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🐯 Cap 19

Sujetando la mano de su padre, salían del lugar con rumbo al auto. Sus pequeños pies se separaban ligeramente del suelo, en cada brinco que ejercía; su rostro dibujaba una gran sonrisa.

— Papi fugitivo, ¿clees que papá Kook también se alegle?

— Tigrecito, estoy seguro que tu padre se pondrá a brincar como lo estás haciendo ahora. — Lo alzó en brazos y besó la cabellera.

— Papi, ¿no estás tliste pol el lesultado? — Sus ojitos brillaban expectantes.

— Mi bebé... — dulcificó su voz — ¿Cómo podría estarlo? — Besó con ternura la pequeña nariz — desde hace tiempo lo sospeché, y hoy con la confirmación, mi corazón está muy feliz de que así sea.

— ¿Eso quiele decil que si mi jelalquía hubiese sido otla, estalías tliste? — Puchereó.

— No. Mi niño, sin importar tu jerarquía, yo estaría igual de feliz — llenó de besos las pequeñas mejillas —, de una u otra manera, tu siempre serás mi tesoro, mi pedacito de cielo y mi niño sobreprotector.

— Si tu eles feliz, yo también. — Lo abrazó por el cuello.

— Vamos a casa.

— No. Yo quielo il a vel a papá Kook. — Frenó sus pasos frente al auto.

— Señor Kim, señorito Kim Jeon. — Kai abrió la puerta, invitándolos a subir.

— Gracias... — se quedó pensando — espera, ¿qué dijiste...?

— Ahh, si me llamaste como te pedí. — pestañeó con ternura.

— Endemoniado, ¿qué andas pidiendo?

— Papi, es que el señol Kai se la pasa diciéndome señolito Kim...

— Kai, te he dicho que lo llames por su nombre.

El mencionado sólo se encogió de hombros.

— Ves, papi, él no quiele, entonces le dije que soy Kim Jeon — sonrió al sentir un calorcito en su pecho al pronunciar el apellido de sus padres juntos —, y le dije que me dijela cacholo. Pelo tampoco lo hace, así que pol ahola, celeblo que juntala sus apellidos.

— Ajá, pero...

— Papi, ¿o plefieles que sea Jeon Kim? — Ladeó su cabecita — Ya sé, el ploblema no es como me está llamando.

— ¿Qué?

— Tu quieles que te diga señol Jeon, o señol de Jeon.

— ¡No!

— No glites, papi — se cruzó de brazos —. No quielas ocultal tus deseos.

TaeHyung suspiró, intentando ocultar el leve sonrojo de sus mejillas.

— Kai, llévanos al apartamento, por favor.

— Enseguida.

— No. Señol Kai, llevanos a la emplesa de papá Kook.

El pequeño JungKook se subió al auto.

— Tigrecito, tu padre está muy ocupado, y...

— Ya sé — puchereó —, pelo podemos il a visital a la pantela panzoncita, plis.

— ¿No me estás engañando para escabullirte a la oficina del alfa loco? — Entrecerró los ojos.

— No. Hoy no.

— ¿Señor? — Esperó a que el omega ajustara el cinturón de seguridad del cachorro.

— Ay, ya qué — sonrió al caer rendido ante los ojos brillantes del pequeño —, llévanos a ver a Jimin.

— Yupi, voy a tocal la casita de la pequeña michis. — Aplaudió chiquito.

— ¿Cómo estás tan seguro que es niña?

— Papi, yo lo huelo, estoy muy muy segulo que es pantelita.

— Tú y tu olfato...

— Uy, papi fugitivo, nunca dudes de mis dones.

— Eso lo tengo claro, eres un niño inigualable, mi bebé precioso. — Expresó recordando los sucesos pasados.

El pequeño había sido el que hizo dudar de su estado a Jimin. Un día cuando los visitó, el infante se lanzó a abrazarlo, como siempre. Pero cuando posó su mejilla en el abdomen del omega, en medio del abrazo; este percibió algo diferente. Inició a olfatear la zona, y posando su pequeña mano en el ombligo, le dijo que los iba a cuidar.

Los omegas no entendieron a qué se refería, hasta que el pequeño inició a decirles que el aroma de su tío pantera estaba acompañado por otra esencia. Jimin lo miró confundido, ya que Yoongi al ser alfa, no le había comentado de ningún cambio en su aroma. Y ellos no percibían nada.

El infante sonriente le dijo que llamara a su alfa, y fueran a ver al doctor, porque allí adentro de esa pancita; estaba creciendo un mini pantera.

Horas después, Jimin llamó a TaeHyung, y le confirmó el embarazo. El pequeño JungKook, bailó por toda la sala.

Desde allí, TaeHyung estuvo más seguro de que sus sospechas no estarían tan erradas.

— Es mi sentido tiglecnido.

Kai sonrió ante la ocurrencia del pequeño.

— Tigrecito, prométeme que no vas a escaparte para buscar a tu padre en la empresa.

— Lo plometo — levantó su mano en juramento —. Pelo si lo veo celquita, no dudalé en colel hacia él.

— Que mis rayas se apiaden de mi alma. — Negó divertido.

— Tlanquilo, papi — le guiñó un ojo —. Nuestlo secleto de amol, está a salvo — entrelazó sus deditos con los del omega —, las secletalias nos ayudan con mis escapes en busca de papá Kook.

— ¿Qué hiciste para que te ayuden?

— Sólo les sonleí. Y ellas suspilalon enamoladas del mini Jeon.

— ¡¿Mini qué?!

— Mini Jeon, así me dicen.

— Ya no quiero ir.

— Ah no — lo miró serio —. Vamos a vel al pantela panzoncito. Señol Kai, puedes llevalnos, pol favol.

El motor del auto resonó, dando aviso de que iniciarían el recorrido hacia su próximo destino. En el camino, se detuvieron a comprar un pudín sabor a mandarina con cubierta de chocolate. El postre que últimamente Jimin más comía.

Kai estacionó a unas dos cuadras de la empresa. No muy seguro de su acción. Pero TaeHyung insistió, no deseaba crear rumores sobre su llegada en aquel auto.

Desde una distancia considerable, el hombre acompañó en su recorrido a la familia de su jefe. Estando a unos metros de la entrada, observó con extrañeza la cantidad de gente aglomerada en el lugar.

TaeHyung y el pequeño JungKook detuvieron sus pasos, al no tener acceso.

El celular de Kai sonó, de inmediato contestó, pero su cerebro no tuvo tiempo de acatar la orden que le daban a través de la línea.

Ya era demasiado tarde.

— Mierda. — Masculló al ver cómo una gran cantidad de ojos se posaron en la familia de Jeon.

— < Kai, contesta, hombre.

— < Lo siento Jack, pero el señor Kim y el señorito Kim Jeon están...

— < Si puedes llegar a ellos, protégelos, llévatelos al auto.

— < Jack, no puedo, los rodearon...

Antes de que la llamada fuera cortada, pudo escuchar los rugidos de su jefe. Guardó el celular y caminó tan rápido como pudo.

— Disculpen, déjenme pasar.

Empezó a adentrarse entre la multitud. Por un momento pudo divisar a su objetivo.

— ¡Señor Kim! ¡Señorito...! — Detuvo su palabras para corregirse — ¡Cachorro Kim!

TaeHyung buscaba la manera de salir de la multitud, con esfuerzo se abría camino, buscando adentrarse al edificio. Con una de sus manos; cubrió el rostro de su hijo, apegándolo contra su cuello.

— Papi, no tengas miedo.

— Bebé, no te preocupes, te sacaré de aquí.

Su corazón se aceleraba con cada pregunta que le hacían. No entendía mucho, pero las miradas que le daban lo hacían sentirse juzgado.

Los destellos de los flashes, lo encandelillaban. El intento de posar varios micrófonos frente a sus labios para obtener alguna respuesta, lo asfixiaba.

— Papi, no los escuches. — Abrazaba con fuerza al omega.

El agarre en uno de sus brazos lo hizo tensarse. Cerró los ojos, y susurró el nombre del hombre que permanece en sus pensamientos.

— Kim TaeHyung, responde mis preguntas.

Con sus ojos aun cerrados, movió sus labios para hablar.

— Yo...

— Suéltelo, no se atreva a tocarlo.

El omega sintió como su cuerpo era apresado por unos brazos fuertes, su mejilla fue acariciada con dulzura, y la fragancia que lo embriagaba inundó su sentido del olfato.

— Sólo queremos respuestas, señor Jeon.

— Retrocedan, esperen un momento. — Jackson intentaba mantener distancia.

— No lo vuelva a tocar — logró salir de la aglomeración—. Aléjense de mi familia.

Jackson junto a los de seguridad trazaron una línea divisoria, asegurando el espacio.

— Lo siento señor. — Expresó Kai llegando a la entrada del ascensor.

— Papá Kook, mi papi está temblando. — Susurró cuando las puertas se cerraron.

— Rayadito, dame a nuestro hijo.

TaeHyung negó con su cabeza, aferrándose aún más a su pequeño.

— Papi, tranquilo, es papá Kook.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué hay tantos reporteros?

JungKook con delicadeza, tomó a su hijo en brazos; revisó cada parte de su pequeño ser, y suspiró aliviado al verlo sin un rasguño.

— Pequeño tigrecito, quédate allí quietito — el infante asintió —. Amor, déjame revisarte.

— Estoy bien, sólo entré en pánico cuando invadieron mi espacio.

— Necesito revisarte — lo tomó por las mejillas, conectando miradas —, amor, ¿te duele donde te tocó ese imbécil?

— No.

— Déjame ver. — Deslizó la tela, revisando minuciosamente la piel.

— Estoy bien...

El rugido que salió de la garganta de los Kookies lo hicieron callar.

— Papá Kook, lo lastimaron.

— Le voy a arrancar la mano a ese pedazo de...

— No es nada. — Bajó la tela.

— Te dejó malcada sus galas.

— Amor, espérame con el cachorro en la oficina, voy a...

— JungKook, deja eso. Y explícame qué pasa. — Lo detuvo agarrándolo por la muñeca.

Las puertas del ascensor se abrieron, el alfa se separó por un momento del omega, tomando a su hijo en brazos y ubicándolo en los de su fugitivo. Los alzó de manera nupcial, apresurando sus pasos para encerrarse en la oficina.

Aseguró la puerta, y esparció un poco de feromonas de protección.

— Kookie, ya habla.

— Amor, primero el cachorro.

TaeHyung se acercó al sofá dónde su hijo lo esperaba sentado.

— Bebé, necesito que vayas con Jimin.

— No quielo sepalalme de ustedes.

— ¿Qué te parece si nos esperas con Jimin, en la sala que está aquí al lado? — Acotó el alfa — estaremos a unos pasitos de distancia.

— Bueno —, acarició las mejillas de sus padres —. Pelo no clean que no me doy cuenta que esto se tlata de que tu eles mi papá, y alguien dijo cosas feas de mi papi. — Se bajó del sofá tras percibir la presencia de Jimin en la puerta, y se marchó.

JungKook se sentó, ocupando el lugar donde antes estaba su cachorro. Aflojó su corbata, despeinó sus cabellos con notable frustración, y miró al omega con ojos acuosos.

— Per-perdóname...

— ¿Por qué? — Su corazón sintió una punzada al ver la tristeza en el rostro del alfa.

— Te fallé, y te lastimaron.

— JungKook, que no me duele...

— No lo entiendes. — Jaló sus cabellos.

— Es verdad, no entiendo nada de lo que sucede.

— No sólo hablo de la marca en tu brazo.

TaeHyung se acercó, acunó el rostro del alfa, y depositó un suave piquito en los delgados labios.

— Ya dime.

— Amor, esos reporteros de allí abajo, vienen para saber sobre nuestro hijo, nuestra relación.

El omega se sentó en el piso, tratando de controlar el lío de sensaciones caóticas que lo estaban atacando.

— ¿Quién...? ¿Quién les dijo...?

— Park — apretó la mandíbula —. Te juro que si pudiera, lo saco de su tumba, lo revivo, lo mato a golpes, le prendo fuego, y lo vuelvo a enterrar, pero a mil metros bajo tierra.

— ¿Cómo sigue atacándome desde su tumba? — Sus ojos se cristalizaron.

— No. Mi vida, por favor, no llores.

— Te dije que estar conmigo no era bueno para ti.

JungKook lo subió a su regazo, el omega abrió sus piernas para enredarlas alrededor de la cintura ajena.

— Lo voy a arreglar — pequeños besos fueron depositados en el cuello del omega, caricias dulces recorrieron la espalda —. Tú y nuestro cachorro son lo mejor para mi existencia. Así que no vuelvas a decir que no eres bueno para mí.

— ¿Cómo lo hizo? ¿Cómo logró que esto pasara? ¿Cómo sabes que fue él?

— Amor, sé que fue Park, porque me llegó un correo de su parte.

— ¿Qué? — Se apartó para buscar su celular. — A ver, espera reviso el mío... — Sus ojos no pudieron contener las lágrimas. — Maldito infeliz, igual iba a vengarse de lo que le hizo mi tigrecito.

— Tus ojos no deben derramar lágrimas por culpa de una basura como esa — sus labios se posaron en los parpados del omega —. Déjame ver qué dice tu correo.

El omega le entregó el móvil, y apoyó su rostro en el hombro del alfa.

<< Hola TaeHyung.

¿Qué pensabas? ¿Qué me conformaría con solo joderte el cuerpo? No.

Programé varios correos que serán enviados a los noticieros, revistas, periódicos más amarillistas, a nuestro estúpido jefe, y a ti.

Así que no te asombres, porque también tenía que cobrarte el mordisco del perro rabioso al que le dices "hijo". Ya es hora de que se enteren que Jeon tiene un bastardo. Y que lo tuvo con un omega de su empresa.

Un omega que huye y se esconde cómo rata. Que le oculta al engendro porque espera el momento indicado para sacarle todo el dinero.

Ya sé que eso no es cierto. Pero la prensa, y él no lo sabe.

A tu dizque alfa, le envíe un documento contándole "tu plan", adjunté una prueba de paternidad, en donde claramente tu hijo aparece como si fuera mío. Te lo digo, porque Jeon, jamás va a ver este correo, y si lo ve, no creo que crea en la palabra del omega que aparece de la nada, lleno de problemas y con nada de respuestas claras. Y mucho menos con todos esos rumores con los que le llegaran los medios.

Además, ¿Quién va a querer escuchar a la persona que volvió a huir porque su plan fue descubierto?

Seguramente apenas veas a los periodistas y a Jeon tras de ti, correrás de nuevo. Porque eres tan cobarde como para no ser capaz de defender como se debe a tu hijo. Tanto así que aceptaste acostarte conmigo con tal de que mantuviera mi boca cerrada.

Suerte con todo.

Espero poder volver a probarte. >>

TaeHyung mordió sus labios, callando los sollozos que ganaron la batalla.

— Estaba seguro de que me acostaría con él. ¿Tan fácil y débil me veo?

— No. Amor. Tú te ves inalcanzable — afianzó el abrazo —. Era tan imbécil para pensar que yo le creería.

— ¿Cómo dices?

El alfa lo acostó en la suave superficie, limpió las silenciosas lágrimas que morían en los labios de su amado fugitivo.

— Mi vida, cualquiera que vea a nuestro hijo se da cuenta que es todo un Jeon — se trepó sobre el omega —. E incluso, si no se viera igual a mí, primero hablaría contigo. ¿Aún dudas de que para mí lo primero que vale es tu palabra?

— Yo...

— Ay mi amor, tatuaría con mis besos cada cosa que te digo — acarició la mejilla —. Tu palabra siempre será lo primero que escuche, siempre hablaré contigo, antes de escuchar a alguien más.

— ¿Qué vamos a hacer? — Sus dedos se enredaron en las hebras del alfa.

— Primero, limpiar tu rostro, llenarlo de muchos besos.

— Estoy hablando enserio.

— Yo igual — lo miró con dulzura —. Segundo, arreglarme para bajar a enfrentar a las víboras, y descabezarlas una por una.

— ¿Vas a bajar solo?

— Por supuesto, no quiero que te ataquen.

— Yo iré contigo.

JungKook lo miró, buscando en la profundidad de su mirada un ápice de miedo.

— ¿Y el cachorro?

— Señor rayitas, le pediremos que siga quedándose con Jimin.

— Que no me digas señor.

— ¿Por qué, mi señor?

— No. Amor, tampoco lo digas de esa manera.

— ¿Cuál manera? ¿Te excitas?

— Esa... con ese tono sensual y travieso — procedió a depositar castos besos —. Sí... Digo, no. Me distraes, amor.

— Solo quería que nos relajáramos un poco.

— Yo también quiero que nos relajemos. Deseo besarte, abrazarte, y acobijarte...

El celular de Jeon vibró, avisándole que todo estaba listo.

Sonrió para darle seguridad a TaeHyung, apresó los gruesos labios, delineando con su lengua la dulce piel de los belfos.

— Hora de descabezar víboras.

Se alejó del cuerpo, e inició a acomodar su cabello y ropa.

TaeHyung asintió en silencio, se reincorporo, acarició sus labios ante la sensación de cosquilleo; y se dirigió a la puerta.

Se tomaron de las manos, y buscaron a su cachorro. En medio de pequeños gruñidos, el pequeño aceptó quedarse. Pero algo en su interior le gritaba que no duraría mucho tiempo al cuidado de Jimin.

La sala de conferencias se encontraba a su máxima capacidad, los murmullos no cesaban. Antes de ingresar, Jackson los detuvo, informándoles que los correos fueron enviados la noche anterior a lo sucedido en la oficina de Jimin, y que algunos periodistas los habían estado vigilando, que incluso tenían fotografías y videos de la estadía de Kim y su hijo en la casa de Jeon.

— Kookie... — Apretó la mano del alfa.

— Confía en mí, no voy a dejar que manchen tu nombre o el de nuestro cachorro.

Caminaron en sincronía, sus pulmones dolieron un poco, cuando dejaron salir el aire que estaban conteniendo.

Se sentaron tras la gran mesa donde estaban dispuestos algunos micrófonos. Bajo la superficie, JungKook acarició la mano temblorosa de su omega.

La lluvia de flashes no se hizo esperar, Jeon encendió su micrófono, con un porte imponente y desbordando seriedad y seguridad, les ordenó que volvieran a tomar asiento.

— Hablaran cuando les de la palabra, si alguno no acata la indicación; serán expulsados del recinto en compañía de seguridad, y como firmaron en el documento que se les suministró a la entrada... sus cámaras, datos y grabaciones se quedaran en este lugar.

Jackson tomó la palabra.

— Recuerden que si en sus reportajes se llega a ver la mínima intención de atacar a la familia del señor Jeon o a este mismo, serán citados para pagar por el incumplimiento en la cláusula del documento firmado.

TaeHyung acercó sus labios al oído del alfa y le susurró.

— ¿Cuándo preparaste todo esto?

Jeon sonrió orgulloso, lo miró con sus ojos destellando ese brillo característico de su animal interno.

— Mi vida, desde que me contaste tus miedos — le dio la señal a Kai para que se posicionara a unos pasos del omega —. Consulté con mis abogados la manera para poder controlar un posible ataque de la prensa. Y pues ya ves, un sólo intento de mancharte, y se quedaran sin trabajo, sin dinero y sin reputación, porque ellos firmaron la cláusula donde pagaran una gran multa por incumplimiento.

TaeHyung se quedó sin palabras, sólo se dedicó a observar el lugar, y a sonreír internamente ante la seguridad que le regalaba aquel hombre.

— Cada uno tendrá derecho a tres preguntas, piénselas muy bien, y no las repitan; porque de igual forma se tomara como ejecutada.

Jackson apagó su micrófono, y se posicionó a espaldas de JungKook.

— Iniciemos... — Ordenó cruzando sus dedos sobre la mesa.

— Señor Jeon, ¿por qué mantiene oculta su relación con Kim TaeHyung?

— La relación que sostengo con mi omega, no es para las cámaras. ¿Por qué debería habérselo anunciado?

— ¿Por qué viven en casas separadas? ¿A caso no son pareja?

— Que no vivamos juntos, no significa que no estemos juntos. — Habló TaeHyung, sorprendiendo al alfa.

— ¿Ustedes se conocen desde antes de que el señor Kim ingresara a trabajar a la empresa?

El cuerpo de TaeHyung se tensionó ante el recuerdo.

— No importa si lo conocí antes, o estando en esta empresa. Les puedo decir que a mi omega lo conozco de toda la vida.

El turno de otro periodista llegó.

— Dice que lo conoce de toda la vida, pero sabemos que usted lo estuvo buscando por bastante tiempo... La información que tenemos es que él escapó de usted, y que busca sacar...

Jeon negó lentamente, dibujando en su rostro una sonrisa forzada.

— Por lo visto no entienden el sentimiento de ver a la persona que los Dioses mandaron a tu vida para que complete el crecimiento de tu alma. Ese sentimiento que te detiene la vida cuando ves los ojos de tu destino, y ves cada día de tu vida reproducirse en cámara lenta en el reflejo de los ojos del indicado. Cuando lo veo, con sólo sentir su presencia, en mi mente se reproduce cada una de nuestras vidas pasadas.

— Señor, sabe que a eso no me refiero, estoy hablando de la búsqueda por la cual pagó y usted tardó años en enterarse que estaba en su empresa. Esa búsqueda del hombre que ahora se encuentra a su lado, pero que ha hecho hasta la imposible para traerlo arrastrado a sus pies con la excusa de un hijo que hasta ahora conoció...

Un guardia de seguridad se acercó al periodista.

La lengua de Jeon ejerció presión dentro de la mejilla, frunciendo el ceño; dio la orden silenciosa con sus dedos.

— Por lo visto no entendieron lo que leyeron y estuvieron de acuerdo en firmar — Jackson tomó la palabra —, tenemos al primer expulsado. Ya saben lo que le pasará.

— Kookie, nuestro hijo no es excusa para que estés...

— Amor, yo estoy a tus pies desde esa noche, porque me traes loco, me fascinas. — Le susurró.

— Continúen con sus preguntas, pero piensen bien lo que están por decir. — Jackson volvió a su lugar.

Continuaron por un tiempo, la mayoría de preguntas se limitaron a querer saber sobre qué tan profunda y estable era aquella relación.

Hasta que llegó el turno de un amigo de BoGum, el cual estaba muy decidido a hacer enfurecer a JungKook. Ya que según él, lo sucedido con Park había sido culpa del alfa.

Con una sonrisa arrogante, se levantó de su asiento, y empezó a hablar sin pausas.

— Señor Jeon, ¿Cómo está tan seguro que el niño al cual usted llama "hijo", es suyo? — JungKook apretó uno de sus puños sobre la mesa —. Tengo una prueba de paternidad en donde se evidencia que el padre es otro hombre.

— Eso... es mentira. — Expresó el omega encendiendo su micrófono.

— ¿En serio piensa que le creeremos a un omega que ocultó a un supuesto Jeon por tantos años?

— ¡Sáquenlo! — Ordenó el alfa.

— ¿Por qué? No desea que le cuestionemos que ese niño siendo un Jeon, ni siquiera porta su apellido.

Otro periodista se unió.

— Sí. ¿Por qué el niño aún está registrado con el apellido de Kim?

A partir de ese cuestionamiento, todo se descontroló.

— ¿Será que por más que diga que es un Jeon, en el fondo sabe que le quieren meter gato por liebre?

TaeHyung se levantó de golpe, observando cómo esas miradas buscaban despedazarlo.

— Vamos, sean sinceros, ustedes ni siquiera son una familia...

— Jeon JungKook aún no está seguro de su paternidad.

— Señor Kim, díganos la verdad, esto es por el dinero y la posición de Jeon. Quizás tenga el mismo problema de su padre, y su hijo es el medio para...

¡Ya basta! — Un pequeño gruñido los interrumpió.

— Tigre, ven, no me hagas correr con esta panza. — Un agotado Jimin ingresó casi ahogándose.

— Nuestro cachorro. — Pronunciaron al unísono.

— Qué maravilla, el supuesto hijo de...

Les dije que ya basta — caminó y se subió a una silla —. ¿Qué delecho tienen pala atacal a mis papis de esa manela?

— Tigrecito...

El pequeño miró a su padre omega y negó. Sus ojos brillaron, avisando la presencia de su naturaleza interna.

— Soy un Jeon — sus orejas aparecieron —, ¿acaso no ven que soy la viva copia de mi papá Kook? Obsélvenme bien —. Su cola y colmillos fueron evidentes —. Sí, tengo el apellido de mi papi omega, pelo en mis pequeñas venas fluye la sangle Jeon.

— Pequeño tigre, ven. — JungKook intentó bajarlo de la silla.

— No. Papá Kook, lo siento, siemple te obedezco, pelo esta vez me es imposible...

— Qué bien entrenado tiene a su hijo, señor Kim, ¿él sabe de su plan para sacarle dinero a Jeon? — Pronunció el amigo de BoGum.

— Y que mal tiene los oídos, señol — se inclinó sobre la mesa —. No solo eso, también la vista —. Jaló el micrófono para poder ponerse de pie lo más recto posible sobre la silla y así lo escucharan mejor —. Plimelo, míleme de aliba a abajo — se señaló —, ¿Qué ve?

El periodista se quedó callado.

— ¿No va a contestal, señol? — Se bajó, y se puso al lado de su padre alfa — Obsélvenos... Sobletodo el losto. ¿Qué ven cuando me milan?

— ¡A un mini Jeon JungKook! — Gritó SooJin antes de pasarle una silla a su jefe.

— Glacias, señolita.

— Si el señor Min lo hubiera visto correr como lo vi, le juro que le da un infarto. — Susurró.

— Ni lo digas, no le dio el infarto, pero me está mirando con cara de que va a sacar las garras.

— Peldóname tío, pelo mis papis me necesitaban.

Jimin sólo le guiñó un ojo.

— Bebé, vámonos, tu no deberías estar aquí.

— Papi, vamos a enflental esto los tles — TaeHyung lo alzó en brazos —. Tengo la mayolía de lasgos de mi papá Kook... — continuó hablando hacia los periodistas —. Pelo la valentía y belleza de mi papi omega. Sí, aún tengo en ese papel el apellido Kim, ¿y qué? — JungKook apresó la cintura de su pareja — me palece justo, ya que me palezco tanto a mi padle alfa, pues con olgullo poltalé sólo el apellido del que me llevó en su vientle. Jeon o Kim, Kim Jeon, o Jeon Kim, sigo siendo el fluto de la unión de mis papis.

— Y el puente para el dinero...

— ¿Es enselio, señol? — Sus garritas se asomaron — mi papi jamás ha tocado un peso de papá Kook. Solo lo que se ha ganado con su tlabajo en esta emplesa. Eso es lo único que puede decil.

— ¿Y qué te escondiera hasta hace poco?

— ¿Escondelme? Pol favol... — frunció su ceño —, quizás mi papi no le dijo a su tiempo a papá Kook que me espelaba, pelo eso es pol que estaba evitando que pelsonas como ustedes nos atacalan. Pelo mi papi, no me escondió, pude caminal pol las calles, salil al palque, e incluso me tlajo a este lugal en donde puedo ablazal a mi papá. Si no existielan pelsonas con el colazón tan osculo pala pensal tan mal, al punto de que dicen que un omega tlabajadol tiene una lelación con un alfa adinelado solo pol intelés, ustedes no tendlían sus tlabajos. Puedo olel su maldad, y su hamble pol el dinelo. No les impolta invental cosas, y se dejan engañal pol pelsonas con el colazón tan osculo que la misma noche les huye.

— Niño, por favor...

— ¿Pol favol? Nada de eso — acarició el rostro de TaeHyung —. Yo no los dejalé salilse con la suya. No les tengo miedo. A mi papi lo lespetan, y a mi papá Kook lo dejan de vel como si lo único valioso que tuviela fuela la cuenta bancalía.

JungKook abrazó a su familia, acarició las orejas de su tigrecito, y en sus ojos destelló el rojo rubí. La cola del pequeño; se enredó alrededor de la cintura del omega.

— Puede que me haya equivocado en mis acciones, pero de algo estoy muy seguro; que este par de tigres son mi familia, y no permitiré que ustedes intenten manchar lo que estamos formando. — Sus ojos cambiaron a verde esmeralda.

— Este precioso hombre es mi omega, y me encanta — besó la mejilla acanelada —, me convirtió en padre, y no en cualquier padre. Trajo a este mundo al cachorro más hermoso, inteligente y valiente que conozco — TaeHyung besó la mejilla del alfa —. Por ellos daría mi vida, los amo. La sociedad podrá pensar lo que se le dé la gana, pero ante mis ojos, mi corazón y mi tigre; mi omega es lo más valioso, junto a mi cachorro — sus ojos se tornaron rojizos por completo —. Les recomiendo no meterse con mi amada familia.

— Ellos son mis papis — señaló con su garrita a media transformación —, y no impolta el apellido que tenga, polque mi papá Kook siente en sus olejitas la conexión que tenemos — sonrió, y la mayoría de espectadores sintieron ternura —, pelo si quielen metelse con mi famila, tendlán que enflentalse a sus galas y a las mías.

— Quedando claro que toda esa información que ustedes recibieron en ese correo, fue enviada con toda la intención de dañar a los Jeon Kim, les recomiendo que cumplan con su palabra y firma — advirtió Jackson —. Los que se atrevieron a faltar a su compromiso, los abogados los esperan en una de nuestras salas. Los demás pueden retirarse — observó como Jeon cubría con su saco al pequeño tigre—. Ah, y no intenten escabullirse — habló enviando a los de seguridad tras el amigo de BoGum —, nuestro personal los tienen muy presentes.

En el estacionamiento, JungKook ayudaba a su hijo para que volviera a ocultar sus rasgos de tigre. Pero estaba siendo complicado, cada vez que sentía una presencia, el pequeño se ponía en alerta y rugía, para después mover sus orejas en busca de intrusos.

— Pequeño tigrecito, nadie se va a acercar, tranquilo.

— Lo siento, papá Kook, es que hay demasiados alomas que altelan al tigle, y su natulaleza es fuelte...

— ¿A caso, eres...? — Lo miró con entusiasmo.

— Sí, nos lo dijelon hoy, ¿te gusta la noticia?

JungKook se abalanzó sobre el cachorro, no tomando en cuenta el pequeño espacio del auto.

— Me gusta mucho... aunque para mí lo más importante es que tú te sientas bien con el resultado.

— Obvio que sí. Hasta bailé con mi papi al entelalnos.

— Kookie...

— Ay, mi vida, no pienses que me olvidé de ti. — Lo miró por el retrovisor.

— Ya vas a estar tú para olvidarte de mí. Eso no te lo creería ni en sueños.

— ¿Tan seguro estás de que vives en mi mente?

— Pues eso es lo que dice mi señor rayitas — se cruzó de brazos —, pero con esa pregunta, cómo que empiezo a dudar de su palabra.

— ¡Papi fugitivo! Podlás dudal de la coldula de papá Kook, pelo jamás de su palabla de macho alfa y atiglado.

— ¿Me dijiste loco?

— No. Sólo que te falta un tolnillo cuando estás con papi fugitivo.

— Hijo de...

— Hijo de mi bello papi y papá deschavetado de amol pol su fugitivo.

TaeHyung no pudo contener la risa, y estalló en carcajadas.

— Bien-bienvenido al mundo donde tu hijo te da tres vueltas y te sale adelante. — Abrazó su estómago ante el dolor por la risa.

— Ese mundo no me desagrada...

— Papá Kook, ¿podemos il a celeblal?

— ¿Celebrar? — TaeHyung detuvo su ataque de risa.

— Sí, papi fugitivo, vamos a celeblal que venciste un miedo, y la noticia que nos dio la doctola.

— Es cierto, amor, lograste enfrentarte a eso que te empujaba a huir de nuestra cercanía.

— Ahora que lo pienso... Dije que eres mi familia, ¡mi familia! — Cubrió su rostro.

— Oye, mi fugitivo amor, no te avergüences— apuntó el cinturón de seguridad del cachorro —. Eso fue lindo— con gran agilidad, se desplazó por los asientos hasta acomodarse en el lado del conductor —, aunque yo esperaba que dijeras que soy tu alfa.

— Ay ya, cállate — sus mejillas se sonrojaron aún más —, sácanos de aquí.

— Sí, papi fugitivo, debiste gluñil y decil: "él es mi alfa, mío", así como cuando ves a la señolita Jisoo.

— ¡Tigre del demonio! Yo no he dicho eso.

— Pelo lo piensas.

— Mejor me voy solo...

Intentó abrir la puerta, pero el suave apretón en su muslo lo hizo detenerse.

— No vas a huir, ¿o quieres...? — Sonrió coqueto.

— No quiero, y de igual forma tú no me vas a dar...

— ¿Dal? ¿Qué se van a dal? — Los miró con curiosidad.

— Nada, cachorro, no me va a dar nada — carraspeó nervioso —. Mira lo que provocas...

— Soy inocente, amor fugitivo.

— ¿Se van a besal? — Inquirió expectante ante el lento acercamiento de los rostros.

— Sí.

— No. — Apartó el rostro, y apretó los labios.

— Uy, papi fugitivo, mi papá Kook te va a coblal el habelo dejado con la tlompita palada.

JungKook asintió sonriente, inclinándose más de lo necesario sobre el cuerpo de TaeHyung; le abrochó el cinturón de seguridad.

El corazón del omega dio un brinco, juró que JungKook pudo escuchar sus latidos. Aquella cercanía con tintes de seducción lo descolocaban.

Quiero que me cobres lo que quieras.

— ¿A dónde quieres ir, mi fugitivo amor? — Se reincorporó en su sitio, y dio arranque al automóvil.

Dame una nalgada, apriétame con esos brazotes, y méteme la lengua en la boca.

— Papi, te estamos hablando.

JungKook dio un vistazo rápido al omega. Al percatarse de como apretaba las piernas, y mordía sus labios, el alfa negó dibujando una sonrisa juguetona en su rostro.

— Papi fugitivo, mila, una mujel le hace ojitos a papá Kook.

Los colmillos se asomaron, el gruñido retumbó en el auto.

— ¡¿Qué?! ¿Dónde? Ese hombre es... — Con su mirada buscó a la susodicha.

— ¿Soy...?

— No hay tal mujer — abultó los labios —. Y tú eres un alfa loco que no me da mis nalgadas.

— ¿Cómo dices que dijiste, papi?

— ¡Ay no! Bebé, eso era pensamiento.

JungKook soltó una risa nasal, la cual fue sustituida por un quejido, producto del pellizco que le otorgó TaeHyung.

— Agresivo me enamoras más.

— Cállate, alfa del demonio.

— Papi, tus pensamientos son lalos...

— Olvídalo, por favor. Y no es raro, son ganas de...

— Amor, tus pensamientos de nuevo.

¡Ya cálmate hormonal! ¡Ya deja de hablar, Kim!

— Lo olvido si le das un besote a papá Kook.

— ¿Por qué?

— Polque a mi papá le duele el pellizco que le diste pol tu pensamiento lalo.

— Sí. Rayadito, me duele mucho, auchs, auchs...

— Poblecito, se le va a cael su blacito.

— Dejen el drama.

Movió su dedo índice, llamando al alfa hacia sus labios. Jeon aprovechó el semáforo en rojo y desabrochó su cinturón con rapidez. TaeHyung acunó el rostro, con su lengua delineó los delgados labios y besó al alfa.

Poco a poco inició a profundizar el beso, arrancándole suaves suspiros al alfa.

— ¡Espela, papi! — Cubrió sus ojos — eso es un beso dementol, y yo pedí besote.

— Yo no me quejo, creo que me besaste hasta el alma.

— No me molesten.

El semáforo cambió, y rápidamente Jeon volvió a su posición inicial.

Hicieron una parada rápida, compraron los ingredientes para preparar la cena, el cachorro brincaba de felicidad porque tendrían una noche compartiendo su comida favorita.

Estando en el apartamento, tomaron un baño rápido, jugaron con burbujas mientras grababan en su mente las carcajadas de su hijo.

Estando cambiados y listos, se dirigieron a la cocina.

— ¡Pizza, pizza! — Gritaba el cachorro.

— Pequeño tigre, ¿en serio quieres esa pizza?

— ¡Sí! Me gusta mucho — TaeHyung amarró el pequeño delantal del infante —. Pamchimones, pizza de pamchimones. — Cantaba entusiasmado.

— Bueno, a picar hongos será.

— No hagas caras, papá Kook, los pamchimones son muy licos.

— Kookie, te prepararé una pizza con tu sabor favorito.

— ¿Y lo sabes? — Lo abrazó por la espalda.

— Claro — delineó uno de los tatuajes —. Es el mismo que el mío... Hawaiana.

— ¿Y eso cómo lo sabes?

— Pues, te espié.

— ¿Ah sí? — Depositó un suave beso en el hombro.

— No — sonrió travieso —. En una conversación que tuve con Jimin, él me lo dijo. Además, sé que sufriste cuando de la nada empezaste a sentir asco hacia ella.

El infante, organizaba algunos ingredientes mientras sus padres hablaban.

— ¿Y eso cómo...? No me digas. Fue Jimin.

— Sí. ¿Sabes? Esos ascos que sentiste hacia la pizza, fue por mi embarazo.

— ¡Ay que emoción! Compartí malestares contigo.

— Alfa raro. Cualquier otro, estaría renegando.

— ¿Por qué renegaría? A mi manera de ver, es algo hermoso, de alguna manera te ayudé con ese proceso. — Por sobre la ropa, con su dedo dibujó círculos en el abdomen del omega.

— Pues mientras tú vomitabas porque no soportabas el olor, yo me la pasaba babeando porque quería comer a cada rato.

— Entonces, ¿por qué al cachorro le gusta la de champiñones?

— ¡Pamchimones! ¡Si!

— Jum, ni idea. — Se encogió de hombros.

— Creo que no es un Jeon, y tampoco un Kim, nos lo cambiaron en el hospital.

— ¡Oye! — Posó sus manitos al lado de su cintura — Papá Kook, no me desheledes solo polque me gustan los pamchimones.

— Ahorita que lo veo, quizás tengas razón...

— ¡Papi fugitivo! ¿Cómo dices eso?

La pareja se miró con complicidad, para luego abalanzarse hacia su hijo y apresar sus mejillas.

— No me van a conteltal. — Intentaba esquivar los besos de sus padres.

— Ya, cachorro, eres mi tigre del demonio, era sólo una bromita.

— Pequeño tigre, eres un Jeon, guste lo que guste, luzcas como luzcas.

— Eres nuestro hijo, nuestro cachorro, nuestro tigre, la luz de esta familia. — Hablaron al unísono.

— ¿Y si encalgan otla luz pala que la familia sea más luminosa? — Pestañeó con ternura.

— Hora de hacer la pizza. — TaeHyung se apartó para buscar los recipientes.

— Tú vas a tlabajal pala dalme una helmanita o helmanito, ¿veldad?

— Bueno, cachorro...

— ¡Ese alfa no va a trabajar en nada!

— Le quitas lo divertido a agrandar la familia.

— Papi antichévele.

Dejaron de hablar en el momento en que TaeHyung les arrojó un poco de harina. En medio de carcajadas, bromas y muchos besos, prepararon sus pizzas. La cocina fue redecorada con nubes de polvo, uno que otro trozo de champiñón y piña quedaron estampados en las paredes.

Cenaron en la sala, abrazados, acobijados y mirando una película. Después se preocuparían por limpiar.

Cosa que no sucedió, ya que cuando llegó la mañana, Lisa se encontró con la gran sorpresa.

— ¡Tigres del demonio! — Gritó desde la cocina. Olvidando que había ingresado en total silencio para no despertarlos. — ¡La cocina!

Abrieron sus ojos ante el grito. Desubicados intentaron despertar por completo.

— Papis, hora de correr. — Los despeinados cabellos del cachorro desaparecieron junto a su rastro al correr por el pasillo.

— Los siento Lisa, es culpa de JungKook. — Tomó la mano del alfa, y prácticamente lo arrastró camino a la habitación.

— Lisa, te damos el día libre — sonrió ante la vista de las piernas de su pareja —, enviaré a alguien para que la deje como nueva... Y por cierto no es mi culpa, no le creas al fugitivo.

¡Volví! 👀

Mis kokoros darks, no saben cuanto los y las extrañé. 🥺

Capítulo dedicado a mi niña Dios, mi solecita. Mi cumpleañera de un 24 de Diciembre. elizara2016 , casi tres meses después, llegó tu regalo de cumpleaños. Te quiero mi Sol.

Por cierto, este regreso viene recargado. Así que nos leemos en el siguiente capítulo que no tardaré en subir.

Besitos púrpuras. 💋💜

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