La predicción de Trelawney, y pobre Buckbeak

-¡Abran sus mentes! ¡Deben mirar más allá! El arte de la bola de cristal, se logra liberando el ojo interior...-explicaba la profesora Trelawney.

Harry y Ron estaban en sus bancos, y frente a ellos yacía el objeto que la maestra había mencionado. Ron parecía que se aburría, tanto que se quedó dormido en el hombro de _______, y la misma leía su libro tranquilamente. Hermione buscaba descifrar como aquel raro objeto podía predecir el futuro, o al menos lo intentaba. Por otro lado, Harry observaba la esfera, pero sus oídos ignoraban lo que Sybill decía.

-______ ¿Tu entiendes como funciona esta cosa?-preguntó la castaña, agotada de tanto pensar. (N/A: Lo sé, suena absurdo viniendo de ella)

-No tengo idea, seguiré buscando en el libro-Herms asintió-¡Eww! ¡Ron deja de babear en mi hombro!-exclamó la platinada, viendo como la parte del hombro de su túnica, estaba empapada en aquel líquido espeso. Sin embargo, el Weasley ni se inmutó.

-¡Solo así podrán ver! Inténtenlo-los animó la maestra. Dirigió su andar a la mesa de los muchachos, por lo cual el ojiazul se enderezó rápidamente haciendo que el pelirrojo despertara de su interesante siesta. Las dos adolescentes sonrieron ampliamente, esperando ser ayudadas por Trelawney-¿Que tenemos aquí?-

-¿Podría intentarlo?-se ofreció Granger, volviendo su vista al cristal. La maestra asintió, algo dudosa-El Grimm, yo lo vi-dijo sin más.

La profesora se acercó a la castaña, y tomó una de sus manos.

-Mi niña...desde la primera vez que viniste a mi clase noté que, tu no posees el espíritu para el noble arte de la adivinación-comentó observando la palma de la mano de Hermione-Mira aquí está. Mmmm...eres joven, pero el corazón que te palpita es como el de una vieja...-indicaba Sybill. Si las miradas mataran, Granger habría asesinado a la profesora en ese preciso instante-Está tan seco, como las páginas de los libros que lees tan ansiosamente...-

-Ugh...-suspiró la muchacha de frondosa melena, alejando bruscamente su mano.

Herms tomó su bolso, con la cólera a flor de piel, y se levantó de su asiento. Y antes de desaparecer por la salida del salón, empujó la esfera haciendo que rodara lejos de ellos. Los otros miembros del cuarteto miraban todo sorprendidos.

-¿Dije algo malo?-preguntó la maestra, algo confundida. Todos la observaban sin poder creerlo.

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La clase de adivinación llegó a su fin, y cada alumno salió de la habitación rápidamente.

-Hermione se volvió loca-_____ miró a su mejor amigo seriamente-Bueno siempre, ha estado demente. Pero ahora todo el mundo se dio cuenta...-comentó Ron.

-Ron...-el nombrado miró a la ojiavellana, asustado. Y es que el tono de la gemela, no había sido tan agradable-Si no te callas en estos momentos, esto-alzó su puño-terminará en tu pálido rostro ¿Entiendes?-

El pelirrojo, tragó duramente, mientras su cabeza se movía frenéticamente

-¡Es una broma! Jamás te haría eso-exclamó, abrazando a Ron-Pero ya enserio, detente-

-E-Está bien...-el Weasley se acercó al ojiazul-¿Como logras entenderla?-susurró a Harry.

-Créeme, ni yo lo hago-respondió, del mismo modo.

Los tres Gryffindor siguieron bajando las escaleras, pero algo en el suelo llamó la atención del azabache. Era aquella esfera de cristal que Hermione había empujado tan enfadada.

-Aguarden...-el Potter se agachó, llamándoles la atención. Ahora el objeto estaba en sus manos-Hay que devolverla-

-Oh, tienes razón...Ron ¿Vienes?-los gemelos miraron, expectantes, al pelirrojo.

-No volveré-respondió. Los hermanos rodaron sus ojos.

-Bien...-suspiró _____, encaminándose hacía las escaleras.

-Adiós-se despidió Harry.

-Adiós-imitó el pelirrojo, para que luego Harry siguiera a su hermana.

Cuando ambos llegaron al salón, ingresaron lentamente esperando ver a la profesora. Pero esta parecía no encontrarse allí, así que prefirieron no tomarle importancia y lograr su cometido. El azabache dejó la bola de cristal sobre el pequeño escritorio de Trelawney, y ambos intentaron volver a la salida, pero algo los detuvo.

-Harry...______...Harry...______...Potter-una voz susurraba desde adentro del artefacto.

Los nombrados, por inercia, comenzaron a dar cortos pasos para acercarse a la esfera. Sus respiraciones comenzaron a fallar, cuando de repente, sintieron como los tomaban de los hombros. Al darse la vuelta, observaron a la maestra tomar una gran bocanada de aire.

-Profesora Trelawney-murmuraron los gemelos. Pero la mujer para estar perdida, en un punto fijo.

-El regresara esta noche...-comentó la misma, pero su voz no era la que solían escuchar.

-¿Que dice?-preguntó el azabache, inquieto.

-Esta noche, el que mató a sus amigos y los traicionó, llegará al fin...-los Potter la miraban, temerosos-¡Se derramará sangre inocente! Y amo y sirviente volverán otra vez a reunirse...-

Para los Potter aquella escena era aterradora. Trelawney parecía estar fuera de este mundo y sus gritos resoban en sus oídos. Pero, de pronto comenzó a toser agitadamente.

-Ugh, ay...Perdónenme mis niños...¿Dijeron algo?-preguntó la profesora, que parecía haber vuelto en sí.

-N-No, nada...-contestó, nerviosamente, Harry.

-N-Nosotros ya nos í-íbamos...nos vemos luego-continuó la ojiavellana, acercándose junto a su gemelo hacía la salida.

Cruzaron el umbral de la puerta aun tiritando, y volviendo, una que otra vez, sus miradas a la maestra. La misma los miraba confundida. Si tan solo supiera lo que acababa de pasar.

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El-para nada-ansiado día, había llegado. La ejecución de Buckbeak. El cuarteto de oro caminaban por los amplios pasillos, con miradas tristes, visitarían a Hagrid antes de aquel violento acto.

Salieron del castillo con paso apurado, y al voltear sus vistas, sus pelos se erizaron. Un hombre vestido totalmente de negro, yacía sentado sobre un tronco caído. En una de sus manos sostenía lo que parecía ser un hacha, y en la otra una áspera piedra. Esta ultima pasaba por encima del arma, para que su filo sea letal. El verdugo alzó su mirada a los muchachos, y una mueca espeluznante parecía sonreírles. Los adolescentes siguieron su camino, con las orbes de aquel hombre siguiéndolos.

-¡No puedo creer que vayan a ejecutar a Buckbeak!-vociferó Hermione, mientras llegaban al final del puente.

-Y no será todo...-susurró Ron.

Los tres siguieron la vista del pelirrojo, y esta estaba clavada sobre tres alumnos de la casa esmeralda. Harry, Ron y Hermione estaban disgustados, pero _______ no podía pensar lo mismo. El mismísimo Draco Malfoy-junto a Crabbe y Theodore- estaba observando la casa de Hagrid con unos binoculares. La platinada sintió como su cuerpo se tensaba, después de todo no había hablado con él desde el incidente del beso.

-¿Les conté que me quedaré con la cabeza del hipogrifo? Ja, la colocaré en la sala de Gryffindor...será fantástico-comentó el rubio a sus secuaces.

Hermione avanzó decidida hacía donde las serpientes se encontraban. Sus tres amigos no tuvieron más opción que seguirla.

-Ja, miren quién llegó-indicó Theodore al cuarteto, burlonamente.

-¡Ah! ¿Vienen a ver?-vaciló el platinado. Pero su cara cambió a una de sorpresa al presenciar a la gemela.

-¡Tu eres una despreciable y maldita cucaracha!-exclamó la castaña, apuntando con su varita al cuello de Draco. Los presentes estaban sorprendidos.

-¡Hermione, no! El no vale la pena...-dijo Ron, mientras el amenazado lloriqueaba.

Granger pareció pensárselo unos momentos, pero finalmente alejó su arma del muchacho y se dio la vuelta. _____ suspiró del alivio. Malfoy reía burlándose, pero su cantó de victoria duró muy poco. Hermione volvió a mirar la cara del platinado, pero esta vez, acompañada de su mano convertida en puño, que aterrizó exitosamente en la nariz de Draco. El mismo se retorcía del dolor.

-¡Malfoy! ¡¿Estás bien?!-parecía que Crabbe había leído los pensamientos de ______.

-¡Vámonos de aquí! ¡Rápido!-indicó Theodore, ayudando a Draco a incorporarse.

-¡Ni una palabra a nadie! ¡¿Entendido?! ¡Me las pagará!-amenazó el platinado, para luego desaparecer junto a sus amigos serpientes. La ojiavellana podría haber ido a verificar si estaba bien, pero prefirió evitar problemas.

-¿Estuvo bien?...-preguntó la muchacha.

-No bien...¡Brillante!-respondió Ron.

Hermione volvió a la realidad al ver a su amiga mirar a la nada, sabía de sobra que estaba preocupada por Malfoy. _____ sintió la mirada de Herms puesta en ella, así que le regaló una sonrisa.

-Eso fue...asombroso-admitió la ojiavellana, tranquilizando a Granger.

Recordaron de inmediato lo que tenían que hacer, así que siguieron con el trayecto hacía la casa de su gigante favorito.

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-Solo mírenlo...le gusta el olor del viento entre los arboles...-susurró Hagrid observando a Buckbeak desde su ventana.

-¿Por qué no lo liberas?-sugirió Harry.

-Sabrían que yo fui, y Dumbledore tendría problemas ¡El también vendrá! Quiere estar conmigo cuando...cuando pase-contestó cabizbajo-Es un gran hombre Dumbledore, un gran hombre...-

-También nos quedaremos...-asintió Hermione, levantándose de su asiento.

-¡Claro que no lo harán! ¡¿Creen que quiero que vean algo así?! ¡No! Es hora de que se vayan ¡Ah! Pero antes, Ron-

Hagrid se dirigió hacía un escritorio cerca de allí, y abrió una pequeña lata. Cuando pudieron divisar que es lo que estaba en sus manos, vieron a una escurridiza rata mover su nariz rápidamente en manos del gigante.

-¡Scrabbers! ¡Estás viva!-exclamó el pelirrojo, tomando al pequeño animal.

-Cuida a tus mascotas Ron-le aconsejó Hagrid.

-Creo que alguien merece una disculpa-comentó Hermione, acercándose al muchacho.

-Claro...cuando vea a Crookshanks ¡Se lo diré!-

-Hablo de mi-dijo, entre dientes, la castaña.

Un fuerte ruido interrumpió su breve charla. Las vistas se posaron sobre un jarrón, que ahora estaba partido a la mitad.

-¡Cielos! ¿Qué fue eso?-se preguntó el gigante.

-Que extraño...-susurró _____ observando como Hermione alzaba el causante de tal destrozo, una pequeña piedra.

-¡Auch!-se quejó el azabache sobando su nuca. Algo lo había golpeado.

Se giró buscando al autor de tal obra, pero en cambio, sus ojos se abrieron con sorpresa al ver otra cosa mucho más importante.

-Hagrid-murmuró el ojiazul.

-¿Mmm?-Harry le indicó que se acercara-Oh...llegaron...-

El sendero era cruzado por tres personas que no les agradaría ver a los muchachos en ese lugar. Dumbledore, Cornelius Fudge, y el tenebroso verdugo que habían visto en el patio del castillo.

-Es tarde...anochece. Deben irse, ¡Si alguien los ve aquí, tendré problemas! ¡Y graves! ¡Sobre todo ustedes niños!-apuntó a _____ y Harry. Pronto se escucharon golpes en la puerta- ¡Un momento!-avisó, escondiendo una de sus criaturas bajo una manta-¡Corran! ¡Corran!-los muchachos actuaron rápidamente.

Hermione y Ron corrieron velozmente hacía la salida trasera de la casa, pero Harry y _____, volvieron su mirar a su gran amigo.

-¡Hagrid! Estará bien-dijo la platinada.

-No morirá-siguió su gemelo. Hagrid asintió apurado.

-¡Corran, vayan!-les ordenó, y ambos obedecieron.

Los adolescentes abrieron cuidadosamente la puerta de salida, y al observar un poco vieron a los tres mayores admirar el paisaje del lado contrario a donde se encontraban. La puerta fue abierta y Hagrid invitó a pasar a los invitados.

Ese fue el indicador, para el cuarteto, que podrían alejarse siempre y cuando sean sigilosos. Los cuatro se acercaron a una pila de calabazas, y se escondieron detrás de ella.

-Es la decisión de la "Comisión para el exterminio de las criaturas peligrosas", que el hipogrifo conocido como "Buckbeak", ahora llamado "el acusado", sea ejecutado este día al atardecer-leyó el ministro.

-No...no-la voz de Hagrid se escuchaba entrecortada.

-Tranquilo Hagrid…tómalo con calma-lo consoló el director.

Un leve crujido, a espaldas de los muchachos, los incitó a voltearse. Hermione soltó un respingo.

-¿Qué?-preguntó Harry.

-Creí ver...ah, no importa-respondió la castaña, restándole importancia.

-Andando-indicó Ron.

Los mismos siguieron al pelirrojo, levemente agachados para evitar ser descubiertos. Llegaron a la cima de la montaña-donde habían estado minutos antes-y se giraron hacía la casa del gigante. Sus miradas eran de impotencia y decepción, no pudieron salvarlo.

De adentro del hogar salieron los presentes, y el tenebroso hombre de negro se acercó al lugar de descanso de Buckbeak. El verdugo alzó hacha fuertemente...y luego de unos segundos la dejó caer. El ruido del corte y los cuervos escapando, se repetían una, y otra, y otra vez en los oídos de los muchachos.

-No...-susurró el pelirrojo, tristemente.

Hermione y ______ soltaron sus lágrimas. Eran un conjunto de rabia y tristeza, la peor combinación. La castaña se abrazó del cuello de Ron mientras sollozaba en su hombro. La ojiavellana posó su cabeza en la espalda de su amiga, y las lagrimas no se detenían. Harry abrazó a ambas muchachas, intentando tranquilizarlas. Si tan solo pudieran hacer algo...

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I'M BACK! Holasss, se que me desaparecí un tiempo, pero el volver de las pequeñas vacaciones se me hizo muy estresante. Les traigo este capítulo 11 con lov uwu <3.

También quería decirles a todas las armys/no armys, que subí un libro de One Shots de BTS.

(ﾉ◕ヮ◕)ﾉ*.✧

Me haría muy feliz si le dan una oportunidad uwu ❣️

Los amo 💕 ¡No olviden votar! ✨🧚🏻‍♀️ Kisses <3

°•*' Travesura realizada o alguien podría leerlo '*•°.