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26.

Cerré la puerta y todas las ventanas tan pronto como llegué a casa y marqué un número.

Sonó y sonó y siguió sonando hasta que me enviaba al correo de voz.

Doctora Yoo Karina, deje su mensaje.

La forma en que me miraba y el hecho de que me había llamado "nena"...

Jennie nunca me llamaba así.

Envié un correo de voz preciso con los detalles y subrayé que esto era muy urgente.

No había esperado recibir una llamada tan rápido, pero recibí una llamada de un número desconocido exactamente treinta minutos más tarde.

—¡Te dije que no me llamaras! – la voz familiar dijo en el otro extremo del teléfono.

—¿Jen? — pregunté.

—Por supuesto, ¿a quién más esperabas?

—No estás respondiendo desde el asilo de ForestVille, ¿verdad?

—¿Qué está pasando, Roseanne? – Jennie preguntó, su tono más serio de lo que nunca lo había escuchado.

—Hay una mujer en el asilo que las autoridades han traído y confinado. Tiene tu cara. Todos creen que eres tú, me engañaron por un minuto hasta que la miré a los ojos. Definitivamente eran un tono más oscuro que el tuyo. Por favor, dime qué no estoy perdiendo la cabeza…

Podía escuchar el silencio creciente en el otro extremo.

—Di algo, Jen…

Está revelación la había perturbado mucho más allá de lo que cualquier noticia pudiera hacerlo.

Podía sentir la tensión a través del teléfono.

—No es posible. – dijo casi en su susurró.

—¿Qué no es posible?

—Mi… mi hermana Jane. —Jennie tartamudeó.

Y Jennie nunca tartamudeaba.

—¿Tienes una hermana? ¿Qué está haciendo aquí?

Era como si Jennie no me hubiera escuchado.

—¡No entiendes, anne! – dijo con impaciencia. — ¡No puede ser ella!

—¿Por qué no?

—Porque Jane Kim está muerta.

—Si tu hermana está muerta, ¿quién es esa mujer en el hospital? – pregunté.

—No puede ser Jane. Yo… yo estaba allí con ella cuando nuestro auto se estrelló. Yo fui la única que sobrevivió a menos que… que…

—¿A menos qué?

—A menos que ella realmente no muriera y estuviera escondida por mucho tiempo. — dijo Jennie.

—¿Crees que mató a todas esas personas?

Sabía que había aumentado la preocupación de Jennie porque se calló repentinamente.

—Tengo que irme. Habló contigo más tarde. Si esa mujer que se hace pasar por mí es Jane, debes tener mucho cuidado. Si me llaman peligrosa, es porque aún no conocen a mi hermana. Avisa a las autoridades y, por el amor de Dios, Roseanne, no vuelvas a ir sola a su habitación.

No mencioné la parte en la que la besé.

Me di cuenta de que eso podía esperar.

—Lo prometo, no lo haré.

—Esto hace  las cosas más complicadas. — dijo.

—Pero…

Antes de que pudiera decir una palabra más, Jennie me colgó.

Llamé a la agente Bae temprano a la mañana siguiente.

Pensando que tenía algo bueno, me pidió que bajara a la estación.

Normalmente, Minho estaba conmigo. Me había advertido de no tener ningún tipo de conversación con la policía en su ausencia.

Aunque no estaba asustada por la agente, yo era muy consciente de sus tácticas para engañarme con sus palabras.

Me senté en la oficina y traté de no mostrar cuán enojada estaba el otro día cuando su equipo de oficiales había excavado su camino hacia mi apartamento y casi lo pusieron al revés.

Estaba bastante segura de que mis padres estaban revolcándose en sus tumbas pensando en cómo habían venido a pasar de ser una enfermera inocente a ser sospechosa en un caso de asesinato de alto perfil.

De todos modos, los oficiales no lograron encontrar pruebas en mi casa que me vincularan con Jennie y la agente Bae estaba decepcionada. Ella había decidido que yo estaba involucrada de alguna manera y aquello era como una patada en su cara.

—Entonces, ¿qué información tiene, señorita Park?

—Estoy segura de que ya sabes que Jennie fue llevada al hospital recientemente y que ha estado confinada en una habitación de alta seguridad.

Bae parecía aburrida. — Pensé que no estábamos perdiendo el tiempo. Lo que me estás contando son hechos. Lo que estoy buscando es una ventaja sólida, una que nos ayude en nuestra investigación.

—No me dejaste terminar. – dije. — Estoy llegando a eso.

—Continúa, por favor. — ella me instó.

—La persona en el asilo que se hace pasar por Jennie no es en realidad ella. Es su hermana gemela, Jane.

Bae me miró durante unos treinta segundos antes de que se echará a reír. — ¿Es esto una especie de broma?

Le lanzó una mirada a Minho, que estaba sentado en silencio a mi lado, pisando ocasionalmente mi pie.

—¡No estoy inventando esto! — insistí. — Estoy segura de ello.

—Probablemente no sepas esto, pero Jane Kim murió hace tres años en un accidente. Jennie puede darte una versión detallada de la tragedia, ya que escapó por poco con solo unas pocas lesiones, lo cual es algo extraño, ¿no?

—Es posible que Jane sobreviviera a esa accidente, de alguna manera viviera, y ahora… y ahora ella…

—¿Crees que Jane mató a todas esas personas y luego manipuló las cosas para hacer parecer que Jennie lo hizo?

—Sí.

—¿Cómo puedes estar tan segura de que ella es la gemela de Jennie y no Jennie misma?

No podía confesar que le había pagado a un enfermero para que me metiera en su habitación la otra noche, y tampoco podía decir que la besé y que la mujer no me devolvió el beso.

—Yo… lo sentí. Se ve un poco diferente. Jennie nunca se corta el cabello.

Bae asintió, pero sabía que no creía ni una palabra de lo que había hecho. — No estoy segura de cómo llegó a esta extraña conclusión, señorita Park, pero puedo asegurarle que la mujer que tenemos en el asilo es, de hecho, Jennie Kim. O está tratando de llevarnos por un camino equivocado o de repetir las palabras que Jennie dijo. Debo admitir que la publicidad de las hermanas gemelas es tan extravagante que me parece más graciosa que la película de Kevin Hart que ví con mi esposa el otro día.

—¿Por qué es tan difícil creer esto?

—¡Porque está muerta! — Bae gritó. — A menos que vayas a sugerir que quizás Jane desenterró su propia tumba y salió de ella. — continuó. — No ves lo que yo veo aquí.

—¿Y eso es?

—Jennie te está manipulando de nuevo. Te está haciendo verla como una mujer inocente, culpando a su gemela muerta.

—Le dije lo que sé, agente Bae, es su trabajo tomar las precauciones necesarias. Si alguien más muere, agente, la sangre estará en sus manos.

—Lo tendré en cuenta, señorita Park. — dijo sarcásticamente. — Me gustaría saber algo más.

Minho se mantuvo alerta.

Hasta ahora no había dicho ni una sola palabra.

—¿Qué pruebas tiene de que la mujer no es Jennie, sino su hermana Jane? Porque, por lo que sé, ambas son gemelas idénticas. Tienen la misma altura, el cabello, los ojos…

—Lo sentí. Jane tiene una cicatriz en la frente, Jennie no.

La agente Kim entrecerró sus ojos hacia mí. — ¿Cómo lograste notar esos detalles? A menos que fueras a verla personalmente, lo hiciste, ¿no?

—Mi cliente no contestará esa pregunta. – dijo Minho. — Le está haciendo un favor al darle información importante. Su deber está cumplido.

—Si esa mujer en el asilo es Jane Kim, y si Jennie está en contacto con usted, pídale que se rinda porque es la única forma en la que el departamento o yo vamos a creer que hay una doble. Si se rinde, el caso toma una ruta diferente. Si Jennie es inocente, saldrá del juego. Si no es así, obtendrá lo que se merece.

Pensé en eso por un tiempo.

—¿Qué tal si consigues las huellas digitales de Jane? Si no coinciden con Jennie, sabrás que no estoy mintiendo.

—Te di una alternativa.

Sintiéndome agotada, le pregunté. — ¿Puedo irme ahora, agente?

Señaló hacia la puerta. — Puedes, y piensa en lo que dije, Roseanne.

Maratón 4/8.

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