𝟑. 𝐀 𝐯𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐬𝐨𝐧 𝐝𝐞𝐦𝐚𝐬𝐢𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐢𝐯𝐚𝐬.
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A veces todos son demasiado
divas.
Parece que si dices la palabra Gucci mal
todos aquí te quieren linchar.
Claro, hablar con modelos
sería cosa fácil.
KiHyun, maldito bastardo,
me mintió.
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Bajó rápidamente las escaleras blancas tarareando una canción por lo que parece feliz, no sabía de cuál de los miles de canciones pop que ha escuchado, pertenecía la tonada, pero trataba de buscarle su propia letra en la que intentaba relatar su cruel y majestuosa venganza en contra del cisne plástico y tacaño llamado Jackson Wang. Otro par de patitas mucho más cortas le seguía el paso al humano, sacando graciosamente su lengüita y dio un enorme salto desde el tercer escalón y rodó por el suelo al tropezarse con sus patitas. HyungWon vio con ternura que su perro no le preocupaba hacer tremenda hazaña y sonrió enternecido.
Si tuviera un gran amor en la vida, serían los perritos tan esponjosos como William, si no fuera por la existencia del anime, claro está.
Llegó hasta la mesa donde su hermano con amabilidad terminaba de cocinar. A diferencia de la acogedora casa de su madre, KiHyun no se dio el límite al crear su propio hogar. El lugar estaba diseñado de la forma en que hasta las Kardashians envidiarían su buen gusto. Los pisos de mármol travertino estaban tan bien pulidos que cierta parte de tu reflejo podía ser vislumbrado. Los muebles eran importados de quien sabe dónde, seguramente italianos por las iniciales de su creador, las decoraciones venían de cualquier viaje excéntrico que ha realizado en su corta vida de modelaje, los cuadros también. Su casa era un lujo que los simples mortales no merecían ver y era sólo para KiHyun y HyunWoo.
HyunWoo apareció detrás de una puerta oscura corrediza donde estaba su oficina y cerca de la cocina.
KiHyun le dijo que era porque tanto trabajo de daba mucha hambre y sólo salía de su estudio por algo que pueda comer del refrigerador. HyungWon de verdad que lo entendía, a veces el hacer tu deber hace que gastes energía y necesites salir por algo de comer, claro que ha recibido quejas de KiHyun que las series o películas no eran lo mismo que dirigir un imperio de moda.
― ¿Tienes todo para irnos a Berlín? ―preguntó HyunWoo hacia HyungWon que se metía un gran pedazo de hot-cake a la boca bañando de una gran cantidad de miel chispitas de color azul y una monumental montaña de crema batida.
―Shugun gyo ssgji ―balbuceó.
―Habla después de comer, animal ―se lamentó KiHyun molesto por los modales de su hermano menor―. Parece que no has comido por semanas.
―Perdón ―dijo apenado por el regaño y la mirada divertida de HyunWoo al acercarse hasta su futuro esposo y darle un besito tierno en la mejilla, lo que puso a KiHyun de un buen humor en segundos.
A veces de verdad envidiaba a KiHyun al punto de haber deseado que ese día en que se conocieron se hubiera tropezado, golpeado la cabeza e ir al hospital en lugar de las vacaciones de invierno, todo sería diferente. Según HyungWon, o así se lo repetía su diablillo cada vez que los veía siendo felices en sus narices. Ciertamente no era el tipo ideal de nadie, pero desde que HyungWon conoció a HyunWoo claro que él estuvo a sus pies, hasta se hizo amigo en cuestión de segundos estando en las nevadas montañas de Suiza, tenían buena química porque parecían un par de cotorros durante ¡horas!
Y tenía que llegar el momento de la cena en la que todo pareció una comedia romántica barata.
Hasta recordaba que los músicos tocaban una melodía jocosa y romántica en el preciso instante en el que KiHyun miró a los ojos a HyunWoo. Casi parecen haberse olvidado de los presentes a su alrededor y sólo tuvieran ojos para ellos. El resto fue casi sucediendo como si fuera magia. Comenzaron a salir cada vez más frecuentemente a pesar de haberse enterado que trabajarían juntos en la misma compañía.
Su hermano mayor no le importaba la opinión de los demás y siguió adelante con su relación hasta el punto que estaba por casarse en menos de unas dos semanas con su jefe.
Pero la parte buena, no la sarcástica o precavida, de verdad HyungWon tenía su corazoncito; él estaba feliz por KiHyun. Su hermano siempre salía con patanes u oportunistas. Lo follaban y lo dejaban, así que un hogar, trabajo estable y un futuro es lo que HyunWoo le ofrecía, su cuento de hadas vuelto realidad mientras se abría paso por el mundo de la moda y formarse un imperio una vez que se haya aburrido de los reflectores.
Y él tenía que resolver su propio de cuento de hadas. ¿Cómo llamaría a su propia serie en la que destronaba al cisne tacaño y superficial?
―Creo que lo llamaría la Temporada del Cisne Plástico ―murmuró, no muy seguro de haberlo pensado o dicho en voz alta, hasta que KiHyun y HyunWoo lo miraron, rompiendo su burbuja de mimos matutinos aptos para todo público.
― ¿Todavía sigues pensando en Jackson? ―se aventuró el más alto de los tres.
―En cómo humillarlo, precisamente ―tomó un largo trago de su malteada de chocolate.
―Sabes HyungWon ―el tono precavido de su hermano mayor lo alertó a dejar de beber antes de cometer alguna imprudencia escupiendo su malteada―. Creo que papá y HyunWoo tienen razón.
―No lo creo ―se rio de la expresión de KiHyun―. A ti ya te lavaron el cerebro ¿vas dejar que un par de nalgas de controlen?
― ¡Oye! ―dijeron la pareja al mismo tiempo.
―No metas a las nalgas de dios griego de mi futuro esposo en esto ―le apuntó con el dedo índice.
― ¿Te ofendes por mi trasero en lugar de con tu hermano con instintos homicidas?
―Tu sh... yo me encargo. Lo que queremos decirte es que tal vez Jackson entienda si hablas con él y terminan bien.
―Y ahora te has vuelto loco ―rodó los ojos―. Ese hijo de perra merece que le dé una lección al estilo de las películas americanas.
―HyungWon, eso es pura ficción y si intentas algo de eso aquí en la realidad, o sufres una humillación pública que puede ser tema para millares de videos en YouTube o irías a la cárcel y te harán tu propio documental de Netflix.
―La segunda opción no suena tan mal ―se encogió de hombros e hizo un gesto con las manos como si leyera una cartelera de Broadway―. El patito feo que mató al Cisne, suena chingón.
―Ay si serás pendejo ―se golpeó la frente con la palma―. No quiero tener a un criminal de pariente.
―Nadie sabrá de mi obra maestra hasta que esté viejo y rico sin que nadie pueda tocarme, seré como el padrino.
―Tu madre lo dejó ver muchas series ―le susurró a KiHyun, quien no pudo estar más de acuerdo con su esposo―. No haremos eso con nuestro hijo.
―A la verga... apenas nos vamos a casar ¿y ya quieres hijos?
―No... ―el más bajito enarcó una ceja―. Tal vez... ¿no estabas regañando a HyungWon?
―Okay, ya tuve suficiente, tú ―señaló a su hermano menor―. Vete a bañar y súbete al auto en veinte minutos, pero ¡Ya! ―le apresuró aplaudiendo y HyungWon fue sensato para obedecerlo y salir corriendo―. ¡Y tú! ―señaló a HyunWoo, quien alzó los brazos en señal de rendición―. Luego hablaremos sobre niños.
El buscador de google le ayudaba mucho a buscar millares de insultos más para poder maldecir al buen corazón de su padre y futuro hermano-por-ley, por haber vuelto en su contra a la única persona, además de su sacro santa madre, que lo apoyaba en sus malévolos planes. Ahora, parece que los ángeles más puros del mundo han bajado a la tierra y drogarlo con buenina en la versión crack y cruda traída de los matorrales del Cielo.
Ahora, se dirigían al centro de la ciudad, a la sección donde todos los de su generación solían reunirse para poder pasar un rato de ocio. Él y ChangKyun lo llamaban el Estanque de los Cisnes Plásticos. Era una plaza reconocida por su diseño vanguardista en forma esférica, ni qué decir de los increíbles jardines colgantes desde el techo enredándose en las columnas más fuertes del edificio. El lugar estaba a rebosar de tiendas realmente costosas de cadenas populares, también las marcas de comida rápida y hasta sitios recreativos, en los que sabía que estaría Jackson y sus achichincles.
Se cruzó de brazos resaltando su barriguita un tanto voluptuosa y haciendo un mohín con sus labios cuando aparcaron en el estacionamiento subterráneo del edificio. Miró mal a KiHyun.
―Odio que tangas un esposo de corazón noble ―gruñó cuando abrió la puerta del auto.
―Futuro esposo, todavía no me caso ―le recordó―. Segundo, hacer corajes y tener rencor te hace un cutis de la chingada.
―Ahora sí suenas como tú.
Con eso último, se puso a pensar de verdad. Tal vez estaba exagerando sobre tomar venganza contra Jackson, han pasado cerca ya de dos meses sin haberse visto. Tiempo en el que sólo ha estado obsesionado con derrotarlo, como si fuera el enemigo mortal que el héroe de una ficción debe derrocar para traer la paz a su mundo. Viéndolo desde ese panorama, sí sonaba como alguien psicópata y con tendencia a la imaginación hiperactiva. Su parte razonable por fin salió de la mugrienta prisión de donde sus demás vocecitas lo habían encerrado, por ridículo. Ahora sólo escuchaba sermones al estilo de películas baratas en las que todo se resuelve por el poder más grande del mundo: un guionista nefasto y lógico que su cerebro creó.
―Tienen razón, sí sueno ridículo ―se rindió, se puso la capucha de su sudadera extra grande que ocultaba un poco su grasita de sobra―. ¿Qué se supone que diga? ¿Lo siento?
―Sería un gran inicio, además, él fue amable contigo en esos tres años de relación ¿no? ―KiHyun se puso sus gafas negras, para que nadie lo reconociera al pasar cerca de una tienda que promocionaba su imagen. Estaba ahí por su hermano y que se acercaran a pedirle autógrafos no estaba entre sus prioridades.
―Sí, por supuesto, sólo quiero terminar con esto e irme a dormir ―hizo un puchero, encogiéndose más en su ropa.
― ¿Hay algo más en tu cabeza además de dormir? ―inquirió el mayor de los hermanos.
―Viejos sabrosos en 2D y en vida real, anime, perritos, libros y películas de monstruos o aliens...
―Ah pero que otaku. ¿Por qué mamá no pudo engendrar un niño normal? ―se lamentó, el aludido le lanzó un codazo―. Era broma, aish qué sensible.
― ¿De verdad hubieras querido tener un hermano...? ―la pregunta salió sin que HyungWon pudiera parase a pensar si era una buena idea o no formular la duda, pero es que su parte demasiado pesimista salió a la luz―. ¿Normal?
―Debes estar bromeando ―bufó el pelinegro, detuvo a su hermano por el brazo, obligándolo a estar frente a frente―. Mira, a pesar de que peleemos como un par de viejas verduleras en medio de una rebaja ―el menor se rio ante la comparación―. No hay nada que quiera cambiar de ti, eres adorable, así como eres.
―Ush... ―tembló ligeramente―. Escucharte decir cosas cursis de verdad que da miedo.
―Hijo de... ―con su mano le soltó un tremendo zape que resonó demasiado alto y dejó casi al borde de la inconciencia al menor de los hermanos Chae―. Me pongo romántico y te pones mamón. Avanza pequeño demonio.
En medio de risas ambos hermanos caminaron hasta un bar donde solía trabajar otro de los amigos de HyungWon: Lee MinHyuk. El local era demasiado conocido en su zona por ser un local rebosante de tonos pasteles, diseños entre minimalistas y modernos, muebles con figuras geométricas bastante agradables y sus platillos eran igual de coloridos, ni qué decir de las bebidas. Parecía que una manada de unicornios hubiera cagado en la cocina. HyungWon sabía que Jackson, y la gran mayoría de su preparatoria estarían ahí a estas horas.
¿Cómo lo sabía?
Facebook.
Antes de venir publicaron en el muro de su grupo en la escuela de una especie de fiesta hacia el capitán del equipo de Natación, traducción: del mejor amigo de Jackson, BamBam. No quería ir, tenía un mal presentimiento de que las cosas saldrían mal, más su hermano ha insistido en seguir adelante, ya que no regresaría a Seúl a menos que fueran vacaciones y como KiHyun era un chiflado creyente de las buenas vibras y todas esas mafufadas, prefería hacerle caso a escucharlo hablar en todo el vuelo sobre rituales de purificación con cuarzos.
Llegaron al local de dos pisos, encontrando a su amigo en el mostrador, atendiendo a los clientes. Sonrió tan abiertamente que parecía irradiar luz de su blanca dentadura. Sólo que, no se notaba del todo sincera, era más bien nerviosa.
― ¿HyungWon?
―Okay, ese tono no me gusta ―advirtió KiHyun, el más alto asintió.
― ¿Pasó algo Minnie?
―No te recomiendo que subas ―sabía que había hecho mal en decirlo, pero su mirada y lo bien que se conocían no haría que la curiosidad de su amigo se esfumara, por el contrario, aumentó.
El chico se alejó de su hermano y subió por las escaleras de caracol, donde sabía que estarían todos los de su generación. Al llegar se encontró con varios de los grupitos más populares a su derecha, festejando junto al chico moreno por su increíble beca a una de las escuelas de élite. Nadie le prestó atención, porque la mayoría de las chicas estaban embelesadas viendo al cuarteto: Jackson, BamBam, Mark y YuGyeom. Todos jefes de alguna pirámide social importante y que ahora eran alabados como si fueran celebridades por cualquier lambiscón presente en esa fiesta.
Se quedó quieto, escuchando de lo que tanto se reían y vio al final un monitor en el que habían hecho un edit de su ruptura con Jackson, haciéndola parecer como un video de risa y poniendo efectos de amateur en animación, resaltando a veces su ligero problema con el peso; hasta tuvieron el descaro de ponerle efectos de pedos cada vez que hablaba, lo mostraban como un ridículo sin gracia.
Lo que realmente le puso de mal humor, fue que comenzaran a aparecer sus amigos y su hermano mayor. Todos en sus mejores fotos, donde podían hacerse pasar por fuckboys o dioses griegos, con música bastante clásica que usaban en los noventas para resaltar una atmosfera sensual. Segundos después aparecen edits de él con efectos superpuestos y el letrero de "DUFF(1) MÁXIMO" en el fondo.
Su hermano y MinHyuk lo alcanzaron a los pocos segundos.
― ¿Cómo el dueño puede permitir eso? ―preguntó KiHyun, indignado por tal humillación a su propia sangre.
―Mientras haya dinero y el lugar esté intacto, no le importa lo que hagan aquí ―contestó, mirando todo con un asco hacia las personas que disfrutaban de reírse de alguien como HyungWon―. Lo lamento, Wonnie, no quería que subieras. No podía decir nada sin riesgo a perder mi trabajo y amo mucho este lugar.
― ¿Eso es todo lo que tienen? ―la sonrisa arrogante del menor de los Chae dejó desconcertados a ambos―. Me han insultado toda mi vida por mi peso no es nada nuevo. Lo que realmente me molesta es lo que hace Jackson con la presidenta del departamento de Deportes.
KiHyun y MinHyuk miraron hacia la dirección en la que les señaló con la cabeza. La imagen era la hipocresía pura.
Jackson estaba vestido como los chicos americanos con esos deslavados y poco modernos jeans rasgados a propósito, camisa blanca y la chamarra al estilo universitario en colores azul marino con algunos detalles en amarillo. Abrazando a la chica de un porte elegante, con un moño sencillo amarrado por una banda de tela, blusa con un escote discreto de estampado floral y una falda café claro con la altura para lucir sexy sin tirar a lo vulgar o recatado. Cabello pulcro, negro como la noche, un buen maquillaje natural que la hacían muy bonita. La perfección de una novia para alguien tan superficial como Jackson Wang.
HyungWon sabía que podría pasar que él comenzara a salir con otras personas, no le extrañaba que fueran chicas, teniendo en cuenta que podría caber la posibilidad de que él todavía estuviera interesado en ellas. Ese no era el problema, era precisamente la elección que escogió como reemplazo de su tan codiciada compañía.
Ella era EunYeong. La chica que destacaba en lo que fuera, inteligente, no tanto como HyungWon porque nunca lo derrotó en las calificaciones esos tres años juntos. Irritable al punto en el que era la que siempre buscaba el favoritismo y atención completa de los profesores, incluso conseguía participaciones extra haciendo favores a los profesores: la morra castrosa por excelencia de su generación. Habían estado gran parte de su escuela primaria y guardería juntos, así que conocía la actitud retorcida, complaciente y envidiosa.
¡Ella le robó su peluche de Pikachú cuando dormía la siesta y jamás la atraparon!
Ellos eran como el agua y el aceite. Jamás se han visto como amigos, si no como rivales a muerte, hasta el punto en el que ella quería casi todo lo que tenía HyungWon. No pudo con las calificaciones, ni con el novio... hasta ahora. Que disfrutaba de toda la atención de Wang, quien despreocupadamente disfrutaba del video que parecía no tener fin y sonreía en complicidad con EunYeong.
―No puedo creer que saliste con Cerdito ―dijo uno de los amigos de Jackson y del que no tenía ni el honor de ganarse un rincón en la memoria de HyungWon más que parásito.
―Yo tampoco ―respondió, pero palideció cuando al pasar la mirada por todos, se encontró con la fría de HyungWon.
Todos de inmediato se giraron y chillaron, uno de los cabezas huecas bromeó al decir que llamaría a la policía para que sacara al vagabundo del local. Para su desgracia, estaba cerca de HyungWon, quien tomó la mano del chico y le soltó una patada con la espinilla a los testículos, regocijándose en los lamentos del parásito número dos, miró con resolución hacia la nueva pareja.
― ¿Es enserio Jackson? Más cliché no puedes ser ―escupió cada palabra―. De todas las personas en este aburrido grupo, ¿salir con la perrita faldera? Hasta hubiera preferido una porrista o la más fresa de la escuela.
― ¿A quién le dices perrita faldera, gordo horrible? ―EunYeong se levantó de su asiento hecha una furia, pero la mirada mortífera de HyungWon la hizo pensarlo dos veces.
―Tus insultos suenan igual que los de guardería.
― ¿Y qué haces aquí, HyungWon? ―Jackson se levantó y escudó a la chica, quien lo miró con burla cuando el chico se mostró galante―. Creí que no éramos "dignos" de tu compañía.
―Venía para pedir disculpas, ser una persona civilizada ―se encogió de hombros, tomó una limonada de la mesa más próxima y la vació en el equipo visual, el cual sacó chispazos y un desmayo por parte de BamBam al perder a su preciada computadora cara―. Viendo esto, no hace falta saber lo que piensas de mí.
―Que eres un ridículo y un infantil: el DUFF de nuestra generación ―Jackson quiso tener un tono firme, pero en sus ojos se podía ver un poco de miedo, HyungWon se deleitó con eso, pero no era suficiente.
―Ya lo veremos.
Las personas que estaban a su alrededor se hicieron para atrás cuando HyungWon le hizo una broma haciéndoles creer que les haría algo ¿quién diría que le tenían miedo a alguien redondito como él?
Le hizo una seña con la mirada a su hermano, quien asintió, siguiéndolo enseguida. No dijeron nada en todo el camino hasta el auto. KiHyun todavía sentía que su estómago le daba vueltas al estómago al recordar el grado de desfachatez, burla y desagrado por HyungWon al que estaba sometido con todo ese grupo de personas. De verdad que no sabía cómo su hermano sobrevivió a todo eso sin tener serios problemas de depresión. Entendía que nadie quisiera hablar con él, por ser alguien difícil de tratar ¿pero organizar una humillación pública a sus espaldas de esa forma? No, KiHyun no permitirá que alguien le falte el respeto a su hermano de esa forma. Soltó un suspiro y miró a su hermano.
Se alegraba de ver ese fuego en sus ojos, tan vivo que parecían dos fogatas y clamaban por una sola cosa: venganza.
―Hazlo pagar ―HyungWon sonrió, feliz de tener el apoyo de su hermano de vuelta.
Los cinco modelos reunidos a su alrededor temblaron de emoción, otros suspiraron sorprendidos y unos más asintieron de acuerdo con el relato de HyungWon. Todos ellos eran amigos bastante cercanos de KiHyun, por consiguiente, él confiaba en ellos con su vida como lo haría su hermano mayor, eran buenas personas. Un poco excéntricas, pero buenas.
Kim HeeChul, quien fue una gran estrella en el mundo de los espectáculos por abandonar los estereotipos hacia un hombre al lucir prendas más femeninas y maquillaje, fue el mentor de KiHyun y un amigo frecuente en la casa con el pasar de los años y lo consideraba como el tío consentidor, siempre le traía dulces o pastelillos.
Los dos amigos más próximos Lalisa Monoban y Byun BaekHyun. Habían cursado toda la primaria, secundaria y preparatoria, Lisa después tuvo que trabajar cuando descubrió su amor por los reflectores, intentando por cualquier medio artístico hasta toparse con las agencias de modelaje. BaekHyun se unió a KiHyun a mitades de la secundaria, siendo un chiquillo reservado que debajo de todas esas sudaderas extra grandes, se ocultaba un verdadero pavorreal que esperaba a que las pasarelas le dieran la bienvenida. Los tres como mejores amigos fueron juntos a la audición, así como estuvieron presentes en la casa y eran tratados como amigos íntimos de la familia.
A HyungWon le caían muy bien, porque a pesar de que eran unas personas monumentalmente inalcanzables, tenían los pies bien fijos sobre la tierra... y le gustaba el chismecito que traían cuando estaban en la casa de sus padres.
Los últimos dos en unirse al culto de KiKi fueron los primos Kim SeokJin y HyunAh, entraron a la compañía de modelos hace un par de años, pero claramente se ganaron el favor de KiHyun primero como potenciales rivales, después se le derritió el corazón al ser los tres fans del Señor de los Anillos, punto que también se ganó la estima de HyungWon.
Mientras esperaban a que llegara HyunWoo a su segundo ensayo de boda, volvería tarde de una junta de emergencia concerniente a su amada empresa. De todas formas, el salón estaba realmente reservado para la feliz pareja toda la semana hasta la boda, así que el comité de padrinos y damas de honor, los organizadores de bodas, KiHyun, sus amigos y él estaban en el salón. Escuchando su gran tragedia griega.
―Enserio alabo tu forma de relatar el chismecito ―dijo Lisa con su latte bien cargado en una de sus manos y con sus ojos fijos en HyungWon, como si estuviera en frente del maratón del Hobbit por trigésima vez en el año.
―Parece que está contando una historia de venganza mortal al estilo de Liam Neeson ―asintió BaekHyun, su piel se erizó al rememorar las frases dignas de una película de acción en boca de ese adolescente masita―. Si no te conociera bien, diría que planeas matarlo.
―Siempre está esa opción ―HyungWon hizo un además de pensarlo seriamente.
― ¡No! ―gritaron casi todos al unísono, menos HeeChul, todos lo miraron entre extrañados, alarmados e incrédulos.
― ¿Qué? El chiquillo le hizo una humillación pública, ¡Dos veces! ―indicó con los dedos de su mano enjoyados por anillos de oro y diamantes exclusivos de Bulagri.
― ¿Pero matarlo? ―intervino HyunAh―. ¿Qué tiene de divertido la muerte?
―Es mejor una venganza que puedas ver en primer plano ―completar SeokJin, accediendo a la idea de su prima.
―Dejarlo que se cocine en sus jugos ―dijo Lisa, frotándose las manos cual genio malvado, sólo le faltaba la risita burlona al estilo de villano de los 80's.
― ¿Jugos? Ni que fuera una chuleta ―repuso BaekHyun, el estómago de varios rugió ante la mención de la carne bendecida por los dioses.
―Hablando de jugos ¿alguien sabe si el servicio de catering va a dar comida hoy? ―preguntó Lisa, luego se repuso de su pensamiento, ese pequeño creciendo en su pancita la estaba volviendo una adicta a la comida―. Odios los antojos de embarazada, volviendo al tema: ¿Entonces qué haremos?
―No lo sé, sólo tengo ideas demasiado simples ―dijo HyungWon―. Bombas apestosas, de pintura, robarle a la novia que CLARAMENTE sólo pasará si soy hetero o me gustaran los lambiscones.
―Awanta ―dijo KiHyun, quien no había hablado en todo ese rato, pensando igualmente en una venganza digna de Eris, Hera, Niké y Artemisa juntas. Tecleó rápido un mensaje y luego miró a toda la corte de modelos―. ¿Y si de verdad le damos una probada de su propia medicina?
― ¿Hablas de volver con él y dejarlo en un evento público que lo haga esconderse en su casa por al menos unos tres años? ―inquirió HyungWon.
―Cerca, pero no ―dejó su celular sabiendo que quien estaba del otro lado le concedería ese pequeño favor―. Haremos que se arrepienta de haberte dejado.
Todos lo miraron extrañados.
― ¿Enserio? ¿La vieja confiable de los celos que sabemos que saldrá mal? ―ironizó HeeChul.
―Puede funcionar ―dijo BaekHyun después de meditarlo un poco―. Si...
―Cambiamos tu apariencia ―dijo Lisa, entendiendo por completo a su amigo.
―Te compras nueva ropa ―agregó HyunAh chillado de emoción por salir de compras de nuevo sin que su novio le recalcara la salida sin considerarlo a él por décima vez.
―Maquillaje y peinado serán necesarios ―SeokJin casi voló de su silla al tener la oportunidad de probar sus nuevas habilidades en la materia.
―Y te encontramos a alguien súper mega irresistible como... él ―señaló hacia la puerta, que en ese momento llegaban HyunWoo junto a su único padrino y amigo de mucho tiempo: HoSeok.
Todos lo miraron con extrema atención. HoSeok era un nuevo modelo sensación por su increíble físico tan viril que le agregaba otro tipo de sazón a la empresa. Era carismático de la cabeza hasta los pies, sus ojos castaños claro era juguetones, con ese brillo aniñado que tenía cuando sonreía con calma. Pero él no había entrado a la gran industria por sólo ser tierno o lindo. No. HoSeok era una máquina imparable de sensualidad hasta el punto que debería ser ilegal que él caminara sobre este indigno piso junto a los mortales. Rebosaba de una dualidad tan intensa que de un segundo a otro puede parecerte un conejito bastante hermoso, apapachable; al otro, podía ser hasta el mismo Eros encarnado en ese coreano de labios tan apetitosos que harían pecar hasta la más comprometida de las relaciones si él se lo propusiera. Esos pectorales, las piernas bien torneadas, el cabello negro, los tonos rosados naturales que tenía por maquillaje y el exquisito estilo que tenía al vestir, todo él gritaba: Dios aprieta, pero tú ahórcame.
―Nadie se lo va a creer ―dictaminó Lisa después de un rato viendo al chico.
―Está demasiado bueno para HyungWon, todos sabrán que es falso ―coincidió BaekHyun, abanicándose con una de sus manos por la intensa carga de sensualidad en sólo una caminata sencilla y una sonrisa calmada de HoSeok.
―Ay pero qué pesimistas son ―bufó HeeChul―. HyungWonnie sólo necesita un poco de guardarropa Gucci de esta temporada, la nueva fragancia de Dolce and Gabbana, zapatos de Jimmy Choo, bolsos Prada, trajes de Louis Vuitton y ¡BOOM! El patito feo se convierte en cisne.
―No ―interrumpió HyungWon, todos lo miraron extrañados―. Seré el patito feo disfrazado de cisne.
―Así me gusta ―KiHyun abrazó a su hermanito, orgulloso de que las cosas saldrán como deben―. Ahora, sólo tenemos que hacer que el conejito musculoso coopere.
Era el último de los ensayos, después de haber completado el recorrido, revisado que la organización de los asientos no ocasionara que ni estando ebrios, sus invitados empezaran una pelea; las pruebas de sonidos de la música que estaría de fondo para la caminata nupcial de ambos novios se trabara a mitad de ceremonia y el repaso de otros ritos que KiHyun insistió en poner en la ceremonia para tener su boda lo más moderna y al estilo de Hollywood posible.
Pero KiHyun pecaba de perfeccionista, así que no se irán del lugar hasta tener lo que sería su pre-boda digna de opacar la de Bella Swan, la princesa Diana o todas las bodas falsas de Julia Roberts, todo junto. Así que el más bajito salió de salón para tomar un respiro al mismo que tomaba la llamada de su madre para calmarse.
Los demás soltaron un sonoro suspiro al ver que la bestia del control salía de la sala, ni siquiera la pobre Lisa junto su pequeña bolita de amor dentro de ella apaciguaron a KiHyun, terminó derrotada en el sillón más próximo de la recepción.
La Corte de Damas y Padrinos de KiHyun la imitaron, menos HyungWon, quien extrañamente tenía demasiada energía, sus manos picaban denotando su ansiedad. Y es que desde que inició la ceremonia, HyunWoo le dio además de la tarea de entregar los anillos, ahora era parte de su escasa corte de Padrinos. Lo puso justo enfrente de HoSeok.
No quería alimentar sus locos delirios de paranoia creyendo que el chico mamado y buenote lo estaba viendo fijamente. Las miradas del séquito de KiHyun le decían que no estaba alucinando y él de verdad le prestó atención. No podía recibir una buena ayuda debido a la mirada escrutadora y fría de su hermano, buscando que nadie estuviera distraído para asesinarlo él mismo si no salía bien, pues la boda sería mañana por la noche en el edificio más cotizado para bodas caras en Italia y haría que su dinero valiera la pena. Claro que su madre y padre estaban exentos de los regaños, porque, eran sus padres y los amaba demasiado como para decirles algo.
Sólo hasta que pudo mirar de rojo, confirmó que HoSeok lo miraba. No pudo identificar el sentimiento en aquellos pozos castaños ¿lo miraba con curiosidad? ¿pena? ¿asco? No estaba seguro, pero se ponía nervioso siempre que alguien lo miraba por mucho tiempo, se sentía desnudo y solo, estando lejos de él estaba en su zona de confort.
―Quien diría que las bodas podrían ser campos de guerra ―se lamentó de inmediato Lisa, sacando un mini ventilador de panda que compró de Miniso y se lanzaba aire para no morir asfixiada.
―Le hace falta un Dalay ―dijo HyungWon, notó que el padrino y futuro compinche de su venganza salía del salón hacia la terraza con vista a la ciudad.
― ¿Esperas una invitación? ―preguntó HyunAh, enarcando una ceja sugestivamente―. ¡Esa es tu señal, baboso!
―Ah, ya entendí.
Por unos pocos segundos, durante el trayecto hasta la puerta por la que había visto salir al amigo de HyunWoo. Estaba inspirado mientras escuchaba Eye of the Tiger de Survivor mentalmente, imaginándose caminando en cámara lenta ¿o lo hacía en la vida real? Esperaba que no, porque luciría como un completo ridículo si de verdad estuviera caminado al ritmo de una música en su mente, creyéndose el Brad Pitt de su generación, cuando claramente no lo es. Sería una infamia creerse tanto, ni siquiera se atrevía compararse con Chayanne, el viejo sabroso por excelencia.
Estando perdido entre sus pensamientos, llegó hasta la puerta y su mano había tomado la manija sin que lo pensara. Antes de bajarla, tomó un suspiro pensando en lo que diría o cómo llegaría a proponerle que formara parte de un plan malévolo planeado por un adolescente herido en el orgullo, seis modelos y una madre un poco doble moral cuando se trataba de proteger a sus crías.
Sonaba ridículo y se sentía cohibido tratando de buscar la ayuda de un desconocido, lo único que evito que diera media vuelta y regresara como un perrito regañado con el rabo entre las patas, fue ver una escena bastante conocida por la pantalla del iPad.
¡Por Dios, era GAME OF THRONES, temporada siete!
El chico estaba viendo la escena favorita de HyungWon en toda la temporada, tanto que se sabía el guion, las escenas, los vestuarios y hasta el soundtrack de memoria. No lo decía de broma, amaba tanto la escena en la que el ejercicito de los Lannister acabando el asedio a Highgarden, al estar en campo abierto, se enfrentaban la horda de Dothrakis, pertenecientes al estandarte de los Targaryen.
Como cualquier fan de corazón de algo, claro que se sumergió pro completo en la serie que olvidó al chico guapo a su lado y pronunció la famosa frase de la Madre de los Dragones a lomos de Drogon mientras la enorme bestia negra rugía, preparándose a soltar la llamarada de la muerte.
―Dracarys ―el tono, la ferocidad y el sentimiento casi tan exactos con la línea, hizo temblar el corazón de HoSeok y miró hacia el chico que no se dio cuenta que había sido atrapado―. El infierno se desata en las fauces de Drogon, el mayor de los tres dragones, los hombres aullaron de dolor por la ráfaga de fuego, todo mientras suena Spoils of War part 1, por el genio Ramin Djawadi...
Su faceta de fanboy se desactivo cuando notó que HoSeok lo miraba impresionado, el rostro pálido y redondito de HyungWon, rápidamente se prendió en color carmín; perdió toda su confianza y se quedó como idiota, tartamudeando.
―WOW ―fue lo único que dijo, poniendo pausa a su serie y girándose por completo hacia HyungWon.
Tenía los pies aferrados al fino mármol gris, con la vergüenza hasta el tope, parecía haber perdido todo hilo racional sobre sí mismo. HoSeok, claro que notó que el chico estaba bastante callado, hasta pudo saber por su postura y el sentimiento reflejado en sus ojos, que estaba en shock, por haber mostrado su faceta de fanboy loco que muy pocos, tenían o se atrevían a revelar.
― ¿Blood of my Blood o Goodbye Brother? ―la pregunta fue tan natural y normal, que a HyungWon le costó unos cuantos minutos procesarlo.
― ¿De verdad te gusta el trabajo del gran maestro de los soundtracks Ramin? ―HoSeok se encogió de hombros, pero su sonrisa delataba su orgullo como conocedor del tema.
―Hans Zimmer es el rey del soundtrack, pero Ramin es de mis compositores favoritos ―bloqueó su iPad y se acercó hasta el chico gordito, tendiéndole la mano―. ¿HyungWon, verdad?
― ¿Sabes mi nombre? ―preguntó, pero estrechó su mano, descubriendo que pesar de ser musculoso y un manotazo de él le reiniciaría el Windows, el agarre fue delicado.
―No quiero que suene traumático, pero HyunWoo parcialmente nos presentó ―el joven Chae enarcó las cejas.
Era imposible, lo recordaría. HoSeok no era un hombre fácil de olvidar, ni siquiera en la niñez podría ser pasado por alto. No era por presumir, pero HyungWon tenía una gran memoria para los rostros o detalles que requería un gran enfoque visual.
―Bueno, claro que tú no me viste, estabas dormido ―se rascó la nuca, la mirada alarmada de HyungWon lo hicieron aclarar la idea―. No es lo que crees... em yo... HyunWoo y yo nos encontramos hace poco después de que yo viviera fuera de Corea, y te vi durmiendo en su auto.
―Creo que, recuerdo el día ―hizo una mueca, porque estaría marcado en su memoria con fuego―. Hubiera preferido no recordarlo.
HoSeok se mostró curioso, deseaba preguntar hasta que la puerta de la terraza se abrió, rompiendo la burbuja del primero encuentro; mostrando a KiHyun molesto y si estuviera en alguna comedia 2D, seguro traería viñetas de molestia típicas de anime o le saldría fuego de sus ojos.
― ¡¿Ustedes par de renacuajos?! ¡Traigan esos traseros al salón y no se distraigan! ¡La pre-boda tiene que quedar hoy, porque nadie me va a arruinar mi boda mañana, ni siquiera las entradas a destiempo!
―KiKi, mi amor, tranquilo, ten te traje cafecito ―entró HyunWoo con su termo en color rosa y un sticker de un tiburón lindo.
―Ni se lo des, más odio no le falta y menos hoy ―dijo HyungWon, provocando al más bajito de los cuatro.
― ¡Cierra el pico otaku, mal bañado! ¡Vuelve adentro si quieres que vuelva a pagarte tus cuentas!
―Está bien, ya voy.
Ni porque su hermano mayor tuvo la gran idea de contar con el apoyo de HoSeok para el plan malévolo de HyungWon, nada podía aplacar la presión de un futuro recién casado. No tenía que recurrir a la violencia contra su amado Netflix. Al dirigirle una mirada, sabía que al menos, el interés o la empatía, habían sido despertadas en HoSeok, tal vez si le decía lo que le aconteció, pueda ayudarlo.
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1. DUFF: Este término está mejor explicado en la película del mismo nombre que por sus siglas en inglés quiere decir [Designated as the Ugly Fat Friend]. Que es el amigo feo y gordo del grupito, hace que sus otros amigos parezcan "bonitos", suele ser el amigo como masita o fácil de tratar, por el cual, muchos se acercan para preguntar descaradamente sobre los amigos más "sexis". Recuerden que esto es pura comedia. NO SE LO TOMEN LITERAL PARFAVAR
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Holi a todos, espero que estén felices con esta nueva actu. Yo estoy emocionada y muy divertida de poder traer estas locuras y me relajo del drama en otras novelas.
Y se viene lo bueno, gracias todas las personitas tan maravillosas que comentan y dan estrellitas, son un motor extra para que este vejestorio siga escribiendo.
Espero seguir viéndolos más delante.
PD: Si vieron una falta de ortografía en alguno de los diálogos, es a propósito, para darle un toque más cómico. No siempre va a ser así, sólo cundo de verdad lo requiera.
¿Qué creen que pase después?
¿La boda de KiKi se salvará de un drama?
¿Cómo le hará Wonnie masita para convencer a HoSeok?
¿Lo estás leyendo con tono de comercial? ¡Claro que sí!
Los amo, bye.
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