𝟏. 𝐌𝐞𝐧𝐮𝐝𝐚 𝐠𝐫𝐚𝐝𝐮𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧.
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Menuda graduación.
El día en el que el patito feo se botó
del lago de los Cisnes Plásticos
y Oxigenados.
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Se diría que las fiestas de ese tipo no eran para nada su estilo. Eran una molestia en el trasero, a su punto muy humilde de vista, pero su novio insistió tanto en venir debido a las enormes probabilidades de no estar junto a varios de sus amigos en la universidad. HyungWon podría estar de acuerdo... sólo que él no hacía todo un drama.
Reprimía mucho las ganas de abofetear a Jackson por ser un dramático, sólo se iban a la universidad no a la guerra. Podrían verse lo fines de semana, al fin su sistema de trenes era el mejor del mundo y barato según él, un par de horas valían la pena si de verdad quisieran verse; pero no quiso romper su ilusión... aunque fuera la verdad y Jackson sólo sea un Drama Queen a la décima potencia.
Pero bueno, él iba a ser un buen novio y lo dejaría disfrutar de su última noche con sus amigos, beber algo de ponche ilegal del que los profesores sabían, pero que igual les valía madres porque ya no verían a su desastrosa generación en mucho tiempo hasta que se hiciera boba la reunión de ex alumnos como cada año y él fuera un exitoso empresario, con siete perros, propiedades en el Mediterráneo y dueño de media Corea... Bueno, tal vez lo último no figuraba dentro de las futuras posibilidades económicas de HyungWon, pero la intensión era ser asquerosamente rico sin alguna razón malvada, porque así decía su gran imaginación que sería su futuro después de salir de la universidad.
Se desvió del tema, el punto es que iba a fingir que le gustaba estar entre tanta gente que después de cierto tiempo el gimnasio apestaba a diablos, pero no, ahí estaban bailando y todo en la noche iba como viento en popa, hasta ese momento, ese ¡JODIDO Y PENDEJO SEGUNDO!
La gente a su alrededor parece que decidió darle relevancia a la escena entre los novios y para el chingado colmo, el maldito DJ que era uno de los amigos-borregos de Jackson escupió su bebida en la tornamesa y causó que la música parara de la nada, entonces ahora sólo HyungWon podía pedir que todos se fueran muy a la mierda por poner sus ojos sobre él en ese preciso instante y no en cualquier otro estando en una preparatoria enorme. Parecía que todo se estaba tornando en su contra para hacerle pasar la más penosa situación del mundo.
― ¿Es en serio, Jackson? ―preguntó alzando la voz, esta vez importándole una chingada que estuviera siendo un exagerado.
―Quería hablarlo antes, pero me parecía que ya era hora de terminar, de verdad lamento hacerte daño.
―Aguanta, aguanta, aguanta ―hizo ademanes al aire que hicieron callar al castaño―. ¡¿Planeabas terminar conmigo?!
― ¿Algo así? ―alzó los hombros y sus ojos buscaron ayuda entre sus compinches, quienes le hicieron señas con las manos, unos apoyando su valentía y otros claramente diciéndole que la ha cagado.
― ¡¿Algo así?! ―gritó enojado y haciendo retroceder a su pronto ex novio―. A ver déjame ver si lo entendí: estás rompiendo conmigo porque no me arreglo, no me gusta salir, soy apático y te cansaste de estar esperando que te diera algo cliché como una novela porno mal escrita para morras hormonales.
―No exactamente la última parte, quería que tuviéramos una relación menos aburrida, pero en su mayoría acertaste ―rio.
Los demás soltaron sonidos de sorpresa, otros de cizañosos, pero claramente pudo escuchar entre las voces a uno diciendo "Uh que eres un nalgas aguadas".
―Okay entiendo tu punto, pero ¡¿EN LA PUTA GRADUACIÓN?! ¡¿DÓNDE TODOS IBAN A VER LO QUE PASABA?! ¡¿Qué sucede contigo Wang?! Pudiste haber terminado conmigo antes o después no cuando medio mundo está viéndonos.
―Se me escapó y dijiste que entendías.
―Sí claro, sólo querías que recordaran esta noche porque al parecer estudiantes cogiendo detrás de las gradas ya está gastado o alcohol en el poche que traficaron tus amigos no bastó para noquear a nadie ―refunfuñó.
Y como por arte de magia, los profesores que "casualmente" decidieron escuchar la conversación, se dieron cuenta de sus palabras y fueron a comprobar que varias parejitas parecían estar manoseándose en el lugar indicado, mientras el director de la escuela miraba su vaso de ponche, se encogió de hombro y metió más de su tequila para seguir viendo el espectáculo. HyungWon los mandó muy a la chingada por estar metiendo las narices en su pelea y sólo quería que todos tuvieran un mal rato.
―No era sólo eso, no me dejabas ni verte o ni me ponías atención por estar viendo tus monitos en 2D.
La gente los veía pelearse y hasta había algunos entre los asistentes que comenzaron a armar apuestas a ver quién tiene razón y el equipo de periodismo escolar estaban grabando ¡TODO! Y transmitiéndolo en directo por las redes de toda la escuela.
― ¡ES ANIME, PUTO INGORANTE!
― ¡PRECISAMENTE ESO! ¡LES PONÍAS MÁS ATENCIÓN A ELLOS QUE A MÍ!
― ¡PARECES LA NOVIA TÓXICA Y NO ME GRITES!
― ¡TÚ ME GRITASTE PRIMERO!
― ¡POR QUE YO TENGO DERECHO!
― ¡YO TAMBIÉN!
― ¡CLARO QUE NO!
― ¡CLARO QUE SÍ!
― ¡QUE NO, YO SOY EL QUE SUFRE DE LA HUMILLACIÓN PÚBLICA!
― ¡SIEMPRE FUISTE UNA HUMILLACIÓN PÚBLICA CUANDO TE VISTES COMO UN RETRASADO MENTAL, YA MADURA!
Todos soltaron un "Ihhhhhhh". Estaba que echaba humo por las orejas y deseaba tanto arruinarle algo de su dignidad como él lo hizo en ese segundo, ya bien dice su sabio hermano: Si el karma no le llegaba, tu conviértete en su karma y destrúyelo, haz que se retuerza en lo más profundo de su ser para que te ruegue misericordia de rodillas.
― ¡SÓLO FUE UNA PUÑETERA VEZ, BABOSO! ¡Y ERA EL PUTO DÍA DE PIJAMA!
Quería llorar del puro coraje y no pensó muy bien, sólo quería humillarlo. Miró uno de los vasos de alguien, se lo arrebató de las manos y vertió su contenido en la cara de Jackson. Sólo que todo parecía que le salía mal, porque lo que estaba dentro del maldito vaso de plástico no era líquido.
― ¡¿Quién carajo le mete confeti a un vaso?! ―reclamó a la joven del vaso, ella se asustó por el grito del más alto.
―HyungWon, ya cálmate.
― ¡Cálmate, mangos! ―respondió quitando la mano de Jackson de su hombro con un movimiento brusco―. ¡TÚ ya no ME PUEDES DECIR NADA, porque esto se acabó!
― ¿Qué, estás terminado conmigo después de que yo lo sugerí?
―Antes muerto que dejar que un niño bonito me corte, así que ¡Sí, termino contigo!
―Okay.
HyungWon soltó un chillido indignado. Mala decisión Jackson Wang, porque la manera tan fácil con la que dejaron las cosas fue lo que realmente colmó la paciencia del pelinegro. Al aceptar tan fácil dar por finalizado una relación de casi tres años fue como si estuviera escogiendo películas y eso, prendió el foco de positivo al diablillo interno de HyungWon, para poner en marcha un plan macabro.
Tomó una respiración profunda, iba a abofetearlo, pero HyungWon era listo, más que toda la bola de cisnes presuntuosos a su alrededor. Su ex novio era fuerte y él no, detendría el golpe de inmediato. Así que tuvo que recurrir a su gran intelecto: lo haría pagar con creces. Levantó el mentón con orgullo digno de una diva empoderada y salió del gimnasio dejando atrás a todos.
En cuento la puerta se cerró, HyungWon puso una cara que valía la pena competir contra el mismo diablo. Tenía tanta maldad y venganza acumulada dentro de ese medio chonchito cuerpo que podría notarse un aura bastante aterradora.
Algo por lo que HyungWon estaba bastante orgulloso ese día fue su poca tristeza por haber terminado con una relación de tres años, cuando muchos estarían llorando como magdalenas al estilo de comedias románticas. No él, no mi ciela, jamás lloraría por un hombre como Jackson Wang, de los que había miles iguales: superficiales y fáciles.
El pelinegro estaba bastante lleno de ira, porque admitía que, en cierto punto, le dolía. Es decir, pasar juntos tres años... Pero, era más su orgullo herido por la pelea lo que reemplazó al llanto de impotencia.
Entonces, mientras caminaba a casa pensaba en las muchas formas de desquitar su enojo contra Jackson.
Podría ir a su casa y arruinar algo preciado en su cuarto, allanar su auto y dejarlo con alguna sorpresa apestosa o bombas de humo, destruir su intento de gimnasio casero en la cochera de sus padres. Por favor, hasta el más jodido de todos los gimnasios tenían mejores aparatos y no los cutres que Wang consiguió en gangas con los vecinos de su mejor amigo ¡JA! Maldito tacaño. Ahora entendía por qué solo le daba regalos de papelería, ni siquiera se esforzó por hacer algo él mismo. A parte de tacaño, flojo, que ironía.
También podría infiltrarse en la noche para cambiar su leche de soja por la normal y que le dé una diarrea explosiva por toda una semana. Todas eran buenas ideas, pero una tendría que hacerlo retorcerse en su mismo centro para pedirle perdón de rodillas, suplicando jamás haber cometido semejante desfachatez enfrente de toda la escuela.
¿Pero cuál?
Mientras se debatía sobre su venganza, unas pequeñas gotas de agua comenzaron a caer sobre su cabeza.
― ¿En serio? ¿Llueve mientras camino después de haber cortado en la graduación de preparatoria? ¡No mamen! ―reclamó al cielo.
Y como si fuera magia, se desató un gran diluvio y corrió a buscar refugio debajo de una carpa de una tienda ya cerrada.
Palpó entre sus bolsillos tratando de encontrar su celular, pero no lo sintió, entonces recordó que lo dejó en su casa prometiendo a sus padres que iría a divertirse de verdad en vez de preocuparse por su admisión a la universidad. Unos días antes, todos estaban explotando por haber obtenido los resultados de sus exámenes de admisión, pero no... Al pobre de HyungWon le retrasaron sus resultados por un error en el sistema de su escuela y reevaluaron sus resultados, exámenes, pidieron otra vez los papeles de sus calificaciones y para el colmo: nuevas fotos en las que se veía feo con el cabello peinado. ¡Todo en menos de una semana!
Su fecha límite era esa noche y estaba por arrancarse el cabello a cada hora actualizando su bandeja de entrada buscando el mail. Su ansiedad sólo logró que se le hiciera tarde y terminara por medio ponerse presentable para la graduación. Era una fiesta simplona, la mayoría de todos los que estaban ahí irían al mismo círculo universitario, ¿por qué insistían tanto en darle relevancia a eso cuando su futuro dependía de una miseria de palabras?
Realmente no pensaba darle la razón a su sacro santa madre, ella fue quien le advirtió de apuntarse a varias opciones o si quiera que hubiera aceptado un recorrido por la universidad de sus padres cuando lo llamaron por teléfono hace unas semanas atrás, quienes tenían la posibilidad de pagar una escuela cara. No, HyungWon era orgulloso hasta la médula como su hermano mayor. Rechazó esa valiosa oportunidad ¿todo por qué? Él quería ser independiente como KiHyun y vivir en Berlín para estudiar ingeniería.
Hablando de él, se preguntó qué estará haciendo en esos momentos. Tal vez una sesión de fotos para una nueva revista, alguna aparición en TV nacional, firmando contratos o hasta incluso podría estar de fiesta junto a su prometido. Lo que sea, siempre le trae buenos recuerdos de sus viajes, porque es su hermanito menor, KiHyun lo adoraba ¿y quién no lo haría? Era una masita llena de amor, en el punto de vista de su familia y único amigo conocido.
El sonido de un claxon llamándolo a unos metros de él lo hizo levantar la mirada. Por una milésima de segundo pensó que era un tipo depravado tratando de secuestrarlo en cuanto se diera la vuelta. Se sacó el zapato como única arma de defensa, pero se calmó y volvió a ponerse su calzado.
El auto negro que tantas veces ya ha visto se estacionó a su lado de la acera, el vidrio del asiento de copiloto reveló a un hombre moreno de mirada serena; vestía como el ejecutivo exitoso que era: traje Gucci hecho a la medida, negro con lindos detalles en las solapas en relieve de otro tipo de tela que el menor no se tomó el tiempo de conocer. Todo él gritaba sensualidad, elegancia y porte coreano en su más alta expresión. El implacable presidente de la agencia de publicidad más grande en Corea: NEXUS entertainment, llegó para salvarle el trasero mojado.
― ¿HyungWon qué haces en medio de la lluvia, no estabas en tu escuela? ―preguntó HyunWoo hacia el hermanito de KiHyun.
―Sólo vengo a cantar bajo la lluvia como en películas de Disney ―dijo una vez que se metió en el auto―. ¡¿Qué demonios crees que hacía?!
― ¿Peleaste de nuevo con Jackson? ―inquirió arrancando el motor y avanzando por las calles iluminadas de la ciudad.
―Terminé con él ―dijo de mala gana y sintió que de nuevo le hervía la sangre―. Espero que se ahogue con un camarón, maldito cisne hipócrita, superficial, mal agradecido...
―Okay, Okay, Okay, ¿Qué fue lo que pasó? ―le interrumpió al detenerse en uno de los semáforos.
Podía sentir el disturbio de tranquilidad en el menor, si podría ponerlo en términos de los programas favoritos del pelinegro, casi podría jurar que desprendía un aura terrorífica que haría mojar sus pantalones hasta el mismo diablo.
El menor no tardó en contarle lo que le molestaba de esa noche, después de terminar y en el trayecto, escuchó los miles de quejas que ha estado guardando en tres años de su ahora ex novio. Cosas que el menor nunca tuvo el valor de admitir o los pasaba por alto porque las creía idioteces, ahora estaba molesto y quería quejarse por todo hasta que le acabara la voz; hasta el punto de proferir argumentos sin sentido y quería gritar, por despecho, coraje y tristeza. Al término de su relato, HyunWoo se detuvo a unas calles de su punto de reunión.
―HyungWon de verdad lo siento ―le dijo, más el menor se calmó unos segundos después.
―No importa, algún día llegará su karma, por estúpido y superficial ―HyunWoo se rio por lo cambiante y poco predecible que era el menor―. Espero que le llegue con intereses, ¿sería mucho pedir que nunca se le vuelva a parar?
―Tal vez mucho ―concedió el presidente―. Tengo que ir a una reunión en el siguiente restaurante, ¿podrías esperar en el auto? Te llevaría dentro, pero estas muy mojado y dudo que a estas horas alcancemos una tienda de ropa abierta, puede que si haya alguna...
―No hay problema Hyung, no quiero interrumpir en tus negocios ―hizo un ademán con la mano y viró su cabeza hacia el asiento trasero, donde encontró lo que buscaba―. ¿Tiene pila?
―La suficiente para ti ―rio cuando el hermanito menor de su novio soltó estrellitas de sus ojos al prender el iPad y buscar Netflix―. No tardaré, sólo es una junta de negocios.
―Ajá ―pero HyungWon ya no lo escuchaba cuando quedó completamente absorto en la pantalla.
―Vaya que niño ―murmuró por lo bajo antes de salir de su lado y ser recibido por el ballet con un paraguas―. Él se queda en el auto, si puede, busque una tienda y tráigale ropa para que se cambie.
Le entregó una buena cantidad de dinero para ropa y lo suficientemente generoso como propina para el empleado mientras se reunía con sus potenciales socios.
Le dio un último agradecimiento al empleado que le trajo la ropa y una toalla para secarse, incluso lo dejó usar el cuarto de empleados para poder secarse y cambiar. En cuanto estuvo solo en el auto, en lugar de entrar a la aplicación de películas, abrió la pestaña del navegador y accedió rápido a su cuenta, sólo para encontrar una bandeja vacía.
Soltó una maldición.
HyunWoo por otra parte estaba leyendo lo último del contrato, esperando que todo estuviera en forma antes de cerrar la carpeta y entregarla a su asistente que se llevó el documento; su nueva socia hizo lo mismo, al igual que la nueva cara para la edición de verano. Justo cuando los asistentes de los respectivos socios se retiraban, trajeron unas copas de cristal junto a una botella de vino que fue servida de inmediato.
―Gracias por la oportunidad, esperaba ya desde hace mucho trabajar con usted, señor Son ―dijo la mujer de cuarenta años, el moreno le correspondió con una sonrisa amable.
―El gusto es mío tener a la veterana de modas más famosa de Europa para el desfile de finales de verano y también a la nueva estrella en el modelaje nada más que a mi viejo discípulo, ¿verdad HoSeok?
―Han pasado bastantes años ―devolvió el modelo.
―Creí que estabas estudiando biología ―dijo tomando un sorbo a su copa.
―Tengo que pagar el último año de mi carrera sin el dinero de mis padres ―se encogió de hombros―. Además, fuiste tú el que me persuadió de unirme a tu agencia.
―Sólo te estaba ayudando a aprovechar tu potencial, no cualquier coreano que es modelo tiene le cuerpo tan bien trabajado como el tuyo.
―Ay Hyung, me sonrojas.
Los tres rieron, la velada pasó tranquila, hasta que HyunWoo consideró que su estadía era más que suficiente, pues tenía que llevar a alguien a casa. Se acomodó el saco y lo abotonó elegantemente antes de levantarse.
―Tendrán que disculparme, pero tengo un compromiso más, pero si todo sale bien, vendremos en unos cuantos meses a celebrar el triunfo de la campaña.
Los dos restantes asintieron, pero la mujer fue la única que realmente se quedó a cenar. HoSeok lo acompañó a la puerta para que llevaran sus autos.
―En otras ocasiones te hubieras quedado a brindar un poco más ―dijo HoSeok, cuando vio que el auto de su viejo amigo llegaba―. ¿Tienes un compromiso especial?
―Para nada, sólo voy a llevar a mi pequeño hermano a casa, debe estar muriéndose de aburrimiento ―en ese instante de la noche, la lluvia ha parado de caer, entonces se asomó por la ventana de copiloto y sólo encontró el iPad en el asiento y vio a HyungWon en la parte de atrás durmiendo hecho bolita.
―No sabía que tenías hermanos menores ―dijo WonHo siguiendo los movimientos de su amigo y vio al pelinegro.
―Es el hermano menor de KiHyun ―se sacó el saco y lo puso encima del cuerpo de su cuñado, le quitó unos mechones de su rostro y casi muere de ternura al ver sus cachetitos llenitos―. Bueno, los hubiera presentado, pero el niño tiene que irse a dormir.
―No es un niño, aunque ser un poco robustito le quita años ―evidenció notando que HyungWon realmente era tierno―. Bueno, también tengo que irme, mañana tengo un examen.
―Nos vemos el lunes en el trabajo.
―Hasta el lunes HyunWoo.
Se despidieron estrechando sus manos y el más bajo se fue hacia su auto. En cuanto lo perdió se subió a su propio vehículo y descubrió una notificación en la pantalla, extrañado tomó su dispositivo para leer lo que estaba en la pantalla. Sonrió abiertamente al saber de qué se trataba.
―Bueno, al menos tienes la universidad en Berlín por delante ―dijo hacia un muy dormilón HyungWon.
Quien entre murmullos planeaba una venganza tan maquiavélica en su propio lago de los cisnes, donde el patito feo estaba en la cima de la cadena alimenticia, sentado sobre el trono con una sonrisa santurrona con todos los demás lambiscones pidiendo misericordia al nuevo rey de la escuela. Soltó una risa malvada que hasta las rubias más plásticas del mundo se les cayó el tinte en segundos.
Jackson Wang, la pagarás muy caro.
Ese fue el juramento de HyungWon a sí mismo, para recuperar su honor.
Su venganza será tan épica que todos olvidarán el vergonzoso acontecimiento en la preparatoria y lo respetarán de ahora en adelante.
El verdadero detalle era...
¡¿Cómo chingados iba lograrlo?!
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