Un año atras.

Una chica de 17 años se encontraba en su casa, un poco triste, otra vez sus padres estaban discutiendo y ella como siempre se encontraba en medio de la pelea.

—¡Yo proporciono el dinero a esta casa mientras tu solo te la pasas en las tiendas creando deudas!, ¡tu hija ya no quiere ni siquiera salir de su propia habitación cuando estamos en la casa por tú culpa! — se quejó el padre.

—¡No te creas un santo!, ¡se muy bien que tienes a una maldita zorra en tu trabajo! ¡¿Qué me dices de eso eh?! — se defendió la madre.

Esto no era nuevo para ella, solo tomó una chaqueta y salió de su casa sin que sus padres se dieran cuenta.

—Tengo una hora máximo. — dijo con una sonrisa en sus labios.

La chica caminó hasta una tienda de mascotas y se detuvo al ver a los cachorritos.

—Aawww— exclamó con sus manos en sus mejillas y con una gran sonrisa.

El dueño de la tienda se dio cuenta de ella y salió.

—¿Otra vez por aquí, YeoJin? — le preguntó el dueño.

—Si. — respondió sin dejar de sonreir.

El dueño rió y YeoJin se despidió de ahí.

—Mmm... Ya no tengo a donde ir... tampoco tengo mucho dinero... ¿JiWoo estará libre? ¡Waaa! — comenzó a mover sus manos de un lado a otro haciendo un pequeño berrinche. — ¡Esto es aburrido!

YeoJin caminó hasta que se encontró en un parque y pudo ver a una chica sentada con la mirada perdida, ella se acercó y la saludó.

—¡Hola! — saludó YeoJin.

—¡Ah!

La chica se asustó y golpeó a YeoJin en la cara, haciendo que esta cayera al suelo por el impacto.

—Eso dolio— dijo sobandose en donde recibió el golpe.

—Te lo tienes merecido— comentó la desconocida.

—Como sea, me llamo YeoJin— se presentó con una sonrisa y extendiendo su mano, todavía en el suelo.

—Y yo no te pregunte tu nombre— respondió seria la más alta.

—Vamos— sonríe. — ¿Cómo te llamas?

La chica suspiró— Me llamo YeRim.

—Jaja, mucho gusto. ¿Quieres jugar? — propuso alegremente.

—¿Acaso soy una niña de 10 años?

—No, pero es mejor que estar de amargada— dijo con una sonrisa.

—Prefiero estar sentada— dijo la alta con una mirada seria.

—Aburrido— exclamó la rubia mientras se acercaba a YeRim.

—Pues vete a jugar a tu casa.

YeoJin se quedó inmóvil por un momento, lo cual le llamó la atención a YeRim. YeoJin volteó a verla con una sonrisa falsa.

—No... no me gusta estar en casa— se volteó.

YeRim suspiró.

—Un juego rápido y que no sea muy infantil— aceptó aún con expresión seria, pero resaltando eso último.

YeoJin volteó sorprendida a ver a YeRim, una sonrisa se formó casi al instante en el rostro de YeoJin y se lanzó a abrazar a YeRim, la cual la empujó casi al instante, pero, sin saberlo, formaron una amistad especial.

Todos los días se veían en el mismo parque a la misma hora. Así pasaron días, semanas, meses, hasta que YeRim se tuvo que mudar.

—El lunes te vas, ¿verdad? — preguntó YeoJin.

—Si. — respondió YeRim seriamente.

—Entonces el domingo, un día antes de irte, ven al parque y te daré algo para que no me olvides— dijo con una sonrisa.

—Si... — aceptó sin expresión alguna.

—¿Es una promesa? — preguntó la rubia estirando su meñique.

—Es una promesa— respondió con una leve sonrisa.

YeRim extendió de igual forma su meñique, cerrando así la promesa.

Pero el domingo, YeRim no fue al lugar acordado por que su vuelo se adelantó, y YeoJin... tampoco llegó.

Ya en el presente.

Una chica peliroja salió del aeropuerto ya que regreso a su ciudad natal luego de un año en el extranjero.

—Bueno, ya estoy aquí...

—YeRim esperame, uff... Alto, ¿esta es la ciudad a la que tanto querías volver? — preguntó algo cansada su acompañante.

—Si, JinSol.

—Pues no se que tiene de interesante este lugar, ¿porqué tanta urgencia de venir para acá en todo caso?

—Vine a disculparme con alguien por no cumplir con una promesa muy importante.

—Como sea.

Ambas chicas tomaron un taxi y fueron a un departamento cerca de un parque o mas bien cerca de ese parque donde la vio a ella por primera vez.

—Solo espero que no sea demasiado tarde... — dijo en un susurro.

—¡YeRim entra ya! — le gritó JinSol.

—Ya voy— respondió frunciendo el ceño.

La chica entró al departamento, el cual se encontraba algo desordenado.

—Uff.... esto tiene que ser una broma.

—¿Quién es Yeojin? — le preguntó la pelinegra con curiosidad.

YeRim volteó debido a la pregunta de JinSol, con cara de “¿Cómo conoces ese nombre?”.

—Alguien— respondió seria.

—Suena a nombre de mujer— se le formó una pequeña sonrisa. — ¿Era tu novia?

—¿Pero qué?— dijo la menor sonrojada.

JinSol se rió un poco y se fue a una de las habitaciones.

—Grr idiota.

YeRim se quedó sentada cerca de la ventana viendo en dirección al parque, y una chica conocida le llamó la atención.

—¿YeoJin?

YeRim salió del departamento rápidamente haciendo demasiado ruido, lo cual provocó que JinSol saliera a ver que pasaba, pero no vio nada, ni siquiera a YeRim.

—Esto es perfecto ¿A dónde habrá ido esta niña?

Con YeRim:

Ella llegó al parque con la esperanza de encontrar a YeoJin, pero no la veía. Se sentó en una banca y agachó la cabeza.

—Esto no será asi de fácil, ¿o si? — dijo en voz baja.

—¿Qué no será fácil?

YeRim alzó la mirada rápidamente ya que aquella voz le era tan familiar.

—¿YeoJin?

—Veo que no te olvidaste de mi a pesar de no darte mi regalo— la menor tenía una hermosa sonrisa en sus labios.

YeRim se sonrojo un poco y desvió la mirada.

—¿Cómo podría olvidar a una chica tan infantil como tú?

—¡Oye! ¡Yo soy muy madura! — dijo haciendo un puchero.

—Una persona madura no hace pucheros— comentó YeRim con una sonrisa de victoria en su cara.

A YeoJin ya no se le ocurrían argumentos para reaponderle a YeRim, así que solo se limitó a hacer un puchero.

—Oye YeoJin... — la llamó con expresión seria y con la mirada baja— veras... yo...

—Ay YeRim, lo siento pero yo solo te veo como una amiga, perdón por darte falsas ilusiones— la interrumpió sonriendo.

La peliroja se sonrojo.

—¡No me estoy confesando, idiota!

—Jaja, lo sé. — dijo con una sonrisa.

YeRim sonrió levemente, YeoJin sacó su celular, al parecer la estaban llamando.

—Hola... si... ¡¿enserio?!, ¡genial! ¡lo sé, es grandioso!... lo siento jajaja... si... oh... esta bien... Hasta mañana entonces... si adiós JiWoo— colgó.

YeRim solo tenía una seria mirada, pero sentía una leve curiosidad por saber para que la llamaban.

—Bueno ya me tengo que ir, mis padres dejan de discutir a esta hora— dijo la rubia sonriendo.

—Si... — YeRim pensó por un rato— Espera, ¿puedes darme tu número de teléfono?

—¡Oooh! Lo sabía, te has enamorado de mi— la pequeña tenía una gran sonrisa.

—¡Que no es eso, idiota! Solo quiero volver a hablar contigo otro día... — dijo YeRim sonrojada.

YeoJin sonrió levemente, sacó un papelito y le escribió su número de teléfono.

—Toma. Hasta luego— se despidió para después alejarse corriendo.

YeRim sólo levanto la mano para despedirse, miró el papelito el cual tenía el numero de YeoJin y una pequeña nota.

Nota: Solo no me mandes mensajes de amor n.n ♡

—Esa idiota... — murmuró con un leve rubor en sus mejillas.

Guardó el papelito y se dirigió al departamento, aunque todavía no se había disculpado, al menos ahora pudo verla.

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Todos los derechos de la historia a su autora original｡ «

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