Lisa del dolor que sentía en esos momentos, veía como su mano junto con su ropa se llenaba de sangre.

- Descuide, lider. Estamos a nada de llegar a la manada - hablo un beta.

La pelinegro solo trataba de aguantar el dolor, lo que le preocupaba en esos momentos era su omega. Temía que su conejita pensara cosas erroneas por el lazo.

- Conejita... - murmuró.

La herida afortunadamente no era tan profunda pero si estaba sangrando mucho; el grupo trataba de llegar lo más rápido posible para que atendieran a su líder. Hoy habían ido a cazar, todo estaba bien, pero lamentablemente los atacó una manada y les intentó quitar lo que habían cazado, tuvieron una pequeña pelea en donde Lisa salió herida al ver como iban atacar a uno de sus compañeros por la espalda.

- ¡Llegamos, señora! - avisó uno.

JiSoo tenía lágrimas en sus ojos mientras miraba por la ventana alguna señal de su esposa, posó sus manos en el vientre abultado mientras sentía la marca doler levemente.

Se levantó de la silla cuando vió como su esposa entraba a la casa con ayuda de dos hombres, al parecer ya la habían atendido porque traía un vendaje alrededor de su abdomen. Sintió un poco de celos al ver que su esposa no traía camisa pero no era momento para eso, quería ir corriendo a recibirla pero no podía debido a su embarazo. Espero en la habitaci6n a que su esposa subiera, soltó un leve grito de emoción al ver como se abría la puerta.

Rapidamente cubrió su vientre con un cojin al recordar que nadie de la manada sabía que estaba en cinta.

- Permiso - habló uno de los hombres.

Ambos dejaron el cuerpo de su líder en la cama, JiSoo se acercó lentamente al cuerpo viendo a su alfa medio dormida.

- Tomó un analgésico - habló el alfa.

- Nos retiramos, esperamos que se recupere - dijo el otro mientras hacían una leve reverencia y salían de la habitación.

JiSoo aventó el cojin hacía un lado y tomó entre sus manos las mejillas de la pelinegro, dió un pequeño beso en una de las mejillas de la alfa.

- Conejita... - murmuró levemente Lisa al sentir el aroma de su omega.

- Lili, aquí estoy. - abrazó con delicadeza el cuerpo de su esposa - Estaba muy preocupada.

Lisa sujetó la mano de la castaña débilmente y sonrió tiernamente.

- Te voy a cuidar hasta que te sientas mejor, esposita - se levantó de la cama y le quitó los zapatos a la alfa, posteriormente fue a buscar una frazada para arropar a su alfa.

Salió por unos minutos y entró nuevamente con una frazada en sus manos y rápidamente fue a cobijar a su esposa. Después se metió en cama con ella, teniendo cuidado de no lastimarla, pegó su nariz en el pecho y empezó a oler el aroma a café.

JiSoo limpiaba la herida con delicadeza, no queria lastimar a la pelinegro, a pesar de que la herida ya estaba mejor aún así no quería lastimarlo.

- Listo - sonrió levemente mientras veía a su alfa - Te pondré la venda...

- Gracias, conejita - dió un pequeño beso en la frente de la omega.

La castaña empezó a colocar la venda, una vez lista sonrió. Después ayudó a su esposa a colocarse la camisa, cuando iba a cerrarla las manos de la pelinegro detuvieron su accion.

- Solo es una herida... Yo puedo hacerlo - sonrió.

- Mientes. - hizo un mohin - Deja que tu linda conejita te cuide.

- Esta bien, dejaré que me cuides - acarició el cabello de la castaña.

JiSoo sonrió nuevamente y empezó a colocar correctamente los botones para cerrar la camisa. Después se arrastro en sus rodillas y agarro la pequeña taza de té y se la dió a su esposa.

- No arrastres los pantalones, se te van a romper - la regañó y la ayudó a qué tomara asiento a su lado, con su mano sacudió la parte de las rodillas y después puso su mano en el vientre de la omega.

- Nuestro cachorrito está creciendo muy rápido, Lili - mencionó.

- Espero que nuestro cachorrito sea tan lindo como tú - le dió un pequeño beso en sus mejillas.

- Toma tu té, anda - dió leves palmaditas en el muslo de su esposa.

- Te voy a cuidar a ti y este pequeño - habló antes de empezar a tomar el té.

- Bam, salte. Nos vamos a bañar - habló JiSoo mientras intentaba sacar el can.

Lisa miraba la escena con una sonrisa en su rostro desde la bañera.

- Listo - pronunció al ver que el can se fue corriendo.

Empezó a quitarse su ropa bajo la atenta mirada de la pelinegro, detuvo sus movimientos mientras la veia.

- Tapate los ojos, no me mires - ordenó.

- ¿Qué? Pero si ya conozco todo de ti - dijo con una sonrisa.

- Soy tímida...

- Como mi conejita, ordene - tapó sus ojos y JiSoo se quité la ropa, dejándola en una esquina - Ten mucho cuidado, conejita.

Después se adentro en la bañera con el agua tibia, agarró el cuenco y mojó su cabello.

- ¿Ya puedo verte? - cuestionó - Si, alfa...

Lisa apartó sus manos de su rostro y apreció la belleza de su esposa, JiSoo agarró el cuenco, lo lleno de agua y mojó el cabello de su esposa.

- Yo lavo tu cabello.

La alfa se sintió muy feliz, el simple hecho de estar con su omega lo hacía feliz y sería más feliz dentro de un tiempo cuándo tuvieran a su cachorro en brazos.