𝐋𝐀 𝐂𝐇𝐈𝐂𝐀 𝐃𝐄 𝐑𝐎𝐉𝐎
Después de esa llamada... Las cosas cambiaron, al otro día recibí una llamada de la universidad avisándome que había ganado una beca. Me di cuenta de la cantidad de poder que tenía para manejar los hilos por dentro.
Sentí un poco de pánico, pero ya estando adentro podía planearlo todo para poder vengarme. Hacer justicia por mi cuenta.
Tarde los 4 años para poder alcanzar el último semestre de medicina, viéndole la cara todos los días a ese maldito, de algún modo se había olvidado de mi o hacia que no existía. Me saludaba y sonreía como si nada.
La ultima clase era con él, psiquiatría, era la oportunidad paro yo entrar en su clase y comenzar todo. Me senté en la última fila para poder estar sola.
—Bueno chicos comencemos la clase con una buena pregunta ¿Cuáles creen que sean los principios de la psiquiatría?
Una chica de la primera fila levanto para poder contestar —los principios básicos son el respeto a la persona, protección de los derechos humanos y solidez en los fundamentos objetivos.
—Exacto señorita Johana, tiene un punto más —expresó Jhon con gran entusiasmo —. Ahora pasemos el por qué Emil Kraepelin se oponía a la tesis de Sigmund Freud sobre el psicoanálisis. Un buen debate.
En ese momento me levanté del asiento y fui bajando las escaleras hacia él.
—Si... Señorita...
Lo mire a los ojos y saque mi pistola del bolsillo de mi saco y le dispare 3 veces en la pierna.
El profesor Jhon grito con desesperación que de una cayó al suelo adolorido por los agujeros en su pierna. Además, que los disparos hicieron que los estudiantes se alertaran y tratan de correr despavoridos del salón.
—¡¿Por qué haces esto?!
—¿Todavía preguntas por qué? ¿no me reconoces? —le preguntaba mientras le apuntaba con el arma.
—¡Por favor tengo una hija, no me mates! —Jhon suplicaba con lágrimas en los ojos.
Me daba tanta risa sus lágrimas en su rostro y como suplicaba por su vida. Apunte con mi arma a su cabeza y dispare 5 veces deformando su cara con las balas, sus secos se regados por el suelo y su sangre manchando mis zapatos era una satisfacción que nunca olvidare.
Volví a guardar el arma en el bolsillo y luego salí del salón, muchas personas que salían de sus salones, corrieron despavoridas al verme llena de sangre.
Tenía 20 minutos antes de que llegara la policía y explotara la bomba, así que me di prisa en irme al baño y saque una caja que estaba oculta detrás del inodoro.
La abrí con prisa y me coloque la vestimenta de enfermera y luego me quite la peluca negra. Me mire al espejo y me coloque un listón rojo.
<< No me queda nada bien el negro, como extrañaba mi pelo rojo, dije en mi mente >>.
Abrí las llaves y me lavé las manos hasta dejármelas limpias, luego seguí con mi cara para poder borrar cualquier mancha.
Sujete el arma y me lo guarde en medio de mis pechos. Saque una candela y queme la ropa que había usado. Luego salí del baño y aproveché el desorden que se había armado para darme prima y salir hacia el hospital de la universidad.
Fue fácil escabullirme, solo era cuestión de pasarse como una pasante más. Seguí caminando entre medio de la multitud y hasta llegar a la puerta trasera del hospital.
Caminé hasta las escaleras que bajaba a los parqueaderos subterráneos y saqué mi celular para poder colocar imágenes falsas en las cámaras de la universidad. Luego continúe bajando hasta el piso 4 y agarre mi moto.
Me coloque mi casco negro y metí con prisa la llave para poder irme a toda velocidad antes de que la bomba explotara.
Apenas logre salir, la bomba empezó a estallar parte por parte las estructuras. Miré el retrovisor de la moto como caí en pedazos y dejando una cantidad de polvo a su alrededor... cubriendo gran parte del sector. Un gran espectáculo para mis ojos.
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