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🐯 Cap 15

El omega caminaba apresurado por los pasillos de aquel hospital; llevando casi a arrastras al alfa. Sus ojos buscaban desesperados a Lisa y Hoseok.

Se imaginaba lo peor, su angustia aumentaba en cada paso que daba por aquel lugar. El olor a desinfectante y medicina; golpeaba sus sentidos.

— Amor... — JungKook frenó sus pasos.

— Muévete, o suéltame... Pero no me frenes. — Intentó soltarse del agarre del alfa.

JungKook atrajo el cuerpo ajeno, y lo apresó en un abrazo.

— Tranquilízate. — Pidió posando una de sus manos en la acanelada mejilla.

— No puedo, es que... mi bebé. — Sus ojos se nublaron por las lágrimas.

— Respira, el cachorro estará bien. — Le besó los parpados.

— Estoy muy asustado... — Inhaló profundo. — Es que nuestro cachorro jamás se ha enfermado.  Es increíble, pero ha sido un bebé muy sano... y ahora, Lisa lo trajo aquí...

— Entiendo, pero tienes que tranquilizarte, o cuando el cachorro te vea; se va a angustiar.

TaeHyung juntó su frente con la ajena, y asintió, el alfa acarició la espalda y le regaló un besito en la nariz.

Él también estaba angustiado, el tener a su cachorro en aquel lugar, y ver al omega tan inquieto; hacía que su corazón bombeara más rápido, sus pensamientos eran un torbellino. Pero debía mostrarse sereno, ser un pilar para su asustado amor fugitivo.

El omega se encontraba envuelto en aquella burbuja de seguridad y paz que le regalaba el alfa. Su nariz se sumergió en aquel cuello, y se embriagó con la fragancia.

— ¿Estás mejor?

— Sí, ahora continuemos... — Se apartó del alfa, y giró para seguir el camino. — ¡Lisa!

— Tae. — Caminó hacia el omega.

— ¿Qué le pasó? ¿Por qué lo trajiste? — La tomó de los hombros.

— Hola, Lisa. — Saludó Jeon.

— Señor Jeon... — Inclinó un poco su cabeza en medio del saludo. — Tae, el pequeño tigre no quería comer, pronunció muy pocas palabras, estuvo toda la mañana en su habitación...

— Algo más le sucedió, dime...

— Rayadito, déjala hablar. — Lo abrazó por la espalda.

— Cuando fui a ofrecerle el almuerzo, lo escuché quejarse, temblaba envuelto en las sábanas, y cuando lo descubrí; nuestro niño estaba ardiendo en fiebre y los llamaba...

— ¿Dónde está...?

— En la habitación al final del pasillo...

— Gracias, Lisa. — Expresó Jeon antes de salir a alcanzar a su omega que había iniciado a correr.

La puerta de la habitación se abrió, y TaeHyung empujó al doctor que acompañaba al cachorro.

— Hola, Tae...

— Amor... Espera...

— TaeHyung, hola, que bueno que llegaste, gracias por la tacleada. — Acomodó su bata.

— Lo sentimos, Hoseok Sprite...

— Rugidor feroz, tu fugitivo...

— Hobi... — Lo miró soltando la mano de su cachorro. — Dime qué tiene, ¿Tú puedes decírmelo?

— Tae, no soy el doctor de mi pequeño tigre, pero...

— ¿Papi fugitivo...? — Una somnolienta voz interrumpió. — ¿Papá Kook...? — Inquirió al percibir las fragancias de sus padres.

— ¡Mi tigrecito del demonio! — Se abalanzó a abrazarlo.

— Pequeño tigrecito. — JungKook lo abrazó por el otro lado de la camilla.

— ¡Papis! — Sonrió. — ¿Pol qué llolas papi fugitivo? — Inquirió al ver los cristalinos ojos del omega. — No lloles...

— Tae, no te asustes, nuestro pequeño tigre está aquí porque presentó una fiebre de cuarenta grados... — Acotó Hoseok.

— ¿Qué? Mi bebé, ¿Cómo no me voy a asustar? Es muy alta...

— No te asustes, papi... Podían fleíl un huevito en mi cabecita. — Le acarició las mejillas al omega. — Ya estoy bien, mila, ahola no soy un holno. — Su manita guió la mano del omega a su frente.

— Amor, el cachorro ya se encuentra bien. — Acotó el alfa al ver cómo el omega revisaba cada parte del pequeño cuerpo.

— Buenas tardes, soy la doctora que atendió a su cachorro. — Intervinó la nueva presencia. — Me imagino que ustedes son los padres de este tigre encantador. — TaeHyung y JungKook asintieron.

— ¿Escuchalon papis...? La doctola dice que soy encantadol. — Una tierna sonrisa se dibujó en los pequeños labios. — Hasta en modo holno conquisto colazones.

— Tigre del demonio... — TaeHyung intentó regañar.

— ¿A quién le aprendiste a ser coqueto? — Preguntó el alfa conteniendo la risa.

— Eso es obra tuya, alfa endemoniado. — Lo miró entrecerrando los ojos.

— Yo soy inocente. — Levantó sus manos. — ¿Cuándo me has visto ser coqueto, rayadito?

— Yo digo que eso va mitad y mitad. — La pareja miró a Hoseok. — Vamos, no se hagan, ese cachorro es la perfecta representación de sus coqueteos...

— Bueno... Eso del coqueteo lo verán después. — Interrumpió sonriente. — Estoy aquí para decirles que el encantador tigrecito; presentó un caso de Amigdalitis. — Informó mientras revisaba los signos del cachorro. — Ya le aplicamos medicamentos por la intravenosa, la fiebre bajó, y poco a poco la voz de su hijo se escuchará como siempre.

— Viste papi, nada de qué pleocupalse.

— Susto que me pegué. — Suspiró aliviado.

— Yo sí me imaginé que ibas a entrar en pánico total. — Agregó Hoseok.

— Lo dejaremos unas horas más en observación, sólo por el tema de la fiebre. — Avisó. — Después, pueden seguir con el tratamiento en su hogar.

— Hasta luego, muchas gracias por cuidar de mi cachorro. — Expresó antes de que la doctora abandonara el lugar. — No me molestes, Sol del infierno, no te imaginas cómo me sentí, además tuve un día de perros...

— Papi, ni cleas que no me fijé en tu lostlo. — Interrumpió serio. — ¿Qué te sucedió? — Entrecerró sus pequeños ojos.

— ¿Quién te golpeo? — Rugió al acercarse al rostro del omega. — ¿Quién se atrevió a tocar a mi tigre dramático?

— Papi, el doctol Splite te habla...

— Este... No es nada...

— Papá Kook, ¿Quién le hizo eso a mi papi?

— Cachorro, ya solucionamos eso. — Se sentó junto al infante.

— Bebé, no fue nada...

— Papi fugitivo. — Se cruzó de brazos. — Me duele más el vel que te golpealon, ¿Quién fue? Le voy a moldel la pielna cómo al bombombum...

JungKook y TaeHyung se miraron, buscando qué responder.

— Tae, ¿Fue ese hombre...? — Inquirió Hoseok.

— Esos ojos me dicen que... Papi fugitivo, fue él, ¿Veldad? — Rugió bajito.

— Bebé no rujas, tu garganta...

— Te dije que ese homble te halía daño. — Estiró su manito llamando al omega. — Papá Kook, ¿Le paltiste su mandalina en gajos?

— JungKook, dime que lo mandaste al hospital. — Hoseok revisaba los golpes en el rostro ajeno, y el cachorro le daba besitos en la mano.

— Sí, podría decirse que el bombombum hizo Cosplay de saco de box...

— Podrían dejar de hablar de ese hombre. — Pidió. — Ho-Hobi...

— ¿Qué tienes...? — JungKook se alertó. — Hoseok, ¡Agárralo!

— ¡Papi fugitivo! — Gritó el infante al ver cómo el cuerpo de su progenitor se desplomó.

— Hoseok, ¿Qué tiene? — Se bajó de la camilla. — Cachorro, tu quédate aquí quieto.

— Mi papi...

— ¡Una camilla! — Gritó Hoseok. — JungKook, ve por Lisa, ella se quedará con el tigrecito.

— Yo voy con ustedes... — Intentó retirarse el suero.

— No. Por favor cachorro, tú debes quedarte aquí.

— Mi papi, papá Kook, ¿Estalá bien...? — Sus ojitos lagrimearon.

— Estará bien, pero tú debes esperar aquí. — Le besó las mejillas antes de salir de la habitación.

Hoseok observaba con detenimiento los resultados. Intentaba controlar sus instintos de dirigirse a aquella habitación y golpear a cierto beta.

Cuando se dirigía hacia el piso de imágenes diagnósticas, se topó con la no muy grata noticia de que estaban realizando un procedimiento al hombre que se atrevió a lastimar a su amigo.

JungKook estaba furioso, no quería a ese hombre cerca de su familia, y ahora resultaba que lo tenían a unos cuantos pisos. Le recordó a su gente que no debían retirar la vigilancia, sin importar que estuviera en custodia de las autoridades.

— Las imágenes no muestran ninguna lesión en la cabeza.

— Entonces, ¿Por qué se desmayó? — Apretó con delicadeza la mano del inconsciente omega. — ¿Seguro que no es por los golpes que sufrió en su cabeza?

— JungKook, las imágenes están bien, no hay rastros de lesiones. — Se acercó a la camilla, y revisó los signos. — Esperemos los exámenes de sangre.

Se sentaron en espera de la reacción del omega. Sus ojos no perdían de vista al chico.

Se levantaron cuando percibieron el movimiento del cuerpo.

— ¿Do-dónde estoy? — Abrió sus ojos aturdido.

— Amor, te desvaneciste en los brazos de Jung...

El omega se reincorporó en la camilla, alejando las manos que querían impedir que se bajara.

— Quiero ir con mi cachorro...

— Aún no sabemos qué te pasa, de aquí no te mueves hasta que veamos los resultados de los exámenes.

TaeHyung torció el gesto.

— Omega llorón y dramático, ni pienses en salir de esta habitación.

— El desmayo es porque estoy embarazado. — Se bajó de la camilla.

— ¡¿Qué?! — Gritaron al unísono.

— No sean mensos. — Se burló. — Estoy jugando, si en estos momentos soy casi virgen.

— Omega...

— No creo que por permitir que el rayitas se posé en medio de mis piernas; me embarace. Además la ropa es como un preservativo, la rozada no me embaraza.

— ¡Omega calenturiento! — Gritó Hoseok.

— ¿Qué? — Les sonrió. — Llévenme con mi cachorro...

— Doctor, aquí los resultados del paciente Kim.

La enfermera interrumpió, Hoseok agradeció por los documentos, y le dio la orden de que saliera.

— Veamos... — Sus ojos viajaban por las hojas, examinando cada resultado. — TaeHyung...

— ¿Qué? ¿Si estoy embarazado?

— Rayadito... Síguele con eso, y te voy a embarazar.

— Ajá, no te creo. — Lo miró desafiante. — ¿Cuándo me vas a embarazar? A ver rayitas... si no pasamos de los besos y unas cuantas rozadas.

— ¡Por las rayas de su tigre! — Expresó Hoseok. — JungKook, deja de tenerlo en abstinencia...

— ¡Oye! — Se quejó. — No todo es mi culpa, ese rayado fugitivo tampoco me ayuda con la abstinencia, sí supieras los sueños que tengo y pues...

— En mi defensa, tengo que correr...

Intentó tomar impulso para su huida, pero JungKook lo agarró de la cintura.

— Dejen esos juegos suyos, y vamos a ver lo de tu desmayo. — Regañó. — TaeHyung, ¿Cuál fue tu última comida? — La mirada que su amigo le daba lo hacia sentirse regañado y juzgado. — Contesta...

— Y apareció el Sol juzgón. — Expresó dramático ante la mirada. — Comí esta mañana...

— ¿No comiste nada más en el transcurso del día? — Inquirió JungKook subiéndolo a la camilla.

— No tuve tiempo, ni ganas.

— Hijo de tu madre rayada. — Se acercó Hoseok. — Con razón... — Le pellizcó las mejillas, y JungKook gruñó. — Mira, no me andes gruñendo, y dale un castigo a tu omega.

— Uy, ¡Premio!

— Paciencia, necesito paciencia. — Se golpeó la frente.

— Pero, ¿qué tiene mi rayadito?

— Tu omega caliente, dramático, llorón y despreocupado... — TaeHyung le mostró la lengua en burla. — Tuvo una baja de azúcar. No debió aguantar tanto tiempo sin comer, además sumémosle que se enfrentó a situaciones estresantes.

— Bueno, ya, sólo voy a comer y listo.

— Enserio, le quiero dar un zape. — Hoseok sobó el puente de su nariz.

— ¡Rayitas! No permitas que el Sol endemoniado me pegue. — Puchereó.

— No vas a hacer eso. — Advirtió, y TaeHyung sonrió. — Hoseok, me encargaré que coma y se recupere.

— ¿Sí?

— Sí. — Sonrió hacia el omega. — Me llevaré al cachorro junto al fugitivo a mi casa.

— ¡¿Qué?! — La sonrisa de TaeHyung se borró. — Yo me puedo cuidar solo.

— Lo escuchaste muy bien. — Expresó serio. — Apenas le den el alta a nuestro hijo; nos vamos a mi casa, no voy a dejar que sigas descuidándote.

— ¡Hobi! No lo permitas, corro peligro de que me embarace.

— El Sol del infierno está fuera de cobertura. — Inició a salir de la habitación. — Intente comunicarse cuando el alfa rugidor se encargue de seguir las indicaciones del doctor Sprite, y en la revisión veamos que todo mejoró.

— Infernal, es un Sol infernal.

— No es tan malo que vayas a mi casa.

— No voy a ir.

— Claro que lo harás. — Besó los abultados labios. — Vamos, te dejaré con el cachorro, e iré por algunas cosas a tu apartamento.

— ¡Me estás secuestrando!

— En el fondo esa idea te encanta. — Sonrió coqueto. — Rayadito... Estarás en mi territorio por unos días, eso indica que te besaré hasta el cansancio.

— ¡El cachorro nos espera! — Esquivó el beso del alfa y salió corriendo.

— Papi, a mí sí me gusta la idea de estal en casa de papá Kook. — El pequeño jugaba con los cabellos del omega que se encontraba acostado junto a él.

— Estaré preso, y con dos tigres endemoniados...

TaeHyung no paraba de quejarse, hacia pucheros cada vez que decía que no soportaría estar en un lugar que no fuera su apartamento.

— Papi, eso te pasa pol no comel... ahola el señol papi fugitivo; tendlá a su enfelmelo pelsonal.

— El enfermito eres tú.

— Y el que necesita supelvisión eles tú. — Dibujó un pequeño corazón en la mejilla ajena. — Con papá Kook estalemos muy bien, sólo no le huyas y sonlíe bonito.

El celular del omega sonó, interrumpiendo la conversación y la sesión de mimos. El omega al ver que era JungKook; contestó casi de inmediato.

— < ¿Qué sucede?

— < Rayadito, me recuerdas donde dijiste que tenías la maleta para tus cosas.

— < En el Closet, en el cajón de arriba.

— < Okay, ya la vi. — Jaló la maleta. — ¿Qué es esto? — Inquirió cuando cayó una caja al piso. — Uy, rayadito...

— < ¿Qué?

— < Acabo de encontrar una caja de zapatos bastante curiosa. — Sonrió con malicia al ver el contenido.

— < No la veas, olvida que está allí.

— ¿Qué pasa, papi?

— Nada, no pasa nada. — Tragó saliva. — Ya vuelvo, trata de dormir otro poquito.

Salió de la habitación.

— < ¿No pasa nada, rayadito? ¿Y esto que veo aquí...?

— < Maldita sea, eso no debías verlo. — Sus mejillas se ruborizaron.

— < ¿Qué tenemos por aquí...?

— < Rayitas, no.

JungKook se sentó en la cama e inició a sacar cada objeto de aquella caja.

— < Uy, amor, ¿Me parece, o hay uno que es similar a mi tamaño?

— < ¡No veas mis cosas! Deja eso en su lugar. — TaeHyung estaba pensando seriamente en correr hacia su apartamento.

— < Conque esto es lo que usas para...

— < Dices una palabra más, y te juro que cuando llegues al hospital no encontraras rastro de nosotros.

— < Ya, amor... — Cerró la caja.

— < Espero que dejes esa caja en su lugar. — Articuló luchando con su vergüenza. — Te doy media hora para volver, te tardas un minuto más, y haré la fuga.

— < Cómo mande mi rayadito de vibras grandes.

— < ¡JungKook!

— < Te amo... — Expresó divertido ante el grito. — Quisiera poder ver ese sonrojo que ha de estar adornando tu hermoso rostro.

— < Llegas a decir alguna palabra sobre el contenido de esa caja...

— < Mis labios no dirán nada. — TaeHyung suspiró. — Por ahora, sólo porque debo concentrarme en cuidar a mis amores.

— < Alfa endemoniado, no debí dejarte entrar a mi apartamento.

— < Demasiado tarde. Recuerda que no sólo he ingresado en tu apartamento.

— < Treinta minutos, señor Jeon.

Colgó la llamada. Su corazón amenazaba por salir de su pecho. La vergüenza se negaba a abandonar su sistema. Cerró sus ojos y recordó la gran variedad de juguetes sexuales que tenía en aquella caja.

— Maldición, vio el que uso para mi celo. — Se jaló los cabellos. — Y se dio cuenta que se parece al suyo. — Mordió su labio. — ¡Todo es tu culpa, Hoseok!

— ¿Yo qué hice? — Inquirió al llegar al lado del omega.

— Sol del demonio, el alfa endemoniado vio la caja.

— ¿Tu caja? ¿La caja del placer? — TaeHyung asintió. — ¿Y por qué tengo la culpa?

— Porque tú fuiste el de la idea.

— Pero tú empezaste a buscar uno parecido al del alfa que te embarazó.

— Calla, no me recuerdes esa locura.

— Además me dijiste que no había uno que igualara al de él.

— ¡Trágame tierra y escúpeme en el amazonas, dentro de la panza de una anaconda!

— Ya, omega caliente y goloso. — Le palmeó la espalda. — Sólo finge demencia.

TaeHyung se deslizó contra la pared, sentándose en el piso y escondiendo su rostro entre sus piernas.

— Debí deshacerme de la caja buenas vibras.

En el apartamento de TaeHyung; el alfa intentaba controlar el problema que se presentó en sus pantalones. Su mente no pudo evitar preguntarse cuántas veces el omega se dio placer con aquellos objetos.

Además el recordar las palabras que había dicho Hoseok cuando se conocieron. Esa información de que el omega suplicaba por su alfa cuando necesitaba placer; lo hizo recordar aquellos gemidos y jadeos.

— No pienses en eso. — Se regañó. — Aunque... No me gusta que eso estuviese dentro de mi omega. — Observó la caja que acababa de ocultar en el lugar de donde cayó. — Maldición, quiero quemarlos. — Gruñó. — ¿Estoy celoso de unos consoladores y vibradores? — Se inquirió sin poder creerlo. — No, claro que no. — Sus colmillos se asomaron. — ¿A quién engaño? ¡Sí me da celos!

Holaaa, Kokoros Darks 🤘🏻 🖤
Volvieron los rayados 😍

Capítulo dedicado a bella_andria
mi hermana de risa, con mucho cariño para ti. Cada sartenazo, que me has dado es una linda muestra de amor, que me recuerda que debo actualizar 😅
Gracias por tu apoyo. 💜💋

Agradezco a cada kokoro dark, que ha esperado con mucha paciencia esta y cada una de mis actualizaciones.
Los extraño mucho 🥹

Besitos púrpuras, 💋 la dark se despide. 🤘🏻

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