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22.

Nunca. Nunca alguien de mis colegas me había enfurecido tanto como Kim JiSoo.

Siempre tuve ganas de abofetear su cara con esa mirada condescendiente, como ahora mismo.

JiSoo todavía tenía mi brazo en un agarré firme.

Traté de liberarme. - ¡Suéltame!

-¿Qué demonios estabas haciendo? - preguntó.

Arranqué mi mano. - ¡No es de tu incumbencia!

Me di cuenta de que, aunque había logrado quitarme su agarré, ella seguía sosteniendo la tira de mis pastillas.

JiSoo me lanzó una sonrisa torcida, ella empezó a caminar hacia mí, atrapándome entre el escritorio y el gabinete.

No tenía espacio para esquivarla y marcharme.

-Por supuesto, es asunto mío cuando obviamente estás husmeando en el lugar equivocado.

-Devuelveme eso, JiSoo. - dije, tratando de arrebatárselo, pero ella lo levantó más alto, manteniéndolo fuera de mi alcance.

Era un poco alta, que era imposible para mí incluso si saltaba.

Casualmente, me apartó e inspeccionó las pastillas.

La sonrisa se devolvió en una dura mirada.

Ella sacudió las tabletas en mi cara. - ¿Te follaste a esa criminal? - estaba literalmente hirviendo. Todos los rastros de humor habían sido borrados. - ¡Explícate!

-No es asunto tuyo con quién me acuesto. - rompí.

JiSoo me agarró violentamente del hombro. - ¿No tienes ninguna vergüenza? Dormir con el enemigo. ¿Tienes alguna idea de lo que haría la Doctora TaeYeon si se enterará?

-¡No te atrevas! - dije.

JiSoo rió entre dientes. - Mírame, Roseanne. Mírame destruirte en cinco segundos.

-Adelante. - yo la desafíe. - Cuéntale a TaeYeon al respecto. Y luego, a su vez, le contaré sobre ti.

Me miró, con cautela llenando su expresión. - ¿Decirle qué?

-Le diré lo que te vi hacer. Voy a exponer tu secreto.

No tenía ni idea de los secretos de los que estaba hablando, pero en ese momento, parecía una forma plaucible de salir de esta situación.

-Estás faroleando.

Continúe mirándola sin admitir la derrota. - Si quieres creer eso, está bien para mí. - sonreí. - Dile a TaeYeon una sola palabra sobre estás píldoras y yo le contaré sobre ti. Hasta el último detalle.

-¿Estás en condiciones de amenazarme?

Levanté mi mano hacia ella. - Mis pastillas.

Ella frunció el ceño, colocando mis pastillas en mi palma. - Nunca se sabe, podría ser demasiado tarde y el hijo de esa asesina psicópata ya está creciendo dentro de ti.

-Tal vez.

-Si realmente deseabas algo de acción, me lo hubieras pedido.

Sonreí con dulzura. - Doctora JiSoo, por mucho que aprecie tu amable de oferta, no me gustan mucho las mujeres cómo usted. Además prefiero algo más... - hice una seña con mis dedos. - Grande. Y podría agregar, Jennie no decepcioné.

-Es porque no me has probado. - ella sugirió, y luego sonrió. - Puedo darte una lista de nombres de mujeres que responderán por mí y te dirán lo increíble que soy en la cama. Tal vez te olvides de esa asesina.

Puse los ojos en blanco. - No, gracias.

-TaeYeon lo descubrirá, de una manera u otra.

-Me encargaré cuando lo haga. Es mi cuerpo y es mi decisión con quién quiero estar. TaeYeon o cualquier persona no puede decidir eso por mí.

-Haz lo que quieras, Roseanne. Cuando tu cuerpo este cortado en pedazos y tirado en una zanja, hablamos. - dijo girándose y saliendo de la habitación.

-No podré hablar si estoy cortada. ¡Estaré muerta, genia! - grité.

Era abrumador y molesto que algunas personas de los medios de comunicación y reporteros siempre permanecieran escondidos fuera de mi casa y trataran de hablar conmigo cada vez que podían.

"-Roseanne, ¿puedes contarnos un poco de lo que sucedió cuando fue secuestrada por Jennie Kim?"

Otro luchó por su lugar a mi lado.

"-Roseanne, ¿fue una tortura emocional quedarse con ella? Le ayudaremos a llevar su historia al mundo."

"-Nuestro canal le pagará diez mil dólares por una entrevista."

Aprendí a ignorar a todos y entre en el edificio.

Cerré la puerta detrás de mí, me tendí en la cama.

Me sentí mejor.

No había nadie aquí para juzgarme, excepto JiMin, que todavía estaba en el hospital de veterinario.

Durante el tiempo que estuve fuera, se acercó a TaeHyung, su compañero de trabajo. Sospeché que estaban saliendo.

Me giré en la cama para encontrar una foto de mis padres en la mesita de noche.

Eran muy jóvenes, y estaban muy enamorados.

Cuando mi hermano y yo éramos pequeños, solíamos tener una vida tranquila. Mi padre solía trabajar en un banco y mi madre se quedaba en casa. La vida era buena hasta que el accidente arruinó nuestras vidas y nunca lograron atrapar al conductor.

Y luego JiMin y yo nos quedamos huérfanos por un conductor irresponsable.

Cerraron el caso echándole toda la culpa a mi padre como un conductor imprudente. Era más fácil para ellos culparlo ya que estaba muerto y no podía defenderse. Casi cerrado por no haber testigos y evidencia.

Entonces mi atención se desvió a Jennie.

¿Qué pasó?

¿Estaba bien?

¿La ayudó la doctora Yoo Karina?

¿Por qué Jennie confiaba tanto en ella?

¿Y si era una investigadora privada disfrazada de amiga?

Espera, ¿estaba del lado de Jennie ahora o de la policía?

Antes había estado completamente segura de que Jennie era la responsable de los asesinatos, pero después de que viví con ella y pasé tiempo a su lado, fue muy difícil para mí aceptar el hecho de que Jennie fuera la asesina.

Podría ser que TaeYeon tuviera la razón y que Jennie realmente había matado a todas esas personas y me estaba manipulando fácilmente para que confiara en ella.

Toda mi semana con ella podría haber sido una mentira y algo que simplemente había imaginado.

Jennie podría estar jugando un juego.

Probablemente yo era una pieza de este.

¿Y sí ella realmente masacró como carnicera a todas esas personas?

¿Todavía la amaría?

Alcancé la mesa auxiliar y abrí el último cajón donde escondía un pedazo de papel rasgado.

Estaba escrito con la hermosa letra de Nini.

Con manos temblorosas tome un teléfono desechable. Lo compré en una tienda de conveniencia y logré mantenerlo oculto de mi hermano.

Marqué el número y esperé hasta que el teléfono sonará en el otro lado. Tenía que asegurarme de que estaba bien.

Me había dicho estrictamente que solo la llamara para una emergencia, y no estaba en una situación de emergencia, pero realmente necesitaba saber si ella estaba bien.

No podía simplemente sentarme aquí en mi zona de confort sabiendo que la habia abandonado en el bosque con heridas.

El teléfono siguió sonando por lo que pareció una eternidad hasta que me di cuenta que no iba contestar o que me había dado un número equivocado a propósito.

Iba a colgar cuando escuché el clic.

Me humedecí los labios nerviosamente. - ¿Jen?

No había absolutamente ningún sonido en el otro extremo.

-Soy yo, Anne.

Por un segundo pensé que había marcado el número equivocado.

-¿Esto es una emergencia? - preguntó.

-No. - dije.

-Bueno, entonces has marcado el número equivocado.

No había duda de ello.

Esa era la voz de Jennie, pero sonaba tan desapegada, mi corazón se rompió.

-Solo quería asegurarme de que estás bien.

-Estoy bien, no te preocupes por mí. - continuó en la misma monotonía. - Probablemente estén monitoreando tu teléfono ahora mismo. ¡Cuelga!

-¿Crees que eres la única con cerebro? Tengo un teléfono desechable para poder llamarte.

Una vez más, no hubo respuesta.

-Aún así, no puedes hacer una llamada casual. No es seguro.

-Ten la seguridad de que no les conté sobre tu ubicación. No revelaría tu ubicación.

-Estoy jodidamente preocupada por ti, no por mí. - dijo enojada.

¿Por qué fue todo ese enojo?

Acabo de llamarla para ver si estaba bien, ¿eso era un crimen ahora?

-¿Cómo están tus heridas? - yo pregunté.

-Curadas.

-¿Cuándo voy a verte de nuevo? - pregunté, estaba sonando como una de esas mujeres pegajosas.

-Probablemente nunca.

-¿Así que eso es todo lo era para ti? ¿Una mujer de las muchas que calentaron tu cama? ¿Es eso? Y ahora que obtuviste lo que querías, ya no valgo nada.

-Anne. - gruñó en frustración. - ¡No trates de manipularme con palabras! ¡Lo último que necesitó ahora es ser manipulada por una mujer!

-¿Quién es? - yo pregunté.

-¿Quién es qué?

-¡Mi reemplazo! - grité irritada.

Podía escuchar un suspiro. - Vete a la cama, Anne. Es tarde y estás hablando tonterías.

-¿Por qué estás actuando tan fría? Te dije que iría contigo a donde sea, sólo tienes que pedirlo.

-Te estoy pidiendo que no hagas nada, Roseanne.¿Puedes hacer eso por mí?

Las lágrimas oscilaron mi visión. - No pertenezco aquí, llévame contigo.

-El asesino está tratando de atraparme. Una única debilidad es todo lo que necesita. La última vez que estuvimos juntas, viste lo que sucedió. No estás a salvó conmigo. Necesito resolver esto por mi cuenta, no necesito que me distraigas. No me conmoveran las lágrimas, no cederé a ninguna cantidad de mendicidad o arrepentimiento. No me llames en circunstancias menores, a menos que te encuentres en una necesidad de extrema de mi ayuda, que esto nunca sea. ¿Estamos claras?

-No puedo... no puedo hacer esto sola. Estoy tan sola. Me miran como si fuera una criminal.

-Tienes algo para darme crédito.

-Te necesito, Jen.

Una pausa.

-Adiós, Anne, mantente a salvo.

El teléfono hizo clic.

Enterré mi cara en la almohada mientras los sollozos brotaban de mi pecho.

Esa fue mi mejor primera discusión con ella después de mucho tiempo.

Desde la esquina de mi ojo, ví algo fuera de la ventana, un sedan negro y elegante estaba estacionado en el lado opuesto de la carretera.

Salí corriendo del apartamento a la velocidad del rayo sin siquiera cerrar la puerta detrás de mí.

Bajé las escaleras, pero cuando llegue a la calzada, me quedé sin aliento.

El auto pasó a mi lado.

¿Era Jennie?


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