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𝟒. 𝐄𝐬𝐭𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐭𝐨 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐜𝐥𝐢𝐜𝐡𝐞́.

。☆✼★━━━━━━━━━━━━★✼☆。

Este contrato no es cliché.

Digan lo que digan, he visto y

leído lo suficiente para saber

que esta venganza saldrá como

lo deseo.


Además, HoSeok es una masita.

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Afortunadamente, su hermano tuvo la boda de ensueño que cualquier diva quisiera tener. No hubo entradas a destiempo, la música fluyó de manera que cambió el ambiente a uno mágico. El dinero puesto por su hermano y nuevo esposo hizo que el lugar, las decoraciones opulentas de cristalería, los pilares decorados con peonías blancas y muchos detalles en color champagne; las alfombras en tonalidades beige con patrones café en formas de diamantes extendiéndose a lo largo de la tela. Incluso lo común del mármol esmaltado le dio el toque de realeza que quiso KiHyun para su día especial.

La fiesta era increíble, HyungWon alababa el trabajo de su hermano por organizar la fiesta de manera magistral.

―Para estar pudriéndose en dinero, KiHyun se mostró muy tacaño con la planeación ―ChangKyun seguía comiendo del platillo principal en la cena, a lado de su novio.

―Bueno, él es un poco especial eso ―HyungWon sintió una sacudida al recordar las semanas que lo vio con las carpetas de la boda. Sí que se trasformó en un monstruo del orden que no dejaba a nadie acercarse o pedir consejo―. A KiHyun todo le sale bien.

Al decir esas palabras en voz alta sus amigos lo miraron extrañados. Se dio una bofetada mental por haber dejado otra vez palabras que podrían malinterpretarse. Aunque... cómo no enojarse un poco por lo que su hermano mayor hacía, siempre parece que fuera cagado en diamantes y oro.

Desde que era pequeño, todo lo que KiHyun se propusiera en hacer, lo lograba e incluso superaba las expectativas. Recordaba cuando en jardín de niños le pidieron hacer la típica macetita con una lata de frijoles por el día de las madres, su prodigioso hermano hizo una maldita torre de latas de cinco pisos para diferentes plantitas, todas decoradas con arcilla que parecían ser hechas de barro, algo que su madre le gustó. Y no contento con sólo eso, las pintó con sus manos y que parecía que Picasso resucitó para poder hacer esa maceta, ciego y con sólo colores primarios y pinceles de mala calidad. Cuando HyungWon hizo su propia maceta de lata, sólo consiguió cortarse con los filosos bordes en la boca de lata y desmayarse por ver un poco de sangre. Se quedó molesto el resto de día en la enfermería hasta que llegó su papá por él y terminó ayudándolo a hacer el regalo de su mamá.

Tampoco en sus años de pre-adolescente, cuando comenzó a mostrar un gran potencial en el área de las matemáticas y ciencias. HyungWon se consideraba un asco en la escuela, porque le costaba aprender por el sistema de Corea; lo consideraba un poco sádico y tuvo que ir a muchos cursos extras. Empezó a dejar de necesitarlos cuando a su propia manera aprobaba con calificaciones decentes, su hermano parecía que le importaba un kilómetro de mierda sus calificaciones o la escuela en sí y sus padres no estaban del todo preocupados. Nunca supo la razón hasta que en la semana final de exámenes y estando a punto de pasar a preparatoria, HyungWon estudió como loco por tres semanas sin poder dormir más de tres horas, visitó bibliotecas buscando ejercicios y leerse todas las enciclopedias para haber pasado por un pelito el mínimo que requería la prueba. A su regreso, sus padres estaban más molestos al recibir la llamada de un supervisor sobre el casi colapso por cansancio en medio de la prueba.

Entonces KiHyun llegó a la casa como siempre, despreocupado a pesar de haber trabajado en las noches en pasarelas que lo estaban llevando a una carrera exitosa y rendir un examen de tres horas antes de presentar su tesis al día siguiente. Ese día que estaban hablando antes de dormir, KiHyun se veía muy despreocupado sobre sus exámenes. Así que reunió mucho valor para preguntarle por qué no se tomaba en serio su educación, su hermano rodó los ojos y le mostró sus calificaciones.

¡EL HIJO DE SU SACRO SANTA MADRE LLEVABA PURO 10!

Ni un ocho o un nueve punto nueve. No, Chae KiHyun, desde pequeño nunca ha visto esas calificaciones. Era un maldito genio escondido y en su carrera, era el mejor promedio, estuvo en muchos congresos y hasta sus maestros le ofrecían recomendaciones en grandes compañías para que fuera jefe. Al final, KiHyun decidió estar en los espectaculares y terminó siendo una estrella de igual manera.

Como cereza en el pastel, KiHyun tuvo la fortuna, después de muchos sapos, de tener a un millonario como esposo, un penthouse en las zonas más caras de Corea, contratos por años en pasarelas, su propia marca de ropa y si quiere, se puede retirar de las pasarelas y dedicarse a un trabajo en la bolsa de valores en donde quiera. Para su hermano, su propio obstáculo es él.

Y HyungWon... Él estaba sano.

Después de esa impresión y de haber comprobado que se estresaba de más estudiando por calificaciones que no tendrían importancia, mucho más que costarle cartas de recomendaciones a universidades. De vez en cuando se torturaba de la envidia que sentía por no tener la suerte de su hermano en la vida y luego piensa que siendo él, no podría con tanto estrés. Todo, en cierta manera rindió frutos: Sus calificaciones subieron lo que pretendía, no era el primero de su generación porque odiaba la atención que eso conllevaba, pero pudo entrar a su universidad deseada en Berlín; además, pelear por las calificaciones con su hermano no valdría la pena, a menos que apostaran algo.

Aunque tenía un poco de resentimiento de la perfecta vida de KiHyun, como en ese segundo en la boda.

― ¿Y cómo vas con tu plan malévolo de venganza? ―JooHeon fue el que se atrevió a interceptar la conversación después de que HyungWon se quedara en silencio por mucho tiempo.

―Todavía estoy trabajando en convencer al mamado ―echó una mirada a la mesa del otro lado de la pista de baile.

El hombre de musculatura evidente, estaba hablando con Lisa y BaekHyun. Sonreía de manera cautivadora que de no conocer a la perfección a esos dos, diría que los ha enamorado. Y lo admitía, su sonrisa era algo que te contagiaba y causaba estragos en su estómago; incluso él mismo se sentía un poco nervioso estando cerca de tan increíble hombre. No lo conocía, pero esa carita no podría dañar ni a una mosca.

―Seguro es piscis ―dijo HyungWon regresando a su comida justo cuando WonHo volteó a su mesa―. Nunca creí que hablar con un hombre me pondría tan nervioso.

―Eso no es muy capricornio de tu parte ―se burló ChangKyun, el chico gordito le pateó la espinilla discretamente por debajo de la mesa.

― ¿Y por qué no le preguntas ahora? ―JooHeon otra vez fungió como bandera de paz entre los dos amigos cuando vio que muy pronto se patearían por debajo de la mesa.

―Supongo que no pierdo nada ―rio un poco nervioso y se bebió lo que quedaba de su vaso de champagne.

―A parte de la dignidad, nada ―ChangKyun soltó, pero su novio fue quien le dio un zape en la parte trasera de la cabeza―. ¿Y por qué la agresión?

―Te la merecías...

Dejó de escucharlos pelear, ya que se levantó de su asiento con un poco de duda en su rostro hacia el hombre que podría ser su jugada maestra en su plan malévolo en el derrocamiento de los cisnes plásticos. Estuvo a punto de arrepentirse, pero su dignidad y orgullo lo empujaron hacia esa dirección... hasta que KiHyun llegó a interceptar su camino.

―Es hora de tu discurso ―no fue una pregunta, KiHyun lo tomó del brazo y lo estaba conduciendo al estrado donde se encontraba un micrófono.

―No mames, KiHyun ¿me veo como alguien que trajo un discurso? ―por un momento quería fingir un desmayo para evitar una posible humillación pública, más la mirada de advertencia de su hermano por asesinarlo si cometía un error era clara: iba a subir sin importar qué―. ¿A dónde fue tu parte controladora?

―HyunWoo quería este regalo, discursos improvisados por personas que amamos ―se notaba por su tono de voz que no estaba del todo de acuerdo en esa decisión, pero en su día especial haría excepciones―. Me lo vas a agradecer.

Mientras caminaban, HyungWon vio a su cuñado, dirigirse a la mesa donde estaba HoSeok. Entre risas ambos hombres de igual manera se dirigían al escenario.

―Que te den KiHyun ―maldijo el hermano menor de los Chae.

―Hoy en la noche como cajón que no cierra, seguro ―su hermano le devolvió el insulto, con esa sonrisita burlona típica de los Chae.

―Espero que te de tan fuerte que no vuelvas a caminar hasta el año que entra ―se lamentó subiendo al escenario junto a sus padres y los de HyunWoo

―Un parajito me dijo que es un romántico, así que conquístalo.

Mientras todos se iban hacia sus asientos, HoSeok llegó a su lado. En un principio no se hablaron, pues ambos se veían un poco incómodos en la posición que fueron llevados para el discurso. Además, estaba ese HyungWon tímido que aún existía en su interior lo que no lo ayudaba mucho a dirigirle la palabra. Y fue HoSeok quien tomó la iniciativa al verlo muy nervioso.

―Algo loco ¿no crees? ―su pregunta dejó un poco fuera de lugar a HyungWon que lo miró como si estuviera demente y hablara con la nada―. El discurso y todo eso.

―Oh... ejem... bueno HyunWoo siempre ha sido más espontáneo que el tiburón controlador de mi hermano ―dijo, mientras lo miró a los ojos.

Se sintió más cómodo al entablar palabras con el pelinegro, sus ojos transmitían una seguridad que nunca había sentido más allá de su familia o su mejor amigo. Con su respuesta logró hacer reír a HoSeok, dándose cuenta de que era adorable cuando lo hacía.

―Jamás entenderé por qué le dicen tiburón a KiHyun.

―Eso es porque se hizo popular en TikTok bailando la canción de Baby Shark junto a Tom Hiddleston en el show más famoso de noticias americanas hace un par de años.

― ¿Enserio? Pensaba que habría una historia familiar más chistosa que un momento de TikTok.

― ¿Qué tienen de especial esas historias? ―preguntó un poco divertido―. Todo el mundo ama el ridículo cometido en internet.

―Bueno, tienes razón, no le digas a HyunWoo que me burlo un poco de su ahora esposo ―en eso las personas comenzaban a callarse y la feliz pareja estaba por hablar.

―Mis labios están sellados ―hizo un ademán de sus dedos sobre su boca simulando un cierre en su boca y tiró la llave imaginaria a la nada. HoSeok volvió a reír por la divertida y poco común personalidad del chico gordito―. ¿Algún consejo para el discurso?

―Supongo que di cosas que harían felices a ambos.

―Hablar de KiHyun por horas y sobre la importancia de diferenciar Gucci y Channel sin ver sus logos en alguno de sus artículos.

Ambos volvieron a reír antes de que los novios tomaran la palabra.

―Bueno, ya estamos a casi la mitad de la noche y no vamos en la tercera botella de vino, por lo que diré que la fiesta es un completo éxito ―los invitados compartieron unos segundos de risa por el chiste del modelo más famoso de Corea del Sur―. Ahora que todos seguimos un poco sobrios, me gustaría que nuestros familiares y personas muy allegadas a nosotros nos dedicaran unas palabras.

Como se esperaba, los padres de KiHyun dieron un discurso sobre los difícil que fue para ambos comenzar a lidiar con un hijo bastante extravagante y gay, pero que les permitió unirse como familia fue tener a su segundo hijo que los hizo despertar su lado más fraternal y terminó por unirlos, además de que su madre estaba muy conmovida de que su tan inestable primogénito por fin tuviera alguien a quien jurarle amor eterno justo como ella lo hacía con su esposo. Incluso tuvieron tiempo para revelar un poco de la infancia un poco vergonzosa de su hermano cuando ambos padres sintieron la nostalgia de ver a su hijo mayor casado antes de los treinta. HyungWon llegó a llorar un poco con su padre soltando lágrimas por recordar a su KiHyun en jardín de niños prometiendo que no se casaría con nadie y se dedicaría a ser un jefe malvado que explotaría a todos para tener montañas de oro bajo sus pies.

Cuando los padres de HyunWoo dedicaron su discurso sobre el cambio de su hijo de un tímido chiquillo con sobrepeso a un increíble hombre de negocios y lo difícil que le costaba relacionarse con cualquier otra cosa que no fuera su trabajo, agradecían enormemente la llegada de KiHyun a la vida del hombre. Justo a ese momento, fue que HyungWon quería que los padres se dedicaran a hablar miles de anécdotas sobre HyunWoo, para así evitar su turno al hablar, pero ellos parecían que estaban por terminar.

Por unos segundos pensó que colapsaría en un ataque de pánico, entonces las palabras de HoSeok llegaron a sus oídos.

―Lo harás bien, sólo di cosas lindas de tu hermano y bromea un poco.

― ¿Y si lo hecho a perder?

―No lo harás, ten un poco de fe en ti.

No pudo decirle otra cosa hasta que escuchó su nombre de parte de KiHyun lo hizo temblar en su lugar. Las miradas de todos en el lugar sólo agravaron su nerviosismo, pero el honor de su hermano dependía de esos minutos, así que se tragó su miedo y tomó el micrófono de la mano de la madre de HyunWoo. Al subir solo, con las miradas de todas puestas sobre él, le llenaron de un terror que nunca había sentido en sus dulces diecinueve años de vida y eso que es un miedoso de primera, que no aguanta ni Scary Movie a pesar de las toneladas de memes creados a partir de ella.

El pánico escénico tampoco era algo a lo que nunca se había enfrentado, porque al ser de los que destacaban en la escuela ya en sus últimos dos años, ha sido un maestro al exponer, daba discursos cuando le daba gana y hasta participó en concursos de matemáticas porque fue una amenaza de su asesor académico para tener un extra en su currículum para la academia alemana. HyungWon nunca le tuvo miedo a decir lo que le viniera en gana o a los comentarios debido a esto, por eso tenía tanta confianza en hablar sobre lo que sea.

La boda era algo completamente diferente, en ese salón estaban muchas personas queridas para él, que lo han visto crecer a lo largo de los años. Varias de ellas han escuchado sus inseguridades que muy pocos saben, sus padres, su hermano, el círculo de modelos que no odia, su mejor amigo.

Volteó a ver a su hermano.

KiHyun no estaba alterado por el repentino silencio de HyungWon, ni molesto. Estaba tranquilo y sonriendo, con sus labios deletreó un «Adelante» y HyungWon respiró hondo antes de abrir la boca.

Lo admitía, le gustaba mucho el regalo de sus padres y KiHyun por su graduación.

En celebración por su admisión en una prestigiosa universidad alemana, su hermano y sus padres se pusieron de acuerdo para regalarle ese viaje por las estaciones de trenes de Milán y Berlín, todo en compañía de sus únicos amigos, pasarían por una ruta muy famosa de montañas bosques y provincias europeas. HeeChul también su unió al viaje porque iba a vacaciones en Suiza y le quedaba de paso, aprovecharía también para pasar por un vino alemán que ha estado buscando desde hace un par de años.

Estando sentado en al asiento mientras esperaba a ChangKyun saliera del baño; le gustaba el ambiente refinado de la estación de trenes en Milán. No era un lujo tan exuberante como en los sueños de cualquier millonario, pero le gustaba mucho su arquitectura simétrica en la central que formaba un arco sobre su cabeza y podía ver el cielo con nubes a través de los cristales. No era tan fan de las multitudes, pero no tendría que preocuparse por mucho tiempo.

HeeChul lo esperaba en el bar mientras le lanzaba ojitos a una camarera con voz gruesa con una probabilidad muy alta de ser Suiza. Siempre le gustaron las personas altas y quien puede culparlo por ese gusto tan refinado.

Mandó un último sticker de gatito feliz a KiHyun para decirle lo mucho que lo ama por el viaje, aunque después le lluevan mensajes con la palabra Capricornio convenenciero. Bloqueó su celular y se acercó hasta el mayor justo cuando la chica lo rechazó amablemente, pero le dejó su número en su servilleta.

―Creo que yo dejaré de ser virgen antes de que tú si quiera tengas pareja que dure un año ―bromeó el castaño y buscó en su cartera que su pasaporte y permisos estuvieran en orden antes de pasar al control de la estación―. ¿Al menos no es falso?

―No, absolutamente no ―ya estaba marcando y la chica de inmediato contestó a otro lado de la barra confirmando que no había sido timado―. Yo siempre tengo lo que quiero.

―Sin duda alguna ―eso último lo dijo más como un reclamo, para él mismo.

Después del discurso que puso a llorar a su hermano y a su mismísima madre, entró en un estado de shock del que casi no recuerda nada de lo qué pasó. Así no pudo tener un tiempo a solas con el modelo amigo de HyunWoo, sus planes de venganza se veían cada vez menos reales, no podría saborear el dulce néctar de la desesperación de Jackson pidiendo de rodillas su perdón al pie del trono dorado del estanque... Ahorcaría a alguien, pero no quería ir a la cárcel por un crimen de odio a una persona que ni conocía.

ChangKyun ya venía en su dirección con bolso de viaje una maleta grande morada metálica, a su lado iba su novio con un par de bolsas extras con lo que parecía una marca cara de dulces.

― ¿En serio dejaste que el tacaño número uno de este lugar te engatusara para comprarle chocolates fancy? ―increpó HyungWon hacia JooHeon, los cuatro caminaron por la central hasta encontrar el pasillo de lujo solo para millonarios y celebridades y ahorrarse la fila a su lado.

―No puedo evitarlo, mi Channie me lo rogó con sus ojitos de perrito bebé ―el pelinegro hizo un puchero con sus labios e hizo más aguda su voz.

Al pasar por la puerta de metal exterior y doblar pasaron por el bar y comedor principal con cristalería inspirada en las grandes casas reales griegas modernas, además de que en las paredes que carecían de ventanas con pinturas en óleo o mesitas de madera negra con adornos florales de lavanda, margaritas, girasoles o tulipanes de variados colores. El personal del tren ya los esperaba con bandejas de plata y copas llenas de champagne o vino para entregar a los pasajeros que eran aptos para tomar eso, o si tenían mucho dinero, podían dejarles una generosa propina y les ofrecerían más con gusto.

―Son cosas de novios que el señorito venganza no entiende aún ―su mejor amigo rio por la clara señal de provocación y le gruñó.

―Agh, lo olvidé, si quiero que esto funcione tengo que fingir bien ser novio de WonHo ―HyungWon soltó un lamento y tomo una copa de vino de uno de los meseros y le dejó unos billetes con muchos ceros en su bandeja, HeeChul se quedó en la barra para empezar a beber antes de comer y aprovechar para tener una conversación con el bartender en turno.

―Aún no acepta ―le recordó JooHeon y el único que al parecer pensaba que el diálogo era mejor que una absurda venganza que saldría mal.

Los tres llegaron hasta el vagón completo que les reservaron. La estancia era opulenta y extravagante, con candelabros de cristal pequeños en las cuatro esquinas y uno un poco más grande con gotitas de cristalería colorida. Los muebles e incluso los marcos del vagón eran de acero negro, alfombras persas con hilos y bordados de plata con oro. El compartimento bien podría pasar por un pequeño departamento al contar con una mini salita con vasos de vino, estos mismos vasos disponían de bordes de cuarzo y bases de plata con grabados de flores; las tres habitaciones con un baño privado para todos y un ¡Puñetero closet con espejos! Le daría un beso enorme a su hermano, si no fuera porque no le gusta el contacto social.

―No pienso dejar impune la villanía de este cisne presuntuoso ―terminó la mitad de la copa de un solo sorbo seco, sintió el sabor dulce del vino, pero el alcohol le provocó una mueca chistosa.

― ¿Y cómo piensas hacerlo, genio? ―ChangKyun gritó desde su habitación y seguramente se estaba cambiando de ropa para sentirse aún más primer mundista con un abrigo de piel, falsa porque él era amante de los animales―. No tienes ni su número y no creo que quieras empezar a stalkearlo en redes, y con la descripción que tienes y tus fotos, te bloqueará seguro.

― ¡No lo sé, ya deja de estar molestando!

La puerta de su vagón se abrió de un portazo, HeeChul estaba rojo hasta parecer que sus venas iban a reventar en su cara. Llegó primero a JooHeon y lo sacudió muchas veces, luego hacia ChangKyun que al escuchar el ajetreo salió para ver si estaban bien, chillaba cosas sin sentido y al alcanzar a HyungWon lo sacudió aún más, dando brinquitos.

― ¡Deja de tratarme como una maldita maraca! ―gritó el chico gordito y el adulto obedeció―. Ahora dime ¿qué chingados te pasa para tratarme como si fueras a batir una malteada?

― ¡El bombonazo!

― ¿El barista con nalgas de dios griego accedió a coger contigo?

― ¿Qué? Bueno fuera, pero ¡no! ―HyungWon frunció el ceño sin entenderlo en lo más mínimo―. Agh, ven acá.

No les prestó atención a las quejas de HyungWon ni sus miles de maldiciones que los padres más conservadores se infartarían al escuchar lo que salía de su boca, el escándalo siguió hasta llegar al comedor principal y vio a HoSeok sentado en el bar hablando con dos mujeres y dos hombres encantadores que claramente le estaban coqueteando. HeeChul y él hicieron tanto ajetreo y sus maldiciones molestaron a varios de los comensales de alta cuna en el vagón del bar, que HyungWon quiso morirse de la pena ahí mismo por la atención de los demás.

― ¡Maldita sea! ―alzó los brazos―. No pudiste haberme dicho en palabras, ¿en lugar de gritar como una gallina?

― ¿HyungWon? ―la voz de HoSeok lo hizo encogerse en su lugar, al girarse se dio cuenta de que incluso en fachas, se veía guapo, la camisa con cuadros azul y negra atada a sus caderas le acentuaban la delgada cintura y resaltaba aún más su torso fuerte cubierto por una camiseta negra de cuello circular, sus pantalones ajustados eran la perdición de cualquier y ahora entendía mejor que nadie el efecto magnético que tanto le habían dicho―. Dios, creí que había imaginado cosas, en serio eres tú.

Esa parte egocéntrica que adoraba los elogios, lo hizo sentirse aún más poderoso ante flacuchos y probablemente falsos chicos que se reunieron alrededor del modelo como buitres a la carroña. Sonrió en victoria de tener su atención y fingió muy bien para HoSeok, así que le sonrió, y en parte era sincero porque estaba feliz de haber tenido la coincidencia más perfecta del mundo en su favor. Verlo no sólo porque podría ser la clave para su plan de venganza, sabía que eran hermanos de fandom.

―Hola, perdón por todo el escándalo, es que HeeChul vio a un mesero nalgón que quería presentarnos y terminamos así ―mintió, HoSeok asintió y buscó entre el personal a alguien con esas características―. Pero olvidemos eso, es realmente una coincidencia encontrarte aquí.

―Por favor, acompáñenme a comer para poder hablar ―HoSeok señaló a una de las mesas en la parte alejada y privada del restaurante.

―Oh, sería un... ―JooHeon empezó a hablar, pero su novio discretamente le pellizcó en las costillas para que se callara.

―Por favor, vayan ustedes, nosotros iremos a coger un rato ―interrumpió ChangKyun tomando del codo a su novio y apremiarlo, HoSeok asintió y levantando los pulgares en su propia manera de desearles suerte y el único que quedaba era HeeChul.

―Oh queridos, tengo migraña y creo que iré a pasear por ahí, pero ustedes disfruten el almuerzo por mí ―hizo unas señas que HyungWon deseaba que fueran menos dramáticas.

―Supongo que seremos sólo tú y yo ―HoSeok rio, HyungWon pudo jurar que su risa era tan linda que casi se sentía mal por usarlo como su venganza―. A menos que me dejes solo por algún estreno importante de anime o serie.

―No, eso es grosero ―su tono refinado los hizo reír―. En realidad, una buena taza de café me ayudaría a olvidarme del sabor del vino.

― ¿Te parece también una pasta?

―Sí, por favor.

Así y con la atenta mirada de los cuatro lame botas que se le arremolinaron al principio, eran dejados de lado por él. No les mostró la más mínima atención al pasar por su lado, no merecían su tiempo o palabras, pues estaba otra vez en presencia de los infames cisnes plásticos y él era experto en hacerlos enfadar dándoles indiferencia. Su comida con HoSeok fue algo que de verdad disfrutó, ya que su sentido del humor era bastante simple y contagioso, porque muchos de sus chistes eran sacados de memes sobre sus cosas favoritas y HyungWon de verdad se sentía bien a su lado.

Cuando alcanzaron la tarde en el restaurante y disfrutaban de un postre, el chico se dio cuenta de que no podría usar a HoSeok de manera descarada. Era un hombre bastante bueno y comprensivo, seguro entendería sus razones.

―HoSeok ¿te gustaría ser mi novio falso?

El hombre estaba tomando un poco de café y se detuvo repentinamente al escucharlo.

―Diablos, no quería que sonara de esta forma...

―HyungWon ¿no estarás tratando de dar celos a alguien verdad?

― ¡JA! ¡Ya quisiera que ese pedazo de plástico sintiera celos! ―se rio tan fuerte que otros comensales lo miraron de mala gana―. No, lo que quiero es que se retuerza de la rabia al ver que perdió todo esto ―se señaló completo.

―Técnicamente es dar celos ―alargó mucho la «e» y se rio al verlo un poco molesto―. Lo siento, pero ¿por qué no me cuentas toda la historia?

―Por dónde empezar, mesero ―uno de ellos pasó a su lado y los escuchó―. Traiga una ronda de su mejor vino, necesito alcohol para soportar esto.

―En seguida señor.

HyungWon no tuvo filtro o suavizó las cosas, le contó su situación actual: desde su problema para entablar relaciones con personas que no conozca, su falta de empatía por gran parte de la humanidad, sus años de relación con Jackson y su ruptura. HoSeok se quedó en silencio analizando todo lo que decía y al final asintió.

―Comprendo tu enojo ―buscó su celular y después de unos minutos dejando a HyungWon confundido y ansioso, le enseñó una foto en particular: él a los quince años con sobrepeso―. Yo también sufrí mucho estando así.

―Vaya, no estabas tan mal, te veías feliz ―el chico se dio una bofetada mental―. No es que no te luces así, pero en la foto parece que brillas más.

―Fue antes de que recibiera mi primer rechazo por ser gordito ―se encogió de hombros, después de tantos años ya no importaba mucho―. Después de estar deprimido una temporada, me di cuenta de que no necesitaba la opinión de personas superficiales.

― ¿Entonces cómo terminaste siendo mamado?

―Por vanidad y porque amo hacer deporte, convertirme en modelo ya fue después ―volvió a encogerse de hombros―. Además, tienes que admitir que soy más hermoso siendo un dios griego.

―Un piscis con mucho amor propio, eso es nuevo ―bromeó, HoSeok lo imitó.

HoSeok se tomó el tiempo para mirarlo mientras HyungWon sonreía con ligereza, era muy lindo a su vista, con hoyuelos tímidos en sus comisuras. Sus ojos grandes y cafés casi le aniñaban el rostro, de no ser por su peculiar forma de hablar, además de que cuando lo conoció por primera vez sintió esa especie de química que tendría con un buen amigo. Trataría de apoyarlo porque HyungWon realmente le caía bien, no era mucho lo que pedía, otra persona más cuerda sólo lloraría sin control hasta no querer salir de su estado depresivo. Una más zafada de la cabeza estaría planeando meticulosamente el asesinato del culpable de sus desgracias, HyungWon sólo quería aplicar el ojo por ojo en la misma medida en la que le hicieron daño y HoSeok estaba de acuerdo.

―Acepto.








Bueno, más vale tarde que nunca jsjsjsjsjsjs

Hola patitos lindos...

Sip, les diré patitos a partir de ahora en esta novela, ni modo.

Primero que nada... ¿ya comieron? Espero que sí, 

Sólo quería agradecerles la espera tan larga, pero quería decirles que espero que amen estos dos capítulos porque iniciamos este maratón con el patito vengador favorito de todos, que se viene lo bueno.

Esperen el siguiente capítulo mañana, porque se viene la mega maratón. Si algunos no le llegó notificaciones, le aviso también por aquí que actualicé la guía omegaverse y en mi libro de recomendaciones las 60 cosas sobre mí, gracias a los que me hicieron caso y compartimos cosas en común allá.

Ahora sí, nos vemos mañana.

With Love:

―𝕬𝖗𝖎


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