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I. Capítulo 13

La aventura comienza en el tercer piso

Luego de la pequeña charla entre el rubio y la pelinegra, cada uno se dirigió a su sala común.

- Chicos- llamó la atención ___ de sus amigos.

- Debemos contarles algo- prosiguió Harry.

Los hermanos contaron con lujo de detalles lo que les había sucedido en anteriormente el bosque.

- ¿Quieren decir, que-ya-saben-quien está en el bosque en este momento?- preguntó la castaña.

- Pero está débil vive de los unicornios- respondió la azabache.

- ¿No lo ven? Nos equivocamos. Snape no quiere la piedra para el mismo, quiere la piedra para Voldemort. Con el elixir Voldemort recuperará su fuerza y.....- explicó el ojiazul.

- Volverá- dijeron los Potter al unísono.

- Pero si vuelve. No creen que intente asesinarlos ¿O si?- preguntó nerviosamente el pelirrojo.

- Si hubiera podido nos hubiera matado esta noche- respondió la de ojos avellana.

- No se si ahora me preocupan los exámenes finales- comentó Ron mientras baja la cabeza asustado.

- Un momento. Estamos olvidando una cosa ¿Quién es el único mago que Voldemort siempre a temido?- indagó Hermione.

Los otros tres muchachos se miraron extrañados y sin entender a lo que su amiga se refería.

- Dumbledore. Mientras Dumbledore esté aquí, están a salvo. Y mientras Dumbledore esté aquí no los puede tocar- finalizó Granger sonriendole a los gemelos y estos la imitaron.

___ y Harry asintieron. El último paso su brazo sobre el hombro de su hermana, abrazandola.

.......

Al día siguiente el cuarteto se encontraba saliendo de sus clases mientras caminaban por el pequeño patio.

- Me habían dicho que los exámenes finales en Howarts eran temibles. Pero a mí me parece una experiencia agradable- comentó sonriente la castaña.

- Tienes razón Herms, no son tan malos- asintió ___.

- No hablen por los demás- contestó Ron.

Un dolor punzante se hizo presente en las cicatrices de los gemelos, y estos se las tocaron buscando parar el dolor.

- ¿Están bien chicos?- preguntó Ron preocupado.

- Son nuestras cicatrices- informó Harry mientras tocaba la misma.

- Queman- prosiguió su hermana imitandolo.

- ¿Ya les había pasado?- preguntó Hermione curiosa.

- Nunca así- contestó ___ mientras se quejaba por el dolor.

- ¿Por qué no ven a la enfermera?- propuso Ron.

- Creo que es un aviso. Quiere decir que se avecina peligro- exclamó Harry aún quejándose al igual que su hermana.

Los niños siguieron caminando hasta llegar al patio de la escuela donde la casa de Hagrid se encontraba. Este último se encontraba afuera de su casa mientras tocaba un armonioso tono en su flauta.

Los gemelos se detuvieron en seco y se miraron cómplices sabiendo que pensaban lo mismo.

- ¡Claro!- exclamaron los azabaches a la vez avanzando con dirección al gigante.

- ¿Que pasa?- preguntó la castaña.

- ¿No creen que es un poco extraño, que Hagrid desea un dragón más que que otra cosa y llega un extraño que casualmente tiene uno?- cuestionó la azabache.

- Díganos ¿Cuántas personas llevan un  dragón en el bolsillo?- prosiguió Harry.

- ¡¿Por qué no lo vimos antes?!- pronunciaron a la vez los hermanos mientras se miraban.

Comenzaron a correr en dirección a Hagrid para explicarle lo que habían deducido.

- ¡Hagrid! ¿Quién te dió ese huevo?- preguntó Harry con el poco aire que le quedaba luego de la corrida.

- ¡¿Cómo era?!- siguió su hermana exasperada.

- No lo sé. No le ví la cara, estaba cubierta- respondió Hagrid dejando de tocar el instrumento.

- ¡Aún así, seguro hablaste con él!- continúo la ojos avellana.

- Pues.... Quería saber que clase de criaturas cuidaba. Le dije que después de tener a Fluffi, un dragón no sería problema- contestó tranquilamente el gigante.

- ¿Estaba interesado en Fluffi?- preguntó Harry asombrado.

- ¡Claro que estaba interesado en Fluffi! ¿Que tan seguido ves a un perro de tres cabezas, aunque estés en el negocio?... Pero entonces le dije "la clave, con cualquier bestia, es saber cómo calmarla. Fluffi por ejemplo, toca un poco de música y se quedará dormido- al terminar de hablar Hagrid se lamentó por lo que había dicho y los cuatro niños se miraron asombrados- No debí decirles esto- se reprochó a si mismo.

El cuarteto comenzó a correr de vuelta al castillo mientras Hagrid les preguntaba a dónde iban asustado de lo que podrían llegar a hacer.

A la velocidad de la luz llegaron al salón de la profesora McGonagall para contarle lo que habían descubierto.

- ¡Tenemos que ver al profesor Dumbledore, de inmediato!- exclamó Harry.

- Temo que el profesor Dumbledore no está aquí. Recibió una lechuza urgente del ministerio de magia, y salió de inmediato a Londres- respondió la profesora mirandolos.

- ¡¿No está?!- preguntaron los gemelos a la vez.

- ¡Pero es importante!- exclamó ___ desesperada.

- ¡Es sobre la piedra del hechicero!- siguió su hermano.

Minerva dejó de escribir y los observó estupefacta.

- ¿Quién se los...- murmuró la profesora pero fue interrumpida.

- Alguien quiere llegar a ella- dijeron los gemelos más calmados.

- Nose como saben lo de la piedra, pero les aseguro que está bajo protección. Ahora vuelvan a sus dormitorios, en silencio- finalizó la profesora algo nerviosa.

Los cuatro se alejaron del despacho de la maestra decepcionados y salieron de la clase.

- Hagrid no habló con un extraño en la aldea, era Snape- comenzó Harry.

- ¿Lo ven? Ahora sabe cómo evadir a Fluffi- continúo su hermana.

- Y sin Dumbledore- dijo la castaña.

- Buenas tardes- dijo una voz detrás del cuarteto.

Cuando se dieron la vuelta vieron a un Snape serio que los observaba muy de cerca.

- ¿Que hacen cuatro Gryffindors, se entiende hacia ustedes, merodeando adentro. En un día así?- preguntó seriamente Snape.

- Ah...eh....solo.... nosotros- intentó responder Hermione.

- Tengan cuidado. Por qué podría creer......- se detuvo y miró a Harry y luego a ___ y estos lo miraron desafiantes- Que traman algo.

Antes de alejarse miró a los gemelos una última vez y emprendió camino a quien sabe dónde.

- ¿Ahora que hacemos?- preguntó la castaña cuando el profesor se encontraba lejos de ellos.

- Ir al tercer piso- comentó la ojos avellana.

- Esta noche- prosiguió el azabache.

Comenzaron a alejarse con dirección a sus dormitorios.

Un grupo de muchos alumnos se encontraban en el mismo pasillo que los pequeños y no se detuvieron ni los evadieron, solo siguieron caminando chocando con ellos. Los cuatro comenzaron a pasar entre estos y una mano salió de afuera del amontonamiento y tomó a ___ de su túnica.

Asustada miró de quién se trataba y se calmó al ver esos ojos grises que reconocería a kilómetros.

- Hola ___- saludó el rubio sonriente.

- Hola Draco- imitó la azabache.

- Mira fui un completo tonto ¿Si? Lo lamento. Acepta mis disculpas, por favor no me gusta que estés enojada conmigo- imploró el rubio mientras miraba a suplicante a la ojos avellana.

- Está bien..... Pero, que no se repita- exigió la azabache y soltó una pequeña sonrisa.

- ¿Enserio? ¡Oh gracias ___! ¡Te juro que no volverá a pasar!- exclamó un Draco emocionado.

Malfoy agarró a la Potter y la abrazó, levantándola unos centímetros del suelo riendo de la emoción. ___ solo se limitó a reír mientras accedía al abrazo. Al separarse sus ojos se conectaron quedándose así por un tiempo. Cuando se dieron cuenta miraron a un costado apenados y un color carmesí adorno sus mejillas.

- Bueno debo irme. Te veo luego- dijo ___ para acercarse a plantar un beso en el pómulo del rubio.

Cuando la azabache tenía sus labios cerca de la mejilla de Malfoy, este se dió la vuelta a mirarla. El beso nunca llego al pómulo del rubio sino a unos escasos centímetros de sus labios. Los dos se separaron sorprendidos por lo que acababa de suceder.

- Emm.... Bueno ¡Adiós!- se despidió nerviosamente la azabache corriendo hacía su habitación.

Draco tocó el lugar donde el beso había sido plantando y un boba sonrisa se asomó por los labios de este. Sin dudas sería algo que recordaría por siempre.

.........

Cuando ___ llegó a su habitación cerró la puerta, y se apoyó en esta mientras miraba un punto fijo con sus mejillas aún rojas por lo que había sucedido. Una pequeña sonrisa adornó su cara y sus ojos brillaron.

- ¿Que hicieron ahora?- preguntó Hermione al ver a su amiga tan feliz.

___ levantó su cabeza y la observó. Herms no se dió cuenta en ningún momento, pero la azabache ya se encontraba sobre ella abrazandola y riendo alegremente.

- ¿Me contarás, o debo deducirlo?- cuestionó la castaña y su amiga se separó de ella aún sonriendo.

- ¡Pasó algo fascinante!- contestó la azabache mientras se tiraba a su cama suspirando.

- ¡¿Te besó?!- exclamó la niña  asombrada.

- ¡¿Qué?! ¡No! Bueno, no exactamente- respondió sentándose en su catre.

La azabache le contó todo lo sucedido a su amiga con un brillo en los ojos y una sonrisa de enamorada.

- Oh, ya veo ¿El.....te gusta?- preguntó Hermione.

- Bueno..... No lo sé, solo se que cuando está conmigo me emociono mucho y siento que mí corazón quiere salirse de mí pecho ¿Es eso a lo que te refieres?- miró expectante a la castaña.

- Si, pero no creo que esté bien- respondió Hermione y ___ la miró extrañada- Ya te lo expliqué ___, el no es bueno. No quiero que te lastimé- continúo la castaña agarrando las manos de la azabache.

- Lo sé, pero. No puedo evitarlo, es en serio. Pero no hablemos de eso ahora tenemos algo que hacer más tarde- dijo firmemente ___ y se levantó de la cama.

- Tienes razón. Pero recuerda que solo quiero lo mejor para ti ¿Si?- comentó Hermione y abrazó a la ojos avellana.

- Lo sé. Gracias- contestó la Potter sonriendole y Herms la imitó.

.........

Al llegar la noche los cuatro niños salieron de sus habitaciones, y bajaron las escaleras hacia la sala común.

Cuando estaban por llegar a la puerta, en un sillón una rana estaba sentada mirandolos.

- Trevor- exclamaron los gemelos al unísono.

- Trevor, shhhh. No deberías estar aquí- exigió Ron.

De repente del sillón se levantó un niño. Neville, y los miró para comenzar a hablar.

- ¿Y ustedes? ¿Saldrán de nuevo, cierto?- preguntó Longbotton.

- No, Neville escucha. Vamos a....- iba a seguir Harry pero fue interrumpido.

- ¡No! ¡No los dejaré! ¡Harán que nos quiten puntos de nuevo!- exclamó Neville molesto.

- Neville solo escucha.....- pidió ___ pero no funcionó.

- ¡No ___! Ah, ah ¡Voy a enfrentarlos!- dijo Longbotton posicionadose con sus puños arriba no muy seguro.

- Neville, se que algún día me perdonarás. ¡Petrifucus Totalus!- exclamó Hermione.

El niño se quedó inmóvil, y cayó al suelo permitiendoles pasar a los muchachos.

- A veces eres escalofriante ¿Lo sabes? Brillante, pero escalofriante- dijo Ron nerviosamente.

Los niños avanzaron y mientras pasaban a un costado del petrificado, soltaron unos " lo siento" a Neville.

Al salir tomaron la capa de los gemelos y se taparon con la misma mientras caminaban por el oscuro pasillo. Llegaron a la puerta del tercer piso e ingresaron.

Conforme avanzaban las columnas se encendían en una llamarada de fuego.

- ¡Auch! ¡No me pises!- exclamó Hermione.

Ron soltó un pequeño "perdón" y siguieron avanzando. Al llegar a la puerta que separaba el pasillo con la enorme criatura, Hermione utilizó el hechizo "Alohomora" permitiendoles pasar a la habitación.

Cuando entraron se detuvieron al ver a la criatura descansando tranquilamente y un arpa a su costado emitiendo una dulce melodía.

- Un momento. Está- iba a proseguir Ron pero un fuerte ronquido de la bestia alejo la carpa de sus cuerpos.

- Roncando- prosiguió el azabache.

- Snape ya estuvo aquí. Uso un hechizo sobre el arpa- comentó ___ refiriéndose al instrumento que sonaba solo.

- Oh, ¡Tiene un aliento horrible!- comentó Ron, mientras se acercaban al gran perro.

- ¡Tenemos que mover su pata!- informó Harry viendo que esta impedía el acceso a la pequeña trampilla.

- ¡¿Qué?!- exclamó el pelirrojo asombrado por lo que había dicho el azabache.

- ¡Rápido!- exigió la ojos avellana.

Se acercaron a la pata del animal, y a la orden de Harry la empujaron hasta que la trampilla quedó libre.

Al abrirla notaron la inmensa oscuridad que envolvía todo impidiendoles ver su interior.

- Yo iré primero- informó Harry y miró a su hermana que lo miraba seria- Bueno iremos, no bajen hasta que le demos la señal. Si pasa algo malo quiero que salgan de aquí- explicó el azabache.

- No cuentes conmigo hermanito- exclamó ___ y este la miró mal. En ese momento notó algo raro en el ambiente- ¿No está un poco.... silencioso?- preguntó la azabache nerviosa.

- El arpa, se detuvo- explicó Hermione mirando el artefacto.

En el hombro de Ron, un líquido espeso y pegajoso se escurrió asqueando al mismo.

- ¡Ah, Ugh.....!- empezó a quejarse el pelirrojo.

Todos se detuvieron al ver una sombra gigante en el suelo. Al levantar sus cabezas observaron a aquella criatura que creían dormida alzarse frente a ellos.

- ¡Salten!- exclamaron los gemelos ingresando por la trampilla seguidos por Hermione y luego Ron.

Cayeron sobre una especie de tallos largos que servían como apoyo para no seguir cayendo.

- ¡Que suerte que está aquí esta planta!- exclamó el pelirrojo aliviado.

De repente los tallos de la planta ataron las piernas y los brazos de los pequeños. Estos se movían bruscamente buscando escapar, a excepción de Hermione y ___.

- No se muevan ¡Los dos!- exigió la azabache.

- Es lazo del diablo, tienen que relajarse si no lo hacen los matará más rápido- explicó Hermione.

- ¡¿Nos matará más rápido?! ¡Oh, ahora sí me relajare!- contestó Ron sarcásticamente.

Las dos niñas solo negaron por lo que había dicho el pelirrojo. De repente la planta comenzó a llevarse a las pequeñas hacia el fondo como si se las estuviera tragando.

- ¡Hermione, ___!- exclamaron los otros dos niños a la vez.

- ¡¿Ahora que hacemos?!- gritó Ron asustado.

- ¡Relájese!- exclamó la azabache.

- ¡Chicas! ¡¿Donde están?!- preguntó Harry preocupado.

- ¡Hagan lo que les decimos! ¡Confíen en nosotras!- exclamó la castaña.

Harry hizo caso y se tranquilizó. La planta se llevó al igual que a las otras dos niñas.

- ¡No Harry!- gritó Ron viendo cómo la planta se llevaba a su amigo.

La planta soltó Harry y este cayó al suelo que se encontraba debajo de la misma.

- ¿Estás bien?- exclamaron las niñas y ___ ayudó a su hermano a pararse.

- Su estoy bien- contestó mientras se levantaba con ayuda de su hermana.

- ¡Ayúdenme!- pedía Ron que seguía con la planta sosteniéndolo.

- No sé relajará ¿O sí?- preguntó la castaña.

- Parece que no- dijeron los gemelos al unísono.

- Ugh ¡Tengo que hacer algo!- exclamó Hermione mientras Ron seguía pidiendo auxilió.

- ¡¿Que?!- exclamó Harry nervioso.

- Recuerdo que vimos algo en herbología- dijo ___ mientras se tomaba la cabeza al igual que Herms tratando de recordar lo que habían leído.

- Lazo del diablo, lazo mortal de tal diversión ¡Que se acaba con el sol!- exclamó Hermione recordando lo que necesitaban.

- ¡Eso es! ¡El lazo del diablo odia el sol!- continúo ___.

- ¡Lumus Solem!- exclamó Hermione con su varita apuntando a la planta.

De esta salió una gran luz impactando en la planta haciendo que Ron sea liberado.

- ¿Estás bien Ron?- preguntaron los tres niños a la vez ayudándolo a pararse.

- Si- respondió el pelirrojo.

- Genial- exclamó Harry.

- ¡Fiu! ¡No tuve miedo!- comentó Ron ganándose unas miradas serias de sus amigos.

- Por suerte las chicas saben de herbología- siguió Harry y el pelirrojo lo miro con una mueca.

Un ruido se escuchó cerca de ellos alarmadolos.

- ¿Que es eso?- preguntó Hermione extrañada.

- No lo sé- contestó ___ mirando hacia dónde provenía el sonido.

- Son aleteos- siguió Harry mirando a su hermana y esta lo imitó.

Decididos bajaron por las pequeñas escaleras que dirigían a una puerta frente a ellos. Al abrirla el sonido se intensificó. Miraron hacia arriba y vieron muchas llaves con alas volar por toda la habitación.

- Que curioso, jamás había visto esa clase de aves- comentó Hermione.

- No son aves, son llaves- indicó Harry.

- Y a puesto a qué unas de ellas abre esa puerta- prosiguió su hermana señalando la puerta siguiente.

Una escoba vieja flotaba frente a ellos y los hermanos comprendieron que debían hacer.

- Ugh ¡¿Y ahora que haremos?! Deben haber cientos de llaves- preguntó Hermione fastidiada.

Ron se acercó hacia la puerta con su varita en mano seguido por Hermione.

- Que raro- exclamó Harry y ___ acarició la escoba.

Ron intentó abrir la puerta sin éxito. Y exclamó "Alohomora" obteniendo el mismo resultado.

- Bueno tenía que intentarlo- se excusó Ron.

- ¡Ay! ¡¿Y ahora que haremos?! Deben haber cientos de llaves- volvió a exclamar Hermione.

- Tiene que ser una llave antigüa, oxidada como el picaporte- explicó Ron.

Los gemelos buscaron por toda la habitación una llave con las características que Ron había mencionado, y la encontraron. Era tal cual el pelirrojo dijo y tenía una de sus alas rota.

- ¡Ahí! ¡Ahí está!- señaló Harry.

- ¡La que tiene el ala rota!- prosiguió su hermana.

Harry y ___ dejaron de mirar la llave y dirigieron su vista a la escoba,  Hermione lo notó rápidamente.

- ¿Qué sucede chicos?- preguntó la castaña extrañada.

- No es tan simple- contestó el azabache.

- ¡Adelante chicos! Si Snape la atrapó con esa escoba también lo harán ¡Ustedes son unos jugadores estrellas!- exclamó Ron. Los hermanos se miraron y asintieron.

Lo habían decidido, lo iban a hacer. Harry tomó la escoba con la mano y todas las llaves se acercaron a los gemelos mientras estos trataban de ahuyentarlas moviendo sus manos.

Harry subió primero seguido por su hermana que subió atrás de este sujetando la cintura de su hermano. Cuando ya estaban listos comenzaron a elevarse del suelo siguiendo a su objetivo, la llave desgastada.

Harry avanzó a toda velocidad hacia el artefacto y ___ lo tomó. Cuando pasaron cerca de sus amigos la azabache les lanzó la llave y Hermione la atrapó para abrir la puerta. Los hermanos siguieron volando en el aire para ahuyentar a las otras llaves que los seguían.

Cuando la puerta cedió los niños ingresaron y Harry junto con ___ volaron a toda velocidad hasta entrar a la siguiente habitación. Hermione cerró la puerta con fuerza y las llaves que habían estado siguiendo a los gemelos se clavaron en la misma.

Adentro de la habitación unas grandes esculturas de tipo medieval se alzaban frente a los pequeños. El piso tenía unos cuadros negros y blancos, sin duda todo les parecía escalofriante.

- Esto no me gusta. No me gusta nada- comentó Hermione mientras avanzaban por la habitación.

- ¿Donde estamos? ¿En un cementerio?- preguntó Harry.

- No es un cementerio- contestó Ron mientras se acercaba a una de las esculturas- Es una tabla de ajedrez- indicó el pelirrojo.

Cuando Ron terminó de hablar unas llamaradas de fuego se prendieron iluminando la sala. Al ver con claridad observaron que era cierto, las esculturas eran piezas de ajedrez y los azulejos negro y blancos los casilleros del tablero.

___, Harry y Hermione se acercaron a Ron y miraron todo asombrados.

- ¡Ahí está la puerta!- exclamó ___ señalando la misma que se encontraba al final de la habitación.

Los cuatro comenzaron a avanzar con dirección a la salida, pero los peones que estaban al frente suyo sacaron sus espadas impidiendoles avanzar.

- ¿Ahora que hay que hacer?- preguntó Hermione.

- Es obvio ¿No? ¡Hay que jugar para poder avanzar! Escuchen Harry toma la pieza del alfil, Hermione tu serás la torre de la reina y tu ___ la del rey, en cuanto a mí el caballo seré- indicó el pelirrojo.

Todos se posicionaron en los lugares que les indicaron y esperaron a la orden de Ron.

- ¿Y ahora que pasará?- preguntó Hermione.

- Bueno el blanco mueve primero, y luego. Jugamos- explicó el pelirrojo.

El primer movimiento fue el de un peón blanco que avanzó dos casillas.

- Ron. No pensarás que esto es como el ajedrez mágico real ¿Oh si?- preguntó Hermione.

- ¡Oye tú, D5!- indicó el pelirrojo.

El peón avanzó dos casillas obedeciendo a Ron. El peón blanco que había avanzado lo derribó en un solo movimiento dejando asombrados a los cuatro niños.

El pelirrojo, no tenía duda alguna. El juego sería como el ajedrez mágico pero no sería tan fácil.







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Hola, hola! Aquí les traigo el penúltimo capítulo de el libro. Dios, no sabía que llegaría tan lejos.

Espero que estén disfrutando cada capítulo. Sin más que decirles los dejo con el último capítulo uwu.

°•*' Travesura realizada o alguien podría leerlo '*•°.

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