Relajación 🔸 J e o n g i n
Finalmente y después de tanto tiempo, Hyunjin volvía a pisar suelo parisino. Stray Kids participaría en un evento benéfico, y Hyunjin estaba más que dispuesto a colaborar, pues si algo le gustaba más que viajar a París, eso era ayudar, por lo que estaba doblemente feliz.
Romanticismo, museos de arte con galerías nuevas por cada temporada, paisajes glamurosos; París destellaba amor y belleza, Hyunjin se sentía en su hogar. Sin embargo, y a pesar de todo eso, lo único malo para el coreano era que no tenía con quién compartir momentos románticos de ensueño que tanto anhelaba.
―Hyung, ¿puede alcanzarme una toalla? ―se escuchó a Jeongin preguntar desde dentro del baño. Su cobriza cabellera se asomaba desde detrás de la puerta.
Hyunjin resurgió desde sus lagunas mentales y se levantó de la cama para alcanzarle lo pedido al menor.
―Gracias ― le agradeció el menor. Y luego de unos minutos salió del baño con el cuerpo seco a medias y una toalla enrollada en la cintura ―. Hyung, ¿pasa algo? ―indagó preocupado al notarlo más callado y tranquilo de lo usual ―. Lo noto decaído ― comentó preocupado mientras rebuscaba ropa entre su valija.
Hyunjin resopló, apenado.
―Se supone que estamos en la ciudad del amor. Pero yo sigo más solo que una planta rodante en el desierto ―explicó con melancolía mientras miraba hacia algún punto lejano.
Jeongin lo miró con curiosidad.
― ¿Es por eso que está así? ―preguntó el más joven. Se había imaginado de todo menos eso.
Hyunjin asintió.
―Hyung, no es necesario que tenga pareja para pasarlo bien en París ―trató de consolarle. Y una vez vestido se sentó a su lado ―. Me preocupa que esté idealizando demasiado esta ciudad ―se sinceró mientras posaba su mano sobre la ajena, a modo de apoyo.
Sí, Hyunjin sabía bien que lo que dijo Jeongin era cierto, pero aun así el anhelo de compartir momentos románticos con alguien que amara persistía en su melancólico corazón. Porque si bien podría considerarse como alguien promiscuo debido a su libido alta, la verdad era que Hwang Hyunjin era un amante empedernido enamorado del amor y sus diferentes formas. Pero lamentablemente aquella persona por la que tenía sentimientos fuertes no parecía tener idea de lo que él sentía, y la idea de confesársele parecía muy lejana, pues temía ser rechazado y arruinar la amistad que tenían era más grande que su necesidad de una relación.
―Lo sé, Innie. Tienes razón ―admitió el azabache, sonriendo falsamente para despreocupar al otro.
Hyunjin finalmente dejó de evitar la mirada del maknae y giró a mirarlo, quedando embelesado con la imagen de un Jeongin de shorts cortos y remera de tirantes color negro que mostraban sus marcados brazos. Esto le parecía algo inusual en el menor, quien acostumbraba a usar ropa ancha, generalmente de tonos neutros y preferiblemente claros, sin mencionar que no le gustaba mucho la ropa reveladora.
― ¿Has convivido mucho con Changbin y Chan hyung? ―bromeó Hyunjin, aun apreciando la inusual vestimenta del chico.
―Quise probar algo nuevo ―contestó Jeongin riendo ―. ¿Me veo bien?
Hyunjin lo escaneó con la mirada más detenidamente, de pies a cabeza, y luego levantó el pulgar en señal de aprobación.
―Te vez más que bien ―halagó el mayor, avergonzando al maknae ―. Yongbokie tiene un novio sexy ―agregó sin vergüenza.
―Hyung también es sexy ―dijo Jeongin, sintiéndose avergonzado y halagado a la vez.
―Lo sé. Aún recuerdo la vez que lo dijiste en ese "2Kids room" ―le recordó mientas hacía el ademán de estar pensando ―. Dijiste que te parecía erótico ―mencionó con diversión.
Jeongin casi se atraganta con la saliva.
―D-de todas formas. ¿Quiere acompañarme a la sauna? Nos ayudará a relajarnos antes de la presentación ―Jeongin cambió de tema en un intento de disipar la repentina tensión que se había formado.
―De acuerdo, vayamos ― aceptó de inmediato Hyunjin. Su cuerpo había quedado adolorido después del viaje en avión, posiblemente debido a la posición extraña en la que se había dormido.
Hyunjin buscó una toalla y unas sandalias en tanto el otro metía un par de cosas en una mochila, y una vez listos se dirigieron al sauna, en donde se dispusieron a relajarse entre el cálido vapor mientras mantenían una charla amena.
― ¿Deberíamos ir a los baños termales? ―preguntó Hyunjin al darse cuenta de que ya habían pasado varios minutos allí dentro ―. Ya me empiezo a sentir un poco mareado ―mencionó con la mirada perdida en la pared que tenía al frente.
―De hecho iba a preguntar lo mismo. Ya me está sofocando el vapor ―dijo Jeongin ―. Creo que ya pasaron los veinte minutos recomendados.
Fue entonces que, luego de sentirse como un par de pollos horneados, ambos chicos terminaron por salir de la habitación, con la intención de cambiar de rumbo, yendo a la sección de aguas termales privadas. Al ingresar al nuevo lugar tuvieron un primer plano de una extensa masa de agua caliente, decorada con grandes rocas a su alrededor que le otorgaba un aspecto rústico y armonioso.
―Hyung, ¿qué hace? ―interrogó un sorprendido Jeongin.
― ¿Qué? Es más cómodo de esta forma ―dijo Hyunjin mientras terminaba por quitarse la ropa interior, que luego dejó reposar sobre el resto de sus prendas ―. Puedes meterte desnudo o en traje de baño ―le informó al menor.
―Yo siempre me metí en traje de baño ―mencionó el más joven. Su mirada esquiva trataba de evitar mirar el cuerpo desnudo del pelilargo, quien yacía como vino al mundo.
―Deberías intentarlo ―le animó Hyunjin, para luego sentarse en el borde y deslizarse lentamente dentro de las aguas termales.
Jeongin pensó por un momento en la idea de desnudarse o quedarse en traje de baño, pero al final decidió seguir el ejemplo de su hyung, desnudándose y entrando tímidamente con él. Después de todo; esa no sería ni la primera ni la última vez que se encontrarían en una situación así, ya que debido a los años en los que habían convivido juntos habían acostumbrado a bañarse juntos cada tanto, con la intención de ahorrar tiempo cuando estaban apurados.
―Innie ―llamó el pelinegro, recostado cómodamente con la cabeza apoyada en el borde de piedra lisa ―. ¿Cómo te ha ido en tu relación con Felix? ―preguntó tímidamente. No es que fuera entrometido, pero quería asegurarse de que la pareja estuviera bien, pues aparte de preocuparse como amigo, también temía que lo que sucediera entre ambos repercutiera en el ambiente laboral del grupo.
―Bueno, se podría decir que bien ―contestó un tímido Jeongin. Aún seguía sin acostumbrarse del todo al hecho de que se refirieran a Felix como su pareja. Se sentía como un adolescente primerizo, aunque pensándolo bien, Felix era en realidad su primera relación seria ―. Felix es incluso más genial y adorable como pareja. Conocí más facetas suyas, y siento que no hay nada que no me guste de él ―contó con una sonrisa tonta plasmada en la cara.
―Estás perdidamente enamorado ―dijo Hyunjin, sonriendo enternecido. Era la primera vez que veía al maknae expresarse y comportarse de esa forma, confirmando el gran efecto que Lee Felix tenía sobre Yang Jeongin ―. Me alegra saber que ambos son unos felices enamorados ―se sinceró el mayor. Definitivamente el amor era lo mejor.
―Gracias por apoyarnos, hyung ―agradeció Jeongin―. Si no fuera por usted, Felix no se hubiera animado a confesarse.
―No hay nada que agradecer, Innie. Sabes que hyung haría lo que fuera por ustedes ―dijo Hyunjin cariñosamente mientras se acercaba para abrazarlo por los hombros, siendo correspondido por el menor.
―Hyung, realmente lo apreciamos ―comentó Jeongin, girándose para mirarle a la cara.
Hyunjin quedó estático al notar lo cerca que estaban. Y entonces, en un abrir y cerrar de ojos tenía a Jeongin besándolo tan profundo y sensual que no pudo evitar corresponderle inconscientemente.
―J-jeongin, ¡no! ―lo separó de golpe al ser consciente de lo que estaban haciendo ― No está bien. Se supone que tienes novio ― le recordó, comenzando a sentir la culpa carcomiéndole inmediatamente.
Jeongin rio despreocupado, sin soltarle la cintura y afianzando el agarre, pegándolo más a su cuerpo. Y sin dejarlo decir algo más, se acomodó entre las largas piernas del azabache.
―Sabe, Felix y yo tenemos suficiente confianza como para saber separar los sentimientos románticos del sexo casual ―mencionó Jeongin, a escasos centímetros de la estupefacta cara del contrario.
― ¿Qué quieres decir? ―preguntó Hyunjin, todavía en shock. Su mente parecía haberse disparado fuera del planeta.
―Quiere decir...―Jeongin tomó un escurridizo mechón del morocho para acomodárselo dulcemente detrás de la oreja, acariciando le tersa piel de la mejilla con el pulgar ―: que si quiero meterme en ese lindo trasero que tiene, mi relación con Felix no se verá afectada en absoluto ―aclaró apaciblemente.
Entonces Hyunjin lo entendió.
― ¿Ustedes están en una relación abierta? ―interrogó Hyunjin, ahora más tranquilo.
―Algo así ―contestó el cobrizo ―. Nos consultamos con respecto a nuestras parejas sexuales, y si ambos estamos de acuerdo, entonces no hay problema ―explicó Jeongin.
―Entonces eso quiere decir que Felix-
―Él sabe que quiero hacerlo con usted, y está de acuerdo ―le interrumpió.
Hyunjin por fin pudo respirar tranquilo, ya completamente exento de culpa. Le había sorprendido enterarse del tipo de relación que Jeongin y Felix tenían, pero a la vez, este descubrimiento lo había ayudado a no sentirse tan inmoral, ya que a pesar de ser consciente del tipo de relación que ambos chicos tenían, no podía evitar tener pensamientos lascivos hacia ellos. No obstante, ahora que tenía luz verde para dar avances sexuales con Jeongin, Hyunjin ya no tiene por qué contenerse.
―Siendo así ―Hyunjin atrajo a Jeongin más cerca de su cuerpo, encerrando la cintura del chico con sus piernas ―. Muéstrame cómo le haces en amor a Felix, Innie ―demandó con un tono sugestivo que denotaba el deseo que sentía por él.
―Lo siento hyung, pero no me parece correcto hacerlo en esta ocasión. Prefiero mostrárselo con Felix presente ―declinó el más joven. No es que no quisiera, pero no se sentía cómodo en ese lugar, y prefería estar en la comodidad de su propia habitación, sin tener que preocuparse en si alguien podría interrumpirlos ―. En cambio, puedo mostrarte algo más ―propuso Yang.
Jeongin lo tomó por la cintura firmemente, levantando fácilmente al mayor y dejándolo sentado en el borde de la piscina, se hizo espacio entre las largas y delgadas piernas mientras se disponía a esparcir un camino de besos cálidos sobre los muslos internos del mayor, dejando algunas mordidas suaves hasta detenerse a escasos centímetros de la entrepierna. Lo miró fijamente, y sin cortar la conexión de sus miradas Jeongin engulló el largo y erecto falo por completo, hasta sentirlo golpear el fondo de su garganta. Al principio lo tomó lentamente, engullendo y sacándolo tranquilamente, ahuecando las mejillas a medida que lo iba sacando de su cavidad bucal, repitiendo esta acción unas cuántas veces, sólo para luego tomarse su tiempo en lamerlo desde la base hasta la punta, disgustándolo como si de un helado se tratase.
―Ohm, bebé, lo estás haciendo muy bien ―aduló Hyunjin mientras lo miraba devorar su miembro profesionalmente ―. Me encanta como te tragas todo mi pene.
Hyunjin acarició los cobrizos cabellos dulcemente, para segundos después tomarlo vigorosamente y hacer que se tragara su pene más profundo, provocando que el menor se ahogara y tuviera arcadas. Luego tiró de su cabello para liberar su pene de las calidad fauces, antes de volver a introducirse nuevamente, profanando el interior de la garganta ajena de forma descuidada, esta vez teniendo el completo consentimiento de Jeongin, quien le hizo agarrar su propia nuca; otorgándole el control absoluto de la situación.
―Mhn, veo que Yongbokie te ha enseñado bien ―reconoció Hyunjin al sentirlo fruncir la garganta deliciosamente, mientras que a la vez masajeaba los testículos con suavidad.
―Puedo hacer más que esto ―contestó Jeongin tras detenerse en su tarea bucal ―. Usted sólo relájese ―indicó, antes de volver a retomar la felación.
Hyunjin así lo hizo, relajándose y cerrando los ojos para concentrarse mejor en las sensaciones que el más joven provocaba en su cuerpo. Y de repente, un sonoro jadeo de sorpresa se escapó de entre sus labios al sentir un par de dedos abrirse paso en su entrada; siguiéndole luego un tercero, un cuarto...
―Hyung, ¿se encuentra bien? ―interrogó Jeongin, mientras se iba preparando mentalmente para el siguiente paso.
―E-estoy bien ―respondió como pudo, demasiado concentrado en lo que los dedos del maknae le estaban haciendo sentir―. Se siente bien ―le aseguró mientras trataba de controlar su respiración.
―Bien, siga así de relajado. Continuaré ―dio aviso.
Estirando un poco un brazo, Jeongin rebuscó rápidamente en el interior de la mochila que había dejado cerca del borde de la piscina, hasta finalmente encontrar lo que buscaba. Abrió el pote de lubricante y vertió bastante en la entrada del mayor, seguido de esto procedió a meter el pulgar, y muy cuidadosamente fue introduciendo todo el puño dentro. Hyunjin se mantuvo tranquilo la mayor parte del tiempo, hasta que, tras sentirlo comenzar el vaivén, pudo sentirlo rozar su próstata casi de inmediato.
― ¡Oh! ¡Jeongin! ―gimió Hyunjin, sintiendo las falanges del menor acariciando una y otra vez su punto dulce ― ¡Ahí! ¡Ahí! ―exclamó con desesperación.
― ¿Ahí? ―preguntó en un tono juguetón.
Jeongin comenzó a dar cortas pero certeras estocadas, asegurándose de estimular correctamente la próstata de su mayor. El chapoteo de las penetraciones resonaban ruidosamente en el silencioso lugar en el que se encontraban, siendo acompañados de los desesperados gemidos del pelinegro.
Mientras tanto, Jeongin ―quien aún se mantenía sumergido en el agua―comenzó a masturbarse sumamente, ya necesitado debido a la morbosa escena que se proyectaba frente a él.
En todos esos años conociendo a Hyunjin jamás se había detenido a pensar que llegaría a estar en una situación del estilo con él. Tal vez lo haya considerado algo así como un amor platónico, más nunca se le había pasado por la cabeza actuar al respecto, primeramente; porque se trataba no sólo de un amigo, sino también de su compañero de trabajo, y en parte también porque su corazón pertenecía a Lee Yongbok, su primer y único amor. No obstante, y tras avanzar en su actual relación amorosa con el australiano, ambos habían coincidido en que se sentían fuertemente atraídos por Hwang Hyunjin, y es ahí que―después de pensarlo detenidamente― terminaron sellando un trato; el cual constaba en que podrían mantener relaciones con él, ya sea juntos o por separado, siempre y cuando no hubiera sentimientos románticos de por medio.
― ¡Jeongin! ―profirió el pelinegro, liberándose intensamente sobre su estómago.
El mencionado dio unas últimas estocadas, sólo para deleitarse con la forma en la que su hyung se retorcía por la sobe-estimulación. Finalmente sacó con cuidado su puño del interior del mayor, dejando en Hyunjin una gran sensación de vacío.
―Hyung, ¿está cansado? ―preguntó Jeongin ―. No he terminado aún ―y ayudándose con sus brazos se impulsó hasta salir de la piscina, gateando con elegancia hasta acomodarse sobre el pecho del pelilargo ―. Sea un buen hyung y abra su linda boca para su dongsaeng ―y tras decir esto alineó el húmedo glande contras los gruesos y rosados labios ajenos, para luego introducirse en la cálida cavidad.
Jeongin se inclinó levemente hacia adelante, apoyando las palmas de las manos sobre el frío piso y con las piernas flexionadas a los costados de la cabeza de Hyunjin. Respiró profundo y relamió sus labios con emoción, y entonces comenzó a menar sus caderas de forma lenta; el venoso y caliente miembro entraba y salía de Hyunjin con ímpetu, desapareciendo y reapareciendo entre los pegajosos belfos, penetrando profundo en la ya experta garganta. Arremetió en su hyung sin cuidado, produciendo húmedos chapoteos producto de las constantes penetraciones que cada vez iban aumentando en intensidad. Y cuando las estocadas ya se habían vuelto toscas, Hyunjin puso todo su esfuerzo en aguantar la arcadas, intentando respirar lo mejor que podía.
―Mh, hyung, su boca me recibe tan bien ―dijo Jeongin entre gemidos, aún sin menguar el ritmo de sus movimientos ―. Tan delicioso.
El entrecejo se fruncía con fuerza mientras mordía su labio inferior en un vano intento de intento de retener los gemidos que clamaban por salir desesperadamente. Sin embargo, cuando el familiar hormigueo se hizo presente, Jeongin se vio incapaz de contenerse, dejando escapar gemidos largos y graves mientras daba unas últimas estocadas en lo profundo de la cavidad del mayor, hundiéndose hasta el fondo y manteniéndose quieto hasta sentir las vibraciones de las arcadas que terminaron por brindarle un intenso orgasmo, liberando su esencia en la cara del mayor.
El menor se mantuvo sentado en el pecho ajeno, respirando agitado a la par de Hyunjin, quien poco le importaba la mascarilla de semen, pues el alivio de poder respirar con normalidad era mayor.
Cuando ambos consiguieron calmarse compartieron unas miradas cómplices.
― ¿Debería preocuparme o alegrarme de que Felix te haya enseñado este tipo de cosas? ―preguntó Hyunjin mientras se apartaba los restos de semen de la cara, empapándose la mano.
Jeongin soltó una risa vergonzosa.
―Hay muchas otras cosas que me ha enseñado ―dijo Jeongin ―. Quizás la próxima podríamos enseñarle juntos ―planteó con la mirada gacha. De repente volvía a ser ese chico vergonzoso de siempre.
― ¿Me estás proponiendo un trío contigo y tu novio? ―indagó con una sonrisa divertida implantada en el rostro.
―No, le estoy informando acerca de una propuesta laboral en una empresa de negocios piramidales ―contestó el menor en tono sarcástico.
Hyunjin le dio un golpecito en el brazo y ambos rieron.
―Estoy ansioso por ver qué enseñanzas pueden brindarme mis maestros ―dijo el pelinegro, haciendo que Jeongin sonriera ampliamente.
Hyunjin no se esperaba en absoluto lo que experimentó con Jeongin, mucho menos se esperó saber sobre la dinámica que tenía la pareja, y la propuesta de hacer un trío era un ítem más de las cosas inesperadas del día. Pero no se quejaba para nada del resultado. Sin embargo, algo más que no se esperó, fue encontrarse con un relajado Seo Changbin entrando a las termas; la mirada confundida se encontró con ambos, los miró a los ojos, miró el lubricante que había a un lado de ellos y se dio la vuelta para salir por la puerta por la que ingresó segundos antes.
―Mierda, creo que estamos en problemas ―dijo un preocupado Jeongin.
―Tranquilo, yo me encargaré de esto ―le calmó Hyunjin mientras le palmeaba la espalda.
El pelinegro no estaba seguro de qué hacer con Seo, pero estaba dispuesto a hacer lo que sea para que no soltase ni una palabra de lo presenciado.
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Buenass, actualicé al fin. Estuve como semana y media explotándome laboralmente a mí misma y básicamente apenas y tenía tiempo para comer y dormir, no tenía energías ni tiempo para escribir, por eso me demoré.
Este capítulo resultó más corto de lo que pensé, pero es porque prácticamente es como la primer parte del capítulo que vendría a ser el capítulo de Felix, en el que va a haber HyunInLix (será en el último capítulo).
Espero que les haya gustado, y mil disculpas por la demora.
Por otra parte, les comento que hace poco subí una nueva historia, la cual es SeungIn, por si les interesa leerla. Próximamente voy a estar subiendo el capítulo 2 de la misma.
Sin nada más que decir, ya saben; comenten y voten si les va gustando.
Nos leemos en una próxima actu, bye bye 💫💞.
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