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𝐟𝐨𝐮𝐫𝐭𝐞𝐞𝐧

-Jiwoong-

-¿Tiene algún significado o...?-Preguntó curioso con la cabeza reposada sobre la palma de sus manos. Se veía como un tierno gatito, tan atento e inocente.

-No realmente, solo lo escuché por ahí y supuse que sería un lindo nombre- Le dijo con la mirada fija en el pequeño que tenía en brazos. Tal vez porque el tiempo se les había pasado rápido o simplemente por no tener la suficiente imaginación o conocimientos para el nombre de su hijo, pero no habían nisiquiera pensado en las opciones para elegir uno.

-Me gusta- Respondió con simpleza -Mis dos personas favoritas ahora tienen la misma inicial en su nombre- Susurró con una sonrisa tímida.

Jisung juraba que las veces que veía a Minho por revistas o incluso redes sociales, lo veía como un tipo serio, hecho y derecho un hombre de negocios como podía llamarse, con actitud, seriedad, madurez e inteligencia, pero ahora que lo tenía frente a frente, con confianza y un tipo de relacion de por medio, era alguien con un corazón blando y delicado.

Haciéndole olvidar casi por completo que tenían una diferencia de edad de casi 7 años.

El día de ayer había sido uno realmente agotador para el menor de abultadas mejillas, tuvo que salir prácticamente corriendo de su casa acompañado por Minho, ya que las contracciones le alertaban la llegada de su primogénito, a tropezones y casi atinando a estrellarse con alguno autos en la carretera habían lograron llegar al hospital. Más tarde se enteraría que Jeongin y Hyunjin también habían llegado, junto a muchas palabras de regaño de parte del mayor pidiéndoles explicaciones y dramatizando mucho más la situación debido a los nervios. Pero, la suerte estuvo de su lado al menos por esa vez y el pequeño Jiwoong había nacido totalmente sano.

Ahora solo quedaba volver a casa, una vez le dieran el alta y procurar darle todo el amor que todo niño merecía.

-Hannie...- Le llamó tomándole de la mano, la misma que utilizaba para cargar al pequeño bebé dormilón -¿No crees que los departamentos universitarios son algo... pequeños?- La pregunta tomó por sorpresa al menor, ¿A qué se debía eso? Era sabido que aquellos departamentos no eran de lujo, eran pequeños, o al menos lo necesariamente amplios como para que dos estudiantes vivan sin muchas más complicaciones, pero era claro que ahora no serían solo "Dos estudiantes".

-Supongo que si, ¿Debería de buscar otro lugar, verdad?- Minho asintió -Le pediré a Jeongin que-

-Vive conmigo- Soltó con rapidez.

-¿Q-qué?-


















-¿Necesitas ayuda?- El menor negó mientras seguía secando con una toalla su cabello. Después de todo había aceptado la propuesta que Minho le había dado, el departamento que compartía junto a Jeongin era demasiado pequeño y era muy probable que los sonidos del bebé llegaran a causar molestias a sus vecinos, pero lo que menos esperaba era que la casa del mayor sería tan espaciosa -Dame eso ya- Le arrebató la toalla con delicadeza. Ambos se encontraban sobre la cama después de haber tomado una pequeña ducha antes de dormir. 

Las manos de Jisung, ya desocupadas, se dirigieron a su barriga algo abultada debido a los tantos consentimientos que tuvo de parte de Minho luego de que Jiwoong naciera.

-¿Ocurre algo?- Apenas llevaban unas semanas viviendo juntos, pese a que aún no se acostumbrara a los tantos servicios que había y se perdiera entre tantas habitaciones, le gustaba la idea de compartir el tiempo casi al 100% con la persona que le gustaba, quien al mismo tiempo era el padre de su pequeño hijo, claro. Mas había algo que aún hacía presión en su corazón y a Minho le preocupara que pudiese sentir depresión post parto.

-¿Qué dijeron tus padres cuando se enteraron?- Preguntó de la nada, con sus ojos fijos en la cuna a un lado de la gran cama matrimonial, Jiwoong yacía ahí descansando de tener otro día tan activo como solía ser. El mayor sonrió con ternura ya terminando de secar el crecido cabello de Jisung.

-Ellos estuvieron impresionados, como todos supongo, pero dijeron que no les molestaba mientras yo fuera feliz- Mencionó con tranquilidad -Son personas de bastante edad debo admitir, pero a pesar de tener ciertas opiniones sobre la homosexualidad de hoy en día, siempre me apoyaron en todo-

Muy en el fondo deseaba poder decir que lo mismo pensaba su madre, que incluso teniendo una mente cerrada lo había apoyado en sus intereses, pero claramente no fue así. Su madre lo había tenido que criar sola, a costa de las burlas por embarazarse joven y su declaración le había pegado como un balde de agua fría.

-¿Qué piensas? Has estado muy callado desde la mañana- Se le acercó, acunando su rostro con suavidad. La expresión del menor era claramente pensativa, pero ante esa acción sus orbes se elevaron, chocando con los gatunos ojos de Minho, con quien aún no era nada pero deseaba ser todo.

-No es nada, solo tenía curiosidad- Mintió ligeramente con una sonrisa.




Se quedaron hablando un poco más sobre temas triviales, ya que al ser sábado no había apuros por dormir temprano para ir a trabajar al día siguiente, pero poco a poco los parpados de Minho se fueron cayendo, tal vez por el hecho de que se había acostumbrado a estar tanto tiempo solo, que ahora que tenía de quienes cuidar las 24/7 sus energías se agotaban con rapidez. Fue entonces que, aunque la noche también cayera, las estrellas y la luna reinaran, y el mundo de los sueños este presente en cada una de las personas de la zona, Jisung seguía sintiéndose inferior de alguna manera. Intentaba aferrarse a los brazos de Minho, que siempre le daban calma de una manera extraña, muchos dirían que porque nunca sintió el cariño de un padre, aunque la verdad era que él lo hacía sentir como la persona más especial de la tierra. Pero incluso si lo intentaba así, no podía dormir.

Con cuidado dejó la cama, dirigiéndose al pequeño balcón que tenía la habitación. A diferencia de otras veces, no se sentía solo, no sabía que era lo que sentía con exactitud, pero cuando escuchó al mayor hablar con su madre por teléfono esta mañana, de alguna manera... Deseó ser como él.

Aquel día hace ya varios meses, donde Jeongin salió junto a Hyunjin para que asi tuviese tiempo de hacer una llamada en privado con su madre, no había salido como lo planeo. La había intentado llamar muchas veces, pero nunca respondía, incluso llegó a pensar que le estaba colgando en cada ocasión ya que no pasaban ni dos segundos de tono y lo mandaba al buzón. ¿Lo estaría ignorando? No esperaba otra cosa de ella luego de lo que había pasado.

-¿Debería intentar...?- Susurró con su teléfono en mano, tal vez con la fría brisa que sacudía sus cabellos lograría solamente pescar un resfriado, pero no perdía nada con hacer una última llamada.

¿Verdad?.

Con sus ojos entrecerrados presiono el botón de llamar justo en el contacto que decía el nombre de su madre, y solo lo pegó a su oreja, esperando que alguna voz sonara del otro lado, ya sea la de ella o, de nuevo la voz del buzón.

Todo a su alrededor se encontraba bastante callado, muy diferente al ruido de los autos y gente pasar que había en su antigua vivienda. Muy pocas personas estarían despiertas a esas horas, además de no ser una ruta transitada, al contrario, no muchos se atrevían a pasar por la zona ya que solo era para gente de altos ingresos o algún que otro reconocido a nivel país.

Una vez escuchó un ruido del otro lado de la línea, ya habiendo perdido todo tipo de seguridad y solo esperando que la voz de la contestadora le indicara otra vez que "Dejara su mensaje después del tono", se limitó a dar un fuerte suspiro.


-¿Hola?- Habló una conocida voz, haciéndolo sobresaltar.

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