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Favor 🔸 S e u n g m i n

Aún se preguntaba cómo es que había llegado hasta ese punto. ¿Cómo es que había llegado a desear tanto a sus compañeros? ¿En qué momento había surgido esa incontrolable atracción? ¿Por qué ellos de entre tantas personas? La respuesta quizás se encontraba hace cinco meses atrás, cuando Choi Beomgyu le había dicho que ya no tendría tiempo para sus encuentros casuales, justificado por su apretada agenda. Hyunjin no lo culpaba, él también era un idol, y al igual que él tenía ocasiones en las que su agenda no le dejaba tiempo ni para dormir como debería, pero aunque lo entendía no podía evitar estar frustrado, ya que siempre había llevado una vida sexual medianamente activa. Ahora estaba casi por llegar a medio año sin tener sexo, pues las promociones de su amante se habían alargado, sin mencionar que las colaboraciones lo tenían acorralado. Hyunjin no quería sonar como un degenerado, pero sentía que se volvería loco si no lograba encontrar alguien con quien desquitar todo ese Eros acumulado. Era posible que aquella necesidad sexual se haya desviado sin querer hacia sus compañeros, después de todo eran con quien más tiempo compartía; compartían casa, comían juntos, trabajaban juntos y prácticamente se comportaban como un paquete de salchichas todas pegoteadas, ignorantes con el concepto de espacio personal, por no mencionar que ya hasta se habían visto desnudos incontables veces. Esto último podría haber sido un potenciador relevante para que comenzara a verlos de otra forma.

He ahí, al infeliz y frustrado Hwang Hyunjin masturbándose libremente en su solitaria habitación, con la sola intención de aplazar todo ese deseo incontrolable. Sabía que no era la solución, pero al menos lo ayudaba a calmarse por un tiempo. Aunque lo que no lo calmaba en absoluto era tener a siete hermosos chicos ejercitándose en prendas menores, todos sudados y haciendo sonidos y expresiones sugestivas en el mismo espacio que él. Es así que su mente fue rememorando ese reciente momento, imaginándose cómo Minho practicaba boxeo con esos brazos gruesos y venosos que tanto le encantaban, la manera en la que el redondo y gran trasero de Changbin se marcaba cuando hacía sentadillas, o la manera en la que Jisung se quejaba mientras levantaba pesas, cómo Bangchan abría las piernas en la máquina de abductores...

―Ohm, mierda ―se quejó al sentirse cerca de acabar.

La mano de Hyunjin bombeaba desesperado mientras el conocido cosquilleo en su pelvis comenzaba a hacer presencia. Los movimientos de su diestra se hicieron cortos y rápidos, concentrándose en la punta del miembro.

Estaba a segundos de alcanzar el tan esperado orgasmo.

―Hyunjin-ah, dijo Bangchan qu-

Y entonces la sensación de placer fue remplazada rápidamente por miedo, vergüenza y pánico. Hyunjin se sobresaltó y tapó sus partes con la sábana, y luego quedó estático. Cuando su mirada se encontró con la expresión de shock de Seungmin se sintió avergonzado, pues había sido atrapado con las manos en la masa.

―L-lo siento, no sabía que estabas, ehm...Lo siento por interrumpirte ―se disculpó el rubio con pena. Su cara estaba totalmente roja, producto de una vergüenza abrumadora.

―Yo también lo siento. Pensé que te demorarías más tiempo ―se disculpó Hyunjin.

Originalmente Seungmin y Jeongin habían mencionado que irían a comprar zapatillas en la tienda que el maknae solía frecuentar, la cual quedaba en la otra punta de Seúl. Hyunjin conocía el recorrido que debían hacer ya que anteriormente había acompañado a Jeongin, por lo que estaba seguro que demorarían unos veinte minutos de ida, más otros veinte o media hora en los que el chico se tomaría para elegir algunos pares de zapatillas para probárselas, y finalmente otros veinte minutos más para volver al departamento, es por eso que no se esperaba que su compañero de cuarto irrumpiera en ese momento.

―Bueno, se suponía que fuera así, pero Jeongin no encontró las zapatillas que quería en su número ―explicó Kim, mientras desviaba su mirada hacia cualquier cosa que no fuera Hyunjin.

―Oh, entiendo ―musitó Hyunjin.

Luego un incómodo silencio se formó en el cuarto. Seungmin abrió y cerró la boca como si quisiera decir algo, luciendo bastante nervioso. Al final dejó largar un pesado suspiro y cortó con el silencio.

―Bangchan me mandó a buscar un cargador de celular, ¿puedo pasar a buscarlo? ―interrogó.

―Claro, pasa, es tu habitación también ―contestó con tranquilidad.

Seungmin se metió a la habitación y a pasos lentos y torpes se dirigió hasta la mesa de noche que se ubicaba entre las dos camas, no sin antes chocarse con la punta de la suya propia, causando risa en Hyunjin mientras él maldecía por lo bajo. Buscó ansioso en el primer cajón del mueble hasta encontrar el cargador de su celular y por fin pudo sentir un poco de alivio.

―Hyunjin, en serio lamento haberte interrumpido ―dijo parado a su lado. Más que avergonzado, la verdad es que Seungmin se sentía culpable, ya que comprendía que a veces los chicos necesitaran alivianarse de esa forma y al menos en su caso, esto no siempre podía llevarse a cabo cómodamente ―. Entiendo que puede ser frustrante no tener el tiempo ni la privacidad para hacer este tipo de cosas. Para la próxima que quieras un tiempo para ti mismo simplemente avísame, no me molesta ―finalizó con la mirada gacha.

Hyunjin se mantuvo en silencio, pensando en lo tierno y considerado que podía llegar a ser el menor, eso de hecho era una de muchas cosas que le encantaban de él. Kim Seungmin podía ser un diablillo a veces, pero también tenía su lado bueno, aunque para Hyunjin el menor no tenía ningún defecto.

Cuando Seungmin estaba a punto de irse, la mente de Hyunjin hizo click y reaccionó por impulso rápidamente, agarrándolo de la muñeca para detenerlo. Seungmin se giró y lo miró con sorpresa.

―Si tanto lo lamentas ―comenzó a decir Hyunjin, y luego lo jaló hacia sí mismo, haciendo que Seungmin quedara agachado muy cerca de su cara ―, entonces puedes ayudarme con lo que interrumpiste ―propuso con una sonrisa pícara implantada en su rostro ―. Han sido días difíciles para tu hyung, Minnie. Incluso si me toco no puedo acabar con facilidad, y hoy justamente estuve a punto de lograrlo, pero por tu culpa no se pudo ―explicó con falsa tristeza.

― ¿Estás bromeando? ―indaga Seungmin sin salir de la sorpresa.

―Hablo muy en serio ―contestó con seguridad ―. Creo que es la mejor forma de compensar lo sucedido. Si tú me ayudas, yo también te ayudaré ―propuso con descaro, sin dejar de mirarlo como un lobo hambriento acechando a su presa.

Seungmin se mantuvo callado por un momento, como si estuviera analizando la situación. Finalmente se terminó por soltar del agarre y caminó hasta la entrada, dándole entender a Hyunjin la obvia respuesta. Pero grata fue la sorpresa cuando al llegar a la puerta, Seungmin procedió a trabarla con cerrojo.

―Será sólo un rato ―comenzó a decir el rubio mientras se acercaba a Hyunjin. Sus manos se encargaron de desabrochar el cinturón de cuero que envolvían sus caderas ―. No quiero llegar al final, así que no esperes más allá de juegos previos ―aclaró mientras empezaba a desvestirse.

Hyunjin asintió emocionado y se dedicó a observar al chico frente a él deshacerse de sus prendas. Mentiría si dijera que no estaba satisfecho con la respuesta de Kim, pues no se esperaba que éste aceptara su propuesta de inmediato.

Cuando Seungmin finalmente quedó en bóxers Hyunjin se sentó en el borde de la cama para enseguida acercarlo a él de un tirón. Sus labios se guiaron automáticamente hacia el abdomen de aspecto delicado, comenzando a besarlo con devoción, como si le estuviera mostrando adoración a un Dios imponente, mostrando sumisión. Besó todo lo que podía y de apoco fue descendiendo hasta encontrarse con la caliente imagen de una creciente erección que le indujo a relamerse los labios. Seungmin no era un semental en ese sentido, pero el tamaño era perfecto para Hyunjin; tamaño medio pero grueso, justo como le gustaban. Jamás se había puesto a pensar en cómo sería exactamente el miembro de su menor, pero ahora que lo sabía no podía evitar excitarse al imaginarse lo que haría con él. Su antes flácido pene había logrado volver a erguirse rápidamente.

―Hyung...―susurró Seungmin al ver cómo su mayor besaba sus partes sin vergüenza.

Hyunjin se dedicó a besar y lamer la erección por sobre la tela del bóxer hasta dejarla mojada con su saliva, y hubiera seguido recorriendo toda su extensión tranquilamente de no ser porque un impaciente Seungmin lo alejó tironeándole del cabello, para luego bajar su ropa interior y liberar su pene, golpeando al peligris en la mejilla y excitándolo aún más.

Hyunjin no era alguien que se guiara más para un lado que para el otro. ¿Pasivo o activo? Eso le daba igual, pues solía tomar una u otra posición dependiendo de las preferencias de su pareja sexual, y si se topaba con alguien igual de versátil que él era aún mejor. Aunque debía admitir que tenía algunas preferencias específicas a la hora de elegir con quién se acostaría; porque a Hyunjin le calentaban demasiado las personas de aspecto delicado y tierno que en contraste terminaban siendo dominantes en el sexo, así como también aquellos de aspecto masculino o rudo que tomaban un rol sumiso. Sí, quizás era demasiado específico con sus gustos, pero era algo que en serio lo enloquecía.

―Seungmin-ah está impaciente por follarse mi boca, ¿no es así? ―indagó un sonriente Hyunjin mirándolo a los ojos.

Seungmin le devolvió la sonrisa.

―Hyung, abra la boca ―ordenó el rubio. Y Hyunjin no pudo más que obedecer a su caliente dongsaeng.

El grueso pene de Kim se introdujo de inmediato dentro de su boca hasta el punto en el que la pelvis le rozaba la punta de la nariz, todo esto sin dejar de mirarlo en ningún momento. Una vez acostumbrado a la intromisión, Hyunjin comenzó con su labor, metiendo y sacando el miembro casi por completo para enseguida engullirlo nuevamente, a la vez que su cabeza se meneaba lentamente, descendiendo y ascendiendo con cuidado de no rozarle con los dientes.

Mientras tanto, Seungmin se encontraba hipnotizado por la forma en la que su pene desaparecía entre los gruesos labios de su mayor, quien parecía predispuesto a darle el mejor sexo oral de su vida, y quizás sea porque hace tiempo no hacía algo así, pero sentía que Hyunjin estaba siendo un experto en lo que hacía.

―Mhnn, Hyunjin hyung, lo haces tan bien. La forma en la que te tragas todo mi pene se siente delicioso ―dijo Seungmin entre gemidos mientras sostenía los largos cabellos de su mayor.

Aquellos apetitosos labios recorrían toda la longitud de su pene, lamiendo de arriba hacia abajo, chupando el glande detenidamente, para luego sorber, metiéndolo nuevamente en su húmeda y caliente boca, realizando un vaivén que jugaba con su cordura.

―Oh Dios, hyung ―gimió gustoso el rubio cuando Hyunjin comenzó a relamer el glande en círculos mientras aún lo rodeaba ente sus gruesos y pegajosos labios.

Cuando Seungmin inclinó la cabeza hacia atrás, Hyunjin supo que su dongsaeng estaba disfrutándolo verdaderamente. Así que sin pensarlo mucho, engulló todo su falo bruscamente, permitiendo que golpeara su garganta, importándole poco si más tarde le dolería.

El fuerte gemido de Seungmin no se hizo esperar, resonando alto en toda la habitación. Hyunjin sabía que no faltaba mucho para que el chico acabara. Pero aquél pensamiento se vio interrumpido cuando el otro lo alejó repentinamente, sólo para sentarse en la cama fronteriza y palmear sus muslos, llamándolo de manera tentadora. Y Hyunjin no dudó en obedecer y subirse enseguida sobre él, para fundirse en un hambriento y necesitado beso que se terminó deshaciendo cuando el más joven fue recostado sobre el colchón.

En consiguiente, el cuerpo de Hyunjin se acomodó sobre el de Seungmin, dejando sus partes enfrentadas a la cara del menor, y posicionándose nuevamente frente al jugoso pene que antes había acobijado en su cavidad bucal.

― ¡Seungmin! ―gritó el peligris sorprendido al sentirlo chupar y lamer su entrada inesperadamente. Besaba de forma húmeda su trasero, mientras sonidos obscenos resonaban entre sus nalgas. Su diestra tomó su desatendido miembro para comenzar a masturbarse suavemente, disfrutando de la atención que estaba recibiendo ―Oh, bebé, me encanta como te comes mi trasero, hmnn ―jadeaba extasiado, mientras sentía aquella familiar sensación acumularse en su pelvis. Y entonces sus instintos carnales predominaron en su mente por completo; separó su trasero de los habilidosos labios del rubio, para luego agarrar su miembro y meterlo en la boca de un sorprendido Seungmin, quien dejándose hacer, permitió que el otro penetrara en su garganta tan fuerte y profundo como quisiera, mientras se encargaba de masturbarse al ritmo de las estocadas.

Hyunjin embestía en lo hondo de sus fauces sin piedad, impidiéndole respirar correctamente, aunque la sensación de asfixia era sólo un ítem más para que Seungmin lograra acabar dentro de Hyunjin, quien al sentirlo liberarse en su garganta alcanzó a dar un par más de estocadas antes de correrse sobre los labios del contrario.

Cuando el tan esperado clímax fue alcanzado, Hyunjin se desplomó al lado de un agitado Seungmin. Ambos se mantuvieron recostados mientras sus pechos se elevaban jadeantes y necesitados de oxígeno, retomando de a poco una respiración más serena.

―Seungmin-ah ―llamó Hyunjin, girando a mirarlo. El nombrado volteó la cabeza hacia un costado, conectando miradas ―. Estás perdonado ―informó el mayor.

Seungmin dejó escapar una risa de auténtico regodeo, divertido con las palabras de su hyung. Simplemente le había parecido ridículamente gracioso.

― ¿Sabes? En realidad me daba igual si me perdonabas o no ―admitió el rubio con una sonrisa en el rostro ―. De hecho ya sabía lo que estabas haciendo antes de entrar e interrumpirte. Tus gemidos no son precisamente silenciosos ― aclaró con un descaro que Hyunjin no se esperaba en absoluto.

―¿Entonces por qué no aprovechaste para tener sexo conmigo? Si tenías claramente ese tipo de intenciones ―indagó un confundido Hyunjin.

―La verdad es que aunque atraparte tocándote de esa manera logró excitarme demasiado, para mí el sexo es algo que no puedo ni quiero practicar si no es con alguien con quien comparta sentimientos románticos ―le explicó mientras se paraba, dispuesto a ducharse antes de que la transpiración comenzara a incomodarle como de costumbre.

―Oh, entiendo. Eres un romántico ―comentó Hwang mientras lo veía dirigirse hasta la puerta del baño.

―Puede que así sea ―concordó antes de desaparecer detrás de la puerta.

Aunque al principio Hyunjin se sintió completo con haber experimentado con Seungmin, al final no pudo impedir que se quedara con un mal sabor de boca.








Lo prometido es deuda. Ahora si me disculpan me voy a descansar, ayer trabajé todo el día y no dormí casi nada.

Pregunta random del capítulo:
¿Qué shipp creen que se desarrolle en el siguiente capítulo? (al final no va a ser el HyunSung) ¿Y qué rol creen que tome Hyunjin teniendo en cuenta su mentalidad respecto al sexo?

Nos estaremos leyendo posiblemente el próximo fin de semana, no se olviden de votar y comentar si les gustó.

Bye bye🌠🧡.

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