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Capitulo 3; Chismosos

—¿En cerio debes de irte de nuevo?—. Emily estaba ya con su camisón blanco de tirantes con notables chupetones y mordidas salvajes en su cuello, hombros, la parte de arriba de sus pechos y también en sus piernas.

Ella estaba sentada de rodillas en la cama de ella y su esposo mirando como él se estaba arreglando para salir de nuevo al hotel. Emily tenía una mirada triste y desanimada al saber que su esposa se iría de nuevo, Alastor al ver a su amada esposa triste se acercó a ella para plantearle un besó dulce y empalagoso en sus delicados labios, ése beso fue obviamente correspondido por ella.

—Te juró que en la tarde volveré a tus brazos, mi dulce Angelita~—. Dijo Alastor sonriéndole cálidamente a su esposa una vez que se separaron de aquel besó.

—Bien...—. Bajó las manos del cuello de su esposo mientras mantenía una mirada triste.

—Ya no estés triste, Amor~. —Se sentó a un lado de ella. —sabes que no me gusta ver tu hermosa carita tener esa expresión que no combina con la alegría de tu alma—. Acarició tiernamente las mejillas de la Serafín con amabas manos.

—Es que no me gusta estar lejos de ti....—. Bajó la mirada triste y a la vez sus alas también se bajaron en señal de que también estaba triste.

Ante los ojos de Alastor su esposa parecía un gatito triste, eso le resultó tierno. —A mi tampoco me gusta estar lejos de ti, me desagrada la idea de estar alejado de ti por mucho tiempo—. Abrazo a su esposo escondiendo la cabeza de ella es su pecho. —Pero te prometo que esta vez vendré más temprano. En la tarde—.

—Esta bien, pero ten cuidado—. Se apartó de él para darle un besó en la mejilla de despedida.

—Como mi amada esposa, diga—. Besa la mano de Emily para que después ella se acueste de nuevo en la cama.

La albina se acomodó en la cama boca a abajo para después sentir como su marido la tapaba bien con la sábana para protegerla del frío. Alastor se volvió a sentar una vez más mientras acariciaba con cariño la espalda de su esposa porque sabía muy bien que eso la ayudaba a conciliar más rápido el sueño.

—¿Te despediste de nuestros niños?—. Susurró un poco adormilada mirando a su esposo.

—Por su puesto que sí, Mi amor—. Le dió un besó en la frente a su esposa. —Volvere en la tarde, Amor, por lo mientras sigues descansando—. Emily fue cerrando los ojos, la acaricia en su espalda que le estaba dando su esposo estaba logrando que empezará a quedarse dormida. —Nunca olvides que Te amo...—. Dijo eso una vez que su mujer quedó dormida.

—Yo también Te amo....—. Murmuró dormida Emily haciendo que su esposa la mirará de forma dulce y cariñosa.

Cuando Emily quedó dormida Alastor se levantó y se fue de la habitación no sin mirar desde la puerta a su esposa durmiendo, como siempre, ante los ojos de Alastor su mujer siempre se veía hermosa sin importar en situacion esté.

El demonio radio al fin había llegado al hotel se sentía de un muy buen humor que se podía notar a kilómetros, metros de distancia, no cabe duda que pasar tiempo con su amada familia y hacer el amor con su esposa lo volvían el alma más feliz de todo el jodido infierno.

Entró al hotel con normalidad y decidió subir las escaleras pero en el momento en que se dirigía hacia ellas, Vaggie se puso enfrente de su caminó con mirada seria y molesta.

—Oh, ¿En qué te puedo ayudar?, Querida—. Preguntó cortésmente Alastor al ver a Vaggie frente a él.

Vaggie cruzó los brazos. —Se puede saber, ¿Dónde mierdas estabas?—. Interrogó en un tono frío y amanazante.

—Vaggie!—. Charlie se acercó a su novia para poner su mano derecha en el hombro izquierdo de la peli-blanca. La princesa miro a Alastor. —Lo que Vaggie quizo decir es...¿Dónde estuviste a noche?, Niffty nos contó que te vio salir del hotel pero nunca volviste—. Comentó Charlie un poco preocupada mientras dió dos pasos enfrente de Alastor.

Alastor miró a la más baja de todos la cual se encontraba limpiando algunas manchas que estaban de la pared, el demonio entrecerró sus ojos molestos pero se tranquilizó pensando en su familia.

—Lo que te estaba siendo no les concierne—. Pasó a un lado de las chicas para subir las escaleras.

—Si, si afecta el hotel—. Se dió la vuelta Vaggie mirando enojada al demonio radio.

Alastor la miró. —Creeme cuando digo que no los afecta a ustedes ni al hotel—. Fueran sus últimas palabras  para retirarse del lugar.

—Sip, sin duda el jodido Bambi oculta algo—. Comentó Angel para beber de la botella de alcohol que tenía en la mano y sentado en una de las sillas del bar de Husk.

—No me digas—. Reviró los ojos Husk al decir eso de forma sarcástica.

—Yo digo que mandemos a alguien a saber que oculta—. Propusó Sirpentius con una de sus manos alzadas.

Todos quedaron en un rotundo silencio que hasta Niffty quedó callada. Charlie dió un suspiro de frustración.

—Bien iré yo—. La rubia comenzó a subir las escaleras una vez que dijo eso en un tono frustrado.

Alastor se encontraba en un cuarto que contenía un estante de libros, algunos sillones, cuadros y una ventana algo pequeña, se acercó al estante de libros y en uno de ellos saco un libro que resaltaba de los demás de color celeste pastel y bordes de oro. Charlie había encontrado a Alastor y estaba apunto de entrar cuando vio a Alastor sacar un foto del libro que tenía en manos, la princesa se escondió detrás de la pared para que no la viera.

Los ojos de la rubia se abrieron muy sorprendidos al ver una sonrisa que no había visto en el pecador nunca antes, era una sonrisa... cariñosa?, llena de dulzura y tranquilidad que daba al ver aquella foto en mano. El demonio guardo la foto en su saco y antes del salir de cuarto besó su anillo de matrimonio que estaba en su mano izquierda en el dedo de en medio, Charlie se vió curiosa ante aquello que hizo Alastor pero se tuvo que ir en el momento que notó que el demonio iba a salir del cuarto.

—Es imposible que ese bastardo de una sonrisa cariñosa—. Husk miraba calmado pero serio a la princesa que le había contado a él y los demás lo que había visto.

—¡Pero yo lo ví!—. Insisto Charlie mientras ponía sus manos en la mesa del bar.

—Tal vez viste mal, amor—. Trató Vaggie de calmar a su pareja lo cual no estaba funcionando.

—No, yo se lo que ví—. Siguió de intente.

—Es que eres mula como una mula—. Dijo Angel mirando a la única rubia del lugar. —Ese tipo no le sonríe a nada y ni a nadie con tanto cariño como tú lo dices—.

—Ni sabía que Alastor podía sentir cariño—. Comentó Sirpentius mientras trataba de contactar a sus "Minions" para que trajeran sus cosas mañana por la mañana.

—Oh carajo!—. Charlie se levantó de su asiento. —¡Yo lo ví!, ¡Ví cuando tomó la foto esa que estaba oculta en un libro celeste!—. Husk prestó atención al oír aquel libro. —¡La sacó y en el momento que la abrió sonrió de forma cariñosa, hasta dulce y después la guardó en su saco y beso un anillo que tenía en su mano izquierda en el dedo de en medio!—.

—Espera—. Interrumpió Husk. Todos los miraron. —De pura casualidad ese libro que mencionas tenía bordes dorados y el anillo era de oro con un diamante zafiro?—. Charlie al oír eso asintió.

—Si!—. Confirmo la rubia poniendo serio al felino quien junto sus manos a su boca. —Acaso....¿Ya has visto ese libro antes?—. Dió una mirada de curiosidad.

Husk se quedó callado unos segundos. —....Si, ví a Alastor tomar ese libro varias veces pero no le di importancia. En cuanto al anillo....—. se volvió a quedar callado.

—¿Que sucede con el anillo?, ¡¡Di algo, carajo!!—. Exclamó Angel decesperado por saber el chisme.

—El anillo...!—. Miraron a Husk curiosos. —...—. suspiro. —Cuando Alastor se quitó el anillo UNA SOLA vez para "comer" quize agarrarlo pero él lo notó y me advirtió que si volvió aunque sea ver su anillo, me mataría....—. Algunos dieron una mirada de angustia al oír eso.

—¿¡Por qué carajos no dijiste nada!?—. Exclamó molesta Vaggie.

—¡Debieron de ver a Alastor con sus propios ojos cuando trate de tocar el anillo, se puso más que loco!—.

Vaggie estaba apunto de decir algo pero se quedaron todos callados al ver que Alastor bajó de las escaleras para salir del hotel.

—Otra vez se fue...—. dijo Niffty al ver al demonio radio irse.

—Mmmm....Yo digo que lo sigamos—. Sonrió Angel al decir su propuesta.

—No está mal!—. Apoyó la idea Sirpentius y Niffty.

—¿Y que nos mate?, no gracias—. Se dió la vuelta Husk, no estaba interesado en aquella idea.

—No pienso seguir a un maldito bastardo por media ciudad—. Comentó Vaggie.

—Oh vamos!, ¡Necesitamos saber que oculta Alastor!—. Trató de convencer Charlie a Huks y Vaggie que hasta dió una carita de perrito triste que termino por convencer a Vaggie.

Suspiró. —Bien...—. se levantó de su asiento de la un ojo.

—Que les vaya bien, yo no voy a-.

—Tu vienes con nosotros, guapo—. Jaló Angel a Husk del brazo para salir del hotel.

Habían recorrido casi toda la ciudad Charlie y lo demas al tratar de seguir a Alastor el cual sospechaba a cada rato que le estaban siguiendo. Los pies de los integrantes del hotel ya estaban casandos, bueno...todos menos los de Charlie y Niffty quienes seguían interesadas por saber que ocultaba Alastor. Después de más caminata, notaron que Alastor se había metido en el distrito olvidado de la ciudad, que muy pocos sabían de su existencia.

En el distrito había edificios, casas y tiendas abandonadas y muy malgastadas que parecían a punto de derrumbarse, por las calles había incluso varios insectos comiéndose el cadáver de algún demonio que fue botado como basura ahí.

—¿Qué carajos es este lugar?—. Angel se sentía asqueado por lo muy mal que se veía el lugar.

Angel no era el único asqueado, Husk, Sirpentius, Vaggie y Charlie también se sentían asqueados y si se preguntan como estaba Niffty....la pobre decía en voz baja que había mucha basura y sobre todo su mayor enemigo, los insectos.

—¿Por qué Alastor vendría a un lugar así?—. Se preguntó asi mismo Sirpentius mientras tenía cuidado dónde estaba parado.

—Tal vez estemos a punto de descubrir eso....—. Todos miraron a Angel que estaba parado con una mirada sorprendida.

—¿Que?, ¿A qué carajos te refieres con eso?—. Husk se acercó a Angel junto a los demás, menos Niffty, ella estaba indecisa si mataba insectos o limpiaba el lugar.

Angel señaló al frente de ellos por lo cual voltearon y quedaron en shock con lo que estaban viendo sus ojos.

Una Serafín estaba volando en el mismo lugar que estaba algo lejos de Alastor que se encontraba mirando a la Serafín. Varias teorías comenzaron a surgir en la cabeza de cada quien. Uno; Alastor los estaba traicionando. Dos; Alastor está apunto de pelear con al Serafín. Tres; Tenía un Romance escondido con la Serafín que no era probable, de todas formas Sirpentius le gustó la opción tres.

—¿Que hace una Serafín aquí?—. Vaggie puso atrás de ella a Charlie para protegerla.

—¿Cómo carajos sabes que es una Serafín?—. Dijo Angel mientras veía de reojo a la oelo blanco.

—Se nota por sus seis alas—. Contestó de inmediato Vaggie.

—Me gusta su vestido, es muy elegante—. Comentó Niffty con una sonrisa mientras limpia las calles del distrito.

—¡Y eso a quien le importa!, ¡Esos dos se están a punto de pelear!—. Señalaba con sus ambas manos Sirpentius.

—Ahora en qué carajos se metió Alastor—. Miró Husk al demonio radio que estaba parado sin hacer nada ante la presencia de la Serafín.

Todos en ese momento estaban esperando una pelea que obviamente Charlie iba a detener. El viento sopló haciendo mover los cabellos de todos pero los de Emily resaltaban gracias al accesorio que llevaba en su cabello.

Charlie y los demás ya estaban preparados para ver una batalla, pero no estaban preparados para ver lo siguiente...

—¡¡Amorcito!!—. Exclamó alegre Emily mientras se dejaba caer para ser atrapada por Alastor quién la cargó como siempre.

Husk abrió la boca del shock, Vaggie miro eso incrédula, Angel de estaba ahogando con las palomitas que había traído, Sirpentius se quedó inmóvil y Niffty... Niffty sonrió de forma adorable al ver que Alastor ya había conseguido pareja.

Alastor y Emily al no ser concientes de que eran vistos por los del hotel, se besaron de forma cariñosa, empalagosa y dulce dejando más impresionados a los demás. Al momento de separarse, fue ahí que se dieron cuenta de la presencia de los demás.

—Emm Amorcito—. Emily señalo nerviosa detrás de su esposo para que esté se volverá aún cargado a su mujer y ver a la princesa con los demás.

—Oh, si que son unos chismosos—. Dijo Alastor tratando de no verse enojado con ellos ante su esposa. No quería que lo viera enojado. —Amor—. Él y Emily se miran. —te presento a mis colegas—. Alzó su mano hacia los demás lo cuales estaban aún en un trance de shock.

—Holi—. Sonrió de forma dulce mientras movió la manita al momento de decir eso.

Alastor rio ante aquel saludo de su esposa. —Colegas, les presento a mi adorada, amada, preciada y cariñosa esposa, Emily, una Serafín del cielo—. Emily se sonrojo ante esas palabras de su esposo.

El silencio reino por un momento para después Vaggie decir;—No jodas, dime qué ésto es lo único que escondes...—.

Alastor estaba apunto de contestar al igual que Emily, pero fueron interrumpidos por sus adorables hijos.

—¡Papi, Mami!—. Todos miraron a Adrián que estaba al frente de sus hermanas. Adriana saludó con una sonrisa mientras que Elizabeth estaba escondida pero asomando la cabeza detrás de su hermano. —¿Quienes son estos tipos?—. Miró desconfiado a los que para él, eran desconocidos.

Y con eso, Husk se desmayo mientras los demás miraron a los niños con los ojos abiertos como platos.


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