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Especial SeongJoong

Hace algún tiempo Seonghwa había empezado a sentir algo muy diferente a la amistad por Hongjoong. Sentía esa necesidad de estar con él, de querer verlo sonreír, de cuidarlo de todo lo malo que podría pasarle, eso sentía Seonghwa hacia el bajito de cabellos azules.

No recordaba cuando había empezado a sentirse así, con la necesidad de estar cerca de él, de querer abrazarlo, de querer darle besitos por toda la cara solo para verlo sonrojado y molesto, pero le encantaba sentirse así.

Podía decir que se sentía feliz con solo con verlo feliz a él.

Fue unas semanas después del el primer pensamiento sobre Hongjoong que se dio cuenta de que le gustaba, le gustaba todo de él, lo bueno y lo malo que tenía.

Aunque sentía miedo, sentía miedo de que el bajito rechazara sus sentimientos de una forma cruel con esa personalidad que tenía, directo y sin tacto pero sin malicia.

Seonghwa creía que Hongjoong sentía algo por el también, desde esa primera vez en la que se fueron juntos. Habían hablado tan fluidamente y sintió que Hongjoong se había abierto con él, le había dicho todo lo que lo preocupaba, todo lo que lo hacía feliz, lo que lo ponía triste, absolutamente todo. Ese día Seonghwa llegó a su casa cerca a las dos de la mañana. Cuando estaba con Hongjoong no tenía noción alguna del tiempo.

Había hablado con Yeosang respecto a eso y como planeaba declararse a Hongjoong de la manera más romántica y cliché que podría haber pensado. De noche y en el punto más alto de la noria.

En aquel momento estaba decidiendo que vestir, no podía decidir entre una camisa de color palo rosa y una camisa celeste con algunos bordados de flores. Su hermano, Seokhwa, simplemente lo miraba con diversión ir de aquí para allá mientras parecía entrar en una crisis cada que debía elegir algo.

-Ya cálmate, hyung- Dijo divertido al ver a Seonghwa colocar las camisas frente a su pecho, intercalandolas.-Se te ve bien la celeste, apurate o el enano de cabello azul se va a enojar contigo y no va a aceptar ser tu novio.

Aunque fuera una simple broma aumentó la ansiedad de Seonghwa y se colocó rápidamente la camisa celeste, colocandola por dentro del pantalón blanco que estaba usando.

Se peinó de la mejor manera que sabía, hacía atrás y salió con todo lo que necesitaba, dinero, su celular y una casaca por si hacía frío.

[...]

Cuándo llegó a la feria sacó su celular para escribirle a Hongjoong.

Seonghwa sonrió y caminó hacia la boletería, al instante vio aquella cabellera azul tan llamativa que poco a poco empezaba a perder su color.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca lo vio por unos segundos de pies a cabeza, se veía tan tierno. Vestía unos pantalones jeans holgados y un polo negro manga larga un poco pegado al cuerpo, encima de este tenía una casaca de color rojo. Hongjoong era precioso.

-oongie, hola.-Sonó más tímido de lo que esperó, colocó suavemente una mano sobre el hombro del bajo para llamar su atención. Éste volteó rápidamente y le mostró esa bonita sonrisa que tenía.-Hwa... ¿vamos?.

A Seonghwa lo asombró que Hongjoong le extendiera la mano dándole a entender que la tome. Sonrió y tomó su mano, entrelazado sus dedos y empezaron a caminar.

El cielo empezó a pintarse de tonos naranjas y amarillos mostrando un bonito atardecer.

Hongjoong había ido a comprar algodones de azúcar y, mientras esperaba, Seonghwa miraba hacia el cielo con una expresión de tranquilidad. Ni siquiera se dio cuenta cuando Hongjoong le tomó una foto.

-Ten-Habló el de cabellos azules luego de guardar su celular en su bolsillo, extendiendo un algodón de azúcar celeste hacia Seonghwa.-Gracias Joongie-Luego de agradecer le dio un mordisco al algodón de azúcar y empezaron a caminar.

Se subieron a todos los juegos que pudieron hasta que llegaron las ocho de la noche. A esa hora se ponía en acción el plan que Seonghwa había escrito detalladamente hace algunos días.

Era sencillo, a las ocho en punto de la noche desde el lugar en el que estén empezarían a caminar a la noria, debían llegar a ella como máximo a las ocho con diez minutos. Luego de eso debían hacer la cola para subir, según sus cálculos máximo a las ocho con cincuenta minutos debían estar ya subidos en la atracción. ¿Que por qué en una hora en específico? Pues simple, a las nueve menos cinco empezaba el espectáculo de fuegos artificiales y ¿qué mejor que los fuegos artificiales de fondo mientras se declaraba de la forma más cliché que pudo imaginar?

Todo debía salir perfecto.

Seonghwa miró la hora en su celular, tenían aproximadamente 13 minutos para llegar a la fila y si ésta era muy corta darían una vuelta y regresarían.

Cuando llegaron a la noria pudo ver una cola larguísima que parecía estar formada por más de 90 personas. Para Seonghwa era perfecto porque tenía más probabilidades de estar en el punto más alto justo en el momento del inicio del show de fuegos artificiales.

Todo fue perfecto, esperaron al rededor de cuarenta minutos en la cola, viendo cómo la gente subía, la noria daba un par de vueltas y luego salían.

Cuando al fin fue su turno Seonghwa sintió sus manos sudar, su corazón latía rápidamente por los nervios y su respiración estaba un poco agitada.

Se subieron en la cabina con ayuda del hombre que recibía los tickets. A Hongjoong no le agradaban mucho las alturas, a decir verdad les tenía un poco de miedo, pero al ver al mayor tan emocionado por la noria intentó ignorar ese sentimiento que también era suplantado por lo especial que se sentía estar de esa forma con Park, todo era tan lindo cuando estaba con él que le generaba dudas sobre lo que realmente sentía respecto al mayor, no quería pensar que estaba malinterpretando sus propios sentimientos, temía pensar que era amor cuando realmente solo era aprecio, estaba confundido.

El juego empezó a moverse poco a poco, la cabina en la que estaban ellos subió lentamente. Seonghwa miró disimuladamente su celular para ver la hora, faltaban menos de dos minutos para que el show empezara, sonrió y delicadamente tomó la mano de Hongjoong, el menor se asombró levemente ante el tacto pero no se movió ni un milímetro.

-Hongjoong, yo...-Seonghwa buscaba las mejores palabra para expresar todo lo que sentía por el menor sin sonar demasiado intenso. Respiró hondo y continuó hablando.-Desde hace un tiempo he sentido esta atracción hacia ti, en el momento en el que te vi no me llamaste realmente la atención, pero, mientras más te fui conociendo descubría cosas nuevas sobre ti, como ese gusto tan tierno que tienes por las gomitas en forma de osito.-Rió levemente ante el recuerdo de como descubrió aquello.-Como todo lo que pasaba en tu casa y lo fuerte que eres por seguir sonriendo a pesar de eso. Esas pequeñas cosas a las que no le puedes tomar mucha importancia fueron las que me enamoraron de ti; tu risa, la forma en la que brillan tus ojos cuando hablas sobre una canción nueva que compusiste o esa forma tierna en la que niegas algo que evidentemente hiciste. Todo eso logró que te ganaras mi corazón y poco a poco empezaste a apoderarte de mis pensamientos.

Hongjoong se había quedado sin palabras, el show de fuegos artificiales había empezado ya hace algunos minutos pero ni siquiera le había prestado atención por escuchar la bonita confesión del mayor.

-Por eso me gustaría que fueras mi novio Kim Hongjoong.- Hongjoong no quería rechazar al mayor, pero tampoco estaba cien por ciento seguro de lo que sentía hacia él.

Se acercó lentamente a Seonghwa y dejó un pequeño beso en la comisura de sus labios, provocando un fuerte sonrojo en las mejillas de éste.

-Hwa...- Hongjoong tomó aire para lo que iba a decir y eso tensó a Seonghwa, ya veía venir el rechazo del menor, probablemente su amistad ya estaba arruinada y todo sería incómodo cuando fueran al almacén (si es que Seonghwa seguía yendo al almacén después de toda la vergüenza que sentiría por el rechazo).

-Yo estoy confundido, necesito un tiempo para aclarar los sentimientos que tengo hacía ti.-Seonghwa estuvo a punto de hablar, Hongjoong pudo notar que lo había mal entendido.-Y no, no es un rechazo.

Notó como los ojos de Seonghwa brillaron, esos bonitos ojos que tanto le gustaba mirar.

-Puedes seguir coqueteandome, porque no creas que no lo noté-El bajito soltó una risita nasal contagiando al mayor que rió junto a él, formando esa sonrisa tan suya, esa sonrisa en la que parecía que le dolía algo.

💫
Bueno, este es el especial por las 100 estrellitas!(aunque ya son más de 100) Muchas gracias por leer y votar en esta historia.

Déjenme decirles que las declaraciones cursis no son lo mío, so, espero que aún con la confesión medio fea les guste este pequeño especial.

No se olviden de tomar agua, los quiero mucho

15.03.21

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