El día había llegado, todos se estaban preparando para el Exterminio ya sea entrenando o asegurando aún más el hotel. Mientras los demás se encargaban de eso, tres pequeños niños estaban en la habitación de sus padres, el mayor sentado en uno de los sofas, la del medio acostada en la cama con aburrimiento y la menor jugando a la fiesta del té con su peluche, el cual, le había puesto un sombrero de chica de color lila con un moño blanco con bordes rosado pastel.

—¡AAAAAH! ¡Ya no quiero seguir están aquí!—. Se quejó Adriana para después sentarse en la cama.

—Pues estás muy equivocada si crees que voy a dejarte salir de la habitación—. Quitó su vista del libro Adrián para ver a su hermana con seriedad. —Papá nos pidió que nos quedáramos aquí todo el día y eso es lo que haremos, debemos hacerlo si queremos que mamá vuelva...—. Fue lo último que le diría por ahora a su hermana y eso todos ellos lo sabían.

Adriana solo empezó a remedar a su hermano y luego hizo un puchero. —Desde cuando le hacemos caso a s papá?—. Cruzó sus brazos con molestia. —¡A parte, quiero matar a un exterminador por llevarse a mi mami!.

Adrián solo reviro los ojos ante la actitud de su hermana. Elizabeth miró a su hermana y después a su hermana para después dar un largo suspiró.

'Si esto sigue así, van a terminar por pelearse como pa otra vez'. Pensó con algo de nervios Elizabeth para después seguir jugando con su "peluche". —Mas té, señor cuernitos?.

—....

—Bien, con dos de azúcares?.

—...

—No?, entonces solo será uno!—. Sonrió para después servirle más té y poner una cucharada de azúcar. Cuando levantó su vista noto que el Señor Cuernitos ya no estaba. —¿Señor Cuernitos?—. Volteó a todos lados buscando rastro de su "peluche". —¿¡Señor Cuernitos!?—. Se levantó rápidamente de la silla para después buscar al "peluche". —¡¡SEÑOR CUERNITOS!!, ¿¡DÓNDE ESTÁS!?.

Emily trataba de quitar las cadenas del balcón gran de su departamento, ya había intentado varias veces de escapar de varios métodos y ninguno funcionaba.

«Quitando las cadenas no funcionará para nada»

—¡Aaah!—. Emily pegó un grito del susto que se resbaló sin querer cayendo de sentado en el piso. —Auch!.

«¿Tú y él bebé están bien?, recuerda que necesito a ese niño sin daño alguno»

Miró mal la Seraphin al peluche que estaba en el piso delante del balcón.

—Si, estoy bien—. Dijo entre un suspiro para después levantarse y sacudir su vestimenta.

«En el hotel se están preparando para el Exterminio»

Abrió los ojos sorprendida la de cabellos albinos.

—¿Que?—. Volteó a ver al "peluche". —¡Pero aún falta meses para el Exterminio!—. Dijo incrédula de lo que le había dicho.

«Si, pero lo adelantaron, me enteré creo ayer o pasado ayer»

El "peluche" recibió un golpe con un libro que lo dejó tirado por completo en el piso.

—¡Nos vimos ayer!, ¿¡Y no pudiste decirmelo!?—. Gritó enojada sosteniendo otro libro y apuntó de lanzarse lo al "peluche".

«¡Espérate mujer, cálmate que te lo explico, cálmate!»

La Seraphin dió inhaló y suspiró varias veces para calmarse y dejar el brillo en el mueble al lado de ella que tenía más libros, se cruzó de brazos esperando la respuesta del "peluche". El "peluche" se empezó a mover para volver a sentarse en el piso, eso llamó la atención de Emily, pues ella sabía junto a su esposo e hijos que él rara vez se movía si no era su forma original.

«Te lo iba a decir justamente ayer pero me di cuenta que estabas embarazada y se me olvidó»

—Lo único que a ti te interesa siempre ha sido que dé a luz a los "jinetes" y a la "santa"—. Dijo en un tono molesto poniendo su mano izquierda en su cabeza y en la otra en la cadera.

«No...tambien faltan las siete virtudes»

—¿Que?—. Bajó sus brazos viendo sorprendida y seria al "peluche".

«¡Era broma, era broma!»

Emily solamente lo miro mal y reviro los ojos para sentarse en la silla que estaba cerca de allí.

«¿El cielo enteró sabe de tu pecado?»

—No, solamente Sera.

«Eso es bueno, quiere decir que los pequeños están a salvo...»

—Si...,¿Cómo se encuentra mi esposo?—. Preguntó preocupada.

«No muy bien, parece como su antiguo yo, pero eso solamente es como los demás con los niños es otro»

Emily bajó la cabeza al escuchar eso pero se alegró al saber que Alastor cuidaba bien de ellos. —¿Y mis niños?.

«Antes no estaban bien pero ahora se ven mejor...creo yo...»

—Bien...—. sonrió un poco la Seraphin. —Será mejor que vayas de nuevo con mis niños, Elizabeth debe de estar buscándote.

«Esa niña es peor que yo, pero me cae demasiado bien, de tus tres hijos Eli es mi favorita»

Fue lo último que dijo para desaparecer entre sombras.

—¡Jajajaja ésto debe ser una jodida broma!—. Vox; El demonio relacionado a la tecnología, veía con gracia las acciones de los demonios que estaban afuera del hotel Hazbin, podía verlos por las cámaras que tenía afuera del hotel. —¡Jajaja parece que tú plan no funcionó, princesita!—. Bufó al ver a Charlie hablando con Angel. —Oh Alastor~—. Vió al demonio Radio por una de las pantallas pero está estaba haciendo corto. —¡Ya no veo la hora en que se joda-.

‹'¡Waaaa!.' Elizabeth salió corriendo del hotel directo a abrazar a su padre en el pié›.

—¿Y esa niña?—. El pecador miró fijamente la pantalla donde se encontraba a la pequeña abranzo del pie a Alastor pues está seguía siendo pequeña.

En ese momento la pantalla donde se veía la pequeña también empezó a hacer estática pero no mucho por lo que podía ver más o menos a la pequeña que pudo notar que portaba un cabello rojizo idéntico al de Alastor.

‹'¡Elizabeth!, mi pequeña, ¿Que te paso?'. Alastor se arrodilló quedando para poder estar ver mejor a su hija y secarle sus lágrimas›.

Aquella acción llamo la atención de Vox, pues el demonio Radio no se comportaba así con nadie y mucho menos se arrodillaba, entonces...¿Por qué con esa niña si?.

‹'¡No encuentro al señor cuernitos aaaaww!'. Abrazó a su padre quién no dudo dos veces en también abrazarla para después volverá pararse mientras la cargaba.

'Oh mi pequeña estrella, no te preocupes, vamos a buscarlo'. Le sonrió tiernamente a su peque para después entrar el hotel haciendo que Vox ya no los pudiera ver›.

El pecador no sabía por qué, pero esa actitud de Alastor que le daba a la niña no le agradaba para nada, pues el demonio Radio trataba a la pequeña como si fuera muy importante para él, y él sabía que eso no podría ser posible pues el demonio nunca se atrevería amar a nadie.

Eso él lo sabía mejor que nadie...

No podía ser posible que él amará a alguien y ¿Verlo casado? Jamás, pues el mismísimo demonio Radio le dijo que jamás podría amar...

No importa quién fuera o sea...el demonio Radio jamás iba a amar...

Elizabeth pudo encontrar al Señor Cuernitos quien recibió un regaño de ella por haberse ido a mitad del té que era de mala educación y por haberla asustado así, pero igual estaba feliz y aliviada que el estuviera bien.

Adriana le pidió a su padre, Alastor, en que ellos participarán también en el Exterminio, Alastor se negó pues era muy peligroso y no podía arriesgarse a perderlos también a ellos pero en ese momento Adriana puso cara de ojitos de gatito triste.

Alastor tuvo que ser fuerte ante ese mirada pues era la misma que siempre hacian ellos para salirse con la suya, el único ser inmune a esa mirada era su esposa quién siempre lo salvaba de aquella mirada pero al no estar ella presente no tendría escapatoria. Adriana al ver qué su padre estaba aguantando el pidió ayuda a Elizabeth, su hermanita, quién acepto solo porque su hermana mayor le habría ofrecido como pagó un set nuevo de juego de té, Elizabeth hizo la cara de gatito triste pero tampoco funcionó por lo que recurrió a su hermano mayor, Adrián quien se negó de inmediato pero lo termino haciendo pues Adriana le prometió darle como pagó el libro de "El extraño mundo de Jack".

¿Quién tuvo la victoria al final?, los niños, ahora no sabía Alastor si preocuparse de que sus hijos salieran heridos o de los ángeles exterminadores?, pues hasta él sabía de lo que eran capaces los pequeños.

~¿Hola? ¿Josefin?...¡Si, soy yo, Adriana! ¡Al final si voy a querer los tanques de guerra y el bicarbonato de sodio y ácido!, ¡Hoy ruedan cabezas muajajjaja!~. Adriana había hablado por teléfono con un pecador.

~Quisiera el libro de; "100 métodos de torturas por fis~. Adrián estaba pidiendo un libro por internet.

~¡Quiero la mejor parilla para asar y también mucho salsa picante!~. Adriana y Adrián no eran los único, Elizabeth también.

...Sip, sus hijos estarían bien, más no podía decir lo mismo de los angeles exterminadores.

~Minutos después~

—¿En serio los vas a dejar ir al campo de pantalla?—. Cuestionó Vaggie quién veía a los pequeños prepararse. Alastor no dijo nada. —¿¡Estás demente!?.

—Al', no creo que se buena idea—. Dijo Charlie nerviosa.

—¡Es una pésima idea!—. Dijo Husk para darle un trago a su botella de alcohol.

—¿¡Acaso quieres muerto a tus hijos!?—. Angel miró con cierto enojo al demonio Radio quién seguía sin decir nada.

—¡Adriana!, ¡Me pasas una cuchara, la necesito para hacer la tortura de los intestinos del capítulo 37 del libro!—. Alzó la voz Adrián para que su hermana lo escuchará mientras sostenía el libro.

—¡Espera!, ¡Que estoy pidiendo por en línea cocodrilos!.

—¡Papi!, ¿¡El señor cuernitos puede comer los angeles exterminadores!?—. Preguntó Elizabeth mientras arreglaba al al peluche con un traje elegante para la batalla, Sirpentius la estaba ayudando en eso.

Alastor vió de reojo a sus "amigos" quién veía a los pequeños con algo de miedo.

—...¿Esta mal sentir pena por el enemigo?—. Preguntó con un poco de nervios Husk mirando raro a los pequeños.

—Si, son tus hijos Alastor, no te pusieron los cuernos—. Y Angel recibió un sape detrás de su cabeza por parte de Vaggie; Alastor miró con enojó al pecador araña.

Había llegado el momento, el portal del cielo se abrió en el cielo del infierno(?) donde enteraron varios ángeles exterminadores listos para pelear, todos iban directo al Hazbin Hotel. Los Pecadores ya estaban preparados, listo para pelear.

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—¡Jajaja que inicie este puto caos!—. Vox dio un salto para sentarce en el sofá donde estaban los demás Vees.

Valentino solamente veía desinteresado la tele y Velvette estaba en su teléfono y viendo reojo en vez de en cuando la televisión, Vox al parecer era el único emocionado con eso.

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Los ángeles exterminadores atacaban sin piedad a los Pecadores que se defendían gracias a las armas angelicales que Vaggie consiguió de Carmilla Carmine, mientras afuera del hotel se estaba cometiendo una total a masacre, adentro del hotel estaban los pequeños obligando al Señor Cuernitos que estaba en el suelo a salir.

—¡Agh!, ¡Vamos Señor Cuernitos, debe salir usted también!—. Adriana jalaba con todas sus fuerzas al "peluche" el cual no se movía del piso por nada del mundo.

—¡Debe apoyarnos en ésto!—. Adrián empujaba por atrás al "peluche".

—¡Por fis, Señor Cuernitos!, ¡Va a comer todos los ángeles exterminadores que tú quieras, papá te dio el permiso!—. Elizabeth jalaba de los cuernos a su "peluche" el cual seguía sin moverse.

«No, voy a romper mi traje, soy un monstruo, no una bestia»

—¿¡Y que importa un tonto traje!?—. Dijo Adrian. Dejó de jalar al peluche Elizabeth, ocasionando que cayera sentada al piso mientras sus ojitos se cristalizaro.

—¿¡Cómo que no importa!?, ¡Yo personalmente escogí ese traje!—. Chillo con enojo la peli-roja.

«Te falta elegancia, Adrián»

Y recibió un golpe por parte de Adrián con su libro ocasionando que se moviera.

«Igualito a su mamá...»

Elizabeth tomó a su "peluche" para después quitarle el traje y también el sombrerito color negro con una cinta roja que tenía.

—Listo, ahora nada malo le pasará a tu traje!—. Sonrió Elizabeth poniendo el traje del "peluche" en la barra del bar de su Tío Husk gracias a sus poderes.

«Asi, pos' si»

—¡Y gusto a tiempo!, ¡Papá ya creo el campo de fuerzo!—. Dijo con mucha emoción Adriana al ver por la ventana el campo de fuerza que su padre había creado.

—¡Traigan la cuchara!—. Exclamó con una sonrisa Adrián alzando su libro que había pedido.

—¡Traigan los cocodrilos!—. Exclamó de forma sádica y maliciosa Adriana.

—¡Traigan el reproductor de música para poner mientras peleamos!—. Exclamó ahora Elizabeth con una sonrisa tierna mientras levantaba con sus manos al Señor Cuernitos.

El Señor Cuernitos comenzó a brillar en un brillo negro con brillitos blancos apenas visibles, estaba apunto de dar a conocer su forma verdadera.

—¡Oh Carajo!, ¿¡En serio nos matan con nuestras propias armas!?, ¡Que jodido!—. Se quejó Adam; El primer hombre, al ver cómo los tentáculos de Alastor, que salían del campo protector.

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—¡Maldito cobarde!—. Vox tomó un puño de palomitas y se las metió a la boca; Velvette miró eso con cierto asco peor Valentino simplemente lo ignoró.

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Charlie cada vez que ataca a un ángel exterminador se disculpaba, mientras que Vaggie solamente los asesinaba sin piedad alguna.

Un rugido feroz se escuchó por todo el lugar llamando la atención de todos que miraron al hotel pues de ahí provenía el grito. Alastor sonrió con malicia.

—Ya se había tardado...—. Susurró el demonio Radio esperando ver el espectáculo que sus hijos harían ahora.

De las puertas de hotel se abrieron por si solas violentamente donde una estela negra salió con rapidez para revelar su forma ante todos.

—¿Así que ustedes son mi comida?—. El Señor Cuernitos miró fijamente a los Ángeles exterminadores delante de él.

—¿¡QUE CARAJOS ES ESA COSA!?—. Gritó Adam mirando por el campo de fuerza al Señor Cuernitos.

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—Oh mierda...—. Susurró Valentino mientras los demás veían eso sorprendidos.

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—¿¡Qué demonios es esa cosa!?—. Angel miró al "peluche" sorprendido.

Elizabeth se asomó, pues estaba montada en el "peluche" que había mostrado su forma menos terrorífica.

—¡¡Ya te los puedes comer, Señor Cuernitos!!—. Sonrió con ternura la pequeña.

—¿¡Elizabeth!?—. Exclamaron los del hotel viendo a la pequeña.

—¡No se preocupen, es el Señor Cuernitos!—. Aviso Elizabeth dejando en Shock a sus "tíos".

—Ya no voy a poder volver a ver bien ese peluche—. Chilló Sirpentius viendo con cierto miedo al que se supone que era un peluche.

En ese momento Adriana salió del hotel montando de pie al cocodrilo líder con un sombrero vaquero, de ahí, salieron los demás cocodrilos empezando a morder o arrancarle extremidades a los angeles exterminadores.

Adrián estaba también ya afuera del hotel, pero con varios ángeles exterminadores atados mientras con sus poderes manipulaba herramientas inofensivas como cucharas, platos o almohadas, pero los angeles estaban así de nerviosos pues el niño tenía tijeras de juguete y un libro de torturas.

—¡Adriana!, ¡Elizabeth!, ¡Háganme el favor de que nadie me moleste, voy a intentar a hacer la tortura del capítulo 69 del libro!—. Pidió Adrián a sus hermanas las cuales se estaban divirtiendo en el a masacre.

—¿¡Te refieres a la Tortura, "Cuerpo relleno de plumas y alacranes"!?—. Pregunto Elizabeth con tranquilidad mientras el Señor Cuernitos asesinaba violentamente a cualquier ángel exterminador que se cruzaba en su camino.

—¡¡Exacto!!—. Sonrió Adrián con dulzura; Los ángeles exterminadores solo empezaron al temblar mientras trataban de quitarse de las ataduras.

Ahora digamos que la batalla iba ganando los Pecadores gracias a los pequeños de Alastor quienes continuaban el a masacre de forma tan violenta, que los exterminadores prefirieron evitarlos.

Adam no podía dejar que esto siguiera pasando por lo que tomó parte de su fuerza para romper el campo de fuerza pero...no funcionó.

—¿¡De qué carajos está hecho esto!?, ¿¡Cómo puede ser posible que no le haya hecho nada!?—. Decía Adam con un notable enojó.

Pobre...si supiera que Alastor poseía parte de energía angelical gracias a su esposa, quién obviamente no estaba presente...no por ahora.

El primer humano utilizó ahora más su fuerza y pudo romper el campo de fuerza preocupado a muchos excepto a Alastor y sus hijos quienes estaban algo emocionados por el amasacre que vendría. Adam voló rápidamente hacia donde estaba Elizabeth para eliminar al Señor Cuernitos pero Alastor no lo dejó.

—¡Adam!, ¡El primer humano! ¡Un disgusto conocerlo!—. Diría Alastor con una sonrisa arrogante pero también algo enojada de que el ángel quisiera herir a uno de sus hijos.

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—¡ESO!, ¡AHORA SÍ TE VAN A JODER!—. Gritó de emoción Vox mientras se levantaba del sofá tirando las palomitas.

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—¿Y tu quién eres?—. Entre cerró los ojos el ángel.

—Alastor; El demonio radio, seguro debiste oir demonio.

—Ammmm no, pero eso da igual!.

Y así una lucha entre el líder de los exterminadores y el Overlord dio inicio.

Emily seguía intentando desesperadamente en romper las cadenas que no la dejaban salir del balcón, pero nada resultado.

—Emily...

La nombrada se volteó. —Sera...—. Miró con enojó a su hermana quién la veía con pena y lástima. —¿Que es lo que quieres?, ¿¡No te basta con alejarme de mi familia!?, ¿¡Con haber adelantado el Exterminio!?—. Dijo de forma enojada y furiosa.

—..."Del Amor puro de un pecador y una Seraphin nacerán los jinetes del apocalipsis"—. Tembló Emily al oir aquellas palabras que su hermana dijo con seriedad pero también con algo de nervios.

—¿Co..Cómo...?—. Dió unos pasos hacia con nervios.

—Lo se..?, un "peluche" me lo contó—. Quedó callada la de pelo albino al escuchar eso, si veía de nuevo al señor cuernitos lo iba a aniquilar.

—....—. Emily se cruzó de brazos. —Son solo niños...¡Son los hijos, mis bebés!, ¡No han hecho daño alguno, no de esa magnitud!—. Mentiría si sus hijos hubieran hecho daño alguno, pues ya se enteró que fue lo que pasó con el pecador que la lastimó y a su vez con el pecador de la insultó hace unas semanas atrás.

—Esos niños son los jinetes del apocalipsis, Emily. Tus hijos van a causar discordia en todo el cielo, la tierra y en el infierno!—. Hizo una pequeña pausa Sera y puso su mano en su barbilla.

Emily solo la miró mal.

Sera suspiro. —...Tu... ma-marido está peleando con Adam.

—¿¡QUE!?—. Gritó preocupada Emily, eso no podía ser, Alastor no había bebido su sangre tiene días, sus poderes que el ortogo se estaban debilitando por lo cual saldría perdiendo ante Adam. Empezó a temblar del miedo de tan solo pensar en perderlo.

—Dejare que te vayas...

—Eh?, ¿¡En serio!?—. Dijo esperanzada.

—...A pesar que no apoyo tu matrimonio eres mi hermana, prometo mantener tu matrimonio e hijos en secreto del cielo más no puedo prometer te que el infierno sepa ésto.

—¡Gracias!—. Abrazó fuertemente a su hermana quién le correspondió.

—Ve, mis informantes dijeron que tú esposo no durará mucho—. Se separó del abrazo de su hermana quién asintió preocupada por su amado.

Sera rompió las cadenas para que Emily abriera el balcón y saliera volando rápidamente de ahí.

—...Por favor demonio Radio...—. Invocó una esfera brillante para ver a Alastor herido pero aún así dándole pelea a Adam. —Mas te vale cuidar de ella...y de mis sobrinos...

Alastor chocó fuerte mente contra la pared(?) del techo del hotel, tenía una herida grave en el abdomen.

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—¡¡SI, SI, SI, MÁTALO, MÁTALO, MÁTALO!!—. Gritaba emocionado Vox mientras los Vess veían desinteresados eso.

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Es hora de terminar ésto de una vez por todas!—. Adam estaba apunto de volver a lastimas a Alastor con su arma.

—¡¡NO!!—. Adrián, Adriana y Elizabeth se pusieron delante de su padre.

—¡Niños!—. Dijo débilmente Alastor.

—¡No dejaremos que lastimes a papá!—. Alzó la voz Adriana muy enojada.

—¿...Papá...?—. Dijo algo sorprendido Adam.

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—¿¡QUE!?—. Gritaron los Vees sorprendidos.

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Adrián le da un golpe a su hermana detrás de la cabeza. —¡Tampoco era para exponernos así!.

Y una pequeña discusión entre hermano mayor y hermana mediana comenzó mientras la menor trataba de calmarlos y tanto el padre de los niños como Adam veía la discusión.

—¡No importa!—. Adam se preparó para atacar. —¡Igual morirán!.

Se lanzó a atacar a los niños y Alastor los abrazó con todas sus fuerzas para que fuera ellos no salieran heridos.

—¡¡DETENTE!!—. Adam fue golpeado por los poderes de una Seraphin.

Esa voz...esa voz Alastor y sus hijos conocían a la perfección...

—¿Emily/Mamá?.

Y el penúltimo capítulo está hecho!.

Espero y les haya gustado el capítulo, hasta el próximo capítulo, Adiosito!.