✧ El plan del destino es perfecto, cariño. Aprende a amarlo✧

Es domingo por la tarde, por primera vez Kim NamJoon tiene un día libre y está dispuesto a disfrutarlo de la mejor forma: haciendo absolutamente nada.

—Está decidido, voy a mudarme —exclama el moreno.

Se encuentra sentado junto a YoonGi, su mejor amigo. Ambos con una botella de cerveza bien fría en las manos.

Barre hacia atrás los castaños cabellos que reposan en su frente dejándola descubierta, los músculos de su rostro están relajados y con tranquilidad reciben la luz del sol.

La tarde era calurosa y a NamJoon, que había conseguido un nuevo trabajo, uno con una mejor paga, le pareció excelente la idea de irse del triste departamento en el que vivía actualmente.

Las reposeras en el balcón son de color verde, la baranda, que por seguridad rodeaba el espacio abierto, se ve teñida de anaranjado, producto del herrumbre que trae desde hace tiempo; el sol quema y a su cuerpo trabajado le hace falta broncearse, por lo que se encuentra recostado en las verdes reposeras, sin camiseta, fuera del refugio del techo y con unos lentes de sol cubriendo sus ojos.

Distinto a él, YoonGi, que aprecia su pálida piel y detesta lo que el sol hace en ella, está sentado en la sombra que el techo, que sobresale cubriendo sólo la mitad del balcón, le proporciona.

—¿Te ayudo a buscar un lugar? —pregunta el pálido.

El moreno de repente lleva la botella a sus labios y bebe un sorbo de cerveza.

Aprecia que su amigo apoye sus decisiones y le ayude en todo lo que pueda. YoonGi es indispensable en su vida, junto con su perro Moon y su colección de discos viejos de Elvis, forman parte de lo que él denomina su mundo. Lo demás le es prescindible, reemplazable.

—Gracias —dice sonriendo —. Pero un compañero del trabajo me recomendó un edificio donde permiten tener mascotas y tiene, comparado a esto, un lujo de departamentos para ofrecer.

YoonGi se encoge de hombros y mira hacia el cielo que muestra una que otra nube blanca salpicada en el celeste lienzo.

Una pequeña y casi imperceptible brisa cruza el ambiente y el bocinazo de un auto que transitaba por allí, rompe el corto silencio en el que están.

—Está bien, entonces llámame si necesitas ayuda con la descarga de tus cosas.

—Lo haré.

¡Bien, este es el inicio!

Espero que disfruten de esta nueva historia...

×.𝓑𝓵𝓾𝓮.×