpió Dale.

Cubrí mi rostro con mis manos.

—Tenemos cinco pozos en nuestra tierra. La casa recibe directamente del primero. El segundo está junto allí.— señaló. —Lo usamos para el ganado pero igual es potable.—

Maggie hablaba y a Glenncin ya se le caía la baba de lo hipnotizado que estaba con ella.

—Ya vengo. Iré a encintar tu caballo.— Le dijo Maggie al chico mientras se alejaba.

—¿Caballo?— puso una cara de confusión.

—Sí tontito. Aquí estamos en una granja. Seguro te trae a 𝗧𝗜𝗥𝗢 𝗔𝗟 𝗕𝗟𝗔𝗡𝗖𝗢, como el caballo de Woody de Toy story.— burlé.

Mientras que Maggie buscaba a "Tiro al Blanco", Glenn le había robado los binoculares a Dale.

—Hola hija del granero.— susurraba coqueto mientras observaba.

—¿Qué?— pregunté mientras lo miraba con el ceño fruncido.

—Ah, eh, nada.—

—A ver, dame eso.— Le arrebaté los binoculares y empecé a mirar.

Me tapé la boca y empecé a gritar.

—¡Te gusta Maggie! ¡Yo sabía, yo sabía!— Empecé a bailar.

Glenn me tapó la boca con su mano. Con mi mano la agarré y la mordí.

—¡Carajo! ¿Acaso eres un caminante?— decía mientras se frotaba mi mordedura en su mano.

Por segunda vez miré de nuevo y salté del susto al ver a Lori aparecer de la nada frente a los binoculares.

—Lo siento. Por favor, toma esto y entregaselo a Glenn.— Me pidió la pelicastaña.

—Claro, con gusto.— asentí y le dí el papel a Glenn.

—Hey Glenn. Aquí está la lista.— escuché con atención. —Y em.. hay otro artículo en la lista, es personal. Necesito que seas discreto.

Glenn abre la lista y empieza a leer.

—Emm, amm. ¿Qué es?— preguntó confundido.

—Eso no es ser discreto Glenn.— le dije.

—Es que... necesito saber dónde buscarlo.—

—En la sección de higiene femenina.— respondió Lori.

Fruncí el ceño al escuchar su respuesta. Pedí a Glenn que me mostrara la lista cuando se fue Lori.

¿Por qué Lori necesitaba eso?

Estábamos confundidos por lo que habíamos leído. Dale nos llamó a nosotros y a los demás para que viéramos lo que encontró junto a T-Dog.

—Solo.. miren esto.— dijo T-Dog.

Nos asomamos a ver qué era eso que los sorprendió tanto.

Era un caminante "gordete" dentro del pozo de agua. Que asco.

—Parece que tenemos un caminante nadador.- dije con egoísmo. —Mira Glenncin, tiene los ojos chinos como tú.— Reí.

—¿Quieres estar colgada como antes?— amenazó.

Me asusté y me alejé dos centímetros.

Estábamos viendo qué hacer con el caminante.

—Tan solo disparenle en la cabeza.— Propuso T-Dog.

—No.— negó Maggie.

—¿Por qué no? Es un buen plan.— Le respondió Glenn siguiéndolo a T-Dog.

—Sería absurdo. Si todavía ese caminante no contaminó el agua, un tiro a la cabeza desplazaría su sangre y ahí si la contaminaría.—

—Buen punto.—

Siempre tengo la razón.

—¿Entonces qué hacemos?— cuestionaron.

Fueron a buscar un jamón enlatado, pero de igual manera no sirvió.

—No quiere jamón enlatado. Quiere carne viva.— dijo obvia Andrea.

Todos miramos a Glenn, él sería la carnada.

Empezamos a armar el equipamiento el cuál se sostendría Glenn.

—¿Te dije que me gusta tu nuevo corte de cabello? Tu cabeza tiene buena forma.— dijo con algo de nerviosidad el coreano.

Solté una carcajada al escucharlo.

—Te sacaremos con una pieza.— musité.

—Sí, una pieza con vida es importante.— dijo. —Que sea despacio por favor.— dijo asustado.

Glenn empezó a bajar.

—¿Estás bien?— cuestionó Maggie.

—Si bien. Mejor que nunca.— Soltó con egoísmo.

El caminante se empezó a poner como loco. La cuerda hacía mucho ruido.

De pronto el caño que habían atado la soga se desprendió y Glenn empezó a bajar con rapidez.

—¡Saquenme de aquí! ¡Déjame! ¡Ay dios mío!—

Todos empezamos a tironear de la soga. Con todas nuestras fuerzas empezamos a subir a Glenn.

—¡Ayudenme!— Glenn logró subir. —¡Oh por dios! ¡Tierra firme, al fin!—

—Maldita sea Glenn. Casi me infarto del susto.— lo abracé.

Se nos ocurrió una idea, y era atar al caminante a la soga.

Era muy pesado, lo cual hizo que se partiera a la mitad y se cayera dentro del pozo. Todo lo que hicimos se fue a la basura.

Fui a mi tienda de campaña a dormir una siesta ya que Maggie y Glenn por fin salieron a buscar las cosas de la lista. 

—¡Made, Made, Made!— me despertó una voz aguda que reconocía hasta si estuviera en la otra punta del mundo.

—Umm, que quieres Glenn.— me quejé.

—¡Maggie me besó!— exclamó.

Me levanté rápido como un rayo.

—¿¡Qué!?— grité y empecé a saltar fuera de la tienda.

—También tuvimos se... Mierda, olvidé que no sabes eso..—

—¿¡Qué tuvieron qué?!— exclamé.

—No nada... Tuvimos que buscar se... sei... ¡Seis ranas para la cena!— dijo.

Levanté las cejas y entré a mi campaña otra vez, pero está vez feliz.

Anocheció. Me dirigí a dónde estaba Carl descansando y me senté en una silla.

—Hola Made.—

—Oh, hola Carl.— dije feliz. —¿estás comodo?—

—A ser sincero, esta cama de veras es muy cómoda.—

—¿Ah sí? Me gustaría probarla algún día.—

Carl sonrió y me hizo un espacio en su cama.

—Made, ahora soy como mi papá.— sonrió. —A ambos nos dispararon.— rió.

—Espero que tú mamá no haya escuchado eso.— Reí.

Perdí la noción del tiempo y cuando me di cuenta Carl se había dormido. Cómo me daba miedo salir de noche me quedé durmiendo en la silla

—¡Ayúdame por favor!— una voz que no conocía estaba detrás de unas rejas.

La cara estaba borrosa y no podía distinguir quién era. Miré a mi alrededor y estaba en una prisión, sola. De pronto se pone todo negro.

Mierda, otra pesadilla.

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