✿Capítulo IV: La incertidumbre del corazón.
Taehyung observó con atención mientras el omega se movía con una lentitud casi desesperante, subiéndose a la cama y arrodillándose frente a él. Los ojos verdes del otro lo miraron con una súplica silenciosa, a la cual el alfa cedió, asintiendo con calma. Sin perder tiempo, Jungkook comenzó a quitarle cualquier prenda que pudiera obstaculizar su objetivo.
Cuando se quedó completamente desnudo desde las caderas hacia abajo, su mirada se cargó de deseo al ver cómo el castaño acercaba su rostro a su miembro erecto. Comenzó dejando primeramente largas lamidas, desde la base, al glande y viceversa de forma lenta.
Taehyung soltó un gruñido profundo por las ondas de placer que le recorrían la entrepierna debido a la estimulación. El té supresor que había ingerido poco antes estaba ayudándolo a mantener su cordura. Sin embargo, no tenía idea de cuánto más podría soportar y controlarse.
—Deja de jugar, Jungkook —su voz grave sonó casi como una súplica, lo que provocó una picara sonrisa en el otro.
—Dime que quieres que haga —respondió el omega, casi en un susurro.
Taehyung no estaba completamente convencido de la situación, pero tenía que admitir que la imagen del castaño realizando ese acto lo excitaba demasiado. Trató de convencerse de que era debido a su celo que se sentía tan desesperado. Decidido a no pensar más en ello, optó por apartar esos pensamientos y simplemente ceder.
—Muéstrame que puedes hacer con esa boquita —contestó Taehyung con una profunda seriedad, que el omega tembló al percibir la orden en el tono de voz.
Podía sentir ligeros temblores de placer recorrer cada parte de su cuerpo mientras observaba los movimientos del omega al engullir su miembro. Deslizó su mano hacia el largo cabello castaño, apartando algunas hebras que le obstruían su vista. Con el pulgar, delineó la comisura de los labios de Jungkook, limpiando un poco de la saliva que se escapaba mientras se tomaba un breve descanso para recuperar el aliento.
En ese momento, por la forma en que lo observó, pensó que se acercaría para besarlo, pero en cambio, este volvió a su labor anterior, engullendo su miembro nuevamente, aunque esta vez sin despegarle la mirada de encima. Taehyung podía percibir en aquellos ojos verdes una chispa de lujuria, y no solo detectaba su excitación en ellos, sino también en su aroma, que lo envolvía y lo tenía ligeramente aturdido, algo que disfrutaba por completo.
Su mano volvió a posarse en la cabeza de Jungkook, para ser él quién marcara el ritmo de las estocadas. Los movimientos exquisitos que el omega realizaba con la lengua al momento de engullir su pene le hicieron sentir cerca del orgasmo. Pudo percibir la sensación de su lobo arañando su interior en un desesperado deseo de someterlo.
Los gemidos de placer que soltaba el omega, generaba vibraciones que le recorrían hasta la punta de los dedos. Se percató de que este también estaba tocándose por debajo de la ropa, algo que le habría encantado hacer por su cuenta de no ser por la condición en la que se encontraba. Luego de varios estocadas fuertes, finalmente se corrió en la boca del omega, quien pareció gustoso de recibirlo y tragó todo sin que se escapara casi nada.
Con la respiración agitada, el castaño se acomodó junto al alfa, quien todavía se estaba recuperando del reciente orgasmo. Era innegable que lo había disfrutado, podía percibirlo en las feromonas que impregnaban el aire de la habitación. Sin embargo, conociéndolo, sabía que el guerrero no lo admitiría en voz alta.
Jungkook se encontraba un poco desconcertado por lo que recién acababa de hacer. Si bien no se consideraba una persona santa, jamás había cruzado esos límites con ninguno de sus pacientes. Sin embargo, algo en Taehyung lograba hacerle perder el control, y aunque podría atribuirlo a las intensas feromonas del alfa, era consciente de que todas sus acciones habían sido decisiones propias.
Un tenso silencio envolvió la habitación, prolongándose en un instante en el que ninguno de los dos se atrevió a decir nada. La situación resultaba extraña, no solo por lo ocurrido recientemente, sino también porque Taehyung llevaba un rato acariciando el dorso de su mano.
—¿Te sientes mejor? —preguntó el omega, rompiendo finalmente el silencio entre ambos.
—Sí, te lo agradezco, pero será mejor que te vayas —respondió con firmeza.
El alfa se sentía calmado después de liberarse, pero le preocupaba que el omega aún estuviera a su lado cuando otra oleada de calor lo asaltara. De alguna manera, se sentía culpable por aprovecharse de la influencia que su celo ejercía sobre el omega. Además, su orgullo como alfa le impulsaba a evitar que Jungkook lo viera en ese estado tan patético en el que no podía satisfacerlo como deseaba.
—Es posible que no sea un celo completo, dado que aún estás en proceso de conexión con tu lobo. Por lo tanto, podría durar menos de tres días —dijo, haciendo caso omiso de la solicitud de Taehyung y del rechazo que sentía al escuchar al alfa pedirle que se fuera—. Puedo ayudarte. Tu celo ha estado reprimido durante tanto tiempo que pasar por ello solo puede resultar difícil para ti.
Taehyung permaneció en silencio, reflexionando sobre las palabras del omega. Una parte de él deseaba aceptar la ayuda; la idea de tener al castaño a su merced lo excitaba demasiado. Sin embargo, otra parte, la que ansiaba hacerle muchas cosas pero que se veía impedida por su condición, le suplicaba desesperadamente rechazarla. No quería herirlo, pero tampoco deseaba que Jungkook lo considerara alguien patético.
—Estás pensándolo demasiado, Tae. Déjame ayudarte... —Había una súplica implícita en el tono de voz del omega que desataba la locura en Taehyung. Podía percibir que pronto otra ola de calor llegaría, lo que le nublaba los sentidos—. Dime que quieres que haga.
En ese instante, el alfa se dio cuenta de que le era imposible resistirse al omega. Así que dejó de lado su orgullo, mientras sus ojos se llenaban de un profundo deseo al observar detenidamente al médico.
—Quítate la ropa. Voy a hacer que grites mi nombre toda la maldita noche.
Después del celo, ninguno de los dos mencionó lo ocurrido. Sin embargo, el ambiente entre ellos cambió de manera extraña, aunque positiva. Las muestras de afecto se intensificaron, la tensión desapareció por completo y la forma en que se miraban expresaba un sinfín de sentimientos de manera tácita, creando una atmósfera de intimidad y una conexión emocional más profunda.
No habían etiquetado verbalmente lo que estaba sucediendo entre ellos, pero no sentían la necesidad de hacerlo. Ambos eran conscientes de lo que ocurría y compartían un deseo mutuo de seguir adelante con ello.
Taehyung comenzó a participar más activamente en las meditaciones, demostrando un compromiso notable con su tratamiento médico. No es que su deseo de caminar se hubiera intensificado, sino que le gustaba ver la alegría que iluminaba el rostro del omega cada vez que colaboraba de manera positiva. Ya que, para el médico, esto representaba un signo de progreso y una luz de esperanza para la salud del alfa.
Los días pasaban, y cada instante compartido se convertía en un tesoro para ambos. La ternura del alfa y la complicidad entre ellos les recordaban constantemente lo especial de su creciente vínculo. A veces, se sumergían tanto en su propio mundo que perdían de vista cómo es que todo había comenzado. Por eso, aunque disfrutaban plenamente de esta nueva etapa, también mantenían presente el verdadero propósito de estar juntos. Sin embargo, se esforzaban por no permitir que eso afectara su felicidad.
—Inhala profundamente y mantén el aliento un momento. Ahora, exhala con calma —indicó el médico, quien al igual que el alfa, mantenía los ojos cerrados, atento al ritmo respiratorio de Taehyung—. Intenta mantener la conexión, tú puedes —susurró, esperando alguna respuesta positiva de su parte.
Por unos minutos, reinó un silencio en el que solo se percibían las respiraciones de ambos, sumiendo al médico en un torbellino de incertidumbre. Últimamente, Taehyung había logrado mantener la conexión con su lobo durante períodos más prolongados, una señal muy alentadora.
—Creo que siento la conexión más firme —su voz denotó una leve vacilación, algo que no pasó desapercibido para el omega. Inconscientemente, este dejó escapar un poco más de su aroma, intensificando su presencia para tranquilizarlo.
—Trata de mover los dedos de los pies.
Taehyung se enfocó en su objetivo, controlando el flujo de su energía y manteniendo la conexión con su lobo. Aunque percibía una mayor estabilidad, la inquietud se instalaba en su mente: el temor a que en cualquier momento la conexión se desvaneciera, devolviéndolo a la realidad en la que no podía caminar.
Sin embargo, en ese momento, el dulce aroma de vainilla de Jungkook inundó sus sentidos, proporcionándole una profunda sensación de relajación. A pesar de percibir la preocupación del omega, también sintió su confianza en él, lo que despertó en Taehyung un intenso deseo de verlo sonreír. En ese instante, un escalofrío recorrió todo su cuerpo hasta llegar a la punta de sus pies.
El alfa abrió los ojos de golpe, desconcertado al darse cuenta, después de varios años, de que podía percibir la conexión con sus piernas. Jungkook, que ya había abierto los ojos al no recibir respuesta, lo observaba con incertidumbre, incapaz de interpretar la expresión en el rostro del contrario.
—Kook... puedo sentir mis piernas.
Los ojos del médico se abrieron ampliamente en sorpresa.
—¿Qué? —cuestionó incrédulo, deseando confirmar si había escuchado correctamente.
Taehyung respiró profundamente, con un ligero temor, pero finalmente se dispuso a intentar mover los dedos de sus pies. Su sorpresa fue enorme cuando estos respondieron a su deseo, con una naturalidad que casi le hizo olvidar que alguna vez había perdido la habilidad para moverse.
Jungkook observó la escena, y sus ojos se llenaron de lágrimas mientras dirigía su mirada hacia Taehyung, quien le observaba con incredulidad. En ese instante, una amplia sonrisa iluminó el rostro del omega, quien sin dudarlo, se lanzó hacia los brazos del alfa.
—Lo lograste... —murmuró el omega, sintiendo las lágrimas deslizarse por sus mejillas al no poder contenerlas por la emoción—. Lo lograste, Tae.
La alegría inundó el corazón obstinado del alfa, humedeciendo sus ojos mientras abrazaba al omega con mayor firmeza. Llevó su nariz a la curvatura del cuello del otro, donde su aroma a vainilla se desprendía con mayor intensidad, inhalando profundamente y permitiendo que una inmensa tranquilidad y satisfacción llenaran sus sentidos.
—Quiero intentar ponerme de pie —dijo el alfa, con un toque de inseguridad en su voz. El omega lo soltó y asintió con una amplia sonrisa, secando la humedad en sus mejillas.
—¿Quieres que te ayude?
—Descuida, puedo hacerlo por mi cuenta.
Jungkook no pronunció palabra alguna; simplemente observó al alfa, cuya expresión denotaba nerviosismo, pero también una determinación palpable en sus ojos. Volvió a realizar el movimiento con sus dedos, y luego, con ayuda de sus manos, colocó sus piernas fuera de la cama. Permaneció en esa posición por un instante, respirando profundamente, hasta que finalmente, con un impulso, se incorporó de la cama.
Realmente le costaba creerlo. Durante mucho tiempo se había resignado a la idea de que nunca más volvería a caminar. Sin embargo, ahí estaba, dando unos cuantos pasos como si nunca hubiera perdido esa capacidad.
En ese instante, se tambaleó ligeramente y Jungkook actuó con rapidez para sostenerlo y evitar que perdiera el equilibrio.
—No te esfuerces demasiado. Después de tanto tiempo en cama, tus piernas no tienen mucha fuerza. Necesitarás una terapia diferente para fortalecerlas de nuevo —explicó, mientras le ayudaba a volver a sentarse en el borde de la cama—. ¿Cómo te sientes?
—Es un tanto extraño. Se siente como si nunca hubiera perdido la habilidad para caminar, pero al mismo tiempo experimento un hormigueo en ambas piernas.
—Es normal, es solo porque tus piernas están debilitadas en este momento. Pero una vez que comiences la terapia física, verás cómo recuperas la capacidad de caminar con facilidad —declaró con emoción, colocándose frente al alfa y sujetando sus mejillas—. Te dije que podrías lograrlo.
Taehyung sonrió con cariño y lo tomó por la cintura, haciéndolo sentarse en su regazo.
—No hubiera podido hacerlo sin ti...
—Fue tu esfuerzo lo que hizo la diferencia. Yo simplemente te guié. Todo el mérito es tuyo.
—No es por menospreciar tu tratamiento, ni mi esfuerzo... —negó ligeramente con la cabeza, sosteniendo la mirada del omega mientras acariciaba su mejilla con ternura—. Pero fue gracias a tu presencia que fui capaz de lograrlo. Tus feromonas tienen un fuerte efecto en mí, y cada vez que las liberabas de manera inconsciente, me sentía más fuerte que nunca. Así que incluso si hubiera seguido el tratamiento con alguien más, dudo que hubiera funcionado.
Escuchar eso conmovió profundamente al omega, quien nunca había imaginado el impacto que podría tener en el otro. Una inmensa felicidad llenó su pecho al percibir cómo la habitación se impregnaba con la mezcla de las feromonas del alfa y las suyas propias.
—Alfa obstinado... ¿no puedes simplemente reconocer tu logro? —murmuró con tono divertido, mientras negaba levemente la cabeza.
—Un poco hipócrita viniendo de su parte, médico Jeon —respondió el guerrero con el mismo tono.
Ambos se miraron con una amplia sonrisa antes de acercarse y unir sus labios en un beso intenso, que expresaba todo lo que eran incapaces de decir en ese momento. Porque, sin importar lo obstinados que pudieran ser, en los brazos del otro, siempre estaban dispuestos a ceder.
La noticia se propagó velozmente por todo el palacio, y en los días siguientes, se palpaba un ambiente cargado de exuberante alegría. Jungkook continuó brindando apoyo incondicional a Taehyung en su proceso de terapia física, no sorprendiéndole para nada la rapidez con la que su progreso se manifestaba. Después de apenas unas semanas, el alfa pudo volver a caminar con total naturalidad. Aunque esto debería haber sido motivo de celebración, para la pareja supuso un retorno brusco a la realidad.
Habían estado evadiendo el hecho de que este momento llegaría eventualmente. Ahora, con el tratamiento concluido y Jungkook habiendo cumplido su deber, ambos reconocían que ya no podrían ignorar la inquietud que pesaba en sus corazones.
La atmósfera en la habitación estaba cargada de tensión; era como si el silencio entre ellos hablara por sí solo. Había tanto por decir, pero parecía que ninguno de los dos estaba dispuesto a ser el primero en hablar. Sabían que hacerlo volvería todo una realidad, que ninguno se sentía preparado para enfrentar.
—Tae... —Jungkook por fin se decidió a romper el silencio, captando la atención del alfa que le observó con incertidumbre en su mirada—. Estoy muy feliz de que hayas completado el tratamiento con éxito. Tienes toda una vida por delante, espero que puedas vivirla de manera plena.
—Nada de esto habría sido posible sin tu ayuda; fuiste fundamental en todo este proceso. Durante mucho tiempo, me resigné a la idea de pasar el resto de mi vida postrado en una cama. Pero ahora puedo visualizar un futuro diferente para mí... —Le sonrió mientras tomaba una de las manos del omega y depositaba un casto beso en ella, haciendo una breve pausa—. Y realmente deseo que puedas compartirlo conmigo. Quisiera que te quedaras aquí, a mi lado...
—No —El omega cortó la frase del alfa, liberándose de su agarre y desviando la mirada—. Sabes que no puedo hacer eso.
—Jungkook...
—No puedo, Taehyung —volvió a negar, su mirada se posó en el alfa, cargada de un profundo pesar—. Conoces mi historia, sabes que tengo un compromiso que me ata a mi aldea. No estoy hecho para vivir aquí, y no puedo simplemente abandonar mi hogar.
La forma en que el alfa lo observaba inundó su corazón de profunda tristeza. Durante un tiempo, había evitado enfrentar el hecho de que eventualmente tendría que despedirse de Taehyung. A pesar de que una parte de él ansiaba escuchar una súplica para quedarse, otra parte deseaba lo contrario. Porque, por más que considerara sus opciones, la posibilidad de quedarse nunca figuró como una de ellas.
Tenía que admitir que los sentimientos que había desarrollado por el alfa lo tentaban fuertemente a quedarse a su lado. Sin embargo, Jungkook no se veía capaz de aceptar una vida que no deseaba simplemente para estar con él. Por supuesto, no quería tener que decirle adiós; solo pensar en ello le hacía sentir cómo su corazón se caía en pedazos. Pero Jungkook sabía que no estaba destinado para una vida en el ajetreo de la capital.
—¿Y entonces qué? ¿Esto es todo? —inquirió el alfa con brusquedad, tratando de contener la tormenta de emociones que le embargaba. No deseaba revelar su vulnerabilidad, pero el simple pensamiento de perder al omega le desgarraba el corazón de forma dolorosa—. ¿Acaso nada de lo que hemos compartido significa algo para ti?
—Por supuesto que significó algo, pero me resulta injusto sentirme acorralado de esta manera, siendo yo el único que debe dejar atrás todo para que podamos estar juntos. Eres tan injusto... ¿Por qué no consideraste la posibilidad de ser tú quien dejara todo y me acompañara? No hay nada que te ate a este lugar, y sabes que tampoco podrás regresar al ejército. Entonces, dime... ¿Por qué no eres tú quien abandona todo y viene conmigo?
Esta vez, fue el rostro del alfa el que adoptó una expresión diferente, una mirada seria y gélida que bastó para darle a Jungkook la respuesta que temía escuchar. Su actitud sola era más que suficiente para hacer que el hueco en su estómago se ampliara, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
—Tal parece que nada ha cambiado. Ninguno de los dos está dispuesto a ceder... —declaró el omega con suavidad, mientras sus lágrimas finalmente recorrían sus mejillas—. Es curioso, ¿no? Aunque lograste volver a caminar, al final fui yo quien terminó llorando —murmuró con pesar, esbozando una leve sonrisa cargada de tristeza mientras sus lágrimas se desbordaban con fuerza—. Gracias por todo, joven Kim. Espero que su futuro pueda estar lleno de mucha salud y felicidad.
Un fuego abrasador consumía su pecho ante la idea de separarse de Taehyung, pero a pesar de ese intenso deseo de permanecer juntos, reconocía que sus corazones obstinados no cambiarían su decisión. La mirada de Taehyung era firme, pero Jungkook lograba percibir en ella la tristeza, y el dolor que reflejaba solo conseguía oprimir con mayor fuerza su corazón. Sin embargo, el silencio que se mantuvo entre ellos le dio a entender a Jungkook que ya no había nada más que hacer.
Realizó una profunda reverencia y, con una mirada cargada de pesar y dolor, se enderezó, dio media vuelta y se alejó, dejándolo solo en medio de aquella habitación. Con rapidez, regresó a la suya propia, donde fue recibido por el silencio y la soledad del lugar. Todo un contraste impactante comparado con el torbellino de emociones que no paraba de hacer añicos su corazón.
Las lágrimas fluían descontroladas, transformándose en torrentes de desesperación y tristeza. Cada sollozo resonaba como un eco de la lucha interna que libraba, una batalla entre el deseo de quedarse y la promesa que le había hecho a su padre antes de su partida. A pesar del agudo dolor que le oprimía el pecho, estaba decidido a no apartarse de sus convicciones, aunque eso implicara renunciar a la felicidad que había construido junto al alfa.
Porque, por más profundo que fuera su amor por Taehyung, él había hecho una promesa de regresar a su hogar. Así que, aunque su corazón estuviera destrozado, se aseguraría de cumplirla. Porque lo prometió, y él jamás rompe sus promesas.
Cuando se escribió este capítulo Kim me dijo que era una persona sin corazón por hacerlos sufrir. Pero a mí también me dolió.😭
¿Quién para abrazarnos?:(
Ya el siguiente capítulo será el último. Lo estaré subiendo en la noche si todo sale bien.🥹
Así que, volveré pronto. Hasta entonces, manténgase sanos.🌷
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