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𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐟𝐨𝐮𝐫 † a birthday to remember

chapter ☦︎︎ four
A BIRTHDAY TO REMEMBER

Verano, 2020

BIANCA Y LOS POGUES habían llevado a JJ al hospital. Los golpes que había recibido de parte de Rafe lo habían dejado inconsciente, y no habían tenido más remedio que llevarlo al hospital. Bianca al principio se negaba. No tenía manera de pagar el médico, y su padre en lugar de ayudar, solo terminaría golpeando más a JJ por "dejar que otra persona le ganara". Esa fue una de las principales razones por las que optaron por no avisarle a Luke. Además de que Kiara se había ofrecido a pagar los gastos necesarios, una idea que a Bianca no le agradó, pero dado la condición en la que se encontraba JJ, aceptó.

John B. volvía de haber ido a dejar a Pope a casa, ya eran altas horas de la noche y sus padres lo regañarían si el no volvía, mientras Kiara se encontraba fuera del hospital explicándole toda la situación a sus padres.

—Hey, Bianca... —murmuró John B., caminando hacia ella.

Bianca se encontraba sentada en la sala de espera, justo afuera de la habitación de JJ, esperando a que este despertara.

La rubia lo miró de inmediato al sentir la mano de John B. acariciando su espalda. Le dio una sonrisa forzada, mientras se estiraba un poco.

—¿No ha despertado? —le preguntó el pecoso. Bianca negó con la cabeza.

—Dicen que tuvieron que darle un poco de anestesia para coserle los puntos en la frente, pero que despertaría en un momento—explicó ella.

—Rafe es un enfermo —dijo John B. suspirando con molestia.

—Lo sé. Juro por Dios que la próxima vez que lo vea...

—Ni siquiera vale la pena, Bi —la aconsejó, colocando su mano sobre la de ella, y dándole un ligero apretón—. Ellos son Kooks, siempre ganan —dijo, haciendo una mueca.

"Siempre ganan". Bianca deseaba que esa frase fuera mentira. Pero desafortunadamente, reflejaba una realidad a la que estaban condenados. Los Kooks siempre se saldrían con la suya. Siempre serían quienes tuvieran el poder, y eso llenaba de ira a Bianca. Detestaba sentirse tan vulnerable, tan pequeña, tan insignificante.

El doctor que atendía a JJ salió de la habitación de este, dándole una cálida sonrisa a Bianca y a John B., mientras ellos dirigían su atención a él.

—Acaba de despertar. Pueden pasar a verlo —les comunico el doctor, y Bianca se levantó inmediatamente de su asiento.

—Muchas gracias —suspirando con alivio, se levantó y entró a la habitación.

JJ se encontraba acostado en la camilla, observando caricaturas en la televisión. Bianca lo miró, y se acercó a él rápidamente, dándole un gran abrazo. JJ soltó un ligero quejido, pues aún tenía el cuerpo adolorido.

—Hey, parece que alguien estaba preocupada —hablo sarcástico, mientras acariciaba el cabello de su hermana—. Estoy bien, Bianca.

—¿Te parece que esto es estar bien? Mira como te dejo ese idiota —bufó ella, alejándose de JJ, para mirarlo con el ceño fruncido. Tenía los puntos de sutura unos centímetros sobre la ceja, y el otro ojo estaba morado, apenas podías ver el azul de sus ojos, por lo hinchado que estaba.
Sin contar los moretones en el resto de su cuerpo.

Cuando llegaron, hace unas horas, los doctores lucían bastante alarmados por el estado del chico. Cuando les pidieron explicaciones no supieron qué decir se limitaron a decir que había estado en una pelea, pues sabían que acusar a Rafe Cameron era una guerra perdida de antemano. Pero Bianca, para su mala fortuna —o quizá buena suerte— había aprendido que la justicia siempre estaría del lado de quien pudiera pagarla, y para las personas como ella, y como los Pogues; no existía tal término, ellos debían crearlo con sus propias manos. Ellos hacían su propia justicia. No obstante, Bianca jamás dejaría que JJ se metiera en más problemas.

—Quiero que te alejes de él, ¿de acuerdo?. Es un maldito psycho —le dijo ella al rubio en la camilla.

—¿Qué? ¡No!. La próxima vez le ganaré —aseguró JJ, ignorando la petición de su hermana.

—¿Qué tan fuerte lo golpeó? —preguntó Bianca, dirigiéndose a John B—. Me parece que lo dejó más estúpido.

John B. rio burlón mientras observaba a Bianca.

—Yo creo que es solo JJ siendo JJ—replicó él, y Bianca puso los ojos en blanco volteando a ver a su hermano.

JJ mantenía una sonrisa en su rostro, mientras sostenía la mano de Bianca.

—Estoy bromeando, Bianca —dijo él.

—Solo... por favor mantente alejado de problemas, y si es posible de...—. Lo que sea que Bianca estaba por decir, fue interrumpido por el chirrido de la puerta abriéndose. Los tres Pogues dentro de la habitación llevaron su mirada en esa dirección.

Kiara estaba entrando, con una pequeña sonrisa en el rostro, que Bianca le devolvió. Kiara entró por completo a la habitación, mientras se hacía a un lado, y volteaba un poco hacia atrás. La sonrisa en el rostro de Bianca se desvaneció en cuanto vio a Jalander entrar justo detrás de Kiara.

—Jal —dijo JJ con ligero entusiasmo.

—¿Qué haces aquí? —inquirió Bianca de mala gana, y con el ceño extremadamente fruncido.

Jalander lucía bastante avergonzada. Sus ojos estaban a punto de derramar lágrimas. Tragó saliva lentamente, mientras se acercaba a Bianca.

—Solo quería asegurarme de que estuviera bien—. Las palabras salían torpemente de los labios de Jalander.

John B. y Kiara se miraron entre sí.

—No. Solo querías asegurarte de que tu novio no lo hubiera matado —renegó Bianca, a la defensiva.

—Yo no sabía que iba a reaccionar así...

—¡No importa!. Tu conoces a Rafe. Sabes lo que es capaz de hacer. Estabas viendo como golpeaba a JJ y no hacías nada, Jal —le reclamó Bianca, acercándose a ella con brusquedad.

Los Pogues en la habitación podían sentir la tensión entre ambas chicas, y honestamente, tras las recurrentes discusiones que Jalander y Bianca tenían últimamente, preferían mantener su distancia.

—Bianca, no la trates así. No es su culpa —dijo JJ. Su hermana se dio media vuelta para verlo, con una expresión clara de molestia—. Ella no es responsable de lo que Rafe haga.

Los ojos de Bianca se llenaron ligeramente de lágrimas.

—Ella no hizo nada para ayudarte, JJ. Solo se quedó observando.

El rubio, desvió la mirada de los ojos de Bianca, claramente no estaba de su lado, y eso hizo que su hermana se molestara más.

—¿Sabes que? Te veo en casa. Estoy demasiado cansada para esto —bufó Bianca, poniendo los ojos en blanco mientras se daba media vuelta indignada.

Ella salió de la habitación, golpeando el hombro de Jalander al salir, y tomó su chaqueta de mezclilla que se encontraba sobre el reposabrazos del asiento. Jalander se quedó observando como ella se alejaba, claramente molesta.

—Bianca... —hablo JJ fastidiado. Kiara y John B. observaron a JJ.

Ellos no culpaban a Jalander, pero sabían que ella tenía el poder de detener a Rafe, y que el hecho de que no hiciera nada para evitar que su novio, moliera a golpes a quien supuestamente era su amigo, era un hecho que molestaría a cualquiera, especialmente si el afectado era JJ, pues comprendían que Bianca haría lo que fuese para protegerlo.

JJ miró a sus dos amigos Pogues, esperando que fueran tras su hermana y la convencieran de que lo sucedido no era tan grave, como ella lo hacía parecer.

—Yo voy —le dijo John B. a JJ, trotando para ir tras Bianca.

Jalander regresó su vista a JJ, dando pasos lentos para acerarse a la camilla.

—Esperaré afuera —dijo Kiara, apretando los labios, mientras salía por la puerta.

Jalander y JJ ni siquiera se molestaron en voltear a verla. Ellos solo se mantuvieron mirándose el uno al otro, con una pequeña sonrisa.

—Realmente lo siento, JJ. Bianca tiene razón, yo debí hacer algo... pero...

—Yo lo entiendo, Jal. Te aseguro que lo hago. Pero tú también debes entender que Rafe no es bueno para ti —la interrumpió JJ. Jalander desvió la mirada.

—Hemos estado juntos por mucho tiempo, JJ... No sé como ser yo sin estar con él —confesó ella, con pesar en la voz.

Jalander sabía que Rafe sacaba lo peor de ella, y que su relación se había deteriorado con el paso de los años. Ellos solo estaban juntos por costumbre, no por amor, estaban juntos porque era lo único que conocían. Porque era lo más cerca que habían estado de sentir "amor".

JJ suspiró hondo, sintiendo una ligera punzada en el pecho.

—Bueno, que sepas que a Bianca le molesta eso; lo enamorada que estás de Rafe, tanto que harías cualquier cosa por justificarlo. Ella solo quiere lo mejor para ti —le dijo JJ, observando las caricaturas que aparecían en la pantalla.

Jalander se quedó observándolo, pensando en sus palabras. Y ella sabía que el estaba en lo correcto. Su amor por Rafe hacía tiempo que la había hecho perder cualquier rastro de racionalidad.

John B. siguió a Bianca por el largo pasillo del hospital, la rubia caminaba apresurada a la salida, con las lágrimas brotando de sus ojos, al mismo tiempo que ella las limpiaba una tras otra.

—¡Bianca! ¡Bianca! —la llamo él, trotando para intentar alcanzarla.

Ella, aunque podía escucharlo, no tenía intención de detenerse. Comenzó a caminar con más rapidez, hasta llegar a la puerta del edificio, y empujarla con ligero esfuerzo, saliendo del lugar.

John B. logró frenar la puerta antes de que esta se cerrará, y salió también, observando como Bianca se quedaba observando a la nada, y respiraba con dificultad. John B. sin pensarlo la abrazo fuertemente. Bianca contuvo un suspiro y hundió su cabeza en su hombro mientras lo rodeaba con sus manos.

—Está bien, Bianca. Estoy segura que Jal no quiso que JJ saliera herido —dijo él, intentando reconfortarla.

Bianca se apartó de John B., llevando sus manos a su cara.

—¡El casi muere, John B.! —exclamó ella, retirando las manos de su cara—. Por supuesto que no la culpo. Nunca podría hacerlo —explicó, sollozando mientras sorbía su nariz—. Pero... Estoy cansada de esta mierda, John. Hemos sido amigas desde el jardín de niños. Me dejó de lado un año entero, ¡se olvidó de nosotros!. Y luego vuelve como si nada, y estando en una relación con ese idiota, y lo está poniendo por encima de todos... —Bianca desvió la mirada, con las lágrimas brotando de sus ojos otra vez—. Incluso sobre mi...— dijo en un hilo de voz.

John B. apretó los labios, y tomó el rostro de Bianca entre sus manos, obligándola a mirarlo.

—Se que fue difícil para ti. La necesitabas. Pero ella sigue siendo nuestra Jal. Y tú tienes que seguir siendo nuestra Bianca—. La rubia lo miró, con sus ojos desbordando lágrimas y su corazón latiendo al mil por hora—. Estoy aquí para ti, ¿sí? —le dijo él, juntando su frente con la de ella, sintiendo su respirar.

Bianca asintió, observando los labios de John B. fijamente.

—Gracias —susurró, sonriendo lentamente sin despegar la mirada de sus labios.

John B. comenzó a inclinarse lentamente hacia ella, sus labios apenas se tocaban, mientras un escalofrío los recorría a ambos por el calor que provocaba  la cercanía del otro.

Pero desafortunadamente, una voz los interrumpió.

—Bianca...

John B. y Bianca se separaron de inmediato, volteando hacia la puerta, la dirección de donde provenía la voz que la llamaba. Jalander estaba con los brazos cruzados, observándolos.

—¿Podemos hablar? —le pidió a la chica.

Bianca y John B. se miraron por un instante, dándose una sonrisa nerviosa.

—Te veo después —le dijo él, despidiéndose, mientras Bianca asentía con una ligera sonrisa. John B. paso por un costado de Jalander, dándole una sonrisa apretada, y entrando de nuevo al hospital.

Bianca aclaró su garganta, sin saber muy bien que decir, y sin querer mirar a Jalander.

—Lo siento —comenzó Jal, suspirando hondo. Bianca la miró, sorprendida por las palabras que sus labios pronunciaban.

Bianca desvió la mirada, con sus manos comenzando a temblar, sin saber muy bien que decir.

—Tienes razón, ¿de acuerdo?. En todo. Me he alejado un poco, pero me alejé de todos, Bi. Y Rafe es la única persona que me hace bien ahora.

—Mira, Jal... —dijo Bianca, interrumpiéndola—. Solíamos ser mejores amigas. Nos contábamos todo. Estábamos ahí la una para la otra, pero una vez que te volviste una niña rica, y tuviste tu año Kook rodeado otros chicos ricos, todo cambió. Puede que volviera a la normalidad por un tiempo, pero justo ahora, todo es tan...

—Diferente. —aseguró Jalander, entendiendo lo que Bianca quería decir—. Solo quiero que me entiendas, Bianca —le pidió, acercándose a la rubia—. Esto es nuevo para mí aún, y no quiero decepcionar a mi padre. Todo lo que he hecho es para que el esté orgulloso de mi —confesó, con las lágrimas amenazando con salir de sus ojos. — Por favor, dime que lo entiendes.

Bianca tragó saliva, apretando los labios. Ella nunca podría ponerse en su contra. La amaba. Y siempre buscaría la manera de entender a Jalander. Porque no quería arriesgarse a perderla, ya la había perdido, un año atrás, y se había sentido en un infierno. Bianca sabía, que si volvía a perder a Jalander, esta vez, también se perdería a sí misma.

—Eres mi mejor amiga y te amo. Por supuesto que te entiendo —dijo Bianca, soltando un suspiro que no sabía que estaba conteniendo.

Jalander sonrió ligeramente de lado, y se acercó a ella, dándole un gran y cálido abrazo, que no le había dado en mucho tiempo.


Habían pasado un par de días, JJ ya se encontraba mejor, y los moretones comenzaban a desaparecer. Bianca y Jalander habían vuelto a ser amigas, y Jal, aunque ya no pasaba tanto tiempo con ellos como antes, ahora sí les prestaba atención. John B. y Bianca también estaban más cerca que nunca. Jugueteaban y coqueteaban el uno con el otro, ellos creían que nadie más lo notaba, pero la verdad era que todo el grupo de Pogues ya lo sabía.

Algo estaba pasando entre ellos, y si había que ser honestos, era algo de esperarse. Habían sido amigos desde que eran niños, con sus padres pasando prácticamente cada fin de semana juntos. Era loco creer que los sentimientos de cariño nunca se convertirían en algo más, incluso aunque ambos padres, ya no solían llevarse tanto como antes.

—Bien, entonces, ¿qué planes tenemos hoy? — preguntó el pecoso, rodeando a Bianca por el cuello con su brazo. Ella sonrió ligeramente mientras lo miraba.

—No sé si quiero hacer algo —confesó, elevando los hombros.

—¿Qué? Es una locura. Debemos celebrar —replicó JJ, tomando una cerveza, de la hielera que estaba en medio del porche.

—Debemos celebrar en grande —concordó Kiara, señalando a Bianca.

—Es solo un día normal. Nada especial —repuso, haciendo una mueca.

—Es tu cumpleaños, Bianca —señaló Pope, frunciendo las cejas.

La rubia se mordió ligeramente el labio inferior y miró a John B.

—¿Qué dices? ¿Fiesta de cumpleaños? —propuso él, levantándose del sofá, y extendiendo su mano hacia ella.

Bianca lo miró elevando una ceja, mientras una pequeña sonrisa se formaba en su rostro.

JJ, Pope y Kiara, comenzaron a imitar ruidos de tambores golpeando lo que tenían cerca, esperando ansiosos su respuesta. Bianca comenzó a reír y tomó la mano de John B.

—Fiesta de cumpleaños. Sí. Hagámoslo —accedió, levantándose del sofá.

—¡Genial!.

—Debemos comprar más cervezas —dijo JJ, mientras todo el grupo salía del chateu.

Ire a despedirme de papá. Ya vuelvo —dijo John B., soltando la mano de Bianca. Ella lo miró con ternura, y John B. se dirigió a la entrada de su casa.

Bianca salió del porche y caminó con lentitud.

Sentía que todo estaba bien en su vida. Había intentado a evitar a su padre, ya que no quería iniciar una discusión, solo quería una semana de tranquilidad después de la gran bienvenida que habían tenido las vacaciones de verano. Jalander parecía haber vuelto a la normalidad, y todo estaba acomodándose en su lugar. Como si las cosas nunca hubieran cambiado, como hace un año. Aún así, todo se sentía muy frágil. Como si cualquier paso en falso, pudiera derribarlo todo.

—Así que... John B. ¿eh? —habló JJ, acercándose a ella. Bianca no pudo mirarlo, solo suspiró hondo y apretó los labios.

—No es nada serio —respondió— Es decir, ni siquiera sé si es algo, es por eso que no te dije —explicó, como si JJ se lo hubiera pedido.

—Está bien, Bi. Lo entiendo. Solo lo mataré si te lastima —bromeó él, soltando una risita, mientras Bianca reía también.

Maybank rodeó el cuello de su hermana y ambos caminaron por el patio delantero hacia la Twinkie.

Una vez John B. salió de su hogar, los Pogues finalmente tomaron su viaje hasta Gechie's, con la intención de comprar comida y bebidas para la fiesta de Bianca. Los cinco disfrutaban de un momento agradable entre ellos.

—¿Llamaste a Jalander? —inquirió Bianca, asomando su cabeza en medio de los asientos del frente, observando a JJ y a John B.

—Dijo que vendría. Que quizá traería a Sarah —habló JJ, riendo ligeramente de lado.

—¿Sarah? —exclamó indignada Kiara, empujando a Bianca, y siendo ella ahora quien se asomaba entre ambos asientos—. ¿Porque Jal traería a Sarah?.

—Creo que ella es linda —dijo Bianca, inocentemente.

Kiara la volteó a ver, fulminandola con la mirada.

—Es una perra —replicó ella.

—¿Porque la odias tanto? —preguntó John B., viéndola por el espejo retrovisor.

—Tengo mis razones —se limitó a decir Kiara, volviendo a sentarse en su lugar—. Y ustedes al ser mis amigos, no deberían juzgarme.

—¿Tiene algo que ver con su año Kook? —preguntó JJ, desinteresado—. Las tres eran muy cercanas.

—Y luego solo fueron Jal y Sarah... —comentó Pope, ligeramente curioso por la razón de ello.

Bianca notó que Kiara comenzaba a ponerse incómoda con tantas preguntas, y carraspeó un poco, desviando la atención del grupo.

—Lamento interrumpir su emocionante charla, pero este día es sombre mi, ¿de acuerdo?. Estoy cumpliendo 18 años. Quiero que sea memorable —alardeó Bianca, con una sonrisa pícara en el rostro.

Los Pogues comenzaron a celebrar, alardeando sobre cuando emocionante sería la noche, y lo divertido que se la pasarían.

El padre de John B. saldría a visitar a su hermano fuera de Outer Banks y no estaría por una semana completa, así que tenían el chateu para ellos solos. Lo que significaba dos cosas: beber hasta que amaneciera, y hacer un maratón de películas de terror.

Los Pogues, una vez habían regresado al chateu, comenzaron a arreglar un poco el lugar, y poner algunas decoraciones. Querían que se viera lindo, pero no como una fiesta Kook —si es que eso era posible—. No tardaron mucho en comenzar a beber, mientras contaban anécdotas divertidas del pasado, y bailaban al ritmo de la música de la radio del padre de John B.

Bianca y John B. seguían manteniendo esa cercanía. Existía una tensión que todos podían sentir. Pero a pesar de ello, y a pesar de estar rodeada de tanta gente que la quería, y de que tanto su hermano, como el resto de sus amigos, la estuvieran haciendo pasar un buen rato; Bianca no podía dejar de pensar en que Jalander ni siquiera le había deseado un feliz cumpleaños.

Habían pasado cada cumpleaños juntas, desde que se hicieron amigas. Así había sido durante años, años llenos de comidas familiares, noches en la playa, fogatas, comidas en el restaurante de los padres de Kiara. Años de que solo fueran Bianca y Jalander.

Bianca se reía, y se divertía, incluso bromeaba y bebía como si no hubiera un mañana, pero su corazón, y su mente estaban en Jalander, en que su mejor amiga, se había olvidado de su cumpleaños.

Se había olvidado de ella.

Y es que incluso el año pasado, durante su año Kook, ambas habían estado en el cumpleaños de la otra. Pero justo ahora, ¿porque todo se sentía tan diferente?. Y no se sentía como si Jalander estuviera por entrar en otra era de niña ricachona a la que no se le permitía juntarse con sus antiguas amigos. Esta vez se sentía, como si fuera el final de su amistad. Para siempre.

Y eso la estaba matando.

Bianca tomó una cerveza del refri, y se sentó encima de la barra de la pequeña cocina de John B. Tomó su teléfono, e intentando escribirle a Bianca, su teléfono casi se resbala de sus manos, pues su movimientos eran torpes por la cantidad de alcohol que ya había ingerido. Su dedo  accidentalmente presionó la historia de Sara Cameron. Bianca saltó un quejido, al sentir que su teléfono se caía de sus manos, pero cuando logró recuperarlo, y enfocarse en que era lo que había causado, su corazón se rompió un poco.

Jalander estaba en una fiesta Kook con Sarah, y con Rafe Cameron. Rafe cargaba a Jalander entre sus brazos, mientras corría hacia la piscina y se aventaba a ella junto a Jalander. Los ojos de Bianca se llenaron de lágrimas al instante, mientras bajaba de la barra, y el efecto del alcohol la mareaba.

—¿Me pregunto cuándo llegará Jalander?— inquirió JJ, mientras bailaba con Kiara—. Le he llamado pero no responde, ¿le habrá sucedido algo?. Creo que debería ir a buscarla —habló él, mientras soltaba la mano de Kiara, y comenzaba a buscar las llaves de su motocicleta.

—Ella no vendrá —señaló Bianca, desde la cocina.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó Pope, con intriga, observando a Bianca desde el sofá.

La rubia se acercó al grupo de Pogues, con su celular en la mano, y les mostró la historia de Sarah, en la que aparecía Jalander.

Kiara miró a Bianca enseguida, notando la decepción y tristeza en su rostro.

—Ella se lo pierde —comentó enseguida—. Nosotros nos estamos divirtiendo, ¿o no?.

Bianca le dio una sonrisa a medias.

JJ apretó los labios, mientras apagaba el teléfono de su hermana y se sentaban en el sofá. Pope y John B. se miraron el uno al otro, sabiendo que la fiesta, había llegado a su fin.

—Esta bien, Bianca. Probablemente lo olvidó —dijo John B., acercándose a ella, intentando reconfortarla. Bianca levantó la cabeza, y lo miró.

—Ese es justo el problema —respondió con pesar—. Olvidó mi cumpleaños.

La rubia no dijo nada más, y salió inmediatamente del chateu. Necesitaba aire.

Kiara, Pope, y John B. se quedaron en silencio, sin saber que decir o que hacer.

—¿Saben que? —habló JJ—. Deberíamos ir a esa fiesta —propuso.

—¿Estás loco?— replicó Kiara.

—Ni siquiera nos invitaron —indicó Pope, evidentemente en contra de la idea de JJ.

—Sí. No creo que sea buena idea —apoyo John B., sentándose junto a Pope, mientras Kiara se sentaba junto a JJ.

JJ bufó y se levantó del sofá.

—¿De qué hablan?. Las mejores cosas pasan en los lugares a lo que no te invitan —alardeó JJ, con una sonrisa, que escondía su pesar—. Somos Pogues, ¿de acuerdo?. No hay fiesta sin nosotros.

Los tres amigos que lo observaban, se rieron de él y sacudieron sus cabezas.

—¿Y cómo vas a convencer a Bianca de ir, genio? —le preguntó John B.

—Ella vendrá —aseguró JJ—. Yo me encargo de eso.

—Aún no entiendo que es lo que haremos ahí —dijo Kiara, cruzada de brazos—. Jalander se olvidó de nosotros. Está bien. No la necesitamos.

—Bianca la necesita —replicó JJ, esta vez ya no con un tono juguetón, sino con uno serio.

—Pero quizá Jal ya no necesita a Bianca. Ella hizo nuevos amigos. Ya ni siquiera sale con nosotros. Quizá es tiempo de... —comentó Pope.

—¡No!. Ella es una Pogue, no pertenece a ellos. Es una de nosotros, por más que su vida sea... diferente. Y tenga a esa imitación barata de Ken como novio —habló JJ—. Así que iremos a esa fiesta y le recordaremos a Jalander quienes somos —dijo, casi como un discurso motivacional.

Kiara reprimió una carcajada que estaba por salir de sus labios, mientras John B. y Pope mantenían sonrisas burlonas en sus rostros.

—JJ tiene razón —Bianca apareció recargada en el marco de la puerta—. Jalander es una de nosotros. Además... conseguí que alguien nos invitara a la fiesta —dijo, con una sonrisa victoriosa, mientras miraba a sus amigos.

—¿Quién? —quiso saber John B., elevando una ceja.

—Un... viejo amigo —se limitó a responder, mientras les hacía una seña para que se levantaran—. Vamos. Tenemos que animar una fiesta —alardeó.

JJ la miró con una sonrisa, y salió apresurado detrás de Bianca, celebrando que irían a Figure Eigth, y esperando que su noche se volviera más interesante.

Bianca no sabía muy bien lo que estaba haciendo, sabía que no estaba pensando con claridad, y que colarse en la fiesta de los niños ricos le traería problemas. De hecho, invadirlos no era la mejor opción después de lo que había sucedido con JJ días atrás, y que aún seguía recuperándose de los golpes, pero ver a Jalander divirtiéndose con Rafe Cameron, y olvidando completamente que hoy era su cumpleaños, la había herido realmente.

Los Pogues tomaron su camino hacia Figure Eight, no muy seguros de saber a dónde se dirigían, pero confiando en las palabras de Bianca, quien les aseguraba que todo estaría bien —o al menos eso esperaba—. Se tomaron su tiempo, hasta que finalmente llegaron al lugar de la fiesta: la casa de Topper Thornton, calles atrás habían escuchado los sonidos que parecían describir que estaban teniendo una gran fiesta. La música estaba a todo volumen, y había gente a montones fuera de la casa del chico.

—Aún podemos regresar al chateu y seguir bebiendo nosotros solos —propuso Pope, preocupado porque sabía que estaban invadiendo territorio prohibido.

—Ya estamos aquí. No podemos arrepentirnos —dijo JJ, mientras John B. frenaba la Twinkie, que a diferencia del resto de los autos ahí, lucía bastante lamentable.

—Solo vamos a... ¿buscar a Jalander? —inquirió John B., sin saber muy bien qué hacían ahí.

—No. Les dije que teníamos una invitación. Venimos a divertirnos —habló Bianca, mirando su teléfono.

—¿Con quién hablas? —le preguntó Kiara, frunciendo el ceño—. ¿Quién es el chico misterioso que te invitó?.

Bianca la miró un momento, y sonrió sin ganas, aproximándose a la puerta de la parte trasera para abrirla, ignorando completamente su pregunta.

—Vamos, chicos. Todavía es mi cumpleaños, ¿o no?. Ya conocerán a mi amigo.

El resto de Pogues la miraron confundida, mientras ella bajaba del auto, y se acercaba a un Kook que salía de la casa.

—¡Bianca, linda! ¡Feliz cumpleaños, preciosa! —exclamó el chico, dándole un gran abrazo, mientras Bianca se lo devolvía sin mucho entusiasmo.

—¿Quién es él? —preguntó John B. con el ceño extremadamente fruncido.

JJ soltó un suspiro, y elevó una ceja.

—¿Recuerdas que hace unos meses Bianca comenzó a salir con un chico misterioso? ¿Del que nunca supimos nada?.

John B. asintió, comenzando a comprender a dónde se dirigía.

—Era Nate Campbell —señaló JJ de mala gana.

—¿Bianca salió con Nate Campbell? —inquirió Kiara, asomándose entre ambos asientos, y viendo a través del parabrisas como ambos mantenían una conversación.

—¿Cómo es eso posible? —preguntó Pope, sin entender nada.

— Jalander se lo presentó. No fue nada oficial, pero salieron durante un tiempo. Todo muy secreto y misterioso. Claro que lo averigüé en un instante porque conozco muy bien a mi hermana —explicó el rubio, mientras apretaba los labios, y abría la puerta de la camioneta para salir—. No te preocupes, John B. No tienes nada de que preocuparte —se dirigió burlón hacia su amigo, que lo fulminó con la mirada—. En fin, ya estamos aquí, hay que divertirnos.

Los tres Pogues bajaron a regañadientes de la camioneta vieja y oxidada, mientras se acercaban a Bianca.

—Me da tanto gusto que vinieras. Siempre es bueno verte, Maybank —le dijo Nate, en tono coqueto mientras jugaba con uno de los rizos de Bianca. Ella lucía realmente incómoda.

—Espero no te haya molestado que haya venido con amigos. Estábamos aburridos. Tu mensaje nos salvó —explicó, irónica.

Nate observó a los Pogues que rodeaban a Bianca, haciendo una mueca de disgusto, pero en cuanto la volvió a mirar a ella, sonrió mostrando los dientes.

—Claro, nena. Vamos, entren. Jalander estará feliz de verlos —dijo, mientras los guiaba al interior de la gran casa.

Los Pogues se miraron entre sí, mientras John B. observaba de mala gana a Bianca.

—Solo necesi...

—No tienes que explicarme nada, Bianca —la interrumpió John B., mientras seguía al tipo.

La rubia tragó saliva, observándolo alejarse. JJ llegó a su lado y tomó su mano.

—Es un idiota. Solo está celoso. Más vale que no te deje por esto —habló JJ, y arrastró a Bianca detrás del grupo de Pogues. La rubia sonrió ligeramente.

Nate recorrió toda la casa, saludando a sus amigos, y a algunas chicas, intentando no prestarle mucha atención a los Pogues, e ignorándolos. Pero Bianca aún lo seguía. Nate llegó hasta el jardín de la casa, y volteó hacia atrás, buscando a Bianca.

—¡Bianca! ¡Ven aquí! Jal estará fascinada cuando te vea —la llamo Nate, mientras dejaba que los Pogues se dispersaran, y rodeaba a Bianca por la cintura. Ella le dio una sonrisa apretada, y a lo lejos, pudo observar a Jalander riendo mientras estaba sentada en el regazo de Rafe.

Lucia tan perfecta. Con su cabello húmedo, como clara señal de que había estado en el agua, y las mejillas pintadas de un color rosado que la caracterizaba. Se reía de una manera diferente. De una manera de la que no se había reído hacía tiempo, y menos estando con Bianca.

Ella se preguntaba constantemente que había hecho para que ella se distanciara. ¿De qué forma podría haberla herido?. Ella amaba a Jalander, y antes creía que, Jalander también la amaba a ella.

Incluso si no era de la misma manera.

Pero en el presente, se sentía tan apartada de ella, como si fueran dos islas separadas en un inmenso océano.

Jalander, entre sus risas, observó a Bianca, la rubia la miraba con ojos profundos, y ligeramente cristalinos.

—¡Hey! Espero no les moleste que haya invitado una amiga —se anunció Nate, acercándose al grupo de Kooks, y llevando a Bianca con él.

—¿Qué hace ella aquí? —prácticamente gruñó Rafe, evidentemente molesto—. Más vale que el pequeño Maybank no se esté paseando por ahí o será hombre muerto —habló Rafe, entre dientes, sin apartar la vista de Bianca.

— Por qué no te consigues una vida y dejas de molestar a mi hermano? —espetó Bianca. Rafe río a secas.

—Bianca... —la retó Jalander, suplicándole con la mirada que no iniciara un alboroto.

—No le hagas caso. Es idiota de nacimiento —comentó Sarah, observando a Rafe de mala gana. Su hermano puso los ojos en blanco y le dio un largo sorbo a su cerveza mientras acariciaba el muslo de Jalander. Los ojos de Bianca no pudieron evitar clavarse en su mano acariciando su suave piel, mientras sentía una ligera llama de ira recorrer su cuerpo.

Bianca parpadeo un par de veces, cuando notó que Rafe la miraba fijamente.

—¿Qué? ¿Acaso vernos te excita? —dijo Rafe burlón, y el grupo de Kooks comenzó a reír.

Bianca apretó la mandíbula y fulminó a Rafe con la mirada.

—¿Qué sabes tú sobre lo que excita a una mujer? Estoy casi segura de que nunca has hecho sentir realmente bien a ninguna —atacó ella, haciendo una mueca de evidente disgusto.

Un coro de "uhh" se escuchó alrededor de ambos. Mientras Jalander los observaba con miedo de que pudieran ocasionar otra pelea. Rafe bajó a Jalander de su regazo bruscamente, para levantarse de su silla y acercarse a Bianca, quedando frente a frente.

—¿Por qué no le preguntas a Jal? Ella adora gritar mi nombre —replicó él, en ese tono narcisista y egocéntrico.

—¡Rafe! —lo regañó Jalander. Pero ni él, ni Bianca la miraron.

—Claro. Como la mitad de las chicas de esta fiesta, ¿no? Porque estas tan necesitado que te follarias hasta a tu motocicleta —respondió Bianca a la defensiva. Rafe le dio una sonrisa burlona.

—Bianca, ¿de qué estás hablando? —inquirió Jalander.

—Nunca he estado con nadie que no sea Jalander —dijo Rafe, desviando su mirada de los ojos de Bianca—. No sé qué mierda hablas.

Esta vez, Bianca volteó a ver a Jalander.

—Abre los ojos, Jal. Él no te quiere. Ha estado con la mitad de la isla y todos lo saben menos tú —dijo ella. Los ojos de Jalander se llenaron de lágrimas al instante.

—No le vas a creer a esta Pogue, ¿o si? —defendió Rafe, con una mueca de indignación.

—¿Cómo puedes ser tan cínico? —exclamó Bianca, volteándolo a ver con molestia.

Rafe estaba a punto de contraatacar cuando la voz de su novia, lo detuvo.

—¡No! —exclamó Jalander—. ¿Cómo te atreves tú a venir aquí y hablar así de mi novio?.

Bianca se quedó en shock por un momento. ¿Ella estaba hablando en serio?. ¿La estaba culpando?.

—Solo intento ayudarte —replicó Bianca, con las cejas arqueadas.

Las voces de la discusión cada vez se hacían más fuertes, y las personas en la fiesta comenzaban a acercarse. Los Pogues llegaron enseguida en cuanto vieron como la multitud salía al jardín, y cuando notaron que era Bianca la que estaba involucrada, no dudaron en acercarse a ella.

—No necesito tu ayuda. ¡No quiero tu ayuda, Bianca! —exclamó Jalander—. Estábamos tan bien antes de que llegaras. Pero tú solo arruinas todo lo bueno. ¡Y todo por tu estúpida obsesión conmigo!— estalló.

Las palabras de Bianca se quedaron atoradas en su garganta, sintiéndose expuesta.

—No estoy obsesionada contigo —replicó, apenas en un susurro.

—Sí, lo estás. ¡Y todos pueden verlo, carajo!. ¡Pero despierta, Bianca!. No te necesito. Nunca lo hice. Solo estás celosa porque yo pude salir de La Corte, y tú estarás ahí de por vida, con tu padre alcohólico golpeándote hasta matarte.

Y eso fue suficiente para que el corazón de Bianca terminara de hacerse añicos.

—¿Qué mierda está mal contigo? —los Kooks a su alrededor comenzaron a mirar a Bianca fijamente.

Ella podía sentir como se reían de ella. Podía verlos, riéndose a carcajadas y señalándola, como la gran burla que era. El gran espectáculo de entretenimiento.

—Regresa por donde viniste —le ordenó Rafe, mirando a Bianca con ojos asesinos—. Y deja a mi novia en paz, maldita freak—le dijo él. Bianca no pudo retener más las lágrimas, y se dio media vuelta, casi corriendo para huir del lugar.

Los Pogues corrieron enseguida detrás de Bianca sin dudarlo, mientras JJ se quedaba observando fijamente a Rafe, con los puños apretados.

Rafe lo miró, retante.

—¿No te bastó con lo de la otra noche? ¿Porque no regresas con tu hermana a casa y ven si papá no está tan ebrio como para golpearlos hoy —dijo burlón, y con ese comentario JJ perdió la paciencia.

Se avalanzo contra Rafe, mientras este estaba desprevenido, y le dio un gran golpe en el rostro.

—¡JJ! —gritó Jalander.

Rafe cayó al suelo en un instante, llevando su mano a mejilla. Jalander se arrodilló a su lado de inmediato, y miró a JJ con las cejas arqueadas.

—¡No vuelvas a tratar así a Bianca, ¿me oíste?! ¡O te mataré! —exclamó el rubio lleno de rabia, mientras se daba media vuelta y desaparecía entre la multitud—. ¡Te mataré! ¿me oíste?.

Bianca salió de la casa en cuanto pudo, las lágrimas caían desesperados de su rostro y una ira crecía en ella. Porque no se sentía suficiente. Sentía que cada paso que daba la llevaba a la ruina, y que Jalander tenía razón.

Ella jamás saldría de aquella casa del lado sur. No tenía como, no importaba cuánto dinero ahorrara, ni cuántas ganas tuviera de huir. Era su destino, era una sentencia que debía cumplir.





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Definitivamente los flashbacks del verano son mis capítulos favoritos de escribir!!!!
Espero disfruten este cap y les guste y les duela tanto como a mi. Love u all. xoxo.

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