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"𝑷𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒐𝒔...


Taehyung miraba intranquilo por la ventana, evitando morder sus uñas pero eventualmente terminando por hacerlo. Apenas despertó y los nervios le invadieron junto con la emoción. Estaba ansioso, realmente ansioso, porque JungKook nunca mencionó la hora en la que regresaría, ¡podía ser en cualquier momento!

Finalmente llegó el día, ese en el que vería a JungKook de nuevo, el año no transcurrió tan rápido como le hubiera gustado, pero al final lo hizo, los últimos días parecieron más largos a comparación del resto, pero logró sobrellevarlo bien con ayuda de sus amigos.

Durante el último año habían ocurrido tantas cosas que se preguntaba cuándo le dió tiempo de hacerlo todo.
Jimin dejó de ser su único amigo, pero sin duda se había mantenido en el puesto del mejor. Mientras pasaban los meses procuró mantener presente a JungKook y sus consejos, como las veces en las que le decía “si te hace feliz, hazlo”. Sus palabras fueron un elemento crucial cuando decidió que iba a estudiar artes visuales, actualmente se estaba esforzando mucho para graduarse y conseguir un trabajo haciendo lo que más le gustaba: pintar. Y quizás, con algo de suerte, JungKook iría como invitado especial a su ceremonia.

“Vante_Art” comenzó como un pequeño proyecto para distraerse de la ausencia de JungKook, porque se dió cuenta, hasta ese entonces, de lo tan involucrado que estaba el pelinegro en su día a día, así como la falta que le hacía. Fue de esa forma que abrió un perfil en una página de compras y ventas en línea para publicar algunos de sus cuadros y conseguir un poco de dinero extra si a la gente le interesaba su arte.
Su primer cliente llegó más rápido de lo que esperaba, así le siguieron algunos más, después fueron decenas y Taehyung aún no lograba asimilarlo.

“Confía en tí, eres más talentoso de lo de puedes ver”, sí, también le había dicho eso el pelinegro cuando ganó un concurso y creyó que sus mismos compañeros se habían puesto de acuerdo para conspirar contra él e ilusionarlo.
Suspiró riéndose de sí mismo y su ingenuidad, había pasado tanto tiempo rodeado de duras críticas y pesimismo que se acostumbró a desmeritar su propio trabajo, pero aún si mejoró en el aspecto de la confianza, se sentía un tanto irreal todavía.

En el área de artes conoció a Jung HoSeok, quien estudiaba danza junto a Jimin, su sonrisa le devolvió el ánimo en sus más tristes días sin mencionar su incondicional apoyo en cada decisión que tomaba. Les agradecía infinitamente por eso.

HoSeok, en su momento, quiso intentar algo romántico con él, no es que Taehyung se sintiera atado eternamente a Jeon o algo parecido, pero sus sentimientos hacia él seguían teniendo la misma intensidad y, aunque se dió la oportunidad de abrir su corazón a otra persona, al parecer no pudo aceptar de esa forma al pelirrojo. Terminaron como buenos amigos, porque funcionaba mejor así para ambos.

JiHyo cursaba junto al castaño unas materias, congeniaron casi al instante, pues ella era tan amable y sonriente que fue imposible no querer ser amigo suyo.

Por otro lado y sin mentir, se sintió un poco presionado cuando Jimin, sin previo aviso, le presentó a su pareja: Min YoonGi. Un joven demasiado tranquilo y centrado en contraste a su mejor amigo, quien siempre estaba lleno de energía y espontaneidad, pero se complementaban bien y estaba feliz por él.
Ellos pasaron juntos la noche buena en casa de los Park y, obviamente, con su familia, mientras que Taehyung viajó a Daegú para visitar a su madre y medio hermano.

Sí, el castaño se aturdió bastante cuando recibió la noticia, a sus diecisiete años, de que iba a tener un hermano; por su puesto, sabía que su madre podía hacer con su vida lo que quisiera, más le seguía inquietando el hecho de que el aparente padre del fruto que apenas se formaba en su vientre, era su abusador de la infancia, y si bien desde aquella noche en la que JungKook se hizo presente para protegerlo, no le había vuelto a tocar un solo cabello, no podía saber con certeza si su próximo hermano o hermana correría con la misma suerte.

Toda su preocupación fue en vano, ya que Taehyung no pasaba demasiado tiempo en casa por comodidad propia no se enteraba de mucho, fue hasta meses después que supo del nuevo compromiso de su madre con un hombre dueño de una importante cadena de restaurantes y quien era el verdadero padre de su, ahora confirmado, medio hermano.

Desde ese entonces —e incluso antes—, Taehyung ya había planeado mudarse a la capital, pues logró conseguir una beca para una universidad en Seúl de prestigio, todo estaba listo cuando juntó dinero suficiente para sobrevivir allá por cuenta propia un rato, pero le faltó tiempo para conocer a fondo a Choi HanSoo. Su intuición le decía que no había porqué alertarse, JungKook le dijo que no era ni la mitad de ‘malo’ a comparación de la ex-pareja de su madre según lo que había visto y no debía estar preocupado por su familia cuando se fuera. Quizás, su desconfianza era la razón por la que pospuso ese viaje demás.

Casi apunto de cumplir los diecinueve años, Taehyung se mudó a su actual residencia, fue difícil acostumbrarse a la nueva rutina, pero no se sentía tan presionado y fuera de lugar como en su antiguo hogar.

A partir de ese momento, se dedicó tiempo completo a estudiar arduamente para mantener la beca, pues a costa de ella, básicamente, es que sobrevive.
No vió más que en videollamadas a su hermano y su progenitora hasta esa Navidad, poco más de cinco años después. El pequeño Choi SooBin tenía 6 años, había heredado casi todo de su padre por lo que notaba, era muy sonriente, pero sin duda, encantador como solo su madre.

Durante la cena de noche buena su madre le preguntaba sumamente emocionada si pronto conocería a su pareja, Taehyung le miró confundido, Hana le explicó que en una ocasión, hablando con Jimin, le contó que estaba viéndose con un chico de nombre JungKook.
El castaño no tuvo corazón para decirle que, en primer lugar, no eran pareja, y encima, que no lo veía desde hace tiempo. Tampoco para demostrar que quería coserle la boca a su mejor amigo para que no hablara demás, y mucho menos pudo negarse a la propuesta de su madre cuando le dijo que celebraran año nuevo y su cumpleaños en su departamento... con su novio.

Así que ahí estaba, nervioso, Jimin fue para ayudarle a preparar todo, porque al final había decidido hacer más grande la reunión e invitar a su madre, al esposo de ella, su hermanito, Jimin, YoonGi, JiHyo y a HoSeok. Entonces debía tener todo en orden para que la celebración saliera a la perfección, pero no podía concentrarse correctamente con el constante pensamiento de que JungKook llegaría en cualquier momento.

O eso era lo que esperaba.

El día transcurrió, por la mañana tuvieron un desayuno agradable, más tarde fueron al supermercado por los ingredientes que hacían falta más algunas bebidas para darle un toque más interesante a la cena. Llegaron a desempacar sus compras, merendaron antes de comenzar a preparar, entre otras cosas, la ensalada de manzana, el postre de vainilla, marinar la carne, la pasta y los platillos más importantes.

Acabaron ciertamente cansados, tras limpiar la cocina encendieron la televisión para ver algún programa, Jimin estuvo bromeando todo el tiempo, como de costumbre, insinuando que aquel chico del que tanto le hablaba era mero producto de su imaginación, Taehyung siempre reía y rodaba los ojos siguiéndole el juego, pero con el pasar de las horas, se hizo cada vez menos gracioso. No es que le molestara, en absoluto, sin embargo, la preocupación de que JungKook no llegara porque algo había salido mal, porque no le quería lo suficiente y millones de escenarios catastróficos más, aumentaba a un ritmo insano.

Taehyung-ah, ¿crees que ese príncipe azul tuyo realmente venga? —. Molesta el rubio para eso de las once de la noche.

El castaño sabía que era una broma y al parecer su amigo no había caído en cuenta de que le afectaba bastante. Suspiró sin decir nada, dejando a Jimin a mitad de una carcajada, se levantó y subió a su habitación, al no tener nada en lo que entretener su cabeza, ahora no podía evitar pensar en las cientos de posibilidades para que JungKook no hubiera mostrado señales de su presencia.

Como esa misma mañana, miraba las frías calles desde su gran ventanal, sus ojos se comenzaban a llenar de lágrimas e impotencia, ¿había hecho mal en creer en su palabra? ¿o es que le había pasado algo malo a Jeon para no llegar? La inseguridad y preocupación inundaban su cuerpo sin poder detenerlo.

—Hey, Taehyung.

Jimin entró a la habitación sin reparar en tocar la puerta, el castaño rápidamente limpió su rostro que de a poco se fue humedeciendo con sus lágrimas. El rubio se sintió culpable al instante.

—Lo siento, estaba jugando, pero he sido demasiado pesado en las últimas horas, ¿verdad? Perdón. Confío en tí, TaeTae, sé que no me has mentido respecto a JungKook, sé que no eres esa clase de persona. —Jimin se acerca a él dudando si está bien abrazarlo considerando que está así por sus comentarios, o eso pensaba.

No es eso, Minnie. —Aclara. —Sé que no lo dices enserio, pero a estas alturas me pregunto si dejará de ser una broma. —El castaño no aguanta mucho y se aferra a su amigo llorando ligeramente en su pecho. —No sé cómo sentirme. —Le confiesa. —No sé si soy un tonto que confió ciegamente en alguien solo porque le gusta, no sé si le ha ocurrido algo y no podrá llegar, no sé si se arrepintió de estar conmigo, solo estoy... Demasiado estresado porque esperé mucho para verlo y ahora me pregunto si realmente vendrá. —El pecho de Park se hundió en tristeza al ver a su amigo tan afectado, pero no podía hacer mucho para ayudarlo.

El noviecito de su amigo, estaba ganándose de todo menos su aprecio.

—Al diablo con él. —Gruñe molesto. —¿Quién se cree para hacerte sentir así? Hay cientos de chicos haciendo fila para que les des solo tu número ¿y ese imbécil se atreve a plantarte? Que se pudra.

Taehyung quiso reír, queriendo pensar que era eso, que JungKook lo había dejado ‘plantado’, porque era mejor a imaginar que estaba herido o que la situación se le había salido de las manos.

Jimin durmió con él, no era extraño entre ellos después de todo, Park concilió el sueño bastante rápido a comparación de Kim, quien se quedó observando al techo un buen rato.

01:50 A.M. marcaba el reloj en su pared, suspiró triste dejando salir la última lágrima que le dedicaría a JungKook, contó sus respiraciones para que fuera más fácil dormir y lo hizo finalmente.

(...)


El amanecer de ese 31 de diciembre no se sintió tan cálido como pensó que sería. Estaba abrazado a Park, pero no era el calor que esperaba, aún así sonrió, porque era muy afortunado al tener un amigo tan increíble como lo era el rubio.

Vió los ojos de Jimin abrirse, despabilar rápidamente y de inmediato comenzó a cantarle “cumpleaños feliz” con voz dulce pero ronca por despertar recientemente.

Taehyung le dió una sonrisa amplia y sincera, sintiéndose con más energía de pronto. Se estiró tratando de no pensar mucho en cierto tema, continuando con su rutina prevista hasta que sus primeros invitados llegaron.

HoSeok entró con un par de obsequios que se negó a entregar, dijo que eran para después de la cena, posteriormente llegaba YoonGi con un pequeño pastel deseándole un feliz cumpleaños. Le dió un abrazo y las gracias por ser considerado, él dijo que era lo mínimo que podía hacer por el mejor amigo de su novio y porque realmente Taehyung le agradaba al pálido. JiHyo avisó que estaba en camino mientras conversaban.

A eso de las ocho de la noche su madre tocaba el timbre, HanSoo ponía todo su esfuerzo en cargar al pequeño SooBin que dormía, pues el largo camino gastó sus energías. Emocionado, Taehyung les abrió e invitó a pasar, saludó con extremo cariño a su madre tratando de no ser muy ruidoso, al alto hombre solo le hizo una respetuosa reverencia y le indicó dónde estaba la habitación de invitados para que pudiera acostar al niño.

Evadió olímpicamente —y con ayuda de Jimin—, las preguntas de su madre acerca de su supuesto novio, ignorando el tema, haciendo alguna actividad para que pareciera ocupado o cambiando la conversación. Hana lo notó y llegó un momento de la noche en el que ya no insistió más, quizás algo había ocurrido y Taehyung no quería hablarlo en ese momento, así que no iba a presionarlo.

Marcaban las once y media de la noche cuando el timbre volvió a sonar, el castaño se preguntó si esperaban a otra persona puesto que JiHyo ya había llegado hace minutos, o si era el grupo de villancicos que formaron algunas personas de la colonia.
Abrió la puerta y sus ojos encontraron a cierto joven pelinegro que reconocería hasta en otra vida; sintió su corazón latir y sus ojos aguarse apenas sus miradas se conectaron, pero en su cabeza había esa diminuta pizca de rencor por preocuparlo tanto. Aún así, y más intenso que cualquier otra emoción, se sintió aliviado al no verlo herido, al verlo de nuevo.

—Taehyung... —Suspiró su nombre. Se acercó a él inconscientemente, algo dentro suyo se sentía diferente, quizás era su cuerpo nuevo y permanente que le permitía experimentar sensaciones con extremos detalles, era increíble como por unos segundos sintió que estaba completamente cálido con solo mirar al castaño.

—Pensé que no vendrías. —Fue lo primero que respondió, JungKook le miró con arrepentimiento y finalmente estuvo a centímetros del cuerpo contrario, no resistió mucho para abrazarle con fuerza. —¿Por qué no llegaste ayer? —. Sollozó Taehyung en su cuello.

—Lo siento, bonito. Surgió algo a último momento. —Habló despacio acariciando su cabello, no le importaba estar temblando de frío en lo que su pequeño se calmaba.

—¿Todo salió bien? —. Cuestiona tras recuperar la compostura.

¿Por qué no hablamos adentro? Me estoy congelando. —El castaño pronto cayó en cuenta de eso, hacía mucho frío y se anunciaba una ligera nevada y JungKook apenas estaba usando una chamarra que no se veía precisamente abrigadora.

—Solo si puedo presentarte como mi novio. —Dijo, tomándolo de la mano y guiándolo dentro de su hogar.

—Sería una completa lástima que no lo hicieras.

Cuando entraron, la atención de todos los presentes se concentró en ellos, unas miradas más confundidas que otras, incluso HoSeok se veía sorprendido.

—Nos deben a Jimin y a mí tres mil wones. —Dijo su madre, casi riendo.

Todos, a excepción de Choi, bufaron y rodaron los ojos para comenzar a sacar sus billeteras y entregarle a los indicados el dinero correspondiente.

Resultó que el círculo social de Taehyung había apostado por ver si realmente tenía pareja o no, su madre y Jimin apostaron por su verdad, mientras el resto no terminó de creerlo. Reclamaría por ello más adelante.

JungKook-ah, mi madre y su esposo. —Les señaló con respeto al mismo tiempo que los nombrados hacían una ligera venia con la cabeza. —Jimin, HoSeok y JiHyo, mis amigos. Él es JungKook —El castaño le abraza por la espalda. —... mi novio. —Menciona, al final luce cohibido.

Jeon siente las miradas expectantes de todos sobre él y de repente se pone nervioso, mira a Taehyung en busca de una respuesta sobre lo que debe hacer, pero está igual de inquieto. 

Solo atina a hacer una reverencia pronunciada frente a todos, tener a más de una persona cerca suyo sin que temieran por su presencia era nuevo para él, pero se sentía incluso mejor que el miedo que pudiera causarle a los humanos. —Mucho gusto. —Susurra finalmente, gracias al silencio logra escucharse sin problema.

Todos le saludan también, sin ser demasiado invasivos, y vuelven a sus charlas para no hacerle sentir abrumado.

Ah, es más guapo de lo que pensaba. —Suspira su madre, encantada con el pelinegro, él ríe enternecido sintiendo ligeras cosquillitas en su interior.

Taehyung interrumpe su plática cuando ella le hace la típica pregunta de “dónde se conocieron”, arrastrando al pelinegro con él, Jeon se disculpa con la mirada antes de seguir a Kim.

¿Qué ocurre? —. Pregunta, una vez se han alejado para no ser escuchados, más no están muy lejos del comedor.

Necesitamos pensar en “nuestra historia de amor” para decirle a mi familia. —Responde inquieto.

—¿Qué debemos pensar?

—Una buena historia de amor. —Contesta como si fuera algo obvio.

—¿Quieres inventar alguna?

—Sí, JungKook.

—Pero nosotros ya tenemos una. —Le recrimina encaprichado.

No le voy a decir a mi madre que eres un extraño ser de otro universo del que me enamoré y te fuiste por más de un año porque no tienes permitido follarte a un humano.

—No suena muy lindo si lo dices así. —JungKook le mira con ojitos de cachorro, no le agrada la idea de mentir cuando recién inicia su nueva vida, mucho menos a la familia y amigos de Taehyung, pero tampoco es lo mejor soltar que hace apenas unos meses era un cambia-formas de otra dimensión.

No sonaba muy fácil de digerir.

—Exactamente. —Concuerda. —Les vas a decir que nos conocimos en la universidad, tú estás estudiando lenguas, ¿bien? Eres bueno con los idiomas. Somos pareja desde hace seis meses.

—¿Lo somos? —. Pregunta, tanto emocionado como sorprendido.

—No, JungKook, eso es lo que les vas a decir. —El pelinegro hace una pequeña “o” con sus labios y asiente.

Entiendo. —Dice más confiado. —
Ahora dame un beso... hace mucho que no te veo.

—¿Ahora? —. Taehyung se pone tímido y retrocede escasos centímetros, sabe que no es el mejor momento para ese tipo de afecto, y aunque también ansía fervientemente besar a JungKook, sus invitados no están muy lejos de ellos.

—Por favor. —Insiste mirando profundamente al castaño.

Kim no se opone más cuando el rostro del pelinegro se acerca al suyo hasta tocar sus labios, un roce que en un principio fue tímido, demostrando cuánto se habían extrañado. No pasó mucho cuando esa dulce caricia se convirtió en intensidad con algo de lujuria, ese tipo de profundidad también la necesitaban para demostrar sus añoranzas. El castaño parecía haberse olvidado de que podían ser fácilmente vistos por alguien, pues se concentró más en lo bien que se sentía tener a JungKook con él de nuevo.

Y por Lucifer que sus labios eran un pequeño pedazo de paraíso en la tierra.

—Oigan, tortolitos —. La voz de Jimin los hizo sobresaltarse y separarse inmediatamente. Taehyung, que estaba de espaldas a su amigo, volteó para escucharlo aún con la vergüenza en cada parte de su cuerpo, sin poderle ver a la cara. —, ya casi son las doce, vengan por las uvas y a brindar. Luego se siguen comiendo la boca.

Jimin regresa con los demás mientras el castaño le susurra un pequeño “tonto” a JungKook y le da un golpecito con su rostro totalmente rojo.

—Te daré doce uvas, cada vez que comas una debes pedir un deseo, ¿bien? Después vas a brindar con tu copa y cuando den las doce todo mundo va a darse un abrazo. Solo sígueles la corriente. —Le indica Taehyung al pelinegro siendo lo más discreto y rápido que puede para llegar a tiempo a la mesa sin verse muy sospechoso.

Como si no le hubiera “comido la boca” a JungKook hace segundos.

—¿Qué pasa si ya tengo mi deseo?

—No sé, piensa en otra cosa. —Le responde apresurado.

Su familia y amigos les esperan para comenzar con el típico ritual de comer uvas al mismo tiempo que deseaban algo, no hay ruido en la mesa, todos se concentran en masticar rápido para terminar antes de que marquen las doce de la noche y den la bienvenida al año nuevo.

JungKook se pregunta qué puede desear cuando su único anhelo desde que se enamoró de Taehyung, es el castaño mismo.
Come las primeras tres uvas para disimular y cuando traga la cuarta se le ocurre por quién desear.

Que Taehyung siempre tenga salud.

Que Taehyung siempre sea feliz.

Tener una buena vida junto a Taehyung, aún si no es de una forma romántica.

Hacer siempre feliz a Taehyung.

Mientras seamos pareja, ser un buen novio para Taehyung.

Que Taehyung vea lo talentoso que es.

Que Taehyung consiga un buen trabajo y lo disfrute.

Siempre apoyar a Taehyung.

Se le acabaron las uvas cuando menos se dió cuenta, el resto de las personas terminaban las suyas también.
JungKook miró el reloj que marcó justamente las doce en punto, todos gritaron y a lo lejos unas campanas comenzaron a sonar.

—¡Feliz año nuevo! —. Escuchó de varios presentes.

Todo pasó muy rápido, estaba tan aturdido que despertó de su trance cuando un joven pálido y pelinegro como él, pero de estatura más baja, le abrazaba y daba palmadas en su espalda.

JungKook correspondió segundos después, así con el resto de invitados, incluso con el adormilado SooBin que recientemente despertaba. Si bien no le recordaba precisamente al castaño, fue lindo que le agradara a otro niño.

Finalmente volteó hasta Taehyung, se miraron por un segundo antes de abrazarse, se sintió más especial que de costumbre, su unión también duró más que la que tuvieron con el resto, JungKook rodó su rostro y besó sonoramente la mejilla de Kim escuchándolo reír.

La cena terminó relativamente temprano, la familia de Taehyung y HanSoo durmieron en la habitación de invitados, JiHyo regresó a su hogar siendo acompañada por HoSeok, mientras Jimin y YoonGi durmieron sobre un colchón en la habitación de Taehyung con JungKook junto a él.

Así que se encontraban ahí, abrazados tan fuerte como si fuesen a separarlos, pero ninguno tenía sueño aún, querían disfrutarse por un rato más, sin mencionar que debían hablar de cientos de cosas. Lo más bajito posible, porque cierta parejita ya dormía profundamente, comenzaron a hablar.

—¿Y? ¿Cómo salió todo? —. Comienza Taehyung, trazando figuras con su índice en el pecho de JungKook. Había extrañado ese peculiar calor corporal que el pelinegro le brindaba. Siendo más intenso que años atrás.

—Estoy contigo ahora mismo, ¿eso no te dice algo? —. El pelinegro quiere evitar el tema porque no pasó momentos precisamente agradables, pero sabe que Taehyung debe tener demasiada curiosidad sobre todo lo ocurrido y al menos debía explicarle.

—Solo quiero un poco más de detalles. —Responde con cuidado.

—Bien... Entre otras cosas, soy un humano como tú ahora. —Taehyung le mira con diversión, no creyendo en sus palabras ni un poco.

—Ya, hablo enserio, quiero saber qué pasó.

—Estoy diciendo la verdad, Taehyunggie. —Poco a poco, se separa de su pecho, mirando la expresión de JungKook y entonces se da cuenta que no miente, pero se pregunta cómo puede ser posible.

—No entiendo...

—Tranquilo. —Consuela. —Solo no te duermas mientras te cuente la historia, ¿bien?

—De acuerdo.

—Bueno, empecemos. —El pelinegro inhala, preparándose para contar lo que pasó. —... Fue solo cuestión de tiempo para que me citaran frente al gran jurado, son como nuestros creadores. Con el tiempo había ganado sabiduría y habilidad, eso subía mi jerarquía social y me dió el privilegio de poder elegir mi destino: Convertirme en un mortal para seguir contigo, o nunca más volver al mundo humano con el dolor eterno de haber roto la unión que hice. Y supe desde el principio qué iba a elegir.

—JungKook.

—No, no, no. Déjame terminar. Esta no es mi forma normal, al menos no lo era, la transición de mi antiguo cuerpo a este duró bastante, por eso sabía que demoraría un año aproximadamente en regresar... Es difícil asimilar todavía que puedo morir fácilmente, ¿sabes? No sé cómo lo hacen ustedes. Si no como, muero, si no bebo, muero, si no tengo un suéter que me proteja del frío, enfermo y puedo morir. No es tan sencillo después de tanto tiempo, pero lo elegí por sobre todo, porque tiene muchas más ventajas. Porque me has enseñado una parte de mí que no conocía y que solo puedo manifestar libremente en este mundo. Puedo amar sin consecuencias, puedo hacerte el amor las veces que quieras sin tener que desaparecer, puedo quedarme a tu lado hasta el amanecer y cuando salgan los ángeles ellos me verán y no me harán daño porque soy un simple mortal como el resto. Puedo saborear, puedo sentir mil veces mejor cualquier emoción, ¡tengo sentimientos, Taehyung!

Taehyung lo mira con lágrimas en los ojos sin saber exactamente qué decir, era de las pocas veces en las que JungKook hablaba de su sentir, se veía tan emocionado que derramaba ternura. Le demostraba que realmente lo amaba y el castaño se sentía feliz al haber ayudado a JungKook para que lograra ver el mundo y a sí mismo de otra forma. Porque sabía que el pelinegro había cambiado con el paso de los años, se volvió un tanto más sensible entre otras cosas, nada comparado a cualquier monstruo de su especie.

Él siempre fue diferente, pero se acostumbró a existir como el resto de criaturas que le rodeaban.

—No tengo que existir atado a la angustia de alguien, Taehyung, no tienes idea de lo fantástico que eso se siente. ¿Recuerdas esa vez que me puse muy mal a tus diecisiete? Olvidé por completo que debía salir a acomplejar personas para vivir, pero tu solo susto y preocupación por mí me hizo recobrar energías. Eso no fue a propósito, tampoco quería molestarte, pero no tenía sentido hacer algo que no me gusta y no recordaba la importancia que tenía para que siguiera... Vivo.

Para ese punto, Kim ya no pudo evitar llorar un poco, había soltado tantas lágrimas en los últimos días que temía deshidratarse. Solo hasta ese momento, fue más consciente de todo lo que debió sufrir JungKook y nunca se lo demostró, los problemas que siempre trató de solucionar por su cuenta, así que agradecía enormemente que compartiera con él un pedacito de su vida, y que eligió seguir a su lado, le conmovía en demasía.

—Desde que estoy contigo hasta ahora, he cambiado muchísimo, después de aquella noche, cada vez que estaba apunto de asesinar a alguien recordaba tus ojitos y tu voz de niño pequeño diciendo que tu mami lloraría. Bua~ bua~ —. Le imita con burla. 

—¡Oye! —. Taehyung le reclama aún con voz baja.

—Después de un rato, ni si quiera tuve que salir de nuevo a asustar personas, porque mi solo temor de perderte, de que algo te ocurriera, era tan grande que me mantenía con vida.

—JungKook. —Susurra con un poco de lástima, algo arrepentido por no notar, muchas veces, el gran aprecio que Jeon le tenía. En su defensa, la manera en la que se lo demostraba, no era muy clara ni cariñosa.

—Me he sentido más vivo en los últimos diez años que en toda mi existencia, y sí, me sigue aterrando saber que mi vida terminará, pero sé que disfrutaré cada día como nunca antes, sé que seré feliz, y ser feliz es algo que jamás he experimentado... No lo digo para presionarte, Taehyung, solo quiero que sepas que no fue una decisión precipitada, tampoco estás atado a mí por siempre, si te enamoras de alguien más estaré bien mientras siga siendo tu amigo o seguimos en contacto. Después de todo también soy un humano ahora, mi nueva vida apenas empieza y tengo un mundo que disfrutar, pero me gustaría más hacerlo contigo. —Finaliza su discurso.

—Harás que me quede sin lágrimas, ya basta.  —El rostro de Taehyung está un poco hinchado, pero a ojos del pelinegro sigue siendo bellísimo.

Kim no puede evitar ser tan sensible, pero en momentos como ese le gustaría hacer algo más que llorar.

—No pienso dejarte ir, JungKook. Hicimos una unión, ¿lo recuerdas? No perdí mi virginidad en vano.

—Pero tú no eras virgen, bonito.

—¡Cállate! Entiendes el punto. —JungKook ríe divertido y asiente abrazando de nuevo al castaño. —Siempre estaré contigo y te protegeré, es mi turno de hacerlo. Te mostraré todo lo bueno de este mundo, y eso me incluye a mí. —Susurra dulcemente, JungKook suspira sonriendo y se aferra al pequeño cuerpo con más fuerza.

Gracias por quedarte a mi lado y esperarme.

—Esperaría una vida solo para tenerte. —El castaño besa su cuello tiernamente y sin dobles intenciones, relaja su cuerpo esperando a que el sueño se apodere de él.

Está apunto de desearle una buena noche a JungKook, pero sus bonitos ojos ya están cerrados y respira tranquilamente. Solo sonrió, el pelinegro debía estar cansado. Un nuevo cuerpo, nuevas necesidades y un nuevo mundo, entendía que estuviera agotado.

Descansa, humano. Te daré una buena vida junto a mí ya que has arriesgado la tuya por nuestro amor, te presentaré todo mi agradecimiento cada día mientras seamos felices, porque me demostraste que no todos los monstruos...

...𝒉𝒂𝒄𝒆𝒏 𝒄𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒎𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒐𝒔𝒂𝒔”.


Fin.


Pequeño gran contexto de la vida de Taehyung, mencioné superficialmente algunas etapas de su vida pero su adolescencia/juventud fue lo más importante. Si no entendieron algo pueden decirme<3

Bieeen, oficialmente MONSTER ha terminado y realmente me ha encantado, no puedo creerlo ㅠㅠ para no hacer esto más largo les doy bien el discurso en los agradecimientos. Bye 💗

PD: Este solo cap duró más q el resto de la historia junta gg

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