24.
-Jen ha sido atrapada y la están llevando de vuelta al asilo. - el enfermero JaeHyun me contó por teléfono.
-¿Jen? ¿Te refieres a Jennie Kim? - yo pregunté.
-Sí. Ella. No hay otra Jen.
Oh dios.
-¿Cuándo la van a traer?
-Ests noche. Los oficiales no se arriesgaran otra vez. La traerán en un helicóptero. ¿Sabías que nuestro hospital tiene un helipuerto? ¿No es genial?
No podía preocuparme por un helipuerto en este momento, tenía asuntos más urgentes en los que pensar, empezando por como demonios habían logrado encontrar a Jennie.
A menos que... la encontrarán porque ella quería ser encontrada.
No había manera de que Jennie pudiera rendirse por sí misma, no cuando creía que era inocente.
Ser atrapada solo significaría que sería procesada, y muy probablemente sería ahorcada por sus crímenes.
Jennie tenía que tener un motivo para volver.
O bien, estaba pensando demasiado en esto, y Jennie podría haber bajado la guardia y haberse metido en una trampa.
Mi intuición era que Jen había sido atrapada a propósito.
-JaeHyun, llámame cuándo la traigan.
Mientras tanto, conseguí un abogado, su nombre era Lee Minho. No era el mejor del país, pero confiaba en él y era la recomendación de Lisa.
Había ganado muchos casos y no me cabía la menor duda de que, si llegaba el momento de pelear, Minho no descansaría hasta que hubiera luchado a mi lado.
Durante la tarde, Minho se reunió como en un café donde discutimos sobre el caso. Le dije la verdad, lo que había sucedido cuando había estado con Jennie y, cuando dije la verdad, no pude omitir la parte del sexo.
Minho no pareció contento con eso, dijo que acostarse con Jen había complicado mi posición, y demostrar que era inocente sería más difícil frente al tribunal.
-Entonces, ¿de qué lado estás? - pidió tomar un gran bocado de su donut en polvo, untando todo el polvo blanco sobre su labio superior, haciéndolo parecer un bigote blanco.
No pude aguantarlo y me reí.
-¿Recordaste algo gracioso? - preguntó, escéptico.
Agité una mano, no iba a decirle acerca del bigote de azúcar en polvo. - No es nada. Y honestamente, no estoy segura de cuál es mi lado. Viví con Jennie durante unos días, y ella no parecía ser la persona que la gente cree que es. Es peligrosa. No tengo dudas sobre eso, pero no creo que haya matado a nadie. Era bastante vulnerable cuando me contó lo de la muerte de su madre y le creo, Minho. Lloró en mis brazos esa noche y nunca había visto a Jen así. Si realmente fuera una psicópata, no tendría ningún sentimiento.
Minho continuó mirándome, estaba midiendo sus palabras. - He visto a gente como ella toda mi vida en esta línea de trabajo, Roseanne. Tienden a analizar a las personas y a atacarlas cuando ven alguna debilidad. Por lo que oigo, Jennie parece manipular a las personas. Podría haber fingido esas lágrimas para tener tu atención. Los psicópatas piensan que somos tontos. También piensan que son superiores.
-He trabajado con pacientes que tienen transtorno de personalidad antisocial, y para mí, Jennie no lo es. - señalé.
-Y es por eso que es más alta que el espectro. Los psicópatas de alto funcionamiento, los inteligentes y adecuados. Se pueden convertir en lo que quieran, Roseanne. CEO, médicos, abogados y por eso engañan a las personas con facilidad.
Suspiré.
Lo que dijo en realidad tenía sentido, pero no quería admitirlo.
-Tengo que ir a la estación y ya lo temo. La agente Bae no dejará una piedra levantada hasta ponerme tras las rejas. Cree que ayude a Jennie a escapar la última vez, lo cual es cierto, pero también cree que el secuestro fue planeado, lo cual no es cierto.
-Tenemos algo de coartada, Roseanne. Estás en buenas manos. - dijo sonriendo.
Me compadecí de él y le dije acerca del azúcar de polvo en su labio.
Se aclaró la garganta. - Gracias.
-De nada.
El interrogatorio se había convertido en un partido de gritos.
Pobre Minho, había pasado de abogado a árbitro cinco segundos después de la primera pregunta.
Me había dicho que harían todo lo posible para irritarme y enfurecerme, para ver si jugueteaba con palabras y les daba la confesión que necesitaban.
Nada de eso sucedió, así que habían desperdiciado su preciosa energía.
La agente Bae estaba literalmente respirando fuego. Si pensaba que podía asustarme con sus tácticas sucias, estaba mal.
-No importa cuántas veces vaya a preguntarme eso, agente Bae, respuestas no van a cambiar. Yo. No. Mate. A. Nadie.
Minho me dió una patada debajo de la mesa, se inclinó y susurró. - Lo está haciendo a propósito para hacerte enojar. Déjame manejar esto. Solo mantente tranquila.
La agente Soo-ji continuó mirándome con expresiones impasibles. Nadie podría representar lo que estaba pasando por su mente. - Señorita Park, espero que no me culpe por interrogarla, pero esto es parte de mi trabajo. Usted es laoie que falta en este rompecabezas y solo usted puede ayudarnos a entender lo que está sucediendo. Si confiesa todo en ese momento, te prometo en mi...
Minho se aclaró la garganta. - Agente Bae, usted y su equipo han estado acosando a mi cliente aquí bajo el pretexto de un interrogatorio. Han pasado dos horas y todavía no ha recibido nada de ella.
-Porque ella está jugando según sus reglas. - Soo-ji interrumpió a Minho.
-La señorita Park no ha dicho nada más que la verdad hasta ahora. Ella fue a la cabaña esa noche contra su voluntad y lo que ocurrió después de eso no era parte de ningún plan. No está del lado de Jennie Kim.
-Y tampoco del nuestro. Realmente no hace ninguna diferencia. Dime, Roseanne, ¿también dormiste con ella en contra de tu voluntad?
-¡Ya es suficiente, agente! Está intimidando a mi cliente. No voy a dejar que la presione así.
-Agente Bae, esto es una gran perdida de su tiempo. Créame, no va a recibir ningún tipo de información nueva de mi parte. He sido honesta con todo lo que he dicho hasta ahora. Si aún así cree que soy cómplice de Jen...
Minho me lanzó una mirada de advertencia.
Bae miró a Minho y luego a mí. - ¿Sí, señorita Park?
-Entonces pruébelo. - dije.
-¿Entiende lo que está diciendo?
Sonreí. - Sí. Estoy bastante consciente. Le estoy desafiando, agente Bae. Si cree que maté a la enfermera y ayudé a Jennie, por favor, pruébelo. Intenté encontrar la evidencia. Estoy segura de que tiene un equipo de expertos a su disposición.
-Roseanne. - Minho me advirtió.
Soo-ji y yo jugamos al juego de: "quién desvía la mirada primero" y ella perdió primero porque parpadeó y miró hacia otro lado. - Le prometo, señorita Park, que si está involucrada en esto de alguna manera... no dudaré en arrestarla.
-Por favor, no se contenga. - dije.
-Hemos terminado por hoy, si tenemos alguna pista, nos pondremos en contacto con usted, señorita Park. Y sí recuerda algo, solo tiene que llamar. Espero su cooperación.
Me volví para irme cuando la agente me llamo de nuevo. - Un consejo. Puede que sientas que Jennie Kim es una buena persona ahora, pero una vez que obtenga lo que desea de ti, no serás más que un cuerpo en la morgue.
-Gracias por la advertencia.
Cuando salí de la estación, tuve náuseas.
Solo el pensamiento de Jennie jugando juegos mentales conmigo me enfermó.
Estaba a punto de romperme.
-¿Viste la forma en la que me estaba hablando? - le pregunté a Minho. - Como si fuera la mujerzuela de Jennie.
Minho dejo de lado la preocupación. - Estoy bastante seguro de que ella le habla así a todos los sospechosos.
-No se trata solo de eso, Minho. No confía en mí. Está claro como el día. Piensa que estoy involucrada porque estoy obsesionada con Jennie.
-¿Lo estás?
Lo miré boquiabierta. - ¡Tienes que estar bromeando!
-Dijiste que traen a Jennie está noche. - Minho comenzó a cambiar de tema.
Asentí.
-¿Realmente crees que ella no mató a todas esas personas? - preguntó.
-Mi instinto dice que no lo hizo, pero ya no sé nada. Quiero creer que Jen no me está mintiendo. - dije. - Quiero hablar con ella. Ya no soy su enfermera, así que será difícil verla. Solo iré como visitante.
Minho estuvo de acuerdo en que era la mejor alternativa.
Me quedé despierta la mitad de la noche y mentalmente deseé que Jennie volviera a escapar antes de que la llevarán de vuelta al asilo porque sabía qué destino la esperaba si regresaba.
Sería interrogada, torturada mental y físicamente con la esperanza de descubrir la verdad.
Poco después de la medianoche, recibí un mensaje de Lalisa.
Jennie está aquí.
Mi corazón comenzó a latir en mi pecho.
Habían pasado unos días desde la última vez que la vi y se sintieron como una eternidad.
No pude dormir durante la mayor parte de la noche, pensando en lo que iba a decirle al día siguiente.
La llamada, la última vez, no había ido bien, así que estaba apostando a que vernos no sería una gran idea.
Llevaba unos jeans casuales y un top. Dejé mi cabello en ondas naturales porque sabía que a ella le gustaba así y me apliqué brillo labial.
Tuve la piel de gallina mientras me abría paso en el asilo. La recepcionista me miró con recelo, pero dijo que se le permitían visitas.
La sala de visitas era una pequeña y acogedora zona con sillas y sofás. La máquina de café estaba activa para que la gente se sirviera. Estaba segura de que una vez que probaras los cafés de aquí, te darías cuenta de que perro podría hacer uno mejor.
Solo otros dos pacientes estaban en la habitación con sus familias. Algunos pacientes estaban tan mal que fueron encadenados a las sillas.
Vi a Felix Lee, el hombre-niño sentado en el rincón, vestido con su camiseta y jeans favoritos de Angry Birds. El peluche de panda estaba a su lado.
Si mirabas de cerca, no parecía ser mayor que yo. Él podría estar en cualquier lugar entre los veinte y treinta años. Escuché que Felix tuvo un accidente muy grave cuando era más joven y desde entonces sufrió un transtorno postraumático y su mente nunca se convirtió en la edad adulta.
Cuando Felix me vió, me sonrió y me saludó. - Rosie.
Mi corazón se apretó. Casi no se dirigía a mí, pero como todos tenía sus días buenos y días malos. Hoy parecía ser un buen día.
Su madre estaba sentada a su lado y me sonrió cuando me acerqué a ellos. La saludé y le dije que era una empleada del hospital.
-Mami, está es Rosie. - Felix le dijo a su madre. - Ella dibuja bonitas flores y gatos para mí. - él se rió de la manera inocente en la que lo hacen los niños de cuatro años.
-¿De verdad? Muy amable de su parte, enfermera Rosie. - dijo su madre.
-Me llamo Roseanne. Felix es un chico tan dulce. De hecho, es mi favorito aquí. - dije.
El rostro de Felix se iluminó con orgullo. - También me gustas, Rosie. Ven y siéntate conmigo.
Su madre se excuso para ir a buscar café.
Me senté junto a Felix.
Me miró con la boca abierta. - Hueles bien, Rosie.
-Gracias.
Se acercó más, besó mi mejilla y luego un poco cerca de mis labios. Después de eso su palma comenzó a moverse hacia mi pecho.
Cogí su mano antes de eso y me puse de pie. - ¡Felix! ¡No puedes hacer eso!
Cuando su madre regresó con su café, mi cara probablemente estaba ardiendo.
-¿Por qué no? - preguntó. - Me gusta. Es muy suave. Déjame tocarlo.
Su madre me miró con arrepentimiento cuando la comprensión la golpeó. - Por favor, no se lo diga a los médicos. Me disculpo en su nombre.
-Entiendo, señora Lee. - le aseguré. - No es su culpa.
Realmente no lo era.
Felix me miró con descarado anhelo.
A pesar de que Felix tenía la mente de un niño, su cuerpo era el de un adulto que tenía necesidades físicas de adulto como cualquier ser humano, y su inocencia infantil no permitía que su boca tuviera un filtro.
Los ojos de la señora Lee empezaron a humedecerse. - Sé que él tiene necesidades. Ya no es un niño. Me preguntaba si podría llevarlo a...
Negué con la cabeza. - Los médicos dijeron que existe la posibilidad de que vuelva a ser normal.
Miré a Felix que estaba hablando con su panda.
-Estoy segura de que él no querría que hiciera eso si estuviera en mejores condiciones. Le sugiero que espere un poco más, hablaré con un médico para que pueda ayudarla con eso.
-Roseanne. - alguien nos interrumpió.
Mire hacia atrás para encontrar a YuNa, quién estaba a cargo de la sala de visitantes. - No traerán a Jennie aquí, no cuando existe el riesgo de que escape de nuevo. Se supone que todos sus visitantes deben ir a su habitación.
-Esta bien. Iré arriba.
-Espera. - ella dijo antes de que pudiera irme. - Jennie no quiere verte.
-¿Qué?
-Jennie no quiere visitas. Específicamente dijo que no y, citaré: "No quiero ver a Roseanne". - pude ver a YuNa pasándome miradas compasivas. - Rosé, pasará lo que pasará en esa cabaña, si yo fuera tú, lo consideraría una pesadilla y lo dejaría ir. Las personas como Jennie buscan poder y pueden llegar a hacer cualquier cosa para lograr sus objetivos. No puedes confiar en ella. Tiene lo que quería y ahora no quiere verte.
Me negué a creer eso, pero no dije otra palabra y salí de la habitación.
Me pregunté si Jennie no quería que la viera porque no quería que me involucrara en esto. Si ella quería terminar lo que fuera que hubiera entre nosotras, eso estaba bien, pero necesitaba respuestas.
Entré en el vestíbulo y estaba hablando con Lisa, quién me consultaba acerca de otro paciente que se negaba a comer cuando ví a algunos guardias despejar a la gente y maltratar a alguien.
Era Jennie.
Como si sintiera que la miraba, sus ojos se encontraron con los míos y me sostuvo la mirada durante un par de segundos antes de apartarla.
-¿A dónde la llevan? - le pregunté a Lisa.
-A la estación de policía. El FBI va a interrogarla hasta sacarle una confesión. - ella dijo. - Parece que ya está harta, ¿no?
Me mordí el labio para no gritar, porque me di cuenta de lo que Jennie iba a hacer.
Iba a darle al asesino lo que quería.
Jennie iba a confesar los crímenes.
Maratón 2/8.
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