—Buen día Lucifer -Roseanne dijo con la voz más pulcra y fina que pudo dar, haciendo que la azabache frunciera el ceño en una sonrisa bastante burlesca- ¿Cómo te va en el exilio? ¿Eres feliz?

T/n quiso ofenderse, pero si algo la caracterizaba a ella era la resignación. Y T/n llevaba doscientos años resignandose en el mundo humano, prácticamente era su estilo de vida. La azabache respiró, poniendo las manos tras su espalda.

—¿Que tal te va a ti, lamiendo y besándole los pies a papá y a Jihyo? -la azabache preguntó de regreso, su plan era fastidiar a la rubia, y milagrosamente lo logró, T/n podía sentir como crecía la furia de Rosé en el aire- Ya, enserio -dijo- ¿Que te trae por aquí? Estoy muy ocupada y tú no me ayudas en nada.

La azabache, tan poderosa como lo era su hermana, deshizo el poder de Rosé, rápidamente las cosas comenzaron a seguir su curso natural. La única diferencia era que ahora todo el mundo miraba a las dos bellezas paradas a la mitad del campus. Rosé, entrando en pánico por qué los humanos la podían ver corrió hasta llegar donde T/n y en medio de las protestas de esta la llevó hasta el interior de la universidad, más específicos hasta uno de los salones vacíos.

Rosé metió a su hermana a la fuerza, y cerrando la puerta tras de si -para que nadie las pudiera interrumpir- se giró para ver a la azabache frente a ella cruzada de brazos, mirando el reloj que tenía en la muñeca.

—Habla rápido Roseanne, y a menos que puedas detener el tiempo otra vez, cosa que es imposible, solo tienes cinco minutos para hablar antes de que empiece mi primera clase -musitó T/n viendo a la rubia a los ojos, está última bufó y cerró sus ojos- ¿Y bien? ¿Que quieres?

—¿Por qué eres tan borde y desagradable conmigo? -preguntó está, T/n alzó la comisura derecha de sus labios- Nunca he sido mala contigo. Solo sigo órdenes.

T/n soltó una pequeña carcajada.

—No te sientas importante o te lo tomes personal Rossie, mi desagrado es a todo lo celestial en general, lastimosamente eso te incluye -contestó T/n risueña, deteniendo su diversión unos cuantos segundos- ¿Entonces...?

Rosé suspiró, apoyando su cuerpo contra la puerta.

—Traigo malas noticias T/n -dijo la rubia, la azabache podía sentir por medio de su tono de voz que algo andaba mal- Papá ha liberado al Behemoth de su prisión... -Rosé tragó duró- Y te está buscando...

Al mirara a su hermana, está notó que T/n tenía la expresión en blanco, inmutable. Pero pocos segundos después aquella seriedad se transformó en una sonrisa, y luego en una carcajada. T/n reía fuertemente mientras se sujetaba el cabello que se ponía en sus ojos, Rosé suspiró profundamente y miró a su hermana.

—¿Es una broma, no? Has mejorado ese pésimo humor que tienes Rossie... -preguntó T/n al terminar de reír, pero al ver el rostro de la rubia supo que "al menos" no estaba bromeando- ¿Es una jodida broma, cierto?

—Me temo que no T/n. No es una broma aunque quisiera que lo fuese -respondió Rosé.

—¿Entonces me estás diciendo que, papá, el amoroso Dios omnipotente liberó a nuestra madre, la diosa de la creación, quién me prosa un profundo rencor y un gran odio y que básicamente ahora mismo está fuera de la eternidad, buscándome para usarme y acabar con todo? -T/n preguntó incrédula, pero más incrédula fue su expresión cuando Rosé asintió sin dudas en su rostro, confirmando lo dicho- ¡Maldita sea Rosé! ¿¡Por qué!?

—¡No lo sé T/n! -respondió la rubia alzando su voz- ¡Solo estoy buscando tu maldita ayuda para detener está jodida locura! ¿¡Sabes cuántas reglas y decretos estoy rompiendo solo por estar aquí contigo!? ¡Cientos T/n! -dijo- ¡Traicione la confianza de Jihyo al venir a buscarte! ¡Y tú...! Tú... Solo crees que es una jodida broma...

T/n cerró sus ojos y calmó las ansias de destruir todo que allanaban su ser. Luego, exhalando el oxígeno que respiró se acercó hasta Rosé.

—¿Entonces por qué estás buscando mi ayuda si tienes a Jihyo contigo? -está preguntó, Rosé no respondió- Y más aún... ¿Por qué crees que te ayudaré a ti, que no hiciste nada para evitar mi exilió, a salvar aquello que alguna vez yo misma juré destruir? -luego, acercó su rostro hasta el de la rubia- Por mí estaría feliz que madre acabará con todo y luego me asesinara, ¿Sabes por cuantos milenios he estado buscado la muerte? Es un gangazo -dijo está con sorna- Dile a Jihyo que se joda, si quiere evitar que madre destruya todo que se las arregle sola, que hubiera pensado dos veces antes de dañar mi maldita vida.

Una lágrima descendió por el rostro de la rubia. T/n al verla se sintió un poco culpable, pero aún así mantuvo su postura, no quería demostrarle a su hermana cuan débil podía ser.

—Lo harás por que se trata de tu familia T/n, soy tu hermana, y sé, que muy profundo en tu corazón sientes miedo, mucho miedo, y que tu misma quieres ayudarme a detener está locura -aseguró Rosé, limpiando las lágrimas que bajaban por su rostro- Por favor...

Muy conmovedor, realmente le llegó hasta el alma. Pero lastimosamente la azabache era firme en lo que creía y decía.

—No -dijo secamente- Ignoraron mi existencia por siglos, hicieron que toda una jodida raza me repudiara con solo escuchar o decir mi nombre... El karma es una perra, hermana, y es ahora cuando todo se les devuelve, y yo no podría estar más feliz por eso.

T/n estaba lista para irse de allí, pero nuevamente el tiempo fue detenido. T/n frunció el ceño, pero cuando sintió la presencia de otro celestial tras su espalda entendió el por qué.

—Te dije que buscarla era mala idea -dijo la voz tras de sí- T/n solo es una perra egoísta que solo piensa en su propio bien.

La azabache giró medio cuerpo hacia atrás, viendo como una alta morena y de complexión delgada tenía una lanza apuntando hacia ella.

—Oh, vaya, pero si es Tzuyu... -T/n dijo despectivamente- Si me hubieran dicho que se trataba de una reunión familiar me hubiera vestido mejor, no usaría estos harapos que tengo -dijo la azabache con burla, haciendo que Tzuyu apretara el agarre de su lanza con rabia mientras apretaba sus dientes, luego está tomó la manija de la puerta, dispuesta a irse- Nos veremos después.

—¿Aún así te irás después de todo lo que ella te dijo? -preguntó Tzuyu, T/n detuvo la manija a medio camino- ¿De verdad serás así de soberbia y egoísta y te irás sin más?

T/n miró a la manija, luego a Tzuyu y finalmente a la puerta. —Si -respondió simple- Adiós.

En ese mismo momento, tal cual camara lenta, T/n sintió como Tzuyu le lanzó la lanza -que valga la redundancia- hacia ella, pero al mismo tiempo un fuerte y nauseabundo olor a azufre y desdicha llegó hasta las fosas nasales de T/n. Cuando el tiempo regresó a la normalidad la azabache se dió cuenta de que la lanza había quedado a pocos centímetros de su rostro, y frente a ella, totalmente desnuda, se encontraba una pelinegra deteniendo al arma de metal. T/n sonrió ladinamente al saber de quién se trataba la dicha figura.

Pocos segundos después, debido a la corrosión causada por la nueva presencia la lanza cayó al suelo partida en dos, desprendiendo óxido y azufre.

—Atacar por la espalda se considera como vil acto carente de orgullo y honor -musitó la pelinegra, recomponiendo su postura y atrayendo mágicamente ropa del mundo humano para cubrir su desnudes- No me esperaba eso de ti mi Chewy~

Tzuyu se sintió altamente ofendida por el vulgar tono por el cual fue llamada.

—¡No oses decir tal banalidad hacia mí con tu asquerosa e inmunda boca, demonio! -dijo está, haciendo reír a la pelinegra- ¡Jamás!

Frente a T/n se encontraba Astaroth, el pecado capital de la vanidad, la gran duque del infierno, su mano derecha y la general de miles de millones de facciones de demonios; la gran Im Nayeon en persona. La azabache sonrió complacida cuendo la pelinegra la miró sonriendo, haciendo una reverencia a modo de saludo.

—Oh, reina mía, es un placer poder verle nuevamente -esta dijo, haciendo otra reverencia-  La extrañe tanto...

—El placer es mío Nayeon -dijo la azabache, luego está miró a sus dos hermanas pelear y suspiró- Desgraciadamente me arruinaron el día, ¿Por qué no mejor cierran las malditas bocas y van a mi departamento? -esta dijo- No quiero arriesgarme a dañar a esta pobre gente con sus estúpideces.

Sin más, T/n salió del salón en dirección a su hogar, claramente no sin antes ir a un lugar primero, seguida de ella salió una Nayeon sonriente, y tras las dos demonios salieron Tzuyu y Rosé, la primera de ellas con un jodido humor de perros.

T/n tenía razón. Las cosas iban de mal en peor.

You have stolen my heart, oh, yeah
Never let it go, oh, oh, no
Never let it go, oh, oh, oh~

Chaeyoung limpiaba tranquilamente las mesas que habían sido ocupadas por los clientes. Su mente reproducía aquella canción una y otra vez, tarareando la letra de aquella pegadiza canción. Tan pronto está terminó de limpiar la última mesa se puso recta, limpiando el sudor de su frente con un pañuelo mientras sonreía orgullosa.

Mientras está estaba a punto de ir hacia la cocina la campanilla de la puerta sonó, avisando de nuevos clientes. La baja sonrió, dándose la vuelta para atenderlos.

—Sean bienvenidos a Twice's Coffee, ¿En qué podría servirles? -esta dijo con una sonrisa, pero aquella sonrisa fue levemente borrada al ver a cuatro figuras allí de pie, unas más familiares que otras- ¿Nayeon? ¿T/n?

Las contrarias sonrieron.

—Gusto en verte nuevamente, Leviatán -expresó Nayeon con una sonrisa.