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<<DISPARO EN LOS SUBURBIOS>>
● P.O.V DE SKYE ●
Estación de Policía, BA.
Octubre 14, 2021.
04:45 PM
—Todo está bien, Skye. No te preocupes. Ya vuelvo, solo iré un momento al baño.
<<Claro, si como no>> —me dije mentalmente al oír su improvisada y para nada creíble mentira—. Okey, Chase. Aquí te espero.
Mientras le observaba retirarse de la habitación para "dirigirse hacia los sanitarios" , meneé la cabeza y pensé:
<<Si me crees tan inocente como para poder engañarme, me queda claro que no me conoces>>.
Cuando se trataba de mentir, Chase no era el indicado. No era capaz de engañar a nadie, y mucho menos a mí. Sobre todo a mí. Las señales le delataban; como el desviar la mirada, jugar con sus dedos o morder su carrillo derecho. ¡Hasta un ciego lo notaría!.
Pero aún así, decidí seguirle el juego. Ni siquiera sé porqué. Solo lo hice y ya
Mientras le esperaba, decidí quedarme en dicha habitación, donde mi total atención fue atraída hacia aquel gran pizarrón donde permanecían pegadas las instantáneas de los crímenes. Por debajo de las mismas, yacían pegadas un par de fotografías de todos de los cachorros que fallecieron por culpa del "Ghost Sniper".
<<¿Por qué tantos cachorros tuvieron que morir?>> —Fue lo primero que pensé al ver esas impactantes y gráficas fotografías.
Al no poder verlas más, aparté la vista hacia mi derecha, hacia las ventanas, percatándome —por accidente— como Chase trataba de huir sigilosamente.
—¿A donde planeas ir, querido? —musité, mientras me acercaba a la puerta y veía como mi amigo se adentraba al ascensor.
En cuanto salí del "Cuarto de investigación", giré a mi izquierda y noté que mis compañeros aún charlaban con esa engreída, y muy molesta detective de homicidios. Por un momento, pensé en decirles lo que había presenciado minutos antes. Pero de un momento a otro, cambié de opinión.
<<Después de todo, no podría ser algo malo....... ¿o si?>>
Para cuando llegué al ascensor, éste ya estaba bajando.
—El estacionamiento —dije, mientras veía el monitor superior, que yace por encima de las puertas cerradas—. Debo apurarme.
Sin perder tiempo, y sin captar la atención de mis otros amigos, me dirigí a la puerta que daba acceso a las escaleras de emergencia. Y como si una carrera se tratase, corrí a tal velocidad que, y de no haber sido por la barandilla a la que logré sujetarme con rapidez, hubiera caído rodando escaleras abajo.
En menos de un minuto, arribé al estacionamiento. Y justo a tiempo, ya que, segundos después, el ascensor llegó, y Chase salió, encaminándose hacia su vehículo patrullero, que yacía estacionado en el lado sur.
Silenciosamente, comencé a seguirlo. Pero a mitad del trayecto, Chase se detuvo en seco. Al parecer, se había percatado de mi presencia.
<<¡Me ha descubierto!>>
Se volvió hacia atrás, pero antes de que pudiera verme, fui más rápida que él y logré esconderme detrás de una columna de concreto cercana.
—Extraño.....—le escuché decir.
Pasado un par de segundos, saqué (parcialmente) la cabeza de mi improvisado escondite, logrando observar como mi amigo, "el honesto pastor", subía a su vehículo, para poco después partir del lugar.
No iba a quedarme atrás. Debía seguirle. Así que salí del edificio, y para cuando llegué a mi vehículo -el cual estaba aparcado en frente de la estación- lo encendí y subsecuentemente comencé a surcar los cielos
<<De seguro esa llamada tuvo algo que ver>> —medité, mientras prestaba atención a mi espacio aéreo.
En ese momento, me percaté de que Chase había acelerado el paso. Por un momento pensé que me había visto. Resultó que solo trató de ganarle el cruce a otro vehículo. Pero aún así, no quise arriesgarme.
Con ayuda de mi helicóptero, y su nueva modalidad, literalmente me hice invisible. Dándome así la ventaja para poder seguir tranquilamente a mi compañero de rescate, sin que este se enterara.
Logré seguirle por un par de calles, pero en cuanto ingresó al túnel Saunieré, le perdí el rastro.
.............
Pasé un par de minutos sobrevolando el Área industrial de Westerm, antes de que lograra divisar con éxito el vehículo patrullero de Chase, estacionado frente a un edificio.
Necesitaba un área segura donde aterrizar, y a la derecha de la sede de las industrias "BnL", había un gran edificio, cuya descuidada y sucia terraza era más que perfecta.
Al momento de descender, literalmente pude sentir el polvo cubrir parcialmente mi rostro. El fuerte viento provocado por las hélices causaba eso.
Posteriormente, escuché lo que parecían ser un par de disparos provenientes del edificio adyacente. Lo cual, sin negarlo, me inquietó un poco.
<<¿En qué te has metido, Chase? —pensé mientras caminaba hasta llegar a la parte sur de la terraza del edificio en el que me encontraba—. ¿Y en qué estaré metiéndome yo?>> —me cuestioné mentalmente mientras daba un par de respiros y reunía todas mis fuerzas, para subsecuentemente correr a todo dar por el techo.
Para cuando llegué a la barandilla, di un gran –pero peligroso– salto que no solo me permitió llegar a la azotea de las Industrias LaT, sino que también hubiera sido observado con gran admiración por el propio Danny X de haber estado allí.
Rápidamente, me adentré al edificio por el acceso que daba al techo, y mientras bajaba las escaleras de emergencia, pude oír lo que parecía ser una riña entre canes.
Luego....oí un tiro.
Un grito de terror se escuchó poco después, acompañado por un "Estoy bien", seguido por un "Vas a pagar por lo que hiciste".
Al parecer dicha pelea, cuya violencia parecía haber escalado, se estaba llevando a cabo en la planta N°8 o N°9.
Mientras seguía caminando escaleras abajo, oí a una voz gruesa decir:
—Este es tu fin, cachorro.
<<El piso 8>> —concluí.
En cuanto llegué a la puerta que daba acceso al octavo piso, nuevamente oí al dueño de la voz gruesa decir lo siguiente:
—Tus últimas palabras.
Mientras Chase le respondía, yo opté por quedarme en mi posición oculta para analizar la situación y pensar en un plan.
Debía comunicarme con alguien, y fue cuando la idea llegó a mí. Con solo dar un toque a mi collar, este le enviaría a Ryder una señal de alerta junto a mi respectiva ubicación.
—<<La ayuda vendrá pronto...............espero>>.
No sé cuánto tiempo pasó. Talvez un minuto o dos. Y durante ese lapso de tiempo, escuché una inquietante conversación.
Se trataba de una confesión........pero no cualquier confesión. Esta era "la confesión" que explicaba el "¿por qué?".
—<<¿Por que tantos cachorros tuvieron que morir?>> —fue lo que me pregunté cuando vi esas fotografías en la estación.
Y finalmente la verdad salió a la luz. Tan clara, tan comprensible........e innegable.
Mi amigo era un asesino, él mismo lo confirmó. Tan impactante fue dicha confesión que hasta logró sacudirme.
No solo estaba consternada, sino también molesta y decepcionada.
—¡Maldito seas, pastor! —exclamó con rabia el dueño de la voz gruesa— ¡Ahora mismo morirás!
Pero por alguna razón, el "John Doe" de la voz gruesa volvió a pelear a puño limpio. Los golpes que podían oírse desde mi ubicación confirmaban eso.
Segundos después, un nuevo disparo se escuchó. Acompañado de otro más, solo que este último fue más apagado.
El silencio se hizo presente poco después. Ya no se oía nada más.
Tras abrir la puerta, me encontré con un largo y sucio pasillo. Y sin hacer ruido alguno, caminé lentamente hasta que noté un charco de sangre (proveniente de la oficina N°4) extendiéndose más y más sobre el piso de mármol.
Ver ese fluido corporal me había inquietado más de lo que ya estaba. Después de todo, podría provenir de mi amigo, mi compañero........mi "pretendiente secreto".
Y de ser ese el caso, indicaría que a Chase le habían herido........o peor, ya podría estar muerto.
—<<¿Esto pudo haberse evitado?>> —me pregunté antes de ingresar a dicha habitación que había dado lugar a una intensa pelea—. <<¿Pudimos haber hecho algo para evitar esta tragedia en primer lugar?>>
No sabría que responder con certeza ante tales preguntas. Pero lo que sí sé, es que nadie logró darse cuenta........y en cuanto todo esto inició, nadie actuó.
Después de todo, las autoridades consideraron esa muerte, acontecida aquel 11 de octubre, como "un incidente aislado".
Grave error.
● FIN DE P.O.V DE SKYE ●
[TRES DÍAS ANTES]
Arcadia Hights, BA
Octubre 11, 2021
05:08 PM.
Tras ser despertado por la "alerta de mensaje" de su teléfono móvil. La primera acción del labrador dorado fue acercarse a la ventanilla lateral y dar un rápido vistazo al cielo, el cual, yacía parcialmente predominado por los matices rojo-anaranjado. Un claro indicador de que apenas estaba llegando el atardecer.
Al saber que aún no era de noche, el cachorro nuevamente se recostó sobre su asiento, y dio un suspiro de alivio.
Sin saberlo, el conductor del auto le había estado observando silenciosamente por el espejo retrovisor. Y en cuanto notó su inquietud, rápidamente dio un vistazo a su reloj de mano. Y tras volver su vista hacia el camino, se aclaró la garganta y dijo:
—Son las cinco con once, Señor Hollier.
—Gracias por el dato, John —le agradeció al conductor, quien era a su vez su taxista recurrente—. Por un momento pensé que......
—Descuide, Señor Hollier. De todas formas pensaba en despertarlo. Por lo que me comentó, tengo entendido de que esta noche es muy importante para usted.
—Y tienes toda la razón, John —dijo el can mientras esbozaba una sonrisa—. Finalmente llegó el día.
—Pues si me lo pregunta. Yo diría que ya era hora. Señor Hollier.
Nuevamente, el labrador dorado echó otro vistazo por la ventanilla. Y al percatarse de que su destino estaba próximo, rápidamente decidió prepararse para su llegada.
Tras guardar su BlackBerry, coger su portafolios, y tocar el vidrio separador –no una, sino dos veces– captando nuevamente la atención del conductor, el can dijo:
—Estaciónate frente a esa casa, por fav.....
—No es necesario que me lo diga, Señor Hollier. Recuerde que siempre me pide traerlo aquí. Así que ya conozco el camino.
—Jejeje.....a veces olvido eso, John. Y deja de decirme Señor —le replicó el cachorro—. Solo mis clientes me dicen así. Nosotros somos amigos. Así que llámame Chase.
—Entendido señ.......Chase.
Chase Hollier, era un cachorro de seis años y renombrado abogado defensor. Y como todos los días, tras un arduo día laboral en el despacho legal Johnson & Johnson, Hollier tenía la costumbre de ir a casa de su novia, la sensacionalista reportera de noticias Carrie Whitfield, quien tenía la gran suerte de vivir en el prestigioso vecindario de Arcadia Hights, cuyas casas de estilo colonial, le habían dado el sobrenombre de "La joya de Bahía Aventura".
Generalmente las visitas de Hollier tenían ciertos propósitos, como llevar a Carrie a cenar a algún restaurante elegante, o para dar un simple, pero relajante, paseo nocturno por el parque Griffint.
Pero en esta ocasión, su visita tendría otros fines.
Tras bajarse del auto, y pagarle a su "taxista preferido", este miró al cachorro y dijo:
—Mucha suerte, Señ.......¡Chase! —dijo rápidamente—. Sé que le dirá que si.
—Gracias por los buenos ánimos, John. Nos vemos mañana.
Una vez concluida la despedida, John El taxista abandonó la escena. Chase por su parte se quedó en la acera. Y mientras observaba la enorme y lujosa residencia de su novia, pensó:
—<<Tu puedes, Chase. Te has preparado para este momento por cuatro largos meses. Finalmente, llegó la hora>>.
Tras darse un par de ánimos, el labrador dorado abrió su portafolios y sacó de este una pequeña caja, forrada con terciopelo de color azul oscuro.
Al abrir la pequeña cajita, los pocos rayos del sol iluminaron el pequeño pero hermoso diamante azul cristalino del anillo de compromiso.
Tras observar detenidamente la joya por un par de minutos, Hollier nuevamente la volvió a guardar en su respectivo empaque. Para luego colocarlo, ya no en su portafolios, sino en su bolsillo.
Mientras caminaba lentamente por el empedrado, siguiendo el trayecto directo hacia la puerta principal, y sintiendo a su vez como una pequeña brisa de aire otoñal recorría su pelaje. Hollier, a través del rabillo de su ojo derecho, notó -brevemente- un pequeño pero titilante brillo proveniente de la cajuela de un auto. Un viejo sedán americano estacionado ocho casas calle abajo.
Dado que no parecía importante, el abogado canino decidió ignorarlo y seguir con su camino.
Tras llegar a la puerta y tocar el timbre, posteriormente el intercomunicador —que yacía posicionado a la izquierda de la puerta— emitió un pitido. Luego, una voz dijo:
—Bajo en un momento.
—<<Perfecto>> —pensó él— <<De seguro sigue arreglándose. Tiempo suficiente para repasar todo el plan>>.
Su sencilla pregunta se había convertido en toda una planeación detallada y muy bien elaborada para Chase Hollier. Después de todo, no solo buscaba pedir el amor eterno de su amada. Sino que también, buscaba en hacer que esa noche, fuera memorable no solo para él, sino también para su novia......y futura prometida.
Cinco minutos después, Carrie Whitfield, una husky de 6 años, salió de su residencia. Y en cuanto Hollier la vio vistiendo un elegante, y reluciente vestido color agua celeste, quedó boquiabierto.
—Hola Chase......—saludó ella, sin obtener respuesta de su pareja— ......¿estás bien? ¿Chase? .......¡Chase!
—¿Eh? ¿Que? —respondió él desconcertadamente.
—Te pregunté si estabas bien —le replicó la husky.
—Oh. Por supuesto. Estoy bien.
Nuevamente, el cachorro guardó silencio.
—¿Y entonces porque te quedas así, viéndome?
—Es solo que.......es difícil no contemplarte mientras vistes ese hermoso vestido. Combina a la perfección con el color de tus bellos ojos. Al igual que con tu pelaje.
El comentario del cachorro causó un breve sonrojo en el rostro de la husky, el cual no pasó desapercibido por el abogado canino.
—Muchas gracias por el halago, Chase. Sabía que te gustaría.
—No solo me gusta, me encanta —dijo él— ¿Cómo es que esta es la primera vez que lo veo?
—Bueno.....—dijo ella mientras cerraba tras suyo la puerta de su casa— .....lo guardaba para ocasiones especiales. Y dado que me prometiste una noche "inolvidable", pensé: ¿Por qué no? Lo usaré esta noche.
—Y tienes toda la razón, mi amor. Esta noche será inolvidable —dijo Hollier para poco después darle un beso a su amada novia.
—Bueno....¿y que esperamos? ¡Vamos! —exclamó ella para luego dar un aullido en señal de felicidad.
—Perfecto. Primero iremos a.......
En ese momento, y sin previo aviso, el labrador dorado enmudeció tras recibir un disparo -extremadamente preciso- en la base del cuello. Debido al impacto de la bala, un par de gotas de sangre salpicaron y mancharon el rostro de la husky. Asustándola rápidamente.
Para cuando Hollier cayó sobre el empedrado, y la sangre proveniente de su herida comenzaba a formar un gran charco de sangre. Carrie por su parte, comenzó a gritar histéricamente.
¿Y como no reaccionar de tal forma? Después de todo, había presenciado un asesinato.
En cuanto se oyeron los gritos desesperados de la reportera de noticias, los vecinos cercanos rápidamente salieron de sus casas. Quedando estupefactos al encontrarse con la inquietante, y sorpresiva escena.
Sin perder tiempo, algunos residentes rápidamente retornaron a sus casas. Temiendo a que el asesino aún pudiera estar cerca y decidiera dispararles. Otros, por su parte, llamaron a emergencias, mientras que cierto grupo de jóvenes, por <<X>> motivos, comenzaron a grabar la escena.
El disparo en los suburbios no solo alteró el orden de las cosas, sino que también, causó una ola de angustia y caos.
Y todo era atentamente observado por el asesino a través de la merilla de su arma, la cual, rápidamente volvió a meter dentro de su auto. Para poco después colocar la matrícula de su vehículo en su respectivo sitio.
Tras desarmar su rifle, para luego colocar las piezas en su maletín de transporte, el tirador —un perro mayor de pelaje azul mirio, combinado con un poco de blanco— procedió a sentarse en el asiento del conductor.
Y mientras encendía su vehículo, el can a su vez, saca de la guantera un pedazo de papel plegado y un bolígrafo.
Tras desdoblar el papel, para luego leer el nombre de "Chase Hollier", lentamente —de derecha a izquierda— comenzó a tacharlo con su bolígrafo.
En cuanto lo hizo, el "asesino del rifle" esbozó una sonrisa de satisfacción, y dijo:
—Uno menos, faltan cuatro.
Segundos después, guardó nuevamente su "lista de muerte" y procedió a conducir fuera de la escena. Y aunque pudo oír a lo lejos a las sirenas de las patrullas aproximándose a la escena. Él no mostró reacción alguna.
La policía no le asustaba. Y el acto de asesinar tampoco le inquietaba. Después de todo, carecía de completos sentimientos. Aunque no siempre fue así.
Y ahora que había iniciado con su misión. Nada ni nadie podría detenerle. O al menos, eso es lo que él pensaba.
[2668 PALABRAS]
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