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𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚 𝟑

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❛❛ Expresión ❞


La pregunta de si es correcto o no, dejó de importarle hace mucho porque, vamos, después de todo el tiempo conviviendo con JungKook había aprendido que el concepto del bien y el mal era anticuado.

—Taehyung.

No sabía porqué estaba dándole tantas vueltas al asunto últimamente, no le pasaba desde hace un tiempo, el colegio mantenía su cabeza distraída o simplemente le ayudaba a evitar pensar sobre sus sentimientos hacia el pelinegro.

—Taehyung.

Quizás estaba ansioso por todos los escenarios ficticios que creó en su cabeza para ese día, porque lo había esperado más de lo que él mismo se permitía expresar. Algunos catastróficos, otros más románticos, pero todos eran imposibles y exagerados. ¿Verdad?

—¡Se quema la cocina!

—¿¡Qué!? —El castaño se levanta y va hacia la cocina rápidamente, pero encuentra todo en orden. Confundido, regresa al comedor y encuentra a JungKook riéndose, probablemente de la expresión que puso. Una 'divertida' broma del pelinegro. —Cuando haya un incendio verdadero no vendrán los bomberos por tí.

—Estaba diciéndote lo bien que te quedó el desayuno, ¿y pagas ignorándome?  Me parece que estamos a mano.

—A mano mis jodidos... —El timbre de la vivienda interrumpió las palabras de Taehyung, quien mira al monstruo con advertencia.

—¿Esperamos a alguien más?

—Oh, no. Debe ser el pedido que encargué, quédate aquí. —JungKook no le tomó mucha importancia a lo dicho, su naturaleza le hacía curioso, así que le siguió segundos después procurando ser sigiloso.

El castaño abrió la puerta encontrándose con una mujer joven y sonriente frente a él, le pidió que confirmara su identidad y firmara unos papeles donde aceptaba que el pedido fue recibido.

—Muchas gracias.

—Cuando quieras, chico lindo. —Taehyung sonríe incómodo ante sus palabras, no estaba de humor para una persona que no fuera Jeon, y para ser honestos, jamás le gustaron los coqueteos descarados de desconocidos; toma el paquete para cerrar la puerta, pero la joven habla de nuevo. —Hey, cuando quieras podríamos salir, ¿qué opinas?

—Tengo planes con mi novio, gracias por la oferta. —No quería parecer grosero, pero cuando se dió cuenta de que había cerrado la puerta en su cara, ya era un poco tarde y solo lo dejó pasar.

Suspiró pesado dándose la vuelta.

Woah, ¿esa chica acaba de coquetear contigo? Es agotador ser tan atractivo, ¿eh, TaeTae?

—Cierra la boca.

—Vamos, ¿por qué no aceptaste?

—Porque soy gay, ya te lo he dicho.

—Oh, cierto, ustedes suelen complicarse la existencia con etiquetas absurdas. —Taehyung sonríe de medio lado, el pelinegro tenía algo de razón, pero no había mucho que hacer, sin embargo, una curiosidad llegó a su cabeza.

¿Qué hay de tí?

—¿Qué cosa?

—A tí... ¿te gustan los hombres o las mujeres?

—Taehyung, mis gustos van más allá de lo que las criaturas tengan o no entre sus piernas.

—En este mundo —Especifica. —, ¿qué es lo que te gusta?

—Estoy... abierto a posibilidades. —Un asentimiento por parte del menor fue lo que recibió y unos segundos de incómodo silencio. —¿Y? ¿Qué es eso?

—Compras navideñas. —Responde sonriente, dejando atrás el tema. —Pensé que sería muy aburrido quedarse en casa todo el día sin nada que hacer, y ya que no puedes acompañarme al supermercado, supuse que era la mejor opción. Vas a ayudarme a decorar el departamento.

—Será interesante.

Una vez que empezaron, el tiempo transcurrió rápido, gracias a la condición del azabache es mucho más fácil adornar. Estaban emocionados para ser sinceros, se dejaron llevar y cada quien tomó su lado, entendiéndose bien con una gran dinámica, pero ya que JungKook era novato, cuando tenía alguna duda llamaba al castaño.

Taehyung terminaba de colocar un par de nochebuenas de peluche en las escaleras distrayéndose en su textura, mientras JungKook colgaba otros adornos en ciertas partes resaltantes del techo. Todo estaba casi terminado.

—Hey, Taehyung, ven aquí. —El mencionado termina rápidamente su labor y llega hasta donde el pelinegro le llama.

—¿Qué ocurre?

—¿Qué es esto? —Señala con su dedo el techo, Taehyung ríe por lo tierno que se ve cuando su ceño se frunce con curiosidad.

—Un muérdago. —Los delgados labios de JungKook forman una pequeña “o”.

—Nunca lo había visto.

—No sueles estar por estas fechas.

—Tienes razón. —El castaño ve una fugaz oportunidad en la situación, un sentimiento culpable se sitúa en su pecho, pero quiere ser egoísta, solo por ese día.

—¿Sabes? Hay... Hay una especie de costumbre cuando dos personas están debajo de un muérdago.

—¿De verdad? ¿cuál es?

—Podría mostrártelo si quieres.

—Por su puesto.

—Pero tienes que... Cerrar los ojos. —JungKook le mira confundido. —Solo hazlo.

—Bien. —Transcurren algunos segundos, el pelinegro siente a Taehyung alejarse y acercarse a él una y otra vez, nervioso e indeciso. —¿Todo está en orden?

S-sí.

—Entonces, ¿por qué...? —Sus palabras se ven interrumpidas cuando Taehyung toma su nuca y besa sus labios. Un beso descuidado, no muy largo, pero que logra desconcertarlo. —Taehyung... —Susurra aturdido. Sus ojos se abren con sorpresa cuando logra analizar la situación y encuentra a un castaño sonrojado con ojos cristalinos.

—Lo siento.

—¿Qué fue eso? —Taehyung quiere encerrarse en su habitación para siempre y llorar bajo sus cobijas.

No meditó la situación cuidadosamente antes y cedió a sus deseos, pero el pensamiento de qué pasaría después entre ambos lo agobia de un instante a otro.

Tonto, tonto Taehyung.

Había arruinado el que pudo haber sido el mejor día de su vida.

—Lo lamento tanto.

—Se sintió... —Perdido en su propia mente, Jeon sigue hablando sin prestar mucha atención alrededor.

Porque los belfos de Taehyung probablemente le habían hipnotizado.

—JungKook, por favor, olvídalo. —Suplica con voz quebrada.

—Increíble.

—¿Qué?

Esta vez, el pelinegro se toma el tiempo de disfrutar la boca ajena despacio y después profundiza el beso dejándose llevar por las sensaciones, el sabor de los labios del menor es deliciosamente adictivo.
Taehyung se relaja a medida que pasan los segundos, acaricia el suave cabello de Jeon y su atractivo rostro, mientras él mantiene sus grandes manos en su cintura. Se separa apenas cuando sus pulmones necesitan oxígeno de nuevo, sus mejillas están rojas, todo su cuerpo está temblando y no sabe si su mente está en blanco o con demasiadas cosas rondando ahí.

JungKook no parece querer detenerse, no le dió tiempo de recuperarse cuando, de nuevo, se acerca a su rostro, más delicado que la vez anterior; un aura sensual comenzando a invadir el ambiente. El azabache introduce su lengua en la cavidad bucal contraria, arrancando un gemido de sorpresa y gusto del castaño. Toma la parte trasera del muslo de Taehyung y parece que entiende sus intenciones, pues enseguida da un pequeño salto y sus piernas rodean sus caderas, él lo sostiene sin mucho esfuerzo y lo sienta en la isla de la cocina.

Al separarse de nuevo, JungKook esconde su cabeza en el pecho de Kim, se ve arrepentido y el corazón del castaño se apachurra al verlo así.

—Está bien. —Susurra, casi leyendo los pensamientos del demonio.

—Los dos... Cometemos errores, ¿cierto?

—Yo no he cometido ninguno en los últimos diez minutos. —Se sincera.

—No sabes de qué hablas.

—Déjame tener la razón esta vez.

El fuego intenso que quemaba en sus pechos explotó cuando sus ojos se encontraron. Besos. Besos y más besos, aunque el pelinegro desease detenerse, ya no podía. No quedaba cordura en él, la vocecilla en su interior que le regañaba, que repetía las consecuencias y advertencias, sonaba cada vez más lejana.

—¿Hasta dónde quieres llegar?

—Hazme sentir el cielo en el infierno dentro de mí. ¿Puedes hacerlo? —Reta con osadía, Jeon le mira con superioridad y Taehyung sabe que no puede meterse con su orgullo. Era testigo de ello.

—Te lo demostraré. —Fue más un aviso dado con firmeza.

Las palabras sobraron para poder entenderse, pronto las caricias se extendieron sin cuidado ni dirección, solo picando por la necesidad de sentir más del otro.

—¿Realmente estás seguro de esto? —Pregunta una vez más.

—Sí. —Respondió sin pensar y volvió a besar a JungKook. Él se separó con cuidado.

—Taehyung, escúchame. —El pelinegro junta sus frentes, mirando al menor con intensidad. —Piénsalo, piénsalo bien, porque cuando empecemos no habrá vuelta atrás. ¿Sabes que hay consecuencias, verdad?

—Lo sé, lo sé mejor que nadie. Estoy seguro de lo que hago, así que por favor confía en mí.

—Prométeme que no vas a arrepentirte cuando esto acabe.

—Lo prometo.

—Ya no hay vuelta atrás.

—No quiero que la haya. —La seguridad de sus palabras, fue suficiente para convencerlo.

JungKook ponía verdaderamente todas sus esperanzas en que Taehyung dijera la verdad, estuviera consciente de las consecuencias y siguiera firme con su idea de no arrepentirse, porque ya no podría detenerse.

Se dejó llevar, un suspiro se llevó también sus preocupaciones y dejó de luchar contra sus instintos.

Si Taehyung se lo pedía, lo haría, lo llevaría hasta donde él le pidiera, por ahora, complacerlo sería su única labor.


Wtf tres meses sin actualizar? Avísenme 😩

De verdad pídanme la actualización después del mes, no me molesta.

He estado un poco distante en mis ideas, me cuesta concentrarme al escribir, pero cuando me comprometo suelo avanzar bastante.

¡Hice mi examen de admisión! Quedé en el colegio que quería y salí con un buen promedio del otro, ahora sigo teniendo tarea pero al menos estoy orgullosa de mí.

Falta un extra y la historia concluye, aviso de una que no hay escenas jot, por favor no lo pidan y no se decepcionen por ello.

Gracias por seguir apoyando y leyendo, espero que les esté gustando, lxs amo 💗

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