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🐯 Cap 21

Estaba perdido en una nube de lujuria. Con cada minuto que pasaba, sentía que compartiría su segundo orgasmo con el alfa.

— Amor, despacio, harás que me venga.

— Eso quiero, vamos, rayitas, tu amigo el tieso necesita liberarse...

El cuerpo del omega se desplomó.

— ¿Amor...? ¿Estás bien...? — con delicadeza recostó el cuerpo inconsciente — Por todas mis rayas, esto estuvo intenso —. Expresó bajándose de la cama —. Perdóname, rayadito, pero tuve que hacerlo —, caminó hasta alejarse del omega —. Espero no te enojes por haberte dado los supresores junto a un somnífero.

Se dirigió al baño para buscar una toalla, y humedecerla. Necesitaba limpiar el cuerpo de su amado. Bueno, al menos sus piernas, cuello y rostro. Ya miraría la manera de ponerle el pijama sin ver las marcas que tanto se niega a mostrarle.

— Lo siento, enserio, no quería hacerlo — repetía cabizbajo, saliendo del baño —. Pero es que...

Sus pasos se detuvieron cuando se tropezó con una presencia frente a él.

— ¿Es que qué?

— Ra-rayadito — soltó la toalla —, ¿no estabas...?

— ¿No estaba drogado? ¿No estaba durmiendo? ¿No estaba qué, alfa del demonio?

Cruzado de brazos, esperaba una respuesta.

— ¿Por qué despertaste tan pronto?

— Será porque cuando tú vas, yo ya he ido y vuelto unas 10 veces.

— ¿Qué dices...?

Intentó acercarse, pero TaeHyung retrocedió. Así que detuvo sus movimientos.

— Jeon, ¿creíste que me podrías engañar tan fácil?

— No te engañé.

— ¿No? Entonces, pedirle a Hoseok que junto a mis supresores, agregara somníferos, ¿qué es eso?

— Amor, yo...

— ¿Pensaste que no sabía que con el agua y los besos de hace rato, me estabas dando esas pastillas? ¡Me estabas engañando!

— Mi vida, yo sólo quería...

— Te equivocaste, señor Jeon — interrumpió rugiendo en molestia —. Te informo que lo que trajiste del apartamento de Hoseok, son pastillas de dulce.

— ¡¿Qué?!

— Recuerda que mientras tú vas, yo ya he ido y vuelto 10 veces — sonrió orgulloso —. Los escuché hablar.

— Amor, te lo explico.

— Escúchame, ah~...

— Rayadito...

— Quédate donde estás — apretó sus piernas, y se sentó al borde de la cama —, me vas a escuchar —, con la manga de la camisa, secó las gotas de sudor en su frente —. Escuché como Hoseok aceptaba hacerse cargo de mí en el próximo celo. Esperé la oportunidad para hablar con él, y le dije que para estas fechas debería pedir turnos dobles en el hospital, así tu no tendrías de otra que venir a cuidarme.

— ¿Cómo dices que dijiste?

— No me interrumpas — lo señaló, mirándolo con seriedad —. No pudo negarse. Ese Sol del infierno no puede vivir sin nuestro hijo. Y era aceptar mi sugerencia, o soportar dos semanas sin poder visitar a nuestro cachorro.

— ¿Él sabía del cambio en tu medicamento?

— Claro que no — negó mordiéndose el labio inferior —. Quiero sexo~... — Jadeó al sentir su lubricante escapar — Volviendo al tema, el cambio lo hice sin que él se lo imaginara.

— Es peligroso, amor, ¿dónde dejaste tus supresores?

— ¡¿Por qué?!

— Para ayudarte.

— ¿No dices que eres mi alfa? Ayúdame tú, sin esas pastillas.

— No puedo...

— ¡¿Por qué no puedes?! No quieres follarme, ¿verdad? — sus ojos se cristalizaron. — Solo te gusta manosearme, pero enterrarte en mí, eso ya no se te antoja...

— Shh, shh, no pienses o digas cosas que ni en un millón de años pasarían por mi mente. — Rápidamente se acercó y acunó el rostro.

— Entonces, ¿por qué me querías dormir? ¿Por qué no me haces tuyo? — Juntó sus frentes.

Los pulgares acariciaron las mejillas, las narices se rozaron en un lento beso esquimal. Los labios del alfa rozaron los del omega.

— Primero, aclaremos esto — se sentó en el regazo del omega —. No quiero follarte. Deseo hacerte el amor.

— Hazlo. — Humedeció sus labios.

— No. Rayadito, no quiero hacerte el amor con tu ciclo de celo presente.

— Pero yo quiero. — Adentró sus manos en la camisa del alfa, y acarició el abdomen.

— Me muero por hacerte el amor, devorarte con mis labios, acariciarte hasta que te deshagas en dulces gemidos. Pero en tu ciclo estás en tu modo más primitivo. Solo quieres calmar ese deseo carnal. Y yo solo quiero que sientas nuestra unión carnal por un acto de amor. Que el anhelo de tu corazón sea el que predomine. ¿Me entiendes?

— Entiendo — depositó un suave y fugaz beso en los delgados labios —. Pero, ¿y si sólo metes la puntita? — Puchereó liberando feromonas.

— Rayadito, esas propuestas... — TaeHyung frunció el ceño, olfateó el cuello del alfa, y gruñó — ¿Qué sucede? — Sus manos acariciaron la cintura.

— ¡¿Por qué?! — Enterró levemente sus uñas en los fuertes pectorales.

— ¿Ahora por qué te comportas así...?

— ¿Por qué no reaccionas a mis feromonas? Desde hace rato no las percibo como siempre — Hundió la nariz en la curvatura del cuello — Estoy en celo, y tu...

Jeon sonrió nervioso, por alguna razón, esa acción no le dio buena espina al omega.

— ¡Oh! Eso... Es que... — TaeHyung dirigió sus dedos a los pezones, logrando apresar la punta — No pellizques. Cálmate, amor...

— ¿Qué? Ya dilo de una vez.

La sonrisa juguetona que le regaló, provocó en el omega unas fuertes ganas de quizás golpearlo.

— Es que utilicé supresores...

— ¡¿Por qué hiciste eso?! — Rugió acercando sus dedos al rostro del alfa — Abre la boca, ¡ábrela ahora! — demandó metiendo sus dígitos en la húmeda cavidad. — ¡Vomita ahora mismo esa porquería!

JungKook luchó por sacar los dedos, controló las arcadas producidas por la profundidad que había alcanzado los dígitos. Sus ojos alcanzaron a lagrimear.

— No hagas eso, rayadito, espera. — Besó los nudillos de los acanelados dedos.

— ¡Bájate! — Apartó la mano — Dame espacio, Jeon.

— No me llames así. — Se apartó.

— ¿Por qué andas tomando porquerías? — Rodó por la cama y se dirigió al clóset — Debiste vomitar cuando te dije. — Sacó la caja que tanto escondía del alfa.

— ¿Por qué sacaste eso?

Miró con asombro la gran cantidad de juguetes sexuales que fueron arrojados a la cama. No recordaba que fueran tantos. Gran variedad de colores, texturas, y tamaños eran escaneados por sus ojos.

TaeHyung sin dejar de mirarlo, se arrodilló en el centro de la cama, e inició a delinear con sus dedos varios de los dildos.

— Sabes, señor Jeon, lo que guardo en mi caja del placer, no solo lo uso para darme placer.

El alfa gruñó, y TaeHyung en su interior sonrió pícaramente.

— Guarda eso en tu caja...

Los ojos del alfa, por un momento se centraron en los vibradores de múltiples velocidades. Sintió arder algo en su interior, rugió de nuevo, y con la lengua empujó su mejilla interna.

— ¿Por qué lo haría?

— Porque los odio, no me gusta pensar que esas cosas estuvieron dentro de ti.

— ¿Celoso de un pene sintético? — Sus dedos jugaron con un plug — Pues ahora no sólo sentirás celos, también sentirás dolor.

— ¿Qué rayos?

El omega saltó de la cama, en su mano sostenía un dildo que no se igualaba al tamaño del pene del alfa. Pero eso no importaba, porque lo utilizaría para otra cosa.

Peligrosamente se acercó, estando a milímetros, inició a agitar el objeto.

— ¡Vomita eso yaaaa! — La cabellera de Jeon se sacudía ante el impacto del dildo — Así quieres que diga que eres "mi alfa", y te pones a tomar porquerías. — Los golpes del impacto del pene de plástico se escuchaban en la habitación.

— Amor, deja de agarrarme a vergazos. — Cubría parte de su cabeza.

— ¡Quiero de tu amigo el tieso! ¡Al rayitas duro y venoso!

JungKook trataba de esquivar los golpes, pensaba en la manera de escapar de la furia de su omega.

— Ya no me golpeés... Soy masoquista, pero no a este grado.

— ¡Vomita! — Arrojó el objeto al piso — Saca ese supresor de tu sistema. — Lo rodeó por la espalda, presionándole el estómago para hacerlo vomitar.

— No... va... a... salir... nada.

— ¡¿Cómo qué no?! — Lo agarró de la oreja, y lo arrastró hacia el baño —. Abre la boca, vas a vomitar. — Ordenó llevando sus dedos a los delgados labios.

— Amor, casi me dejas sin oreja. — Besó la punta de los dedos.

— ¡Vomita! ¡Quiero que me des como a televisor antiguo...! ¡Sin control!

— No puedo, amor, es que no tomé supresores. — TaeHyung detuvo sus dedos.

— ¿No me digas que...?

— Sí — rascó su cuello —. Usé una inyección.

Jeon juró que sintió un aura oscura cuando su omega apretó los dientes, y rugió como nunca antes.

¡Me la vas a pagar!

Los ojos del alfa se abrieron en grande cuando sólo divisó la espalda, y trasero desnudo del omega. Luego vio el piso.

— Bájame, amor, te vas a lastimar.

— ¿Lastimar? Mi cola sin detonar. — Afianzó el agarre en las piernas del alfa — Deja de patalear...

— Mi vida, hablo enserio, peso mucho, y te vas a...

Una nalgada lo hizo callar.

— Mira, Jeon demonio JungKook, tu no me conoces en celo y enojado.

— No te conocía, pero ahora lo veo. — Expresó con su cuerpo aun colgando por sobre el hombro del omega.

— Qué bueno que veas que cuando estoy caliente, y enojado; mi fuerza prácticamente se triplica — siguió caminando —, así que no me busques, porque me vas a encontrar. Hoseok debió advertirte.

— ¡No soy un costal de papas! Bájame.

— Te voy a bajar, pero en la cama...

— ¡Omega!

Continuó pataleando. Podría liberarse, pero no deseaba lastimarlo.

— Umm, veamos, abramos un poquito de espacio — con uno de sus pies empujó algunos de los vibradores, plugs y dildos —. Señor Jeon, quiero sentirte de una u otra manera. — Recostó el cuerpo sobre la suave superficie.

— No me digas señor.

— Te diré como quiera — se subió sobre el alfa, acomodando su trasero contra la pelvis —. ¿Dónde está? — Sus ojos iniciaron a escanear la cama — lo vi, estoy seguro que lo vi por aquí. — Lamió su labios —, ¿no has visto un pene de plástico parecido a tu amigo el tieso? — Ladeó su cabeza, realizando tiernos pucheros.

— No— Gruñó —. No he visto ese plástico inmundo. — Expresó tomando las caderas del omega.

— Qué lástima... ¡Ya lo vi! — Se inclinó sobre el cuerpo, alargó la mano y lo tomó — Hola precioso, te extrañé. — Sus labios depositaron un beso en el objeto.

— No hagas eso. — Sus dedos apretaron la piel de los desnudos muslos.

— ¿Por qué? — Inquirió con un tono de voz dulce — No tendré a tu amigo el tieso, al rayitas venoso, húmedo y palpitativo... así que tendré que darle amor a su casi copia. ¡Ah!

— No quiero que hagas tal cosa. — Rugió sobre los labios del omega al apresarlo contra el colchón.

— Uy, te me pusiste salvaje. Así me gusta, que me revuelques.

— No te voy a revolcar.

— Eres malo. — Abultó sus labios, y pestañeó con ternura.

— ¿Qué quieres que haga? — Acarició los labios.

— Pues quiero sentirte, ya te lo dije. De una u otra manera — sus dedos acariciaron el dildo —. Este amigo se parece al tuyo, y...

— No se parece.

— Cuando descubriste mi caja del placer, dijiste que se parecía.

— Ahora que lo veo en tus manos, digo que no es así.

— Quizás tengas razón. — Su lengua recorrió la artificial extensión —. Según mi borroso recuerdo de cuando te vi desnudo; el rayitas tieso tiene una gruesa, protuberante y exquisita vena aquí en el medio.

— Detente...

TaeHyung disfrutó del leve agarre en su cuello.

— Y otras dos que se unen a la gruesototota que quiero lamer...

— No sigas.

— También el glande es más... ¿Cómo lo digo? — Su lengua dibujo círculos sobre la superficie — Ah ya, tu glande es más caliente, húmedo, y rojizo. Todo un manjar para mis labios o mi colita.

— Dame eso. — Le arrebató el dildo. — Lo odio, detesto que cualquier parte de tu cuerpo tenga contacto con esa cosa.

— Entonces... — Tomó el plug y lo chupó rápidamente — ¿Este si lo aceptas?

— No. — Se quitó la corbata.

— ¿Me vas a amarrar? — Su lengua jugueteó con la punta, gimió sin apartar la mirada de los oscuros ojos.

— Ganas no me faltan.

— Qué pena, pero no te doy permiso. Además, tengo que usar estas cositas para calmar mi celo.

— Me niego, mejor toma tu supresor.

— No. Tendré que usar aquellos juguetes para satisfacerme. — Cerró los ojos ante el chorro de lubricante que empapó su músculo de anillos. — Quiero gemir, necesito que mi cuerpo sea llenado de placer...

JungKook se inclinó, rozando los labios con sus dedos; lo silenció.

— No sigas, sólo lo dices para vengarte por lo que hice. — Besó el cuello.

— ¿En verdad piensas eso? — Mordió sus labios conteniendo el gemido que Jeon le estaba ocasionando con las lamidas en su piel — No. Ya entendí que no me vas a penetrar.

— Amor...

— Tendré que meterme esas cosas artificiales, imaginar tu calor, la humedad de tu esencia...

— Carajo. — Mordió el cuello.

— Puedes salir. Déjame aquí — acarició la espalda del alfa —, pero te advierto que mis gemidos son bastante altos, y lloro. Por algo Hoseok me llama omega caliente y llorón.

— No. No te dejaré.

— ¿Vas a verme mientras me autocomplazco?

— Sí — apoyó su frente en el hombro —. Trataré de controlar mis celos...

Las risas del omega lo desconcertaron, se reincorporó, y observó con detenimiento el rostro sonrojado.

— Rayitas, no te creo nada. Así como no debiste creerme que me voy a masturbar con esas cosas.

— ¿Qué dices?

— Qué para que le bajes a tus celos, mi cuerpo y colita son muy fieles a ti.

— No te entiendo.

— Desde que tuvimos ese rico y caliente manoseo en aquella madrugada, mi cuerpo se niega a aceptar cualquier juguete.

— ¿Me estás diciendo que nada de nada...?

— Nada. Por más que me dilato, o pienso en ti. No puedo, mi cuerpo solo te quiere a ti — subió las manos por sobre su cabeza, apresando en una de ellas el plug —, ¿sabes lo difícil que es estar excitado, y que lo que usabas para darte un poquito de placer, no entre ni rezándole?

— Por la luna, deja de mirarme con esos ojos llenos de lujuria.

— Es muy difícil, y en este estado será aún más frustrante... Ayúdame, ¿sí?

El omega bajó muy lentamente la mano, acariciando su cuello, apretando la tela de la camisa que cubría su desnudez, apretó las piernas y gimió justo después de dejar salir sus orejas y cola.

El alfa se sintió hipnotizado. Aquella jadeante y ardiente imagen lo hacía pensar en demasiadas cosas insanas.

Reaccionó ante la hermosa vista del tigre a media transformación.

— Me gusta mucho ver tus orejas y cola, esas rayitas son preciosas. — Expresó el omega acariciando la alargada cola del alfa.

— Tú no te imaginas lo que me produce ver las tuyas. — Por sobre la tela, apresó con suavidad un pezón.

TaeHyung se estremeció, le encantaba sentir aquellos dedos generando esa exquisita presión en uno de sus puntos sensibles.

Sus largos dedos se enredaron en la cabellera del alfa, jaló con suavidad, sus ojos quedaron fijos en los ajenos. Lamieron sus labios en sincronía.

— ¿Vas a besarme?

— Voy a hacer mucho más que eso.

La unión de sus belfos fue demandante, caótica y magnética. Hilos de saliva escurrían por la comisura de los labios. El chasquido de sus lenguas armonizaba con sus jadeos ahogados.

Las inquietas manos del omega se adentraron en el pantalón del alfa. Apretó el miembro erecto. JungKook mordió el labio inferior de su pareja. Con una de sus manos, desabrochó el cinturón, dándole más espacio a los movimientos de aquella mano que lo apretaba tan delicioso.

— ¿Quieres que me corra?

— Sí, rayitas, por favor, descárgate en mi mano...

Los movimientos de cadera acompañaron el bombeo de la acanelada mano. Recostado sobre el ardiente cuerpo, bajó un poco su rostro, desabotonando un poco la prenda; se abrió paso a los pezones.

— ¿Puedo...? — Inquirió dejando un rastro de su cálido aliento por sobre el pecho.

— Ah~, sí, hazlo — Jadeó desabotonando el pantalón del alfa —. Estás tan duro~.

— Y tú estás tan exquisitamente ardiente, sensual y tentativo.

Los delgados labios lamieron un pezón, humedeciéndolo por completo, los pequeños mordiscos, hacían sisear al omega. Una mano se dedicó a atender al otro botón erecto y necesitado. TaeHyung apretaba aún más el palpitante falo, cuando el alfa lamía con lentitud su sensible piel.

Sus cuerpos estaban al límite, necesitaban descargar aquel anhelado orgasmo. JungKook movió sus caderas con demencia, dando estocadas certeras en la mano que jugueteaba con su virilidad. Gruñó cuando sintió la punta del pulgar deslizarse por el glande.

Estallaron en éxtasis en sincronía. TaeHyung manchó las ropas del alfa junto a la suya. Y JungKook humedeció por completo su bóxer.

Juntaron sus frentes, regularizando la respiración. Suaves piquitos murieron en sus labios.

— Rayadito, odio esos juguetes tuyos...

— Ya lo sé, ¿por qué vuelves a mencionarlo?

— Es que aunque los odie... — TaeHyung abrió sus ojos y lo miró expectante — quiero comprobar si pueden entrar si los baño en mis fluidos.

— ¿Qué andas pensando? — Se reincorporo un poco, apoyándose en sus codos.

— Dijiste que quieres tenerme de una u otra manera dentro de ti — el omega asintió —. Pues yo quiero complacerte. ¿Confías en mí?

— Con los ojos cerrados.

— Que bien, porque los tendrás vendados — alargó la mano hacia la corbata —. ¿Aceptas?

— Sí, acepto. — Se acostó de nuevo.

— Okay amor, pasaremos tu celo de una manera distinta.

— Haz lo que desees. Pero no me duermas, o me dejes con las ganas.

JungKook negó divertido, besó el puchero de su omega, y le abrió las piernas para tener mejor accesibilidad.

— Sostenme esto por un momento — le entregó la corbata —. Vamos a solucionar un asunto primero. — Se retiró por completo el cinturón.

— ¡Ay que rico! Me vas a dar cinturón en mi colita. — Mordió sus labios.

— No. Mi fugitivo amor. Eso aún no.

Con delicadeza posó una mano bajo la espalda del omega. Metió el cinturón hasta sacarlo al otro lado. Bajó la tela de la camisa, y rodeó la esbelta cintura. Ajustó lo necesario para que no se corriera, ganándose un suave gemido de su pareja.

— Aww, mi rayitas pensó en mi inseguridad — sonrió enternecido —. Y también me dio en la vena del gusto, y me apretujó como me gusta.

— Veré tu abdomen cuando tú lo desees — lo besó en la húmeda frente —. Mi pequeño fetichista, me encanta que te guste como te amarro.

— Me excité aún más.

— Ya te ayudaré — tomó la corbata y la amarró sobre la frente del omega — ¿Te dabas placer con esto? — Sostuvo el dildo — Enserio, no es tan parecido al mío.

— ¿A qué juegas? — Encogió los dedos de sus pies, necesitado por ser tocado.

— Vas a sentir mis fluidos dentro de ti — Escupió sobre el dildo, y TaeHyung sintió su entrada inundarse —. ¿Estás totalmente seguro de lo que haremos?

— No cabe ni la Jimin duda.

— Amor, ponte serio, me desconcentras.

— Perdón, se me escapó.

El alfa negó divertido, lamió el dildo, esparciendo su saliva, volvió a la punta y escupió de nuevo.

— Hora de jugar — acercó la punta a la húmeda entrada —. Chupa — ordenó adentrando sus dedos en los carnosos labios.

Los dígitos fueron apresados por los belfos, la lengua jugueteaba con cada falange. Una por una fueron bañadas por la saliva del omega.

La punta del dildo era movida en círculos en la entrada palpitante, hundiéndose solo un poco. Generando gruñidos cuando el omega no obtenía más profundidad.

— Con mi saliva se abre paso. — Sacó los dedos de la boca, deleitándose con los hilos de saliva que escurrían de la comisura de los labios — ¿Miramos con mi semen? — Bajó un poco su bóxer, dejando ver el rastro de su corrida.

— Ah~, no preguntes, y solo hazlo.

— Mandón, mi sexy mandón.

Alejó el dildo de la entrada, y lo metió dentro de su ropa interior.

Poco a poco lo deslizó contra su pelvis y el elástico. Gruñó cuando en un movimiento; su sensible glande fue tocado por la punta del artificial.

TaeHyung no podía creer lo que veía. JungKook prácticamente se estaba masturbando con uno de sus juguetes, y los sonidos que salían de aquella garganta lo encendían como volcán en erupción.

— ¿Te gusta lo que ves? — Sacó el dildo bañado en su semen.

— Me encanta. — Acarició su húmeda entrada.

— Disfruta, mi amado fugitivo. — alargó la mano, y bajó la corbata, cubriendo por completo aquellos ojos que destellaron en ese precioso verde esmeralda.

— Quiero ver si te puedo desnudar a ciegas. — Su mano tanteó el abdomen del alfa.

JungKook se acercó un poco más, juntando sus cuerpos, se dejó llevar por la sensualidad de su pareja. Lentamente acercó el dildo a la entrada, acarició una de las piernas, lamió un poco. Dejando un cálido y húmedo rastro en el muslo.

La pierna del omega fue depositada sobre la cadera, este apretó un poco, apresando el cuerpo del alfa.

Besos apasionados le robaron el aire, su cuerpo se retorcía de placer al sentir aquella punta en su entrada. Lenta y tortuosamente sintió como sus paredes se expandían, el dildo se adentró hasta lo más profundo de su cavidad.

— ¿Te gusta así? — entró y salió con rapidez. — ¿O necesitas más de mi semen? — Chupó la lengua del omega.

— Mngh, ah, mng, más, quiero más, necesito más~.

Las embestidas atacaron aquel caliente y estrecho lugar, los fluidos del omega escurrían cada vez que el alfa sacaba por completo el dildo.

La desnudez del alfa fue expuesta cuando las traviesas manos del omega se desesperaron y de un jalón volaron los botones de la camisa. El pantalón se deslizó con ayuda de los pies acanelados.

Con los ojos vendados, sus sentidos se agudizaron.

Acarició el cuerpo del alfa, grabando cada centímetro, mordía sus labios cuando jugueteó con el elástico del bóxer, lo bajó un poco. Lo justo para tener espacio, y con ayuda del alfa, masturbó aquel falo con las plantas de sus pies.

Sus cuerpos bañados en sudor, se derritan ante el mínimo roce.

TaeHyung arqueó su espalda ante el ataque de electricidad que recorrió su espina dorsal, su punto dulce fue atacado, y sin controlar el volumen de su voz; gritó al estallar en placer. JungKook lo siguió segundos después, empapando los pies de su esencia. Con el dildo esparció cada gota.

Satisfecho por la escena, chupó un poco los pies del omega.

— ¿Necesitas recuperarte?

— No. No quiero tomar descansos.

Sin pronunciar más palabras, el alfa volvió a penetrar el sensible lugar. Callando con sus besos los jadeos de su pareja. Embistió lento, deteniéndose por unos segundos y luego aumentando la velocidad. Apresó el pene del omega y lo estimuló simultáneamente.

TaeHyung encogía los dedos de los pies, apretaba las mantas, y pedía más velocidad.

La cola del alfa se enredó en la cintura del omega, la de este se enroscó en el muslo blanquecino.

Continuaron hasta completar cinco rondas. Exhaustos, se asearon rápidamente, durmieron un poco.

Así siguieron por tres días. JungKook usó cada vibrador, plug, y dildo que contenía aquella caja, siempre lubricándolo con su semen y saliva. En algunas penetraciones; juntó su esencia con la de TaeHyung.

Cuando abrió sus ojos, lo primero que hizo fue buscar al alfa. Al escuchar el agua correr en el baño, se levantó de inmediato de la cama.

Se observó en el espejo, su cuerpo estaba cubierto por una camiseta del alfa. Sus dedos delinearon sus piernas al recordar las caricias de hace unas horas.

No lo pensó mucho, y se encaminó al encuentro con el alfa.

Al ingresar a aquel cuarto, sus ojos se encontraron con la mejor vista. JungKook sumergido en la tina, sus brazos descansando en los bordes, movía los dedos de la mano tatuada, su cabeza descolgaba; dejando caer aquel cabello húmedo.

Que esté desnudo, totalmente desnudo. — Miró hacía el agua, justamente hacia la parte inferior del alfa. Sin percatarse, liberó feromonas, logrando que los ojos oscuros se posaran sobre su cuerpo.

— Hola, mi amado fugitivo — sonrió —. No estoy totalmente encuerado, lamento decepcionarte.

— ¡¿Lees pensamientos o qué?!

— No. — Negó estirando su mano, invitando al omega a un poco más de acercamiento —. Pero tu aroma prácticamente acaba de gritarme lo que deseabas.

— Si ajá — con cuidado ingresó a la tina —. Sigo pensando que eres adivino, o brujo.

JungKook se sentó al borde de la tina, TaeHyung recostó la espalda contra la superficie; con su cuerpo en medio de las piernas del alfa. Sus orejas y colas sobresalieron.

El omega disfrutaba de los masajes que el alfa le realizaba en su cuero cabelludo. Por su parte, él enjabonaba los muslos blanquecinos.

Liberaban su aroma en muestra de su alegría por estar compartiendo aquel momento.

Salieron del baño cuando el agua se enfrió. Secaron sus cuerpos, y mutuamente se cubrieron con las batas. Bajaron a la cocina en donde el alfa había sentado al omega sobre el mesón.

— ¿Qué deseas comer? — Acarició la mejilla.

— No tengo hambre, rayitas. — Sus piernas rodearon la cintura.

— Debes comer. No nos alimentamos como se debe por andar... bueno ya sabes.

TaeHyung observó el rostro del alfa. Suspiró al darse cuenta de aquella mirada con una pizca de culpa.

— ¿Sigues pensando que te aprovechaste de mi celo? — Acunó el rostro.

— ¿Por qué lo dices?

— Tus ojos me lo dicen.

— Es que hice todo lo posible para respetar tu cuerpo, tu existencia, y terminé dándote...

— Placer... me diste placer — interrumpió besando las mejillas —. Además, creo que el que se aprovechó fui yo. Te provoqué al grado que hasta tus celos por aquellos juguetes te vencieron.

— No digas eso. — Le acarició las piernas.

— ¿Entonces?

— Siento que con esto arruiné nuestra primera segunda vez.

— ¿Tenías algo especial para eso?

— Claro. Porque sé que será muy bonito cuando me llames alfa, así que quería que para nuestro encuentro; todo fuera mágico...

TaeHyung lo abrazó por el cuello, depositó suaves besos en el lunar bajo su labio.

— Será mágico — Rozaron sus narices —. ¿Sabes por qué? — JungKook negó — Porque cuando nos entreguemos de nuevo, haremos el amor. Y no importara lo que pasó estos días. Porque sé que con tus caricias me harás sentir como nuestra primera vez.

— ¿No te lastimé? — Besó los lunares del rostro.

— Ya te dije que no — Sonrió —. Además quien te arañó la espalda fui yo.

— Eres mi fugitivo salvaje.

— Ni como defenderme — lamió la quijada —. No pude controlarme. Rayos, es que jugaste tan bien con cada uno que...

— ¿Ya te excitaste de nuevo? — Le mordió el lóbulo.

— Un poquito...

— Lo siento, amor, pero no tendremos más juegos.

— Ya sé — puchereó. — Tendré que apresurarme a llamarte mi alfa.

¿Solo me llamaras así por los juegos pasionales?

— Obvio. Ni pienses que es porque estoy enamorado de ti o algo parecido.

— Omega... — Frunció el ceño.

— Es broma, rayitas, no te enojes, que me dan ganas de que me des una revolcada en enojado. — Jugó con los bordes de la bata.

— Voy a prepararte panceta de cerdo.

— Eso, cambia de tema — bromeó —, digo, aliméntame.

— Primero dame un beso.

— Todos los que quieras mi rayitas de juegos pasionales.

— Deja de llamarme así.

— Pero es que lo eres...

— ¿Ah sí? — Decidió molestar al omega — Sabes, estuve pensando, y creo que deberíamos tener una copia exacta de mi amigo el tieso, así jugamos como se debe.

— ¿Qué? ¿Y quién haría el molde?

— La chica de la sex shop a la que le fui a preguntar por el funcionamiento de algunos de tus juguetes.

— ¡¿Qué demonios estás diciendo?! — Sus orejas salieron ante el rugido que escapó de su pecho — No vas a mostrarle a mi rayitas tieso a una resbalosa ojo alegre — Su cola apresó la muñeca tatuada —. Y no vas a ir a un sex shop tu solo, no vuelves a ir a esos lugares. ¡Alfa del demonio!

JungKook lo alzó en sus brazos, sujetándolo por las piernas, inició a girar en el mismo eje.

— Ya, amor, era broma.

— ¡Endemoniado! — Intentó darle un zape, pero el mareo que lo atacó lo detuvo.

— ¿Estás bien? — Se detuvo.

— Sí. Pero no me andes dando vueltas como si fuera licuadora, me mareé re feo.

— Lo siento, mi vida. — Le pasó un vaso con agua.

— No vayas a esos lugares...

— Amor, no fui, era broma. Todo sobre tus juguetes lo investigué por internet, y también le pregunté a Jimin, pero Min casi me arranca la garganta por mis preguntas.

— Solo a ti se te ocurre ir a hacer esa investigación con una pantera en cinta y su alfa más territorial que nunca.

— Ya sé. Lo aprendí cuando corrí por el bien de mis rayas.

— Por tu valentía ante la investigación, te daré un premio.

— ¿Cuál? — Lo miró coqueto.

— Te dejaré aplicar crema en mis piernas, tal como querías en aquella videollamada...

— ¡Vamos! — Lo alzó como costal de papas.

— ¡Oye! Primero mi comida.

— Verdad — Volvió a la cocina. Ya iba en la sala —. Alimentaré a mi omega caliente, sexy, y precioso.

Kokoros, qué les digo... Pues por algo les decía que no me fueran a pegar. 😅

Aquí el último capítulo de este regreso de hiatus.

Me encanta leer sus comentarios, me hacen muy feliz. 🥺🤧✨✨✨

Gracias por su cariño, apoyo, y paciencia.

Nos leemos pronto. 🤘🏻

Besitos púrpuras. 💋💜

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