Sorpresas 🔸 J e o n g L i x
―Oh, Dios. Lix, justo ahí ―jadeó gustoso.
Hyunjin mordía sus labios con fuerza, en un vano intento de retener los gemidos que amenazaban con liberarse de entre su garganta. Mantenía la mirada gacha, dedicándose a observar extasiado la morbosa escena que se proyectaba ante su persona. Sus manos se ceñían fuertemente contra el borde del escritorio detrás de él intentando sostenerse mientras trataba de concentrarse en aguantar las ganas de eyacular que tenía.
―Hmmn, Hyunjinnie es delicioso ―musitó sensualmente el rubio, quien se mantenía arrodillado ante el nombrado ―. Me pregunto si tu semilla será tan deliciosa como tu pene ―dijo desvergonzadamente, para luego volver a engullir el duro miembro hasta el fondo de su apretada garganta.
Hyunjin tiró la cabeza hacia atrás, sintiéndose ya casi en su límite.
―Felix, para ―se escuchó a Jeongin ordenar.
Ambos chicos hicieron caso a la orden del menor, parando el acto para mirarlo con confusión. Jeongin yacía sentado sobre una de las camas de aquella lujosa habitación, había sido un ávido espectador mientras se ocupaba de masturbarse, pero para ese punto había considerado el momento adecuado para participar.
―Hyung, carga a Felix ―ordenó el menor, y Hyunjin así lo hizo. Era realmente cómodo cargar al chico, ya que este era relativamente liviano en comparación a prácticamente cualquier miembro del grupo.
Jeongin levantó de su lugar, y sin dejar de bombear su miembro se dirigió hasta el par, rodeó suave pero firmemente la cintura del morocho, dejando a su novio atrapado entre ambos cuerpos, y tras depositar un gentil beso sobre la nuca del rubio, conectó miradas con el mayor de los tres. Las grandes manos del maknae tomaron el miembro ajeno y el suyo mismo, y en consiguiente los alineó con los agujeros de Felix.
―Innie ―susurró Felix, ya presintiendo lo que venía a continuación.
Hyunjin apreció los afilados ojos de Jeongin, y este asintió en respuesta. El grito de Felix resonó en toda la habitación mientras ponía los ojos en blanco. Finalmente, se sentía tan malditamente lleno y caliente.
Hyunjin se sentía frustrado, el tiempo parecía escapársele de las manos, dejándole apenas unas pocas horas disponibles que al final terminaba usando para descansar.
Sesiones de fotos, entrevistas, eventos sociales, prácticas de canto y baile; todo esto le consumía tiempo y energía. Y cuando pensaba que al fin estaba cerca de terminar de cumplir con su apretada agenda, el manager resurgió de entre las cenizas para informar acerca de un viaje a Estados Unidos. Molesto era quizás la palabra perfecta para describirlo en esos momentos, pues realmente deseaba poder relajarse un poco, sin embargo, también le hacía sentirse emocionado, ya que asistirían a un evento de suma relevancia; la Met Gala. Esto suponía un gran logro para todo Stray Kids, por lo que a pesar del cansancio todos estaban contentos al respecto, manteniéndose emocionados hasta el día del vuelo. Cuando el día programado para volar llegó, Hyunjin fue de los primeros en estar listos, la noche anterior se había asegurado de programar varias alarmas para evitar cualquier posibilidad de atraso en su tarea de levantarse a tiempo, y así lo hizo; se vistió con ropa cómoda, revisó que su equipaje tuviera todo lo necesario para la estancia en el extranjero, y una vez listo todo bajó a desayunar tranquilamente con el resto de los miembros. Una vez asegurado que nadie se olvidaba de nada, todo el grupo se dirigió hacia el aeropuerto, y una vez ahí pasaron por el tedioso trámite antes de abordar el avión, lo que para Hyunjin era una verdadera molestia.
―Hyung, aquí ―la voz de Jeongin llamó a Hyunjin cuando éste caminaba por los pasillos en busca de su asiento. El castaño palmeaba el asiento vacío que se encontraba entre él y Felix, quien yacía acomodado también.
―Oh, ¿está bien si me siento ahí? ―indagó Hyunjin, un poco inseguro.
―Claro ¿Por qué no lo estaría? ―preguntó Jeongin, confundido.
―Es que pensé que quizás querrías sentarte al lado de tu novio ―respondió el alto, todavía parado en medio del pasillo.
Felix dejó escapar una pequeña risa al escucharle.
―Hyunjin-ah, podemos vivir sin estar pegados ―dijo Felix con evidente diversión resonando en las palabras ya dichas.
Hyunjin rio con vergüenza y finalmente se acomodó en el asiento que había entre la pareja, no sin antes resguardar su mochila en el compartimento de equipajes.
Le esperaban unas cuantas horas de viaje, por lo que se puso cómodo; inclinó el respaldo de su asiento levemente hacia atrás, se colocó los auriculares, y una vez listo se dispuso a retomar sus preciosas horas de sueño. No obstante, cuando estaba por caer rendido ante las tentadoras garras de Morfeo, pudo sentir peso sobre sus hombros, por lo que supuso que la pareja había decidido usarlo se almohada, así que no le dio mucha importancia; ya que era un comportamiento normal entre ellos. Pero, algo que no era 'normal' era sentir una mano escabullirse entre sus piernas, apretando y masajeando sus muslos internos, mientras que otra más pequeña se unía luego, encontrando lugar debajo de sus prendas superiores, deteniéndose a acariciar sutilmente su pezón izquierdo.
―Hyunjin-ah ―la voz grave y rasposa de Felix acarició un costado de su cuello, causándole escalofríos―. Sé que estás despierto― dijo el rubio, para luego pellizcar inesperadamente el pezón que anteriormente estaba estimulando.
Hyunjin suprimió un jadeo de sorpresa que casi se escapa de entre sus labios, y en cambio se sobresaltó en su lugar.
― ¿Por qué ahora? ―fue lo único que logró formular entre el cúmulo de emociones que estaba sintiendo; miedo, morbo, excitación, preocupación, la adrenalina le recorría las venas debido a la inmoral situación en la que se encontraba.
Hyunjin se mantenía aún sin abrir los ojos. De repente tenía vergüenza, se sentía como un cordero siendo acorralado por un par de lobos hambrientos.
La risita traviesa tan característica de Jeongin se hizo escuchar.
―Porque es excitante. El hecho de que puedan descubrirnos lo hace aún más emocionante ―respondió el maknae. La mano que antes yacía masajeando los muslos internos del mayor fue subiendo lentamente, hasta posarse firmemente sobre aquél destacable bulto.
―Si alguien nos descubre estaremos en serios problemas ―mencionó Hyunjin, un poco preocupado.
―Eso no pasará. Estamos en el fondo, y las azafatas no aparecerán sino hasta la hora del almuerzo ―le tranquilizó Felix.
Cuando Hyunjin finalmente se animó a abrir los ojos giró a mirar a Felix, y éste no desaprovechó la oportunidad para tomar su rostro y comenzar a besarlo lento pero profundamente, mientras que a la vez Jeongin metía la mano entre los pantalones, liberando el miembro que clamaba con desesperación ser atendido.
―Sé silencioso, Innie ―le advirtió el rubio a su novio.
Jeongin asintió, y luego de dejar un corto beso sobre los labios de su pareja procedió a agacharse hacia la entrepierna del morocho, comenzando así con la felación, en tanto Felix se encargaba de devorar los labios del mayor, con la intención de acallar posibles gemidos.
Hyunjin se dejó hacer. Después de todo, un poco de placer lo ayudaría a conciliar el sueño más tarde.
Tal y como se esperaba, luego de lo ocurrido en el avió, Hyunjin cayó dormido casi al instante que culminaron, y la pareja se le unió, puyes no había nada mejor que hacer.
Cuando el avión llegó a Estado Unidos el grupo se dirigió enseguida hacia el hotel en el que se alojarían. Se organizaron para compartir las habitaciones en parejas y una vez hecho esto cada quien se dirigió a la habitación asignada para acomodar sus pertenencias y relajarse un rato. A Hyunjin le tocó compartir habitación con Seungmin, por lo que estaba contento, ya que el chico era bastante tranquilo y no lo molestaría en absoluto, razón por la que era su miembro favorito.
― ¿Dormirás todo el día? ―preguntó Hyunjin al menor, quien apenas entró a la habitación tiró el equipaje a un lado y se desplomó sobre la primera cama que se encontró.
― ¿Qué otra cosa puedo hacer aparte de dormir? ―indago el menor, como si el otro hubiera preguntado la cosa más obvia del mundo.
―Buen punto ―concordó Hyunjin.
Realmente no había mucho que hacer aparte de ver alguna serie o llamar al servicio a la habitación.
Aún quedaban unas cuantas horas antes de tener que ir a cumplir con las pruebas de vestuario para el evento, pero como Hyunjin había dormido prácticamente todo el viaje ahora se encontraba hiperactivo; simplemente no podía quedarse quieto haciendo nada. Así que, sin nada mejor que hacer, Hyunjin salió de la habitación, decidido a averiguar qué hacían los miembros en sus respectivas habitaciones, y si tenía suerte encontraría algo interesante con lo cual entretenerse. Primeramente fue a la habitación que compartían Minho y Jisung, en donde se encontró con el dúo viendo anime y tomando cerveza, y aunque le tentaba aceptar quedarse para beber con ellos, realmente no le apetecía ver anime, más específicamente el que estaban viendo en ese momento, por ende siguió su camino. La siguiente habitación a la vista era la habitación de Chan y Changbin, Hyunjin estaba a punto de entrar a la misma, sin embargo, algo le impidió hacerlo.
Eso que escuchaba era...
― ¿Gemidos? ―se preguntó en voz baja un confundido Hyunjin.
Intentó buscar una explicación no sexual que pudiera explicar lo que estaba escuchando, pero los sonidos eran claros, definitivamente sonaban como gemidos; y más específicamente a los gemidos de Chan, aquella voz lasciva y excitante que emitía y que era tan característica de él. Hyunjin se había vuelto particularmente adicto a ellos, a sus gemidos, a sus jadeos de placer, desde aquella primera vez que le escuchó en el estudio de grabación. Pero entonces una pregunta se le vino a la cabeza. ¿Debido a qué o quién se debían esos gemidos? Bien podría estarse masturbando, lo que lo explicaría lógicamente, pero algo que no encajaba era la intensidad de los mismos, sin mencionar los otros sonidos que los acompañaban; más que parecer que se estaba masturbando, sonaba a que Chan estaba teniendo sexo, y no precisamente del vainilla. Pero, entonces, ¿con quién estaría haciéndolo?
Estuvo ahí parado, frente a la puerta de la habitación, pensando en si era o no buena idea echar un vistazo, porque sí; Hwang Hyunjin era un entrometido de primera, y no podía evitar sentir curiosidad por saber qué se encontraría dentro de esa habitación. Sabía que era de mala educación―y un poco acosador de hecho― espiar a los demás, por no mencionar que también estaba la posibilidad de que lo descubrieran in fraganti. ¿Se enojarían con él? ¿Le propondrían unirse? Cualquiera que fuera el desenlace, estaba dispuesto a averiguarlo.
Tragó saliva nerviosamente, y muy suavemente tomó el picaporte entre su diestra, dejó escapar un suave suspiro, y luego de contar hasta tres, su mano comenzó a girar lentamente el picaporte, que para su suerte no hizo más que un apenas perceptible sonido, y entonces entreabrió la puerta. La abrió apenas un poco, lo suficiente como para asomar uno de sus ojos, y la imagen que se encontró fue inesperada.
Pudo reconocer su inconfundible figura: se encontraba apoyado sobre sus codos y rodillas, su musculosa espalda formaba una curvatura deliciosa que comenzaba desde el espacio entre los omóplatos y finalizaba con su gran culo en alto, las piernas estaba separadas para poder dar espacio al fornido e inconfundible cuerpo de quien anteriormente se había encargado de hacerle llorar de placer.
― ¿C-changbin? ―susurró Hyunjin, sorprendido.
El mencionado arremetía ferozmente contra el níveo cuerpo del líder, quien no paraba de gemir y sollozar de gozo al sentir como el otro adentraba su verga gorda hasta el fondo de sus entrañas.
―Te gusta, ¿no es así Channie? ―increpó un agitado Changbin, que aún sin detener el frenesí de sus caderas, se atrevió a propinar una fuerte cachetada sobre los glúteos ajenos, dejándolos rojos casi al instante ―. Te encanta que te tu dongsaeng te falte el respeto de esta manera, ¿verdad? ―otro par de cachetazos fueron propinados, provocando unos fuertes gemidos por parte del mayor ―. Eres una pequeña puta sinvergüenza, que le encanta que le destrocen su lindo culo.
― ¡Changbin! ―exclamó Chan a modo de reto. Su voz expresaba molestia, debido a la forma en la que el otro se refería a su persona, pero a la vez, la expresión en su rostro y los gemidos que dejaba escapar descubrían sus verdaderos sentimientos; pues muy en el fondo, el mayor encontraba excitante que su menor le hablara y denigrara sin cuidado. Era de algún modo como un fetiche para él.
―No tienes por qué fingir que te disgusta, Channie ―mencionó el morocho. Y a continuación apoyó sus brazos a los costado de los hombros del otro, para luego agarrarle por el cuello con su diestra, haciendo que Chan girara su cabeza hacia un costado, quedando ambos cara a cara ―. Sé bien cuánto te calienta que te traten así en la cama, y sabes perfectamente cuánto me excita lo sumiso que te comportas.
La corta discusión culminó con ambos compartiendo una ronda de besos húmedos y ruidosos, mientras el sonido de la cama golpeando la pared se iba a haciendo cada vez más intenso.
― ¿Hyung?
Hyunjin dio un salto en su lugar, girando con sorpresa para mirar a un confundido Jeongin.
―Hyung, que-
Ni bien el maknae comenzó a hablar, Hyunjin le tapó la boca con una mano, mientras hacía el ademán para que hiciera silencio. Luego de soltarlo, giró para cerrar la puerta con cuidado.
―Ven, vamos a otro lado ―dijo Hyunjin, y sin dejarle responder lo tomó de la mano y comenzó a caminar lejos de la habitación de los mayores del grupo.
―Hyung, ¿se puede saber qué es lo que estaba haciendo? ―indagó Jeongin, haciendo que pararan de caminar ― ¿Acaso estaba espiando? ―volvió a preguntar.
Hyunjin pensó alguna excusa rápida, pero su mente se había quedado en blanco; no había ninguna excusa creíble para explicar lo que había hecho.
―Sí ―fue lo único que respondió.
Las mejillas del mayor se colorearon al instante, mostrando lo avergonzado que estaba de haber sido descubierto.
―No pude con la curiosidad ―se justificó con la mirada gacha.
Jeongin rio por la adorable escena de su mayor apenado.
― ¿A quién espiaba? ―se atrevió a preguntar.
Hyunjin lo pensó, pero ya que había dicho la verdad anteriormente, no veía el por qué mentir ahora.
―A Chan y Changbin hyung ―dijo el morocho ―. Iba a entrar para ver qué hacían porque estaba aburrido, pero...me encontré con algo que no me esperaba ―explicó, evitando ser explícito sobre lo que les había visto hacer.
Jeongin arqueó una ceja, luego vio la expresión de vergüenza en el rostro del otro, y entendió perfectamente a lo que se refería cuando, al bajar la mirada, se encontró con una dolorosa erección irguiéndose entre los pantalones. Iba a comentar algo al respecto, cuando su celular sonó, distrayéndolo; era un mensaje de Felix, el cual avisaba que volviera a la habitación, un emoji con cara coqueta decoraba el final del texto.
―Hyung, ya que está aburrido. ¿Quiere ir a mi habitación? Felix y yo estábamos por ver una película ―propuso el castaño.
Hyunjin no lo dudó mucho y aceptó de inmediato. Al fin había conseguido algo entretenido que hacer.
Sin perder más tiempo, ambos se dirigieron a la habitación que la pareja compartía, la cual estaba literalmente a un par de pasos de ellos. Al entrar, el par se encontró con la sensual imagen de un Lee Felix saliendo de la ducha; su blanca cabellera goteaba sobre sus hombros desnudos decorados de pequeñas pecas, y la delgada toalla enrollada alrededor de sus caderas dejaba un vistazo al principio de su pelvis.
Hyunjin sintió que se le hacía agua la boca.
―Oh. Hyunjin-ah, ¿te unirás a nuestra maratón de películas? ―dijo Felix cuando lo vio. Sus ojos parecían destellar de emoción.
―Claro. Estaba aburrido, así que Jeongin me invitó a unirme ―contestó el mencionado.
―Iré a traer algo para comer antes de colocar la película ―mencionó Jeongin, y luego se dirigió a la pequeña cocina que había por ahí cerca.
―Ponte cómodo. Ya me visto y coloco la peli, Jeongin y yo elegimos una de acción ―dijo Felix casualmente mientras dejaba caer la toalla para comenzar a vestirse.
Hyunjin asintió mientras desviaba la vista hacia la cama, donde se acomodó luego de quitarse los zapatos. Mientras tanto, se dispuso a matar el tiempo un rato en el celular, no pudiendo evitar observar de reojo el cuerpo del rubio lo más discretamente posible. Y es que. ¿Cómo no verlo si su cuerpo parecía esculpido por dioses griegos? Felix era un chico sumamente bello, por donde sea que lo vieras, su rostro delicado y andrógino era precioso, y su cuerpo delgado y levemente marcado denotaba una sensualidad única que hacía que no quisieras dejar de observarlo.
―Traje palomitas y papas ―la voz de Jeongin volvió a resonar en la habitación, y para entonces Felix ya había terminado de vestirse; se había puesto una simple remera de tirantes color negro y un short del mismo color ―. Pon la peli, Lix ―pidió al rubio, y éste así lo hizo.
La pareja se unió a Hyunjin, sentándose a ambos lado de éste. La película comenzó a proyectarse, y el trio no esperó para picotear la comida que el maknae había traído, de momentos el silencio se mantenía intacto, y cada tanto se escuchaba algún que otro comentario respecto a alguna escena en específico. El ambiente era relajado, pues al fin de cuentas, los tres habían convivido por varios años juntos, y a pesar de que dos de ellos recientemente se habían declarado como pareja, eso no significaba que el trato entre ellos o el resto del grupo cambiara. O eso pensaba la mayoría de los chicos, porque para Hyunjin, el trato con la pareja si había cambiado un poco, aunque para bien.
Cuando el brazo de Felix rodeó su cintura suavemente, Hyunjin no dudó en abrazarle por los hombros, dejando que el chico reposara la cabeza cómodamente en el espacio que había entre su brazo y su pecho. Jeongin no tardó tampoco en imitar a su novio, dejando el bowl con las palomitas a un lado.
Hyunjin se sentía cómodo y reconfortado cuando estaba con ellos, de alguna extraña manera, convivir con la pareja le hacía sentir amado, pues era quizás lo más cerca a estar en una relación que podía experimentar. No los amaba románticamente hablando, pero los quería mucho y le encantaba verlos disfrutar del amor, después de todo; Hyunjin era un romántico empedernido, un enamorado del amor.
―Lixie, no te duermas ―dijo Jeongin a su pareja, quien tenía una expresión somnolienta en el rostro.
―No me estoy durmiendo ―refutó Felix.
El rubio pestañó con rapidez, como si quiera espantar el sueño que de repente le invadía, luego se acomodó más arriba de Hyunjin, rodeándolo con sus piernas como un koala.
―Es sólo que Hyunjin es demasiado cómodo, me hace acordar a mi almohada de Changbin hyung, y eso me da sueño ―explicó, para luego dejar escapar un largo bostezo.
Hyunjin rio por la comparación que el australiano hizo.
―Lixie es tan lindo cuando tiene sueño. Pareces un ángel ―dijo Jeongin, acariciando la mejilla del mencionado con dulzura, sacándole una sonrisa.
―Eres un cursi, Yang ―comentó Felix, avergonzado.
Hyunjin intentaba concentrarse en la película, en serio que lo estaba intentando, porque la escena que se estaba proyectado era interesante. Sin embargo, sus esfuerzos por prestar atención terminaron desapareciendo, cuando la pareja que le estaba usando de almohada se unió en un repentino beso. Normalmente se le haría tierno, pero lo que comenzó como un beso suave y romántico, pronto fue subiendo de intensidad, y a Hyunjin ya se le hacía difícil no verlos comerse la boca.
―Oh, honney, dejamos a Hyunjin de adorno ―dijo Felix, tras cortar el beso.
Hyunjin estaba por decir que no le molestaba realmente, pero Jeongin lo interrumpió antes de que siguiera pudiera abrir la boca.
―Hyung, lo siento. Que desconsiderado de nuestra parte ―se disculpó el castaño, y sin dudarlo ni un segundo, se irguió a la altura del mayor, y le sorprendió con un beso.
Fue inesperado, pero Hyunjin no era quién para rechazar un beso, así que no se abstuvo de corresponder al maknae, quien indudablemente siempre había sido dueño de la mayoría de las fantasías más sensuales del mayor. Mientras el beso se iba desarrollando, Hyunjin sintió unos movimientos y un peso posándose sobre él, Jeongin cortó el beso de forma repentina, para dejar que su novio reclamara su turno para devorar los labios ajenos.
―Mh, Dios, apenas nos estamos besando y ya me siento mojado ―comentó Felix entre el beso.
―Ustedes tenían esto planeado, ¿verdad? ―increpó Hyunjin, tomando aire.
―No realmente, simplemente se dio la oportunidad ―respondió Felix ―. Aunque debo admitir que lo he estado esperando desde hace un largo tiempo ―canturreó con sensualidad, mientras lo tomaba por las mejillas y volvía a retomar una nueva ronda de besos.
Hyunjin iba y venía entre el par de labios, turnándose para disfrutar de ambos por igual, los toques atrevidos no se hicieron esperar, y para cuando se dio cuenta, la película había pasado a una prioridad secundaria. Mientras Jeongin se encargaba de devorar su cuello con fervor, Felix comenzó un vaivén sobre su miembro erecto, estimulándolo a la vez que se encargaba de sacarse la remera, sin dejar de verlo a los ojos con un deseo inigualable; lo miraba como si quisiera comérselo en ese mismo momento.
―Hyung estuvo esperando por este momento, ¿no es así? ―preguntó un travieso Jeongin, quien se paró un momento para quitarse la ropa que ya se le hacía bastante molesta.
―Estaría mintiendo si dijera que no ―admitió Hyunjin.
Cuando Jeongin se deshizo de sus prendas inferiores, dejó ver su largo miembro a su mayor, quien a la altura del mismo, se dejó llevar por sus bajos instintos, tomando el falo entre su mano para comenzar a lamerlo de inmediato.
―Bebé, parece que Hyunjin-ah tiene hambre. Aliméntalo como corresponde ―dijo Felix al castaño.
Jeongin acató a las órdenes de su novio, y al ver cómo el mayor comenzaba a engullir su pene lo tomó por el cabello a modo de coleta, y sin importarle mucho empujó las caderas hacia adelante, provocando unas fuertes arcadas en Hyunjin, quien a pesar de todo aguantó hasta que el maknae tuvo piedad de él y lo dejó respirar.
―Oh, hyung se ve tan hermoso con esa mirada llorosa y sumisa ―musitó Jeongin, acariciando dulcemente las mejillas del mencionado ―. Quiero destrozarlo hasta ver su hermosa cara bañada en lágrimas.
Hyunjin dejó escapar una sonrisa ladina, y entonces dijo:
―Jeonginnie, por favor, destrózame ―suplicó Hyunjin, dándole así el permiso que Jeongin requería para continuar.
Entonces Jeongin así lo hizo. El menor enrolló el largo pelo en su mano, afianzado mejor su agarre, y de un brusco empujón hizo que el morocho se tragara su necesitada verga hasta el fondo de la garganta. Sus caderas marcaron un ritmo tosco y descuidado, profanando el interior del otro sin pudor. Hyunjin hacía muecas, frunciendo sus ojos y poniéndolos en blanco cuando sentía el glande clavándose muy dentro de él; mostrando en cambio un excelente aguante.
En tanto el par se mantenía ocupado, el rubio se encargó de desvestirse a sí mismo, quedando sólo en ropa interior, haciendo luego lo mismo con Hyunjin, quien sólo paró la felación para quitarse la remera, y justo cuando estaba a punto de retomar su tarea Jeongin le detuvo inesperadamente.
―Hyung, antes de que vayamos más lejos, es necesario que sepa algo ―comenzó a decir Jeongin, y luego dirigió su mirada hacia su pareja ―. Sobre Felix ―aclaró.
Hyunjin miró confundido al mencionado, quien se mostraba un poco nervioso.
― ¿Sobre Felix? ―repitió a modo de pregunta. Jeongin asintió ― ¿Tienes alguna ETS? ―preguntó de inmediato. Fue lo primero que se le cruzó por la cabeza.
Felix negó divertido, pero de inmediato borró su sonrisa. Parecía un tanto inseguro.
―No, no es nada de eso. No te preocupes ―negó el rubio ―. Es...algo como ―Felix trató de expresar sutilmente ese tema, que para él toda su vida había resultado difícil de explicar y revelar ―. Creo que es mejor que simplemente lo veas con tus propios ojos.
Felix se paró al lado de la cama, y luego de titubear por unos segundos sobre lo que estaba a punto de hacer, tomó el elástico del bóxer y se lo bajó hasta las rodillas.
Hyunjin lo observó, y se encontró confundido al no notar nada en particular. Pero entonces Felix se sentó nuevamente sobre la cama, abrió las piernas frente a él y levantó levemente sus testículos. La mandíbula de Hyunjin casi toca el piso.
―T-tu tienes ―tartamudeó Hyunjin con los ojos abiertos a más no poder.
―Vagina ―completó el rubio con vergüenza.
El morocho quedó impresionado. Y de repente su cabeza comenzó a recordar todos esos momentos, en los que le había parecido notar que Felix actuaba extraño. Ahora entendía por qué el chico siempre se mostraba tímido cuando se cambiaban todos juntos, o por qué siempre evitaba usar las duchas compartidas de la empresa. Siempre había asumido que esta actitud se debía a que el rubio era simplemente algo tímido, pero ahora que sabía la verdadera razón, su visión había cambiado por completo.
―Felix es hermafrodita ―le aclaró Jeongin ―.Es uno de esos extraños casos en los que ambos genitales están desarrollados y funcionales casi por completo. Excepto que no es posible que pueda embarazarse, ya que no tiene desarrollados sus órganos femeninos ―terminó de explicar el castaño.
Felix al no recibir palabra alguna por parte del morocho volvió a colocarse el bóxer, cohibido por el intenso silencio que se había formado en la habitación que antes emanaba deseo.
―Hyunjin, entenderé si no quieres continuar a partir de ahora ―comenzó a decir Felix mientras agachaba la mirada. No quería verse decepcionado, pero debía admitir que le entristecía pensar que quizás su condición causara que el ambiente se desvaneciera para todos allí.
El hecho de que Felix naciera hermafrodita siempre le había pesado a lo largo de su corta vida, o al menos así fue desde que comprendió ―a sus 6 jóvenes años―que no todas las personas tenían lo mismo que él; las chicas tenían vagina, y eso estaba bien, los chicos tenían pene y testículos, y eso también estaba bien, porque era lo normal, pero él tenía ambos. Felix sentía que tener ambos genitales no era normal, y por lo tanto se asociaba a una anomalía, un fallo que no debía de haber resultado así. Su mamá siempre le decía que, si bien era un caso muy poco usual, eso no lo hacía menos persona que el resto, y que siempre que lo quisiera podría operarse y elegir con cuál sexo quedarse, porque nadie más que él tenía derecho a tomar esa decisión; era su cuerpo, y ella no sentía que fuera la persona correcta para decidir removerle cualquiera de sus genitales, ya que temía que a futuro su hijo le tuviera rencor por tomar la decisión equivocada. Felix apreciaba mucho que su madre fuera tan considerada, y hasta ahora pensaba en que había sido lo correcto dejarlo elegir, aunque esto no evitaba las mil y un situaciones de conflicto que tuvo que pasar.
¿Con cuál de sus genitales debía quedarse? ¿Debería dejarse sus genitales masculinos y vivir una vida normal como un hombre? ¿O debía quedarse con su vagina y ser un hombre con sexo femenino? Porque sí, Felix siempre se había identificado como un hombre a pesar de todo, pero a la vez, se había acostumbrado tanto a tener vagina que le sería extraño no tenerla más. Estaba en un dilema, o al menos así era hasta que Jeongin lo conoció en cuerpo y alma, y contrario a lo que pensó, él no se detuvo a juzgarlo ni nada por el estilo, sino todo lo contrario; lo aceptó tal y como era.
"Me gustas, Felix. Todo tú me gusta, y tu condición no hará que me gustes menos", le había dicho Jeongin, cuando un asustado Felix le reveló su más íntimo secreto.
Fue a partir de ese momento que Felix desistió en cambiar. Jeongin le enseñó no sólo que podía amar con locura a una persona, sino que también le enseñó a amarse a sí mismo, con todo y vagina. Quien sea que le amase debería hacerlo tal como era.
―Felix, lo siento ―Hyunjin finalmente cortó con el pesado silencio, llamándole la atención ―. Esto es realmente impresionante, no me esperaba que ese 'algo' fuera a ser algo así. Verdaderamente me has sorprendido ―dijo con una calma que Felix no se esperaba ―. Pero, aunque impresionante, esto no me resulta un impedimento para tener sexo contigo ―declaró con firmeza.
Felix miró sorprendido al morocho, quien sólo le mostró una sonrisa dulce a cambio.
Hyunjin se incorporó en su lugar, para luego acercarse a gatas hasta el rubio, quien sólo le miraba expectante. Se ubicó lentamente entre sus piernas, apoyando el peso de su propio cuerpo sobre sus codos y rodillas.
―El hecho de que también tengas vagina hace que te considere aún más atractivo ―dijo Hyunjin mientras le mantenía la mirada.
Y sin que Felix se lo esperara, Hyunjin se hundió entre sus piernas para comenzar a dar largos y lentos lametazos sobre la tela que cubría su vulva.
A Hyunjin le había tomado desprevenido semejante revelación por parte del rubio, y aunque estos últimos años sólo se la había pasado teniendo sexo con personas de su mismo sexo, eso no le quitaba que fuera bisexual, y que por lo tanto; disfrutara de las vagina de la misma forma en la que disfrutaba de los penes. Había pasado un largo tiempo desde la última vez que tuvo contacto con una mujer, así que el saber que Felix tenía lo bueno de ambos sexos le emocionaba enormemente; se encargaría de comerle su linda vagina hasta que cada parte de su cuerpo temblara de placer.
―Ya no necesitarás esto ―dijo Hyunjin mientras le quitaba el bóxer y lo dejaba tirado a un lado.
Es así que, una vez desnudos, el trío retomó el tan deseado acto. Hyunjin se centró plenamente en lamer cada rincón de Felix, lamía y chupaba delicadamente la pequeña vagina, mientras que con su diestra masajeaba el erecto miembro, la sobrante comenzaba a preparar las paredes vaginales con cuidado. Por otro lado, Jeongin rebuscó en la cajonera el lubricante con el que iría preparando a su mayor.
―Hyung, comenzaré a prepararlo, así que trate de relajarse ―informó el maknae mientras esparcía un poco del contenido sobre el ano del morocho, quien sólo se molestó en asentir mientras seguía chupando el clítoris del rubio.
―H-hyunjin ―musitó Felix mientras fruncía los ojos.
Hyunjin paró sus movimientos por un momento.
― ¿Duele? ―preguntó preocupado, dejando el par de dedos a medio entrar ―. Puedo parar si te duele ―propuso el morocho.
Felix negó.
―E-es que, no es necesario que seas cuidadoso ―recalcó el rubio ―.Ya estoy acostumbrado. No te preocupes, no es necesario que me prepares mucho. Me gusta cuando duele ―admitió mientras dejaba entrever una sonrisa traviesa.
Hyunjin sonrió para sus adentros, no se esperaba que Felix fuera igual de masoquista que él. Y eso le encantaba.
―Simplemente hazlo. A él le encanta que sean descuidados ―le susurró Jeongin al oído.
El aliento de Jeongin chocando contra su oreja le envió un delicioso escalofrío que le recorrió por todo el cuerpo. E incentivado por las palabras del castaño, Hyunjin abandonó la preparación del rubio, se irguió sobre éste, y tras alinear su verga contra la húmeda vagina dio una profunda estocada, sacándole un grito agudo.
― Querías que fuera descuidado, ¿verdad? ―preguntó Hyunjin burlonamente.
Felix asintió en silencio con los ojos llorosos.
―Quiero que me rompas por completo, Hyunnie ―suplicó el rubio, muy seguro de sus palabras. Había esperado mucho tiempo a que este momento llegara ―. No tengas piedad de mí.
Incitado por las palabras del chico, Hyunjin se preparó para continuar con una siguiente estocada, pero se vio sorprendido con un familiar dolor en su trasero; Jeongin se había introducido en él como una certera daga.
―Innie ―gimió el morocho, sorprendido, pero no disgustado.
―Continua ―ordenó el menor, con una voz demandante que a Hyunjin le puso los vellos de punta.
Eso fue suficiente para que los deseos de esos tres cuerpos cedieran completamente el control a sus instintos más salvajes. Jeongin guiaba el ritmo en el que Hyunjin se adentraba en Felix, cuando sus caderas se mecían hacia adelante Hyunjin se hacía hacia atrás, creando un compás perfecto entre sus cuerpos frenéticos. Felix gimoteaba en alto al sentir la fuerza de las penetraciones del morocho, quien tampoco se abstenía en hacer silencio, porque en realidad no poseía control alguna de su voz; el placer que recibía de ambos chicos era más de lo que podía soportar normalmente. La forma en la que Felix apretaba su verga, a la vez que el miembro de Jeongin golpeaba su punto dulce estaba haciendo que fuera difícil soportar mucho tiempo sin correrse, y esto no pasó desapercibido por el rubio.
―Innie ―llamó Felix a su pareja, captando de inmediato su atención ―. Te necesito ―demandó suplicante ―. Los necesito a ambos dentro de mí. Por favor ―pidió con evidente urgencia resonando en su voz.
Hyunjin al escucharlo paró sus movimientos.
― ¿Podrás soportarlo? ―indagó Hyunjin, dudoso.
―Sólo hay una forma de averiguarlo ―insinuó Felix.
Hyunjin estaba fascinado con la audacia que el rubio denotaba. No quería admitirlo, pero envidiaba la valentía que Felix tenía a la hora de experimentar en el sexo, porque él no se veía capaz de animarse a tanto.
―Hagámoslo entonces ―decretó Jeongin.
El maknae se apartó del par, saliendo del interior de Hyunjin para que procedieran a llevar a cabo la petición del pecoso.
― ¿Cómo se supone que deberíamos ubicarnos? ―indagó el morocho, parado a un lado de la cama. Esta situación era algo nuevo para él, y no sabía bien cómo proceder exactamente, lo que le hacía sentir un poco inseguro.
―Tú sólo relájate, Jinnie. Yo los iré guiando ―contestó Felix mientras se arrodillaba frente a él. Y sin mediar otra palabra se dispuso a degustar de la dura verga que se mostraba ante él.
Hyunjin acató a lo dicho por Felix y se concentró en relajarse para disfrutar de la felación, mientras su mirada se mantenía en Jeongin, quien parecía disfrutar de lo que veía.
―Oh, Dios. Lix, justo ahí ―jadeó gustoso Hyunjin. La garganta del rubio lo recibía sin problemas, tragándolo todo y apretándose perfectamente a lo ancho de su pene.
Hyunjin mordía sus labios con fuerza, en un vano intento de retener los gemidos que amenazaban con liberarse de entre su garganta. Mantenía la mirada gacha, dedicándose a observar extasiado la morbosa escena que se proyectaba ante su persona. Sus manos se ceñían fuertemente contra el borde del escritorio detrás de él intentando sostenerse mientras trataba de concentrarse en aguantar las ganas de eyacular que tenía.
―Hmmn, Hyunjinnie es delicioso ―musitó sensualmente el rubio, quien se mantenía arrodillado ante el nombrado ―. Me pregunto si tu semilla será tan deliciosa como tu pene ―dijo desvergonzadamente, para luego volver a engullir el duro miembro hasta el fondo de su apretada garganta.
Hyunjin tiró la cabeza hacia atrás, sintiéndose ya casi en su límite.
―Felix, para ―se escuchó a Jeongin ordenar.
Ambos chicos hicieron caso a la orden del menor, parando el acto para mirarlo con confusión. Jeongin, quien yacía sentado sobre una de la cama, había sido un ávido espectador mientras se ocupaba de masturbarse, pero para ese punto había considerado el momento adecuado para participar.
―Hyung, carga a Felix ―ordenó el menor, y Hyunjin así lo hizo. Era realmente cómodo cargar al chico, ya que este era relativamente liviano en comparación a prácticamente cualquier miembro del grupo.
Jeongin levantó de su lugar, y sin dejar de bombear su miembro se dirigió hasta el par, rodeó suave pero firmemente la cintura del morocho, dejando a su novio atrapado entre ambos cuerpos, y tras depositar un gentil beso sobre la nuca del rubio, conectó miradas con el mayor de los tres. Las grandes manos del maknae tomaron el miembro ajeno y el suyo mismo, y en consiguiente los alineó con los agujeros de Felix.
―Innie ―susurró Felix, ya presintiendo lo que venía a continuación.
Hyunjin apreció los afilados ojos de Jeongin, y este asintió en respuesta. El grito de Felix resonó en toda la habitación mientras ponía los ojos en blanco. Finalmente, se sentía tan malditamente lleno y caliente.
Sin siquiera esperar un segundo más, el par comenzó a moverse dentro y fuera del pequeño chico, manipulando el menudo cuerpo como querían, penetrando con una certeza que comenzaba a enloquecer enormemente al rubio.
―D-dios, estoy en mi límite ―avisó Hyunjin entre el forcejeo. La vagina de Felix se ceñía fuertemente alrededor de su verga, casi exprimiéndolo.
―Hyung, no te contengas. Yo también estoy cerca ―comentó Jeongin entre gemidos graves.
Felix ni si quiera podía formular apalabras para entonces. Su cabeza reposaba sobre el hombro de su pareja, rebotando constantemente a la par de las penetraciones que le eran otorgadas, y lo único que lo retenía de desplomarse allí mismo eran sus manos aferradas a los hombros de Hyunjin. Sentía el orgasmo aproximándose rápidamente.
―Oh Dios, mhn, oh, n-no p-
La oración quedó en el aire cuando de un fuerte gemido, Felix terminó por eyacular sobre el abdomen de Hyunjin, que al sentirle apretarlo con intensidad se liberó dentro de él, seguido casi de inmediato por Jeongin.
El cuerpo de Felix se desvaneció entre ambos chicos, quienes rápidamente se encargaron de sostenerlo para que no cayera. Y a pazos torpes lo recostaron sobre la cama, recostándose ellos también mientras respiraban agitadamente por el esfuerzo.
Por unos largos minutos lo único que se escuchaba eran las jadeantes respiraciones. El trío no podía estar más que satisfecho, pero en especial Hyunjin, que, una vez más; había logrado su cometido.
La lista había sido completada perfectamente.
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Y este es el fin de esta mini-historia. Muchísimas gracias a todos por darle una oportunidad y apoyarla desde la primera temporada, no pensé que llegara tan lejos jaja. Y mil disculpas por tremendo demorón, por una u otra razón no podía escribir, ya sea por falta de tiempo, enfermedad, la uni, flojera o falta de inspiración, sin embargo; al fin se me dio para traerles el último capítulo. Seguro que más adelante les traiga una tercera temporada, pero no sabría decirles bien cuándo vaya a ser, porque tengo varias historias que me gustaría publicar después de esta.
Y como es costumbre, me gustaría hacerles un par de preguntitas para interactuar a modo de cierre:
¿Qué les pareció esta segunda temporada?
¿Cuál fue su capítulo favorito?
¿Cuál es la shipp que más les gusta en esta historia?
¿Se esperaban el momento BinChan? Porque yo no jaja, simplemente me nació escribirlo.
PDA: Son las 7 am acá en Argentina, así que perdonen si hay algún error o algo por el estilo, cuando me despierte voy a revisarlo de nuevo y de ser necesario lo corrijo.
De nuevo, muchísimas gracias si llegaron hasta acá, se les aprecia un montonazo. Nos estaremos encontrando en otra historia 💞 💞.
Y ya saben lo que siempre digo; voten y comenten si les gustó el capítulo.
Bye bye 💞✨.
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