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Revancha 🔸 J i s u n g

Llegó arrastrando los pies, casi desplomándose sobre el piso. Las prácticas habían sido más exhaustivas de lo usual, ya que se aproximaba una importante presentación en uno de los programas más famosos de Corea; tenía que salir más que perfecto. Y no es que no disfrutara de las presentaciones o de las prácticas de baile, pero estos últimos días se la había pasado de haragán, huyendo de sus responsabilidades, ya que anteriormente se la había pasado de viaje en viaje, lo que obviamente le resultaba cansador. Los primeros días de volver a las prácticas le resultaban difíciles a su cansado cuerpo, más no se quejaba porque luego tenía las tardes libres, como en el día de hoy por ejemplo. Normalmente, luego de llegar de la empresa iba directo a bañarse para luego disponerse a dormir toda la tarde, pero era un día precioso y no tenía nada más que hacer hasta la tarde del día siguiente, en la que tenía programado una entrevista. No sabía bien en qué aprovechar su tiempo de descanso, pero lo pensaría más detenidamente en la ducha, su siempre confiable motivador de pensamientos.

El agua tibia se encargó de limpiar y destensar su cuerpo, así que, seducido por la tranquilidad del momento, decidió relajarse un rato en la bañera, sólo dejándose remojar hasta que los dedos de sus manos quedaron arrugados, cual pasas de uva. La tenue iluminación de unas pequeñas velas aromáticas iluminaba suavemente el oscuro baño, sumergiéndolo en una paz que rara vez lograba obtener. Y así, acompañado de un cómodo ambiente, Hyunjin se dejó despejar de cualquier pensamiento que hubiera tenido hasta el momento, y se habría quedado dormido por completo de no ser por el característico sonido de la puerta de su habitación siendo abierta.

Hyunjin dio por finalizado su momento de relajación, y después de secarse y envolverse una toalla en la cintura terminó por salir del baño, encontrándose con una presencia ya conocida en su habitación.

Sobre su cama, recostado cómodamente, yacía un relajado Han Jisung, aparentemente escuchando música en su celular.

Cuando Jisung se dio cuenta de la figura del más alto le miró automáticamente, su mirada se dedicó a apreciar el cuerpo levemente húmedo y semidesnudo de su amigo, mientras que en sus auriculares se reproducía convenientemente el estribillo de la canción "Feeling good" del cantante Michael Bublé.

Hyunjin sonrió para sus adentros al notar la penetrante mirada del chico escaneando su cuerpo.

― ¿Qué haces aquí? ―preguntó Hyunjin, sacando al castaño de su trance.

Han se quitó los auriculares, pausando la música mientras se sentaba derecho.

―Te estaba esperando para preguntarte si querías jugar en la play conmigo ―contestó Jisung.

― ¿No tienes a nadie mejor para pedírselo? ―indagó nuevamente.

Han Jisung solía pasar su tiempo libre haciendo tres cosas; jugando videojuegos con el resto de 3Racha o Felix, mirando anime con Minho, y durmiendo. Pero como Hyunjin prefería priorizar en pintar o ver dramas, lo normal era que Jisung no lo buscara a menos que no tuviera a alguien más para hacerle compañía en esas tres actividades.

―Changbin y Chan hyung están entretenidos componiendo, y Felix ya no vive conmigo, por lo que no tengo a nadie más para jugar en la play ―respondió el castaño, formando un pequeño puchero.

―No seré la segunda opción de nadie, Han Jisung ―le reprendió Hyunjin, fingiendo estar ofendido mientras cruzaba los brazos.

―Compré un par de packs de cerveza y papas fritas sabor a carne ahumada, de esas que te gustan ―remató Han, tratando de sobornarlo.

―Estás perdonado ―dijo Hyunjin rápidamente, aceptando el evidente soborno.

Jisung dejó escapar una carcajada victoriosa. Convencer a Hyunjin siempre había sido una tarea fácil, tan sólo bastaba con ofrecerle materiales de artes, cerveza o comida, y Hyunjin estaría dispuesto a lo que sea.

―Bien, espera que me visto y voy a tu habitación ―dijo Hyunjin, para luego quitarse la toalla que lo envolvía, dejándola caer al piso. Se dispuso a buscar ropa en su armario despreocupadamente.

Sin embargo, un avergonzado e incómodo Jisung salió disparado de la habitación, no sin antes decirle al otro que lo estaría esperando.

Mientras Jisung se preguntaba por qué ver a Hyunjin desnudo le causaba tantos nervios, Hyunjin elaboraba un meticuloso plan en su mente.

Entró sin preocuparse en detenerse a golpear la puerta, conocía muy bien la habitación del chico y se tenían la suficiente confianza como para invadir la habitación del otro cuando quisieran.

―Ya te estabas tardando ―dijo un entretenido Jisung, mientras jugaba una partida de Apex en su playstation ―. Ya casi termino. Toma asiento, acá están las cervezas ―informó mientras señalaba rápidamente hacia su lado derecho, entre su cuerpo y una mesita de noche que había a un lado de la cama.

―Own, Hannie es un esposo muy atento ―bromeó Hyunjin, tomando asiento a su lado.

―Por eso te casaste conmigo, baby ―le siguió Jisung, sonriendo mientras aún seguía concentrado en la pantalla. Su diestra tomó rápidamente una lata de cerveza a medio beber, desesperado por remojar sus secos labios.

―Sabes, quizás sea tiempo de ir por el tercer niño ―propuso con un tono travieso.

Han se atragantó inesperadamente con la cerveza, sufriendo un molesto ataque de toz que terminó provocando que un Octane terminara con la poca vida que le quedaba a su personaje.

Hyunjin se burló de la desgracia del castaño, dejando escapar su típica risa estruendosa mientras aplaudía con diversión.

―Tranquilo cariño, ya estoy con la menopausia, así que la fábrica de bebés ha cerrado ―dijo Hyunjin, provocando que Jisung riera en tanto terminaba de calmar la toz.

―Toma, es tu premio por ser una buena esposa ―Han le alcanzó una lata, la cual fue recibida por un sediento Hyunjin.

Luego de una breve charla, en la que ambos discutieron sobre qué juego elegirían, terminaron por decidirse por un clásico que bien conocían por sus tiempos de adolescencia; The King of Fighters. Hyunjin eligió a Orochi como el personaje con el cual pelearía, mientras que Han escogió a Iori. Las primeras partidas fueron un tanto disparejas debido a que Hyunjin no recordaba bien cómo se jugaba, pero luego de una inminente derrota, finalmente terminó por acostumbrarse y recordar cómo funcionaba el dichoso juego. Hacía años que no lo jugaba, por lo que no era de extrañarse que tardara un poco para entenderlo, aun así, no pudo evitar ser derrotado una segunda vez, todo porque había gastado la barra de ataques especiales en uno que Han pudo esquivar exitosamente, dándole el pase libre para imitarle y matar a su personaje de forma sanguinaria.

―Esto debe ser una broma ―bufó Hyunjin, indignado por haber sido el perdedor por segunda vez.

―No puedo creerlo, ¿en serio eras tan malo en esto? ―se le burló Jisung mientras se le reía en la cara sin vergüenza alguna.

―En mi defensa, no recordaba cómo atajarme, de no ser por eso te hubiera ganado ―contestó en un intento de justificar su fracaso.

Jisung negó sonriente mientras le alcanzaba una nueva lata de cerveza.

―Hey, se me acaba de ocurrir algo para hacer el juego más entretenido ―dijo Jisung, llamando la atención del pelinegro ―. Retos ―soltó mientras dejaba mostrar una sonrisa malvada.

― ¿Retos? ―repitió Hyunjin, interesado.

―Sí ―afirmó rápidamente ―. El que gane recibirá un premio, cualquier cosa que el perdedor pueda dar para compensarle, el que pierda deberá pensar en un premio para el ganador o darle a elegir al ganador un reto para darle ―explicó el castaño.

―Mh, me gusta. Hagámoslo ― aceptó Hyunjin, ahora más emocionado. Ya tenía algo en mente, así que perdiera o ganara lo disfrutaría.

Una nueva partida dio inicio, con Hyunjin eligiendo a Kula Diamond, y Han con su siempre confiable Chun Lee. La primera partida comenzó bastante pareja, parecía ser que Hyunjin podía controlar mejor los movimientos de su personaje, aunque esto no significaba que pudiera ganarle a Jisung, quien cantó victoria en el primer tiempo. No obstante, y para sorpresa de ambos, Hyunjin tiró un combo en el momento justo en el que la primer barra de vida de Jisung se terminó, acosándolo primero con ataques pequeños y repetitivos mientras se transportaba a su alrededor sin parar, de modo que evitaba los golpes del otro, así continuó hasta que la barra de vida de Chun Lee bajó hasta casi la mitad; y fue ahí que Hyunjin tiró un combo determinante, para finalizar con una última patada que culminó con Kula como el ganador del segundo tiempo.

―Muy bien, pero no cantes victoria, aún queda la revancha ―amenazó Jisung al verle sacarle la lengua a modo de burla.

En el segundo tiempo la suerte estuvo del lado de Hyunjin, quien ya se sentía más confiado, pero aunque la última batalla fue bastante pareja, el talón de Aquiles de Hyunjin volvió a hacer de las suyas; Jisung le dio una probada de su propia medicina al aplicar la misma técnica que el pelinegro había empleado en la anterior batalla, aprovechándose de su carencia de experiencia en protegerse de los ataques. La revancha fue para Han Jisung, nuevamente.

―Hiciste trampa ―le acusó un Hyunjin de brazos cruzados. No podía creer que el otro le ganara tantas veces.

―Cariño, no es mi culpa que tengas dos manos izquierdas cuando se trata de atajarte de los ataques ―se le burló el castaño. Luego tomó un largo trago de cerveza ―. Ahora el reto.

Hyunjin suspiró con desánimo, estaba confiado en que podría ganarle.

―Simplemente dime lo que debo hacer. No tengo nada en mente ―dijo Hyunjin, dándole el pase a Jisung para elegir el reto/premio.

―Quítate la remera ―contestó el castaño, y Hyunjin enarcó una ceja como respuesta ―. Para hacer esto más competitivo; el perdedor deberá elegir entre quitarse una prenda o cumplir un deseo o reto que el ganador quiera ―propuso animado.

― ¿Qué tipo de reto o deseo se supone que debamos hacer? ―indaga Hyunjin con curiosidad.

―Cualquier cosa que el ganador quiera ―respondió Jisung.

Hyunjin vio en su mente que era un ganar o ganar, pues las posibilidades para llevar a cabo su plan eran infinitas gracias a la nueva idea del castaño.

Jisung se había metido solito a la boca del lobo.

―Está bien, hagámoslo así ―volvió a aceptar. Y tras decir aquello procedió a quitarse lentamente la remera que traía puesta, sabiendo perfectamente que de esa forma captaría la atenta mirada que tanto le encantaba. Cuando terminó de quitarse la prenda dirigió su mirada disimuladamente hacia su acompañante, corroborando cómo éste le recorría el torso sin mucha vergüenza ―. Sigamos, tengo que hacer que te quedes como viniste al mundo ―dijo Hyunjin, haciéndolo volver a la realidad.

Jisung apartó la mirada de inmediato, para luego sonreír con falsa confianza.

―En tus sueños, baby. Te patearé el trasero hasta dejarlo rojo ―le amenazó animado mientras volvía al menú del juego, listo para comenzar una nueva partida.

"Ya veremos quién le dejará el trasero rojo a quién", pensó Hyunjin para sus adentros.

Nueva partida, nuevo Hyunjin. El primer tiempo fue a favor de Jisung, como era de esperarse, pero para sorpresa de ambos, Hyunjin ganó en el segundo tiempo y luego la revancha también, dejando a Jisung con la mandíbula en el piso. En un abrir y cerrar de ojos Hwang terminó por hacer pedazos a su personaje. El castaño tuvo que decirle adiós a sus pantalones mientras se maldecía por haber propuesto el reto extra de las prendas.

―Has mejorado ―comentó Jisung mientras esperaba a que el conteo de otra nueva partida culminara. Hyunjin sonrió triunfante, pero aún más grande fue su sonrisa en el momento en el que volvió a ganarle, esta vez en el primer y segundo tiempo, dejándolos sin la revancha ―. Esto debe ser una broma ―dijo Jisung mientras sonreía con incredulidad.

― ¿Qué tan rojo quieres que deje tu trasero, cariño? ―preguntó el pelinegro con aires de superioridad.

Jisung lo fulminó con la mirada.

― Vamos, dime qué quieres que haga o qué prenda debo sacarme ―le motivó el castaño, aceptando su derrota a regañadientes.

Hyunjin dejó escapar una ruidosa risotada, luego su semblante risueño cambió a uno travieso mientras lo miraba. Rodeó al chico con un brazo y le susurró al oído:

―Quiero un beso tuyo ―le susurró con la voz levemente ronca ―. Ese es mi deseo.

Jisung se separó levemente, sólo para mirarlo con extrañeza, como si el otro tuviera la peste.

― ¿Hablas en serio? ―preguntó incrédulo.

Hyunjin asintió enseguida, confirmándolo.

―No debería suponer un problema, después de todo ya nos hemos besado antes ―mencionó el pelinegro, bajando el brazo con el que le rodeaba los hombros hasta rodearle ahora la pequeña cintura.

Jisung quedó estático unos segundos, procesando la situación en la que se había metido. Sí, es verdad, ya se habían besado antes, aunque aquél suceso parecía un sueño extraño y lejano en la mente del menor, y en cierto punto llegó a pensar en que era un hecho aislado, algo que no volvería a repetirse nuevamente. Pero ahí está, a punto de volver a besarse con quien se suponía era su amigo.

―Está bien, tienes razón ―aceptó finalmente, provocando una gran sonrisa en el más alto ―. Después de todo es sólo un estúpido beso ―comentó, tratando de sonar desinteresado, aunque en realidad estaba un poco intranquilo.

Se aceró torpemente hasta quedar cara a cara con el mayor, y luego de dejar escapar un corto suspiro sobre los labios ajenos, Jisung cortó la distancia, posando sus propios labios sobre los de su amigo. Fueron sólo unos pocos segundos, ni muy largo, ni muy corto, sólo lo suficiente como para sentir el inevitable contacto entre sus narices y el agradable toque de los gruesos belfos sobre los mismos. Al separarse ambos chicos conectaron miradas, aún muy cerca del rostro contrario.

―Eso fue muy tierno, Hannie ―musitó Hyunjin mientras le acariciaba la cintura con el pulgar ―. Pero al igual que la primera vez; no me refería a ese tipo de beso ―recalcó.

Con la mano sobrante y casi en un parpadeo, Hyunjin tomó al menor por la nuca, para unir sus labios una vez más, devorándolos con fervor, sin darle tiempo para pensar y prácticamente obligándolo a seguirle el ritmo. Ambos se dejaron llevar por el momento, sin oponerse, degustando la lengua del contrario como si de un delicioso helado se tratara.

Hyunjin acariciaba el costado de la marcada cintura mientras enredaba sus dedos en los cabellos ajenos, como si quisiera acercarlo más de lo que ya estaban, a la vez que sentía una tímida mano recorrerle los abdominales y el pecho lentamente. Cuando sintió que la mano de Jisung iba descendiendo peligrosamente más hacia abajo, Hyunjin decidió que era un buen momento para separarse, cortando todo contacto. Limpió la saliva que quedó alrededor de sus labios y se acomodó en la posición inicial, volviendo a poner el menú del juego.

― ¿Listo para una nueva partida? ―preguntó Hyunjin como si nada, mientras elegía un nuevo personaje para el combate.

Jisung, quien había quedado anonadado, parpadeó un par de veces, volviendo a ser consciente de la situación actual.

―S-sí ―contestó volviendo a sentarse para imitar al otro, eligiendo ahora a Kim como su personaje.

Un combo por aquí, unas patadas por acá, y cuando Jisung se dio cuenta Hyunjin lo había derrotado por segunda vez consecutiva.

―Mierda, con que así se siente ―comentó Jisung, refiriéndose al sentimiento de ser derrotado una y otra vez ―. Es injusto, estuviste todo el tiempo haciendo el mismo ataque sin parar, ¡eso es trampa! ―exclamó molesto.

Hyunjin se le rio en la cara una vez más. Le encantaba ser el causante de aquellos infantiles berrinches, Han Jisung se le hacía gracioso y tierno en partes iguales.

― ¿Y ahora qué? ¿Qué quieres que haga? ―preguntó casi refunfuñando.

―Quítate la remera ―contestó Hyunjin mientras calmaba su risa ―. Y a partir de ahora, cada vez que alguno gane dos veces seguidas, tendrá el beneficio de hacer que el otro se saque una prenda y cumpla un deseo, el perdedor deberá hacer ambas cosas, no eligiendo una de las opciones ―propuso con malicia ―. Empezando desde ahora.

Han lo miró indignado ante la osadía del pelinegro.

―Eso no era lo que acordamos ―le remarcó Jisung.

―Hey, tu puedes modificar las reglas, ¿pero yo no? ―indagó con incredulidad ― ¡Eso es realmente injusto! ―le reclamó Hyunjin.

Jisung estaba listo para rematar, pero al final sólo atinó a abrir y cerrar la boca, pues en realidad Hyunjin tenía razón; él había agregado la regla de las prendas de la nada, así que lo justo era que Hyunjin pudiera agregar una nueva regla también.

―Bien, tienes razón ―aceptó Jisung, y enseguida se quitó la remera, quedando sólo con sus medias y ropa interior ―. Ahora dime el reto ―ordenó con una expresión de molestia en su rostro.

Hyunjin sonrió como el gato Cheshire, causándole escalofríos a Jisung.

―Te reto... a jugar toda la partida siguiente sentado en mi regazo ―dijo el pelinegro.

― ¿Ah? ¿Eso es todo? ―preguntó un sorprendido Jisung.

"¿Sentarse en su regazo? ¿En serio? ¿Qué tan difícil puede ser eso?", pensó Jisung. Contrario a lo que creía, el reto resultaría pan comido, y para agregarle; sería bastante ventajoso, ya que tendría una mejor vista de la pantalla de la TV, contrario a Hyunjin, quien lo tendría como obstáculo. Hyunjin era un idiota por haber elegido un reto tan estúpido.

―Bien, eso es pan comido ―accedió un confiado Jisung, para luego sentarse sobre las piernas del otro ―. Esta vez te ganaré, así que dile adiós a tus pantalones ―le amenazó más que seguro de sus palabras.

―Lo que tú digas ―contestó Hwang, riendo para sus adentros.

Como era de esperarse, el tener una mejor vista benefició a Jisung, quien cuando se veía amenazado se movía para taparle la pantalla a Hyunjin, dificultándole más la partida.

― ¡Eso es trampa! ¡Quédate quieto! ―se quejó el pelinegro mientras se movía para evitar la espalda del chico.

―Tú fuiste el de la idea, ahora abstente de las consecuencias ―remató Han mientras reía victorioso.

Hyunjin no dijo nada más, pues debía aceptar que Jisung estaba en lo correcto. Aunque en realidad―y aunque sí le molestaba que el otro le dificultara la jugabilidad―Hyunjin estaba esperando a que la situación avanzara sola a su objetivo final.

La partida continuó con Jisung tapándole la pantalla continuamente y Hyunjin maldiciendo a su amigo por no detenerse. Entonces, cuando el mayor se hartó de la situación, decidió pagarle con la misma moneda; haciendo trampa, aunque con un método poco ortodoxo.

Se inclinó hacia un lado hasta casi quedar recostado sobre la cama en la que estaban sentados, cuando vio bien la posición de los personajes, Hyunjin tiró un poder que logró congelar al personaje de Jisung, y entonces actuó rápidamente, tomando al castaño por la cintura y acomodándolo más arriba suyo, dejándolo sentado sobre su creciente erección, porque sí; tener a un Han Jisung en ropa interior moviéndose sobre su regazo era obviamente algo estimulante. En el trascurso de la acción, Jisung se vio sorprendido, por lo que se distrajo y Hyunjin pudo aprovechar para ejecutar un combo, ganando la primera ronda.

―E-eso fue trampa ―reclamó Jisung, tras darse cuenta de que le habían ganado.

―Tú también hiciste trampa. Ojo por ojo, diente por diente ―contraatacó Hwang, satisfecho por haberse vengado.

La segunda ronda comenzó de inmediato, sin dejar que Jisung pudiera seguir haciendo un nuevo berrinche.

―Esta vez tengamos una pelea limpia, sin trampas ―decretó el castaño.

―Está bien ―contestó un risueño Hyunjin.

Y tal como acordaron, la segunda ronda se llevó a cabo sin ningún tipo de trampa, siendo Han el ganador. Jisung dio unos pequeños saltitos a modo de festejo, emocionado por su victoria, pero entonces lo sintió; algo duro y húmedo rozando su coxis. Y aunque él mismo había sido el que propuso jugar limpiamente, no pudo evitar sucumbir a una perversa idea que de repente se le pasó por la cabeza.

Cuando la ronda final dio comienzo, todo transcurrió con normalidad, hasta que la pelea llegó a mitad de tiempo. Jisung decidió iniciar lo planeado, comenzando a mover sus caderas de forma sutil, rozando la dura erección con su trasero, apretándola entre sus nalgas. Hyunjin carraspeó nerviosamente al sentirlo menearse sobre sus partes bajas, pudiendo sentir cómo poco a poco el chico aumentaba el ritmo, ahora acortando sus movimientos y ejerciendo más presión, provocando que el pelinegro no pudiera ignorar la placentera sensación que el trasero de Jisung estaba induciendo en su cuerpo. Como resultado; la revancha determinó a Han Jisung como el vencedor.

Ni siquiera hizo falta que Jisung se lo pidiera, pues Hyunjin lo apartó para quitarse los pantalones, dejando a la vista el marcado contorno de su duro y húmedo pene.

Jisung contempló la evidente erección del más alto, sin poder evitar relamerse los labios.

Ahora, si bien Jisung se había considerado heterosexual casi toda su vida, éstos últimos años se había vuelto algo frecuente preguntarse qué se sentiría estar con un hombre. Desde esa vez en la que vio a Minho teniendo sexo con un chico desconocido en los baños de la empresa, no pudo ignorar la creciente curiosidad que se implantó en su inconsciente. Desde ese día, algo despertó en Jisung, algo que siempre había tratado de ignorar.

¿Qué se sentiría tener relaciones con alguien de su mismo sexo? ¿Sería igual o más placentero que hacerlo con una chica? ¿Por qué últimamente pensaba tanto en Hyunjin de esa manera?

Así que, a pesar de no estar muy seguro de dar el primer paso, al final decidió arriesgarse, cansado de vivir en la duda.

Cuando Hyunjin le preguntó cuál era su deseo, Han no lo pensó dos veces y contestó:

―Quiero experimentar con tu trasero.

Al escuchar el deseo de Jisung, Hyunjin quedó estupefacto. La cara del pelinegro era todo un poema, estaba sorprendido por la repentina sinceridad del chico, pero más le sorprendió que le pidiera específicamente ser él quien la metiera...en su trasero. No lo malinterpreten, no es como si a Hyunjin le desagradara recibir, ya que de hecho se consideraba alguien versátil en el ámbito sexual, y en realidad lo que le sorprendía era que siempre había pensado en Jisung como alguien...¿Pasivo? ¿Sumiso? Es decir; siempre consideró que si su amigo fuera gay, lo más probable sería que tomara el rol de quien recibía. Algo hipócrita de su parte, teniendo en cuenta que no le gustaban mucho los estereotipos gays, y que trataba de no encasillar a las personas en equis rol en base a su forma de ser.

No obstante, la petición del castaño hizo que se excitara más de lo que ya estaba.

Al final, Hyunjin había obtenido más de lo que se esperaba, y en definitiva no se echaría para atrás.

Sonrió de lado, y sin esperar más, se acercó hacia el chico para sentarse sobre él a la vez que le rodeaba el cuello con sus brazos, iniciando una nueva ronda de besos que eran de todo menos inocentes; profundos, húmedos, ruidosos. El par se fundió en la boca del contrario con desesperación, dejando cualquier rastro de vergüenza a un lado. La situación fue avanzando rápidamente, las manos de Jisung se guiaron automáticamente hacia el trasero del pelinegro, apretándolo y masajeándolo a su antojo, guiando los movimientos del mismo que se menaba descaradamente sobre su miembro erecto, que de a poco iba dejando rastros húmedos sobre la ropa interior del mayor.

Hyunjin estaba disfrutando del resultado de su arriesgado plan, sintiéndose más caliente entre los besos húmedos y la sensación que le otorgaba el contacto de sus pieles acariciándose constantemente. Pero a pesar de que lo estaba disfrutando, Hyunjin necesitaba ir más allá, más rápidamente, estaba impaciente por llevar a cabo la idea de sentir el miembro de Jisung penetrándolo deliciosamente. Es así que, aún sin dejarlo, Hyunjin fue recostando al otro a lo largo de la cama, para luego quitarse las prendas restantes ante la hambrienta mirada que parecía acechar cada uno de sus movimientos. Y guiado por el abrumador anhelo de sentirse deseado, el pelinegro se acomodó sobre el menor, de espaldas a él, sólo para tomar sus propias nalgas y separarlas, dejándole ver su estrecho esfínter.

― ¿Quieres esto, Hannie? ―preguntó con descaro, viendo por sobre su hombro cómo el nombrado tragaba duro.

Jisung asintió en silencio, sin quitarle la vista de encima.

Hyunjin no perdió más tiempo y se dispuso a desnudar por completo a su amigo, apreciando por un momento aquella parte de él que pronto estaría dentro suyo. La forma, el tamaño y la apariencia del miembro en general se le hizo demasiado excitante; tamaño promedio, ni muy grande, ni muy chico, levemente grueso, con una prominente vena decorando el tronco, y su glande, su glande era rosadito y sobresaliente, un poco más ancho que el resto de su pene. Pero entonces, tras ver cómo su mayor de observaba, Jisung se disculpó tímidamente "por no ser tan grande".

―Lamento no ser lo suficientemente grande como esperabas ―se disculpó apenado, pues gran parte de su vida se había sentido acomplejado con la apariencia de su miembro.

Jisung sabía que no era tan pequeño realmente, pero el vivir rodeado de hombres hermosos con penes relativamente grandes había logrado despertarle cierta inseguridad. Es por eso que en parte trata de evitar bañarse en duchas compartidas.

―Hannie, no hay nada malo con el tamaño de tu pene, que no sea enorme no quiere decir que sea pequeño o que no pueda dar placer ―Hyunjin no solía ser precisamente dulce en el sexo, pero se trataba de Han Jisung, y a pesar de que lo deseaba tanto en ese momento, no quitaba que le importara y lo quisiera, pues se trataba de su amigo ―. Es un tamaño medio, y es perfecto para llenarme ―dijo auténticamente excitado.

El pelinegro entonces metió el miembro en su boca, más que dispuesto a hacer que el otro se sintiera deseado. Lo tomó por completo hasta sentir cómo la gruesa punta se abría paso en su garganta, aguantó las arcadas a duras penas, pues podía sentirlo expandiendo bruscamente en su interior. Sin embargo, siguió tragando y chupando el miembro de su amigo al notar lo mucho que estaba disfrutándolo. Lo tragaba hasta sentir los pocos vellos púbicos acariciar la punta de su nariz, luego lo sacaba lentamente mientras ahuecaba sus mejillas, centrándose cada tanto en lamer y succionar la punta como si fuera una paleta, y nuevamente repetía el proceso, aumentando el ritmo en tanto se acostumbraba a la intromisión. Y para cuando se dio cuenta, Hyunjin encontró particularmente delicioso el sabor del falo de Jisung, motivándolo a seguir engulléndolo una y otra vez sin cansancio.

Por otro lado, Han había logrado disipar cualquier rastro de inseguridad en él, ahora centrándose en las sensaciones que la experta boca de su mayor le estaba otorgando. La vista que tenía de Hyunjin era en pocas palabras; surrealista y morbosa, pues jamás había pensado en que llegaría a estar de esa forma con él. Los labios gruesos del pelinegro lucían muy rojos y brillantes debido a la mezcla de fluidos , y la forma en la que su pene desaparecía en cada succión se le hacía más que excitante. Ni siquiera en sus pasadas experiencias sexuales había disfrutado tanto de una felación, cualquier recuerdo de labios femeninos había desaparecido ante el toque de los lindos belfos de quien tantas veces había llamado su amigo, su amigo con el que peleaba, reía y bromeaba.

Y tan repentino como comenzó, Hyunjin se apartó de su miembro, dejando una expresión de confusión en Jisung, quien rápidamente cambió a una cara de sorpresa al verlo acomodarse encima de su cuerpo, dejando el trasero a escasos centímetros de su cara y el miembro levemente apoyado sobre su fornido pecho.

― ¿Quieres prepararme o quieres que lo haga yo mismo? ―preguntó Hyunjin sutilmente.

Han quedó estático, sin entender bien qué quería decir, estaba demasiado anonadado con la explícita imagen del trasero de su amigo.

―Debo dilatar mi trasero para que puedas entrar en mí, de lo contrario me dolerá ―explicó un paciente Hyunjin. Luego encorvó un poco la espalda, resaltando aún más su trasero.

Jisung se sintió un idiota al ahora entender a lo que se refería. En efecto, hacía demasiado tiempo que no tenía sexo, por no decir que hacía un par de años. Sus pocos conocimientos sobre el sexo habían desaparecido cuando había decidido priorizar su trabajo por sobre todas las cosas.

―Oh, entiendo. Lo siento, nunca he practicado el sexo anal ―se sinceró, avergonzado por admitir su inexperiencia.

―No te preocupes, yo te ayudaré ―contestó Hyunjin ―. ¿Tienes lubricante? ―interrogó.

―Mm, tal vez en cajón de la mesa de noche haya ―respondió dudoso, pues no estaba seguro de si lo había tirado hace tiempo o si seguía ahí acumulando polvo.

Hyunjin se inclinó hasta el mueble anteriormente mencionado y rebuscó un poco hasta encontrar un pote de lubricante con sabor a frutilla. Se lo entregó a Jisung y volvió a su posición inicial.

―Escucha atentamente, te iré guiando para que me prepares ―avisó el pelinegro.

A pesar de la escasa experiencia del menor, el proceso de preparación fluyó sin muchos problemas, Jisung se aseguró de ser cuidadoso, mientras Hyunjin le explicaba cómo hacerlo correctamente, comentando cada tanto lo bien que lo estaba haciendo mientras soltaba pequeños gemidos de gusto.

El tímido y torpe Jisung de un principio rápidamente fue adquiriendo confianza, hasta que finalmente se dio la libertad de embestir suave pero profundo en el esfínter lubricado del pelinegro, disfrutando de la escena de sus dedos entrando y saliendo de entre las nalgas del mayor, quien no hacía más que gemir mientras se tragaba todo el pene con complacencia.

Cuando Hyunjin sintió la facilidad con la que los falanges del otro se incrustaban en él, fue la señal para que parara el contacto que habían tenido hasta el momento. Se levantó de la cama mientras tomaba de la mano al castaño, invitándole a que le imitara. Han se notaba un poco nervioso, pues ya se imaginaba lo que vendría a continuación.

Lo tomó suavemente por las mejillas para unir sus labios en un delicado beso, en un intento de calmar los nervios y hacerle ver que no había nada de qué preocuparse. Lo había hecho perfectamente bien hasta el momento, y confiaba en que seguiría así hasta el final, pues al fin de cuentas; Han Jisung era el "ace" del grupo en muchos sentidos.

― ¿Estás listo? ―preguntó Hyunjin, mientras acariciaba dulcemente las regordetas mejillas bajo sus dedos.

Jisung desvió la mirada desde sus labios hasta conectarse con aquellos profundos y seductores ojos.

―Por supuesto ―afirmó con determinación, más que seguro.

Hyunjin sonrió complacido, y tras depositar un casto beso sobre los labios ajenos volvió a acomodarse sobre la cama, posicionándose con el trasero en alto, con su pecho y la mitad de la cara pegada al colchón, dándole a su amigo una vista sumamente erótica que le hizo palpitar el miembro.

―Hannie ―le llamó, para después agarrarse las nalgas y separarlas, mostrándole su ano dilatado y brillante de lubricante ―, no te contengas, me gusta rudo ―le animó con picardía.

Jisung dejó escapar un jadeo, extasiado con las palabras descaradas de su amigo. Ansioso y dispuesto a cumplir con la petición del chico, se acercó al borde de la cama hasta posicionarse entre las largas y delgadas piernas, agarró su miembro con la diestra mientras se sostenía de las caderas ajenas con la mano sobrante, y tras alinearse contra su entrada se introdujo en su interior de una tosca estocada, sacándole un fuerte gemido de dolor al otro. Pero contrario a lo que se pensaría, la verdad era que a Hyunjin el dolor y el placer entremezclándose era una combinación que le calentaba enormemente, no por nada le encanta el sexo duro.

El menor se quedó quieto por un rato mientras trataba de acostumbrarse a la manera en la que las paredes anales envolvían deliciosamente su miembro. Incluso a pesar de haberlo preparado correctamente, el trasero del alto se sentía tan malditamente estrecho que lograba abrumarlo.

― ¿Estás bien? ―interrogó el morocho al notarlo quieto.

―Sí ―contestó Jisung ―. Eso debería preguntártelo yo ―agregó soltando una pequeña risa de vergüenza.

―Estoy bien ―respondió seguro ―. Puedes comenzar a moverte cuando quieras ―le informó tranquilamente, aunque por dentro se encontraba impaciente. Necesitaba sentirlo moverse cuanto antes.

Entonces Jisung comenzó a moverse, saliendo y entrando del estrecho trasero a un ritmo intermedio, cuidando de no lastimar a Hyunjin, pues por más que quisiera someterlo bruscamente, realmente deseaba que ambos disfrutaran del momento. Se sostuvo de las caderas ajenas para impulsarse más cómodamente, teniendo así el control de los movimientos de ambos cuerpos mientras comenzaba a sentirse más seguro de lo que hacía. Se mantuvieron así hasta que de a poco las penetraciones se fueron haciendo más rápidas y certeras, formando de esa manera un ritmo mucho más marcado. Jisung embestía hacia adelante, meneando sus caderas como sólo él sabía hacerlo, mientras que a la vez Hyunjin se mecía hacia atrás para auto-penetrarse, logrando coordinar sus cuerpos a la perfección.

―H-hannie, más, más duro ―gemía Hyunjin mientras intentaba contener su voz, mordiendo la sábana debajo de él. Sabía que tanto Chan como Changbin estarían en la habitación del mayor centrados en componer, así que debían evitar hacer tanto ruido, ya que las paredes de las habitaciones eran delgadas.

Jisung acató la orden sin rechistar, aumentando la fuerza con la que ejercía las embestidas, concentrándose en no bajar la intensidad de sus movimientos. El rechinar de la cama se hizo más notorio al chocar constantemente contra la pared, sus pieles chocando bruscamente emitía el resonar de unas fuertes cachetadas debido a la rapidez con la que se encontraban, y los gemidos de Hyunjin no pudieron contenerse más. Han juraría que si alguien pasara por el pasillo pensaría que lo estaba matando o algo por el estilo, pues el mayor ya había perdido el control de su voz.

―Hyunjin ―llamó Han, parando todo de repente.

― ¿Q-qué pasa? ―indagó Hyunjin, confundido y medio atontado.

Jisung estiró la mano hacia un costado, agarrando un pañuelo de cuello de color negro que había dejado colgado en el respaldar de la cama con anterioridad.

―Debemos evitar hacer tanto ruido. Chan y Changbin hyung están en el cuarto de al lado ― le recordó el castaño ― ¿Te molesta si te amordazo con esto? ―preguntó mientras le mostraba el pañuelo.

―Por supuesto que no. Adelante ―contestó sin mucho problema. En este punto poco le importaba lo que Jisung le hiciera, sólo quería volver a ser sometido lo antes posible.

Es así que, luego de un par de minutos, Jisung había terminado de atar bien el pañuelo sobre la boca del mayor, colocándolo de manera que sus ojos quedaran tapados, mientras que la tela de la parte de la boca quedara entre sus dientes, quedando ceñido sobre sus mejillas. No tenía la intención de insonorizarlo por completo, pues quería al menos escucharle jadear mientras lo hacían. Por otro lado, la idea de vendar los ojos había sido propuesta por Hyunjin, quien mencionó que estar privado de algunos sentidos se le hacía excitante.

Una vez culminada su tarea, Jisung lo tomó por las piernas y lo arrastró hacia él, dejando su trasero sobresaliendo de la cama, lo giró para que quedara de costado e hizo que flexionara las piernas, luego volvió a ingresar dentro de él, arremetiendo duro como hacía primeramente. El cuerpo de Hyunjin no hacía más que sacudirse violentamente mientras que de su amordazada boca liberaba gemidos ahogados y desesperados debido al enorme placer que el castaño brindaba sin descanso. Previendo que no faltaba mucho para que Hyunjin se corriera, Han lo acomodó boca arriba para volver a acomodarse entre sus piernas, y volvió a arremeter mientras sostenía el peso de su propio cuerpo con sus brazos apoyados a los costados de la cabeza del pelinegro.

―Córrete para mí, cariño ―musitó Han con la voz ronca.

Hyunjin sollozó de placer al sentir cómo el otro empezaba a masturbarlo al ritmo de las penetraciones, estaba ya en su límite. Las caderas del menor cesaron para concentrarse en dar estocadas ondeantes y profundas, logrando tocar el punto dulce de Hyunjin, que al sentirlo golpear su próstata curvó la espalda mientras tiraba la cabeza hacia atrás, perdiendo el control de su cuerpo. Y sin poder contenerse más, finalmente se liberó en la mano de Jisung, largando un extenso gemido de éxtasis. Pero a pesar del evidente orgasmo del pelinegro, Jisung siguió dando ahora pequeñas estocadas, hasta sentir cómo las paredes anales se contraían, apretando la punta de su miembro, y en consiguiente; llevándolo al tan esperado orgasmo. Dio unas últimas penetraciones antes de salir del interior del mayor, viendo cómo todo su semen resbalaba cual cascadas del maltratado esfínter.

"¿Por qué diablos tardé tanto en hacerlo con un chico?", se preguntó Jisung mientras observaba el resultado de su curiosidad. Hyunjin estaba hecho un desastre, su cuerpo estaba bañado en una gruesa capa de sudor, su flequillo estaba pegado a su cara mientras el resto del pelo se desparramaba en diferentes direcciones, y su rostro ya descubierto denotaba un placer absoluto; ojos cansados casi en blanco, labios rojos e hinchados que desbordaban un espeso rastro de baba que terminaba en el colchón. Hwang Hyunjin era tan malditamente sensual, que quería plasmar esa imagen de él en su mente por el resto de su vida.

Quizás era porque hacía bastante tiempo no lo había hecho (lo dudaba), pero en ese momento Jisung creía fervientemente que había sido el mejor sexo experimentado en su vida, ya que ni siquiera su última novia lo había hecho sentirse tan bien como Hyunjin lo hizo.

Totalmente exhaustos, ambos chicos se tumbaron cómodamente sobre la cama del menor.

― ¿Y? ―preguntó Hyunjin, llamando la atención de su amigo ― ¿Cómo fue tu primera vez con un chico?

―Estuvo increíble ―respondió con sinceridad Jisung. Más que seguro de su afirmación ―. Tienes un trasero lindo y estrecho ―le halagó sin vergüenza, provocando que el otro riera por lo desvergonzado del comentario, algo inusual en el Han Jisung que conocía ―. Por cierto, bonito lunar, queda perfecto en tu cachete izquierdo.

Hyunjin largó una estruendosa carcajada que fue seguida de la de su amigo. El sexo de alguna forma había desatado una inesperada actitud descarada y sincera en su amigo, y eso a Hyunjin le parecía curiosamente divertido.

―Gracias. Bonito glande, queda perfecto en mi estrecho trasero ―le siguió el azabache, logrando sonrojar a Jisung. Hyunjin se colocó de costado y se acercó hacia él para susurrarle al oído ―. Hay que repetirlo, ¿qué dices?

Jisung lo miró y sonrió avergonzado.

―Definitivamente hay que repetirlo ―concordó el castaño.

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Buenas mi gente hermosaaa, perdón por la tardanza, la semana pasada me culió bien duro porque mis 3 trabajos me tenían acorralada. Pero por suerte pude hacerme un tiempo para actualizar. A modo de compensación les hice un capítulo super largo (13 carillas). Espero que les haya gustado ^^.

En el anterior capítulo dije que le dedicaría el siguiente a quién adivinara que shipp seguiría, pero como nadie le atinó se lo dediqué al aire.

La pregunta del día es la siguiente:

¿Qué opinan sobre las relaciones sexuales entre amigos? ¿Serían capaces de hacerlo? ¿Por qué? Justifique su respuesta.

Por mi parte, mi respuesta es un NO. Sí son bien lindos mis amigxs, pero no creo conveniente estar con alguno de esa forma, como mucho algún que otro beso con consentimiento de mi pareja, pero no más que eso.

Y bueno, ya saben, lo que siempre digo; voten, comenten y eso.

Nos vemos en la próxima actualización, bye bye ✨💞.

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